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martes, 1 de junio de 2021

EL SEÑOR ME HABLÓ

 

A menudo uno escucha: El Señor me habló. O, Me contestó a través de un sueño” (... o una visión, un éxtasis, una voz)

La más popular es: El Señor me habló a través de Su Palabra. Pero con esto, la persona a menudo quiere decir que abrió la Biblia al azar después de invocar al Señor, y lo primero que vio en la Biblia lo aplicó a su situación en particular como una respuesta dada por el Señor. Lejos están muchos de saber que tal práctica es ocultista, no cristiana, y que recibe el nombre de bibliomancia.

La bibliomancia es la práctica de la adivinación por medio de un libro. En términos generales, la bibliomancia implica pasar a una página aleatoria de un libro sagrado para encontrar la respuesta a una pregunta planteada. En la antigüedad, se utilizaron las obras de Homero y Virgilio. 

Ahora bien, la bibliomancia a menudo se refiere a la adivinación por medio de la Biblia. Pero, de ninguna manera es la Biblia el único libro que se usa en bibliomancia. Otros libros que se utilizan a veces son el I Ching, El Mahabharata y El Corán. El proceso de bibliomancia implica hacer una pregunta clara, abrir el libro en una página al azar y arrastrar un dedo en círculos lentos hasta que el espíritu dice que se detenga. El verso donde apunta el dedo del interrogador supuestamente contiene la respuesta.

La Palabra de Dios condena todas las formas de adivinación en términos inequívocos (Deuteronomio 18:10; Hechos 16: 16-19). Las prácticas ocultistas no se hacen menos malas simplemente porque se use la Biblia en el proceso. Sí, Dios nos habla a través de Su Palabra. Sí, Dios resalta para nosotros versículos bíblicos específicos que nos hablarán en un momento de necesidad. Pero nótese que en estos casos es el Espíritu de Dios quien toma la iniciativa cuando estamos en contacto con la Palabra, leyéndola y/o estudiándola. Porque  la Palabra de Dios está destinada a ser estudiada, comprendida y aplicada. Debemos estudiar la Palabra de Dios intencionalmente, no al azar. La nuestra es una fe razonable, no una basada en interpretaciones esotéricas de versos al azar. Nuestra sabiduría viene de Dios (Santiago 1:5), no de costumbres paganas.

La Biblia es la Sagrada Palabra de Dios y como tal merece nuestra reverencia, obediencia y sumisión. Aquellos que por Su misericordia ahora somos hijos de Dios, la amamos y respetamos incondicionalmente porque ES la Palabra de nuestro Dios.

El mandamiento divino que hemos recibido es que la escudriñemos (Juan 5:39), esto significa que debemos leerla con suma reverencia, por ser Palabra de Dios, y al mismo tiempo con mucha atención, escudriñando cada palabra dentro de su propio contexto.

Es un acto de insolencia y profanación emplear la Palabra del Dios Santo, en una práctica esotérica que se puede comparar solamente al agorero que consulta el tarot, para saber “cómo le irá ante tal o cual situación.

Otro tanto se podría decir de aquellos que gustan las migajas de los mal llamados Pancitos de vida, que son versículos aislados que los han transformados en el Horóscopo cristiano. Las radioemisoras que se auto denominan cristianas son las que principalmente difundieron este mal. Motivan a sus auditores para que llamen y les lean un pancito de vida (un versículo). Y son muchos los que antes de tomar una decisión o emprender alguna actividad, llaman para saber cómo les irá o qué les depara el señor-futuro.

Esta practica de los agoreros, que gustan abrir la Biblia al azar y leer donde indica el dedo, siempre trae a la memoria el caso de aquella persona que tenía este método ocultista de consultar la Palabra de Dios. Un día como otros, abrió su Biblia y su dedo indicó Mateo 27: 5 Judas fue y se ahorcó. Como no le gustó, intentó por segunda vez, ahora leyó Lucas10: 37: Ve, y haz tú lo mismo. Dijo como muchos supersticiosos, la tercera es la vencida, pero ahora su dedo indicó Juan13: 27: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto. Fácil resulta imaginar la cara de sorpresa que pondría ante este supuesto mensaje de Dios.

Las personas que gustan vaticinar, pronosticar y anunciar sus presagios con este método, argumentan: Pero esto es lo que dice la Palabra de Dios. Es verdad que podemos leer muchas cosas si las extraemos de su contexto, como fue el caso recién mencionado, pero nadie en su sano juicio podrá afirmar que eso proviene de Dios. Satanás empleó el mismo método contra el Señor Jesucristo, le dijo: Escrito está, pero le citaba solamente parte de lo que estaba escrito, y el Señor lo reprendió con TODO lo que decía el pasaje.

Por esta razón el Señor nos manda a Escudriñar las Escrituras, a leerlas con suma atención y reverencia, JAMÁS a que leamos versículos aislados como quien mira el tarot. Dios manifiesta Su voluntad de una forma coherente a través de una lectura inteligente, coordinada y correlativa de Su Palabra. Se ha dicho, y con mucho acierto, que Un texto fuera de su contexto sirve como pretexto para cualquier cosa.

Daniel 9: 2 Describe cómo Daniel, cuando leyó atentamente en los escritos del profeta Jeremías, recibió de Dios el conocimiento de grandes revelaciones. Por esta razón también dice en Apocalipsis 1:3: Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas.

