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7. DINA—ATRAÍDA POR EL MUNDO

Algunas de las mujeres de estos estudios bíblicos son buenos ejemplos a seguir. También hay algunas que erraron en su juicio o que simplemente fueron rebeldes. Estas últimas nos enseñan lo que no debemos hacer. 

Dina es uno de esos casos. Como hija de Jacob y Lea, pertenecía a una familia con la cual Dios había hecho un pacto de bendición. Las doce tribus de Israel descendían de sus hermanos.

Por qué Dina es un mal ejemplo

Durante el período en que su familia viajó desde Padan-aram a la ciudad de Siquem en Canaán, Jacob, su padre, le compró un lote de terreno a Hamor, príncipe de Siquem. Una vez que se instalaron, Dina decidió ir a ver qué tal era la vida en Siquem. Esta curiosidad les causó muchos problemas y angustia tanto a ella como a su familia. La historia se encuentra en Génesis 34:1-2.

1 Salió Dina la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver a las hijas del país. 

2 Y la vio Siquem hijo de Hamor heveo, príncipe de aquella tierra, y la tomó, y se acostó con ella, y la deshonró.

Estoy segura que cuando Dina dejó su casa para irse a ver las “hijas” del país, fue por curiosidad natural. Era la única mujer en una familia de once hermanos. Pero ir sola y sin protección a una ciudad desconocida fue una imprudencia.

Cuando Dina se apareció sola en Siquem, de inmediato se convirtió en un objetivo para los hombres de la ciudad. La Biblia dice que el hijo de Hamor “la vio y la tomó”. Algunos eruditos creen que las palabras “la tomó”, en el idioma hebreo del Antiguo Testamento implican que Dina fue tomada por la fuerza y violada.

De cualquier forma, sabemos que Siquem la deshonró. La Biblia no dice si Dina se resistió o se trató de escapar. Cuando José, el hermano de Dina, pasó por una situación similar en Egipto, él tuvo que huir abandonando su vestimenta cuando la mujer de Potifar trató de seducirlo.

Génesis 34:3-8 nos dice cómo reaccionó su familia cuando supieron lo que le había sucedido a Dina:

3 Pero su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella.

4 Y habló Siquem a Hamor su padre, diciendo: Tómame por mujer a esta joven.

5 Pero oyó Jacob que Siquem había amancillado a Dina su hija; y estando sus hijos con su ganado en el campo, calló Jacob hasta que ellos viniesen.

6 Y se dirigió Hamor padre de Siquem a Jacob, para hablar con él. 

7 Y los hijos de Jacob vinieron del campo cuando lo supieron; y se entristecieron los varones, y se enojaron mucho, porque hizo vileza en Israel acostándose con la hija de Jacob, lo que no se debía haber hecho. 

8 Y Hamor habló con ellos, diciendo: El alma de mi hijo Siquem se ha apegado a vuestra hija; os ruego que se la deis por mujer.

Parecería que Jacob, aunque estaba apesadumbrado, quería solucionar el asunto sin producir mayores problemas. Pero, los hermanos de Dina se enfurecieron. Consideraban que su hermana había sido tratada como una prostituta. En medio del relato, la Biblia agrega que el hombre que había seducido a Dina se sentía realmente atraído por ella, hasta el punto de querer casarse.

Pero sus hermanos llegaron a un acuerdo con los hombres de aquel país, diciéndoles que Dina no podía casarse con un hombre incircunciso. Entonces, los hombres de la ciudad se juntaron y consideraron las riquezas de la familia de Jacob. Decidieron ser circuncidados, si eso era todo lo que se necesitaba para tomar esposas de esa familia. Así pues, “circuncidaron a todo varón” (Génesis 34:24).

Los hombres de Siquem cambiaron su aspecto exterior, no para ser puros delante de Dios ni para identificarse con el pueblo de Dios, sino para poder tomar por esposas a las israelitas. Hoy en día, muchos hombres y mujeres en todo el mundo hacen lo mismo. Van a la iglesia, pulen su lenguaje, suspenden sus malos hábitos, para poder casarse, pero nunca se arrepienten verdaderamente de sus pecados ante Dios. Debemos advertirles a nuestros amigos e hijos de este peligro para que no se encuentren atrapados en un casamiento con un(a) incrédulo(a).

