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41. MARTA—HACÍA MÁS DE LO QUE DEBÍA

En este capítulo y el próximo, estudiaremos a Marta y María, que vivían en Betania. Los estudios sobre estas hermanas tienden a señalar las diferencias que existían entre ellas, dando la impresión de que una era mejor que la otra. Vamos a estudiarlas por separado a ver qué buenos rasgos podemos aprender de cada una de ellas.

El hogar de Marta

La Biblia no nos detalla la vida de Marta excepto que era hermana de María y Lázaro. La Biblia menciona a dos Lázaros. Este es a quien Jesús resucitó de entre los muertos, después de haber estado enterrado por cuatro días. Como el relato transcurre en “La casa de Marta”, hay quienes creen que Marta era la hermana mayor. Ciertamente que fue ella la que se tomó la responsabilidad de ser la anfitriona. Una historia bíblica que se encuentra en Lucas 10:38-42 nos describe claramente la personalidad de Marta:

38 Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 

39 Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. 

40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. 

41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. 

42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.

Cuando Jesús comenzó su ministerio público, no siempre regresaba a su hogar en Nazaret para descansar. En cambio, iba a este hogar en Betania. Allí era recibido con afecto. Jesús quería mucho a Marta, a María y a Lázaro.

La Biblia describe a Marta como un hermoso ejemplo de anfitriona, Jesús viajaba con sus discípulos y otros seguidores, de modo que por lo menos trece personas llegaban al hogar de Marta, y ella los atendía servicialmente a todos.

Estudiar la vida de Marta nos lleva a hacernos varias preguntas: ¿Cómo reaccionaría yo, si trece personas se aparecieran de repente en mi casa buscando alojamiento y comida? ¿Es mi hogar limpio y atractivo? La gente que viene a mi casa ¿percibe una atmósfera cordial de bienvenida? La mayor parte de nosotras no estaríamos en condiciones de recibir a tanta gente, especialmente de manera imprevista, pero la Biblia nos enseña que debemos estar preparadas para ser hospitalarias cuando se nos da la oportunidad.

El problema de Marta

Marta gustosamente había recibido a la gente en su hogar, pero estaba ocupadísima preparando y sirviendo la comida. Mientras Marta trabajaba, María estaba sentada a los pies de Jesús escuchando sus enseñanzas. Marta necesitaba ayuda, pero no llamó a María. En cambio fue a decirle a Jesús que le dijera a María que la ayudara. Marta expresó su enojo y frustración en forma de queja.

Jesús corrigió a Marta con bondad y cariño. Pero puesto que pronunció su nombre dos veces, sabemos que Jesús hablaba en serio. Marta fue la única mujer a quien Jesús le habló en esta forma. Jesús no la reprendió por hacer el trabajo. Sabía que ella quería que todo saliera perfecto para Él y sus discípulos. Más bien la amonestó por estar demasiado preocupada por lo externo. Esto era un obstáculo para su comunión espiritual y personal con Él. Jesús dijo que María había elegido lo mejor: la comunión con Él, y que esta no le sería quitada.

Marta ocupaba su tiempo en preparativos. Puede haber estado preparando una comida elaborada, cuando un plato sencillo era suficiente. El tiempo que ella hubiera podido ahorrar lo podría haber usado en aprender de Jesús. Debemos tener mucho cuidado de no estar tan ocupadas en hacer el bien que no nos ocupemos de estar un tiempo con el Señor orando y estudiando la Palabra.

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La declaración de fe de Marta

El Evangelio de Juan registra otro episodio en la vida de Marta. Cuando murió su hermano Lázaro, en su hogar estaban dolidos. Las hermanas habían enviado por Jesús para que sanara a su hermano. Pero Jesús no vino de inmediato, y Lázaro murió. Las Escrituras dicen que Jesús esperó dos días después de haber escuchado que Lázaro estaba enfermo (Juan 11:6).

Cuando Jesús finalmente llegó, Marta salió a su encuentro. Le dijo: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21). Después agregó lo siguiente: “Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará” (Juan 11:22). Nótese la fe y confianza total y absoluta de Marta en el poder de Jesús. Antes de entrar a la casa, Jesús sostuvo un diálogo con Marta acerca de la resurrección, que se encuentra en Juan 11:23-27:

23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 

24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero. 

25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mi aunque esté muerto, vivirá.

26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

27 Le dijo: Si, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.

Este pasaje nos muestra que Marta aprendió la lección. Dejó sus tareas para ir a encontrarse con Jesús. Inmediatamente recibió consuelo para su dolor. Jesús desvió la atención de Marta de su dolor hacia su persona. Le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida”. Le declaró su deidad, su poder y su autoridad. Lo que fue verdad entonces, es verdad hoy: el único medio de obtener la vida eterna, es creyendo en el Señor Jesucristo.

Aún cuando Marta no haya comprendido todo lo que Jesús le dijo, cuando Él le preguntó si ella creía, Marta hizo una clara confesión de su fe en Jesús. Cada uno debe hacer una profesión personal de fe en Jesucristo a fin de obtener la salvación que Él proveyó cuando murió en la cruz por nuestros pecados. Romanos 10:9 dice: “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. Si tú nunca has creído y recibido a Jesús como Salvador ¿por qué no lo haces ahora mismo?

El cambio de actitud de Marta

La última vez que se menciona Marta en las Escrituras es en Juan 12:1-11. El escenario es en una cena en su casa, unos días antes de la pascua. Jesús se encuentra allí con Lázaro. Marta, como siempre estaba ocupada sirviendo. Pero esta vez hay una sensación de calma y paz. Durante esta cena su hermana María unge los pies de Jesús con un perfume muy costoso. Pero no oímos que Marta se queje.

Pensamientos finales

Uno de las lecciones más importantes que aprendemos de este estudio, es que Marta abrió su hogar a Jesús. A lo mejor las primeras veces que Él vino, ella no haya comprendido quién era Él. Pero aun así, abrió su hogar y agasajó a Jesús.

La mayor parte de la gente sabe muy poco acerca de Jesús cuando recién le aceptan en sus vidas. ¿Cómo hacen para aprender más? De la misma manera en que nos familiarizamos con cualquiera. Debemos pasar tiempo con esa persona. Debemos pasar tiempo con Jesús leyendo su Palabra y hablando con él en oración.

Marta nos enseña acerca del peligro de estar demasiado ocupadas para continuar creciendo en nuestra relación con el Señor. El tiempo que pasamos con Jesús y el que usamos en su servicio son ambos importantes, pero debemos mantenerlos en un correcto equilibrio.

En la próxima lección analizaremos la vida de María, la hermana de Marta. Como Marta, tiene mucho que enseñarnos. A pesar de que estas hermanas eran tan diferentes, Dios las usó a ambas. Es tan bueno saber que hay un lugar para cada una de nosotras en la familia de Dios.

Temas de discusión

  • ¿De qué modo Marta es ejemplo de buena y mala anfitriona? 
  • ¿Está mal trabajar para Jesús?
  • Describe el modo en que Jesús corrigió a Marta. ¿De qué manera es esto un ejemplo para nosotras?
  • ¿Cuándo y cómo demostró Marta que había aprendido el equilibrio entre el servicio y la devoción? 
  • ¿De qué modo puedes tú usar tu hogar para el Señor?
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