No existe ninguna bendición para los ocultistas que consultan la Palabra de Dios de esta forma esotérica, al azar, donde indica el dedo. Tampoco para los irreverentes que suben al púlpito sin saber de qué van hablar y utilizan este mismo método de abrir la Biblia al azar, sin haber tenido previamente una lectura reverente de la Palabra de Dios, escudriñándola en oración en plena dependencia del Espíritu Santo, para poder entregar un alimento consistente y basado exclusivamente en las Sagradas Escrituras.

Por esta razón se ven forzados a leer ese pasaje y luego cerrar su Biblia, para hablar de cualquier cosa que su imaginación les lleve, menos de lo que han leído. Se pasean por las experiencias y vuelan hasta donde sus propias emociones e imaginación los transportan. Apelan a la excitación de su audiencia para que lo aprueben con sus gritos de Amén y Gloria a Dios para crear de esta manera una efervescencia generalizada, para luego culpar al Espíritu Santo de esa orgía emocional que ellos han desarrollado en forma artificial, del mismo modo que lo hace un showman en los espectáculos del mundo.

Necesitamos, como Daniel, leer atentamente las Escrituras ANTES de predicar, no solamente para saber de qué vamos hablar, sino para llenar la despensa de nuestro corazón, para que desde allí el Espíritu Santo pueda sacar alimento sano y nutritivo, de lo contrario nos encontraremos con una despensa vacía y necesariamente deberemos recurrir a nuestra imaginación, y solamente podremos entregar alimento contaminado con pensamientos humanos.

El mandamiento del Señor fue muy claro: Escudriñad las Escrituras (Juan 5:39). Y esto difiere absolutamente de esas prácticas cabalísticas que tanto gustan al desobediente y carnal que no está interesado en agradar al Señor. Podrán recibir un mensaje, pero no provendrá de Dios, como fue el caso del que siguió este método del azar y leyó los pasajes referentes a Judas.

Y con respecto a los que dicen que el Señor les habló o contestó a través de un sueño, o una visión, o un éxtasis, o una voz, baste decir que los estudiantes serios de la Biblia concuerdan en definirlos como formas inferiores y primitivas de comunicación que Dios utilizó en la antigüedad (Biblical Hermeneutics, Terry, Milton R.)

Estas formas inferiores y primitivas de comunicación no tienen lugar hoy en día en que el canon de la Biblia está completo. Es decir, ahora que Dios ha completado la revelación de Su mente y propósito a la humanidad por medio de la Biblia, ya no hay ninguna necesidad de otros medios. 

El Espíritu de Dios dice de la Palabra de Dios (la Biblia):

La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos (Salmos 19:7-8).

Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá... La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá... (Isaías 28:10, 13).

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia (2 Timoteo 3:16 ).

La verdad bíblica debe ser presentada en forma clara y lógica, aunque esté esparcida un poquito allí y otro poquito allá. Un punto debe llevar naturalmente al otro, sin contradicciones. Sólo así podrán las personas conocer a fondo la verdad. Debe darse la instrucción como si se la enseñara a niños, repitiendo el mismo punto una y otra vez, avanzando de un tema a otro fluidamente, de modo natural, sin forzar nada, de manera que las personas cuyas mentes han sido oscurecidas por el pecado puedan comprender de a poco. Esta instrucción puede parecer repetitiva, pero por eso mismo es efectiva.

Dios ya ha dicho todo lo que tenía que decir en esta etapa de la redención. Judas y el escritor de Hebreos nos aseguran esto al afirmar que:

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 1:3)

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo (Hebreos 1:1-2a).

Las personas que creen recibir o haber recibido revelaciones particulares del Señor se han expuesto a falsificaciones demoníacas y carnales por ignorar voluntariamente la Palabra de Dios, y pagarán en sí mismas las consecuencias de su extravío. PARTE II

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martes, 11 de mayo de 2021

¿SON TODOS LOS PECADOS IGUALES?

Una de las preguntas más frecuentes entre quienes tienen una consciencia religiosa es: “¿Son todos los pecados iguales? Con el fin de responder tal pregunta, debemos acudir a la única fuente definitiva que puede hablar con autoridad acerca de los pecados: la Biblia. Cuando lo hacemos, vemos que la respuesta depende del contexto en el que se formula la pregunta.

En un sentido general, la respuesta es: Sí, el pecado es pecado. Santiago 2:10-11 dice: Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.  De estos versículos, vemos que cualquier pecado es suficiente para condenar a una persona como pecadora. Juan dijo lo mismo cuando escribió: Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley (1 Juan 3: 4). 

Entonces, aunque nuestra sociedad puede ver ciertos pecados como más o menos importantes que otros, la Biblia enseña que cualquier desviación de la ley de Dios es suficiente para mantener a un individuo alejado de la presencia del Señor, si ese pecado no es perdonado.

Este punto se subraya aún más en la historia del joven rico (Lucas 18: 18-27). El joven rico le explicó al Señor Jesús que había guardado todos los mandamientos desde su juventud. El Señor le respondió diciendo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. 