La ira de los hermanos de Dina

La Biblia continúa diciendo que aún después de que los hombres se habían circuncidado, los hermanos de Dina continuaban disgustados e insatisfechos. Leamos el resto de la historia en Génesis 34:24-27:

24 Y obedecieron a Hamor y a Siquem su hijo todos los que salían por la puerta de la ciudad, y circuncidaron a todo varón, cuantos salían por la puerta de su ciudad. 

25 Pero sucedió que al tercer día, cuando sentían ellos el mayor dolor, dos de los hijos de Jacob, Simeón y Levi, hermanos de Dina, tomaron cada uno su espada, y vinieron contra la ciudad, que estaba desprevenida, y mataron a todo varón.

26 Y a Hamor y a Siquem su hijo los mataron a filo de espada; y tomaron a Dina de casa de Siquem, y se fueron. 

27 Y los hijos de Jacob vinieron a los muertos, y saquearon la ciudad, por cuanto han amancillado a su hermana.

El viaje de Dina a la ciudad, no sólo le costó su virginidad, sino también las vidas de muchas personas de Siquem. Fue deshonrada como si fuera una ramera y el hombre que la violó murió.

Esta historia termina en un cuadro cruel y sangriento. Una cosa queda clara: los israelitas le daban mucho valor a la castidad de sus mujeres.

En el siguiente capítulo de Génesis, leemos que Dios le dijo a Jacob que tomara a su familia y que se fuera a Betel a adorarle allí. Aunque no se menciona su nombre, se supone que Dina debe haber ido con su familia. A través de esa tragedia todos aprendieron una valiosa lección.

Lecciones de la vida de Dina

¿Qué podemos aprender de este incidente? Primero, debemos darnos cuenta de que no está mal sentir curiosidad acerca del mundo que nos rodea. Dios nos dio una mente, y desea que la usemos para pensar correctamente. Pero es incorrecto ponernos a nosotros y a los demás en peligro sólo para satisfacer nuestra curiosidad. Le habrá pedido permiso Dina a su padre para hacer la visita. ¿Le habrá pedido a uno de sus hermanos que la acompañe? Poco probable.

Pero sí podemos saber que hacer algo contrario a la Palabra de Dios nos llevará a tener problemas y posiblemente aun al desastre. En 1 Juan 2:15-17 se nos da una solemne advertencia contra el amor por las cosas del mundo. He aquí el mandamiento. 

15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él, 

16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 

17 Y el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

Otra lección que podemos aprender de Dina es que Dios está lleno de amor y misericordia. Después de la tragedia, la familia de Dina regresó a Bethel, adonde Dios se había encontrado antes con Jacob. Ellos adoraron a Dios juntos en ese lugar. 1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad”.

Ahora mismo debemos pedirle a Dios que nos perdone y aceptar su perdón; después debemos seguir adelante con nuestras vidas. No debemos sentirnos continuamente derrotados por un error del pasado.

Pensamientos finales

A menudo las mujeres cometen graves errores en materia de casamiento. Aun cuando saben que la persona con la que desean casarse no es un verdadero creyente en Jesucristo, creen que de algún modo las cosas mejoraran después de casados. El motivo que aducen es que “El irá a la iglesia conmigo después que nos casemos”. O: “Él dejará de beber tanto y de vivir de fiesta una vez que nos hayamos establecido en nuestra vida de casados”. Esta línea de pensamiento les hace correr el riesgo de casarse con un no creyente en lugar de obedecer a la Palabra de Dios. Y esto les acarrea tragedia a sus vidas.

A lo mejor  tú has actuado de modo necio, tal como Dina, y te encuentras en graves problemas. Si es así, acuérdate que Dios da segundas oportunidades. Si crees que tu situación es imposible de cambiar ten presente que Dios es del Dios de lo imposible. Puede tomar una vida golpeada y deshecha e insuflarle paz, libertad, y nueva esperanza. Vuélvete a Dios hoy para obtener la limpieza y ayuda que necesitas. Admite tu pecado y pide perdón. Ya que Dios dio a su Hijo único para que muriera por nuestros pecados, te dará gratuitamente lo que necesitas a cambio de tu genuino arrepentimiento.

Temas de discusión

  • ¿Qué errores cometió Dina? 
  • ¿Cuáles fueron las consecuencias de su curiosidad?
  • ¿Cómo reaccionaron los hermanos de Dina ante lo que le había sucedido a su hermana?
  • ¿Cuál fue el significado del regreso de la familia a Bethel?
  • ¿Qué esperanza tienen aquellos que se encuentran en problemas que ellos mismos han generado?