Ante estas palabras, el joven rico se fue con tristeza. Aunque había guardo todos los mandamientos menos uno, seguía viviendo en pecado, debido al hecho de que valoraba su riqueza más que su relación con Dios. Según la declaración del Señor Jesús, al joven sólo le faltaba “una cosa”, sin embargo, esta fue suficiente para mantenerlo lejos de la presencia de Dios. Entonces, en este contexto, todos los pecados son iguales.

Sin embargo, el hecho de que cualquier pecado pueda condenar a una persona no significa que todos los pecados sean juzgados de la misma manera, o tengan las mismas consecuencias espirituales. La Biblia declara claramente, en numerosos lugares, que Dios considera que algunos pecados son “mayores” o más malos que otros. Por ejemplo, en Éxodo 32:21, Moisés le preguntó a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado? 

Obviamente, este es un lenguaje comparativo, lo que indica que el pecado de Aarón fue más grande o tuvo mayores implicaciones que algún otro pecado. 

También vemos este concepto trasladado al Nuevo Testamento. En Mateo 5:19, el Señor Jesús dice: De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Claramente, ciertos mandamientos son considerados menores, o pequeños y, por comparación, otros deben ser considerados mayores

El concepto de mandamientos mayores se encuentra en Mateo 23:23. Allí el Señor Jesús reprendió a los fariseos diciéndoles: “Dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Su punto fue muy claro; la falta de diezmo de una pequeña cantidad de las especias era un pecado menor en comparación a no administrar justicia y misericordia al prójimo.

Quizás la demostración más explícita de este principio se expresa en la conversación del Señor Jesús con Pilato. En Juan 19:11, Él le dice a Pilato: El que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. Su declaración no podría ser más directa. El individuo responsable de entregar al Señor a Pilato había cometido un pecado mayor que el pecado cometido por Pilato.

¿Y qué hay de Génesis 19 donde se describe la destrucción de Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas? (Judas 1:7) Implícito está en el pasaje que el pecado de los habitantes de estas ciudades era mayor que el de todas las otras ciudades del Medio Oriente, porque sólo ellas fueron destruidas.

Con esto en mente, una persona puede preguntarse cómo todos los pecados pueden hacer que una persona se pierda, pero algunos pecados son juzgados más severamente que otros. Una simple ilustración será suficiente para aclarar esta situación. 

Supón que una persona pide prestado dinero al banco para comprar un automóvil de 10 millones de pesos. Esa persona le devuelve el al banco 9 millones, pero deja de hacer los pagos finales por el auto. ¿Qué sucederá? El banco le quitará el automóvil, aunque la persona pagó todo el saldo excepto sólo 1 millón. Cualquier saldo impago es suficiente para perder el automóvil. 

Ahora supón que una persona pide prestados 10 millones para un automóvil y no devuelve nada. ¿Qué pasará? El banco también le quitará el automóvil. 

En estos dos casos, una persona tiene una deuda mayor que la otra. Pero ambas son deudas. Aunque sean de diferente cantidad, es suficiente para costarles a ambos clientes sus respectivos autos. 

Podemos ver que la Biblia dice explícita y claramente cómo ve Dios los pecados. Los pecados varían en términos de juicio y culpa, sin embargo, cualquier pecado es suficiente para hacer que una persona pierda su alma si Dios no le perdona. En vista de esta verdad, esforcémonos todos por obedecer fielmente a Dios para que la sangre de Su Hijo Jesucristo nos limpie continuamente de todos nuestros pecados confesados y abandonados, desde el menor hasta el mayor (1 Juan 1:7).  

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ANTERIOR: 

MUJERES DE LA BIBLIA

Estudio devocional de 55 mujeres de la Biblia



viernes, 1 de enero de 2021

MUJERES DE LA BIBLIA


«La influencia femenina es poderosísima para bien o para mal. Una vez oí decir a uno de los observadores más agudos que ninguno de los grandes movimientos para el avance de la humanidad se ha generado sin que la influencia de la mujer tuviese mucho que ver con ello. No sé si una afirmación tan superlativa es cierta o no, pero sí creo que contiene una gran verdad. Y es igualmente cierta y terrible la parte que han tenido las mujeres en la corrupción de nuestra raza. Cuando las mujeres de una nación son nobles, la vida nacional se mantiene fuerte. Cuando son corruptas, la nación se destruye. La mujer es el último baluarte del bien o del mal. En ella la compasión y la crueldad son superlativas». — 
G. Campbell Morgan, Searchlights from the Word (Faros de la Palabra, pág. 217). 

Este estudio devocional de 56 mujeres de la Biblia, ha sido adaptado para el blog; y ésta adaptación está lejos de estar terminada. A lo largo del tiempo ésta publicación será revisada, editada y ampliada, si es necesario; siéntanse cordialmente invitados(as) a visitarla periódicamente para estar al tanto de las mejorías. Los 4 últimos capítulos han sido adaptados de nuestro COMENTARIO DEL APOCALIPSIS.  

CONTENIDO

1. EvaMadre de la humanidad 

2. SaraMadre de naciones 

3. AgarVíctima de las circunstancias 

4. La mujer de LotRecuérdenla 

5. RebecaUna mujer manipuladora 

*. RaquelNunca satisfecha (Añadida martes 17 de agosto 2021)

6. LeaUna esposa leal 

7. DinaAtraída por el mundo 

8. María hermana de MoisésLa envidia produce juicio 

9. La Hija del FaraónSimplemente usada por Dios 

10. RahabLa prostituta transformada 

11. AcsaLa sabiduría práctica de una novia 

12. DéboraUna líder bendecida por Dios 

13. DalilaTraicionó por dinero

14. NoemíUna suegra sabia

15. RutTomó las decisiones correctas

16. AnaUna mujer de oración

17. MicalLa primera mujer de David

18. AbigailUna mujer pacificadora

19. BetsabéLa madre del rey Salomón

* NUEVO Abisag—La última mujer de David

20. Dos Madres RamerasDescubriendo el verdadero amor de madre

*. ¿Dónde Está La Sulamita?La joven que rechazó a Salomón (Añadida martes 2 de agosto 2022)

21. La Reina de SabaBuscaba sabiduría

22. La Mujer VirtuosaDebe producir también fruto espiritual

23. Jezabel (1)Una reina malvada

COMENTARIO DEL APOCALIPSIS

*. GomerAmor eterno (Añadida martes 17 de agosto 2021)

24. La Viuda de SareptaUna mujer hospitalaria

25. La Viuda EndeudadaFue bendecida porque obedeció por fe 

26. La SunamitaUna anfitriona generosa 

27. La Sierva de NaamánUna joven que sabía perdonar  

28. La Mujer RencillosaDios espera por ella para sanarla 





























56. La Diosa y la Iglesia (Añadida martes 18 de julio 2023)


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Primera publicación de la serie: Eva, domingo 20 diciembre 2020.
Última publicación de la serie: La esposa del Cordero, sábado 6 marzo 2021.

Dedicado a Ezekiel
2 Timoteo 2:7

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DE LA SALVACIÓN INICIAL, A LA FINAL 

EL AYUNO

EL SEÑOR ES MI PASTOR

JONATÁN 

EL HOMBRE DE DOBLE ÁNIMO

LA ORDEN DADA POR MARÍA—LA MADRE DEL SEÑOR 

EL LADRÓN Y SU MADRE—de Esopo

QUÉ ES EL ÉXITO 

HABLA PALABRAS DE FE

GASTAR Y GASTARSE

LA MISADE LA LITURGIA A LA REALIDAD

CATÓLICO? LO ESTÁN ENGAÑANDO

PREGUNTAS BÍBLICAS PARA CATÓLICOS  

LO QUE TODO CATÓLICO DEBE SABER  

EL CATOLICISMO: LA TRADICIÓN HUMANA VERSUS LA BIBLIA

ROMA LA GRAN MENTIRA (E-BOOK)

CUAL LA MADRE, TAL LA HIJA 

EL ADVENTISMO DEL SÉPTIMO DÍA 

LOS MORMONES 

LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ 

NUEVA ERA - PARTE I 

OCULTISMO Y SECTAS - PARTE I 

LA CIENCIOLOGÍA 

NO HAY NADA GAY EN SER GAY 

C. S. LEWIS - EL SANTO PATRÓN DE LOS NEOEVANGÉLICOS

SIETE VECES CAE EL JUSTO 

NO OS CONOZCO

NUNCA OS CONOCÍ

EL JUICIO COMIENZA POR LA CASA DE DIOS

COMAMOS Y BEBAMOS QUE MAÑANA MORIREMOS 

SANSÓN Y LOS CRISTIANOS DE HOY

LA VERDAD SOBRE EL DIVORCIO—Y CÓMO EVITARLO 

DURA COSA TE ES DAR COCES CONTRA EL AGUIJÓN

UN PASEO GUIADO POR LA BIBLIA

EL AMOR DE MUCHOS SE ENFRIARÁ

LO QUE DICE EL SEÑOR SOBRE EL INFIERNO

VUESTRO ADVERSARIO EL DIABLO 

UNA ADVERTENCIA A LA CRISTIANDAD

¿JUZGAR O NO JUZGAR A OTROS?

MATRIMONIOS DE LA BIBLIA 

(Estudio devocional de 13 matrimonios de la Palabra)






















martes, 20 de octubre de 2020

LA DEPRESIÓN Y EL HIJO DE DIOS


A continuación se presentan algunas verdades bíblicas que debemos entender sobre la depresión y la melancolía. Las citas de Charles Spurgeon son de Discursos A Mis Estudiantes [Lectures To My Students] a menos que se indique lo contrario. Lo citamos porque Spurgeon describió su depresión honestamente, y dio una excelente instrucción sobre eso.

La depresión es parte de esta vida caída que vivimos, y su razón no siempre puede ser conocida (Sal. 119: 28; Ro. 8: 22-23; 9:2; Fil. 2:26; 1 P. 1:6).

“Observo que algunos a quienes amo mucho y estimo, y que se encuentran, a mi juicio, entre los muy selectos del pueblo de Dios, viajan la mayor parte del camino al cielo de noche” (Spurgeon).

“Sufro una depresión tan aterradora que espero que ninguno de ustedes experimente jamás los extremos de la miseria en la que caigo” (Spurgeon).

“Horas después, he estado tan deprimido que me he sentido incapaz de volver a levantarme” (Spurgeon).

“Podía llorar por horas como un niño, y sin embargo no sabía por qué lloraba (Spurgeon).

“... Necesito algo que alegre mi corazón; por qué, no puedo decirlo; por qué, no sé; pero tengo un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetea; mi alma está abatida dentro de mí. Siento que preferiría morir que vivir; todo lo que Dios tiene para mí parece que no tiene valor, y mi espíritu flaquea y mi coraje se rompe. Necesito tus oraciones” (Spurgeon).

“Tenemos nuestros tiempos de tristeza natural; también tenemos nuestros tiempos de depresión, cuando no podemos hacer otra cosa que agachar la cabeza. También nos sobrevienen temporadas de letargo, por cambios en nuestro cuerpo natural, o por el cansancio, o el reflote de emociones. Los árboles no siempre son verdes, la savia duerme en ellos en invierno; y nosotros tenemos inviernos también. La vida no siempre puede estar en marea alta: la plenitud de la bendición no está sobre el más amable en todo momento” (Spurgeon).

“No se debe razonar con la depresión sin causa, ni el arpa de David puede encantarla con dulces acordes; como no se puede luchar ni con la niebla ni con la desesperanza indefinible, que todo lo obscurece. Uno no tiene piedad de sí mismo cuando está en esta situación, porque parece tan irrazonable, e incluso pecaminoso, estar preocupado sin causa manifiesta; y, sin embargo, el hombre está turbado, incluso en lo más profundo de su espíritu. Si aquellos que se ríen de tal melancolía sólo sintieran el dolor durante una hora, su risa se convertiría en compasión. La resolución podría, quizás, sacudirla, pero ¿adónde vamos a encontrar la resolución cuando todo el hombre está encadenado? El médico y la Divinidad pueden unir su habilidad en tales casos, pero ambos tienen sus manos llenas, y más que llenas. El cerrojo de hierro que sujeta tan misteriosamente la puerta de la esperanza mantiene nuestro espíritu en una prisión lúgubre, y se necesita una mano celestial para abrirla” (Spurgeon).

“Sé que los hermanos sabios dicen: 'No debes ceder ante sentimientos de depresión'... Si aquellos que culpan con tanta facilidad supieran alguna vez qué es la depresión, se darían cuenta que es cruel echar la culpa sobre el que necesita consuelo. Existen experiencias de los hijos de Dios que están llenas de oscuridad espiritual; y yo estoy casi persuadido de que aquellos de los siervos de Dios que han sido los más favorecidos, han sufrido, sin embargo, más tiempos de oscuridad que otros. Abraham nunca conoció tan bien el pacto como cuando el horror de la gran oscuridad vino sobre él, y luego vio la lámpara brillante moviéndose entre los pedazos del sacrificio. Uno mayor que Abraham fue llevado temprano por el Espíritu al desierto, y una vez más, antes de que acabara su vida, estaba triste y muy apesadumbrado en el jardín. Ningún pecado está necesariamente relacionado con la tristeza del corazón, porque Jesucristo nuestro Señor dijo una vez: 'Mi alma está muy triste, hasta la muerte'. No había pecado en Él y, por consiguiente, ninguno era la causa de Su profunda depresión. Me gustaría, por lo tanto, tratar de animar a cualquier hermano que esté triste, porque su tristeza no es necesariamente culpable. Si su espíritu abatido surge de la incredulidad, que se azote a sí mismo y clame a Dios que lo libere de ella; pero si el alma suspira—'aunque me mate, sin embargo, confiaré en él—su deseo de morir no es culpa. El camino del dolor no es necesariamente culpa del pecado, sino un camino sagrado santificado por las oraciones de miríadas de peregrinos ahora con Dios—peregrinos que, pasando por el valle de Baca [lit.: de llanto] que se torna en fuente, cuando la lluvia llena los estanques: de tales está escrito: 'Irán de poder en poder; verán a Dios en Sión'” (Spurgeon  El púlpito del Tabernáculo Metropolitano , 1881, vol. 27. Referencia, Salmo 84:7,8).

Algunas personas son más propensas a la depresión y a la tristeza que otras

“En cuanto a los trastornos mentales, ¿hay alguien completamente cuerdo? ¿No estamos todos un poco fuera de equilibrio? Algunas mentes parecen tener un tinte lúgubre esencial para su propia individualidad; de ellos se puede decir: 'La melancolía los marcó como uno los suyos'; mentes finas y gobernadas por los principios más nobles, pero aún más propensas a olvidar el lado positivo y recordar solo la nube” (Spurgeon, 'Los Puños Caídos del Ministro', en Discursos A Mis Estudiantes).

Debemos confiar en la soberanía y la bondad de Dios (Romanos 8:28).

“Sería una experiencia muy aguda y difícil para mí pensar que tengo una aflicción que Dios nunca me envió, que la amarga copa nunca fue llena por su mano, que mis pruebas nunca fueron medidas por Él, ni enviadas medidas en su peso y cantidad”(Spurgeon).

“Si bebes del río de la aflicción cerca de su desembocadura, es salobre y ofensivo para el paladar, pero si lo rastreas hasta su origen, donde se eleva al pie del trono de Dios, encontrarás que sus aguas son dulces y saludables” (Spurgeon).

“Siempre que interprete mi dolor como accidente, mi duelo como error, mi pérdida como equivocación, mi malestar como enemigo, y así sucesivamente, soy de la tierra, terrenal , y me romperé los dientes con piedras de grava; pero cuando me levanto a mi Dios y veo su mano en la obra, me tranquilizo, no tengo una palabra de queja” (Spurgeon).

Puede Haber Propósitos Divinos En La Depresión: Prepararnos para ayudar a otros (2 Corintios 1: 4).

“Un domingo por la mañana, prediqué del texto: 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué has desamparado?', y aunque no lo dije, prediqué mi propia experiencia. Y escuché el ruido de mis propias cadenas mientras trataba de predicar a mis compañeros de prisión en lo oscuro; y no sabría decir por qué fui llevado a un horror tan terrible en la descripción de la oscuridad, que parecía estar condenado. El lunes siguiente, por la noche, un hombre vino verme; tenía todas las marcas de la desesperación en su rostro. Su cabello estaba erizado y sus ojos estaban listos para saltar desde sus órbitas. Me dijo, después de un poco de conversar, 'Nunca antes, en mi vida, escuché hablar a un hombre que pareciera conocer mi corazón. El mío es un caso terrible; pero el domingo por la mañana describiste toda mi vida, y predicaste como si hubieras estado dentro de mi alma'. Por la gracia de Dios salvé a ese hombre del suicidio y lo conduje a la luz y a la libertad del evangelio. Pero sé que no podría haberlo hecho si no hubiera estado yo mismo encerrado en el calabozo en el que él yacía. Les cuento la historia, hermanos, porque a veces puede que no entiendas tu propia experiencia, y la gente perfecta puede condenarte por padecerla; pero, ¿qué saben ellos de los siervos de Dios? Tú y yo tenemos que sufrir mucho por el bien de la gente a nuestro cargo... Puede que estés en la oscuridad egipcia, y puede que te preguntes por qué tal horror te heló la médula; pero puedes estar completamente en el camino que Dios ha preparado para ti, y ser guiado por el Espíritu a una posición de simpatía con mentes abatidas” (Spurgeon, Un Ministerio Integral [An All Round Ministry, pgs. 221-222]).

“A menudo me siento muy agradecido con Dios por haber pasado por una terrible depresión de espíritu. Conozco las fronteras de la desesperación y el horrible borde de ese abismo de oscuridad en la que casi se han adentrado mis pies; pero cientos de veces he sido capaz de dar un apoyo útil a los hermanos y hermanas que han entrado en esa misma condición, cuya ayuda nunca podría haber dado si no hubiera yo conocido su profundo abatimiento. Por eso creo que la experiencia más oscura y espantosa de un hijo de Dios les ayudará a ser un pescador de hombres si siguen a Cristo” (Spurgeon, El Ganador de Almas [The Soul Winner, chapter 14]).

Para humillarnos (2 Corintios 12: 7-10).

“Aquellos que son honrados por su Señor en público por lo general tienen que soportar un castigo secreto, o llevar una cruz peculiar, no sea que por cualquier medio se ensalcen, y caigan en el lazo del diablo” (Spurgeon)

Para el crecimiento espiritual (Romanos 5: 3-5).

“Me temo que toda la gracia que he obtenido de mis tiempos cómodos y fáciles y horas felices, no vale ni un centavo. Pero el bien que he recibido de mis dolores y penurias y aflicciones es un conjunto incalculable... La aflicción es la mejor decoración en mi casa. Es el mejor libro en la biblioteca de un ministro” (Spurgeon).

El ministerio trae preocupaciones y dolores especiales (2 Co. 7: 5; 11:28).

“Anhelos apasionados después de la conversión de los hombres, si no se satisfacen completamente (¿y cuándo lo son?), consumen el alma con ansiedad y desilusión. Ver a los esperanzados apartarse, a los piadosos enfriarse, a los profesantes abusar de sus privilegios y a los pecadores haciéndose más audaces en el pecado, ¿no son estas visiones suficientes para aplastarnos contra la tierra? El reino no viene como quisiéramos, el nombre glorioso no es santificado como deseamos, y por esto debemos llorar. ¿Cómo no vamos a estar tristes si no creen en nuestro anuncio, y el brazo divino no se revela? Toda mente tiende a cansarse y deprimirse, porque mucho estudio es un cansancio de la carne; pero el nuestro es más que un simple trabajo mental, es el trabajo del corazón, el trabajo de nuestra alma más íntima. Cuán a menudo, en las noches del día domingo, sentimos como si la vida hubiera sido completamente quitada de nosotros. Después de derramar nuestras almas sobre nuestras congregaciones, nos sentimos como cántaros de barro vacíos que un niño podría romper” (Spurgeon).

La depresión puede estar asociada con la guerra espiritual (Efesios 6: 10-12).

“La depresión puede preceder a los tiempos de la victoria. Muchas veces el diablo peleará más duro y enviará tiempos más oscuros antes de grandes avances espirituales y victorias. La depresión se apodera de mí cada vez que el Señor está preparando una bendición mayor para mi ministerio; la nube es más negra antes de romperse, y ensombrece antes que ella derrame su lluvia de misericordia. La depresión se ha convertido ahora para mí en un profeta en ropa tosca, un Juan el Bautista, anunciando la llegada más cercana de la bendición más rica” (Spurgeon).

La depresión también puede seguir a tiempos de victoria, como con Elías, que estaba tan abatido después de su gran victoria en el Monte Carmelo que quería morir (1 Reyes 19: 2-4).

Debemos cuidar nuestra salud espiritual (2 P. 1).

Si no estás creciendo, estás retrocediendo y el retroceso puede causar depresión.

No descuides el tiempo de quietud diaria con Dios en estudio bíblico y oración seria, caminando en comunión con Cristo, rindiéndote al Espíritu Santo (Efesios 5:18), quitándote el hombre viejo y poniéndote el nuevo (Efesios 4: 22-24). 

El pecado puede causar depresión. Aunque no toda la depresión es causada por el pecado (Ej., Cristo en el Salmo 69:20), gran parte de ella lo es. Todos tenemos una naturaleza caída y un corazón engañoso y malvado, y todos vivimos bajo la maldición de la muerte debido al pecado, por lo que no existe tal cosa como salud perfecta, como Dios originalmente quiso que la hubiera. Pablo habló de “este cuerpo de muerte”(Rom. 7:24), y la vida en este cuerpo es la realidad incluso para los cristianos nacidos de nuevo.

El pecado entristece al Espíritu Santo (Efesios 4:30) y trae castigo divino (Hebreos 12: 6). El pecado incluso puede llevar a una muerte prematura si el pecador no se arrepiente (1 Juan 5: 16-17).

Un gran número de casos en la actualidad que se diagnostican como depresión clínica son sin duda productos del pecado y la falsa doctrina, aunque tales causas rara vez son admitidas. 

En la psicología moderna, el pecado generalmente se descarta como resultado de la depresión, en lugar de reconocerlo como la causa de la depresión. Uno bebe, abusa de las drogas y comete adulterio, y cae en la depresión. Y la depresión se trata como una enfermedad, nunca como un efecto del estilo de vida pecaminoso. El deprimido es considerado una víctima de las circunstancias.

Tina Campbell del dúo de gospel negro Mary Mary contempló el asesinato y el suicidio en 2013 después de que su esposo cometiera adulterio. Ella dijo: “Estoy triste; estoy destrozada, estoy insegura. ... Consideré quitarme la vida. Consideré llevarme mis niños conmigo. Pensaba: 'No quiero dejarles un legado de suicidio, así que tal vez debería llevármelos a todos. ... Pensaba: 'Tal vez llevarme a estas personas que me hirieron y dejar a mi marido aquí para que lo enfrente, para que pueda darse cuenta, 'mira lo que hiciste'” (Mary Mary's Tina Campbell, TheGrio.com, 3 de marzo de 2016). La violencia no se limitó a sus pensamientos. Ella usó un martillo y unas tijeras para destruir el auto de su marido. En testimonio público, Tina nunca reconoció que su mundano estilo de vida (2 Timoteo 3: 3-4) y su falsa teología carismática fueran posibles causas de su depresión. Ella es una víctima.

La artista de CCM (Música Cristiana Contemporánea) Sheila Walsh, entonces copresentadora del Club 700 de Pat Robertson , fue hospitalizada en 1992 y sometida a terapia psiquiátrica, incluido el tratamiento farmacológico, porque ella estaba “luchando con una enfermedad de la mente”. Ella dice que está mal suponer que “tu comportamiento o una perversa falta de fe lo provocó” (“Sheila Walsh escapa de la oscuridad de la depresión”, el Club 700). Ella dice que nosotros siempre le deberíamos decir a los que sufren de depresión: “No es tu culpa” (“Sheila Walsh agradece a Dios todos los días por su tratamiento de salud mental”, Assist NewsService, 21 de octubre de 2015). Le diagnosticaron depresión clínica grave y trastorno de estrés postraumático, como si hubiera estado en un feroz combate militar, y más de 20 años después, Walsh continúa tomando medicamentos. De nuevo, en sus testimonios públicos no se reconoció la posibilidad de que su filosofía ecuménica y su estilo de vida mundano tuviera algo que ver con su condición.

No sabemos qué causó realmente la depresión ni los problemas mentales de estas mujeres, pero como creyentes sabemos que está mal dejar de lado la posibilidad de que el pecado y la falsa enseñanza tengan algo que ver con esto. La depresión a menudo es el resultado del abuso del alcohol y las drogas. Esto es cierto en el caso de muchos ex-adictos.

La depresión también puede ser causada por el pecado de otras personas que nos afectan (Prov.10: 1).

Debemos cuidar nuestra salud física

La mala salud puede causar depresión. “¿No ha ocurrido a menudo que la dispepsia haya ha sido confundida con la reincidencia, y la mala digestión ha sido catalogada como una taquicardia?” (Spurgeon).

Spurgeon sufría terriblemente de gota, a veces pasaba postrado en cama durante semanas seguidas, atormentado por el dolor. Dijo: “Estoy abatido. Mi carne ha sido torturada con dolor y mi espíritu se ha postrado por la depresión.... Con algo de dificultad escribo estas líneas en mi cama, mezclándolas con los gemidos de dolor y los cantos de esperanza”.

La falta de sueño puede provocar depresión. Cuando uno está cansado, está vulnerable a la depresión. Debemos aprender a no tomar decisiones a altas horas de la noche. Las cosas se verán mucho más oscuras entonces. 

La falta de descanso puede provocar depresión. Algunas personas necesitan más descanso y “tiempo libre” que otras. Necesitamos entender el funcionamiento de nuestro espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23) y ser sabios con la administración de nuestra energía física, espiritual y mental; pero también tenemos que evitar el consentirnos.

“Es prudente tomarse un descanso ocasional. A largo plazo, haremos más haciendo menos. Trabajar siempre, sin descanso ni recreación puede convenir a los espíritus emancipados de esta 'vasija de barro', pero mientras estemos en ella, debemos de vez en cuando detenernos y servir al Señor con santa inacción y consagrado ocio. Que ninguna conciencia tierna dude de la legalidad de salir del arnés por un rato” (Spurgeon).

La falta de ejercicio físico puede provocar depresión. El ejercicio físico regular es importante para mantener el cuerpo sano.

David Brainerd, famoso misionero de los indios americanos, sufría de grandes altibajos emocionales, a veces sintiendo gran pasión espiritual y amor por Dios, y otras sufriendo de oscuras depresiones. Al menos 22 veces en su diario expresó un deseo de muerte. Al comienzo de su diario , escribió: “Desde mi juventud me he sentido inclinado más a la melancolía que por el extremo opuesto”. Sin duda, la tuberculosis de Brainerd, que le quitó la vida a los 29 años, contribuyó a su depresión. 

Un predicador sufría de insuficiencia renal, y eso lo llevó a un profundo estado de depresión espiritual. Decía que si bien la Biblia había sido su deleite en el pasado, ahora sentía que se burlaba de él. Cuando tuvo un trasplante de riñón exitoso, su depresión cesó. 

Eric Liddell, el famoso corredor olímpico escocés que se convirtió en misionero en China y murió en un campo de prisioneros japonés, era conocido por ser una persona sumamente alegre, pero en su enfermedad final cayó en una profunda depresión. “Especialmente por la noche, poco antes de que se apagaran las luces de su habitación, la melancolía amenazaba con ahogarlo. Esto no era inusual entre los hombres de su dormitorio, ya que la guerra se prolongaba más de lo esperado. Lo que se hizo evidente, sin embargo, fue que Liddell seguía deprimido a la mañana siguiente. Su depresión no desaparecería.... Los médicos mencionaron la posibilidad de una 'crisis nerviosa'” (Duncan Hamilton, Por la Gloria).

Resultó que Liddell tenía un tumor cerebral. Pronto tuvo dos derrames cerebrales y murió a los 43 años.

Debemos clamar a Dios por ayuda (Sal. 138: 3; 1 Ped. 5: 9).

“Cuando hace unos meses estuve atormentado por el dolor, en un grado extremo, de modo que ya no pude soportarlo sin gritar, les pedí a todos que se fueran de la habitación, y me dejaran solo. Y luego no tenía nada que decirle a Dios excepto esto, 'Tú eres mi Padre, y yo soy tu hijo; y tú, como Padre, eres tierno y misericordioso. Yo no soportaría ver sufrir a mi hijo como tú me haces sufrir, y si lo viera atormentado como estoy ahora, haría lo que pudiera para ayudarlo, y pondría mis brazos debajo de él para sostenerlo. ¿Esconderás de mí tu rostro, Padre mío?  ¿Todavía estará sobre mí tu pesada mano y no me dejarás ver una sonrisa en tu rostro? Cuando me quedé callado, y volvieron quienes me cuidaban, les dije: 'Nunca volveré a tener tal dolor a partir de este momento, porque Dios ha escuchado mi oración '. Bendigo a Dios que me devolvió la tranquilidad y el dolor insoportable nunca volvió” (Spurgeon).

Debemos poner la mirada en las cosas de arriba (Col. 3: 1-4). Debemos tener una mirada amplia (2 Cor. 4:17; Rom. 8:18). Debemos entender que la pesadez puede ser espiritualmente beneficiosa (Stg. 4:9), por un tiempo.

Debemos mantener nuestros ojos en Dios y nuestra fe en sus promesas (Job13:15).

“Sufro de una depresión tan aterradora que espero que ninguno de ustedes llegue jamás a tal extremo de miseria que sufro yo. Pero siempre salgo de ella por esto: sé que confío en Cristo. No tengo más confianza que en Él, y si Él cae, yo caeré con Él. Pero si Él no lo hace, yo no lo haré. Porque Él vive, yo también viviré, y mis piernas me sostendrán otra vez y lucharé contra mi depresión y conseguiré la victoria a través de Cristo. Y tú también puedes hacerlo y debes hacerlo, porque no hay otra forma de escapar de ella” (Spurgeon). 

Conclusión

Nótese que Spurgeon combatió su depresión, y triunfó sobre ella, con puros medios espirituales: fe, oración y la Palabra de Dios. No consultó psiquiatras, ni psicológos, ni neurólogos, ni terapeutas de ninguna clase. Tampoco usó antidepresivos, ansiolíticos, pastillas para dormir ni fármacos de ningún otro tipo. Los hijos e hijas de Dios pueden sufrir de depresión, como claramente la experiencia de Spurgeon lo atestigua, pero el Señor es más que sufieciente para librarnos de este flagelo. Muchos de los escritores de los Salmos muestran la misma experiencia de Spurgeon, y ellos también salieron adelante mediante la práctica de la fe, la oración y la Palabra de Dios. Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Él puede, y quiere librar de la depresión, a cualquier creyente que ponga su fe en Él y en su Palabra. 

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