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3. AGAR—VÍCTIMA DE LAS CIRCUNSTANCIAS

Agar fue la sierva que concibió un hijo de Abraham por pedido de Sara. Los celos resultantes le amargaron la vida a todos. Cuando Sara le ordenó a Agar ser tomada por Abraham, la joven esclava hizo lo que se le ordenó. Es poco probable que haya tenido opción. Era una víctima de las circunstancias. 

No es la única. Muchas de nosotras también nos hemos encontrado ante situaciones confusas y problemáticas. A veces nos complicamos la vida aun siendo tan inocentes como lo era Agar. Nuestros problemas pueden no ser iguales a los de Agar; no obstante, son igualmente reales. Confío que el estudiar la vida de Agar nos animará a ver la gran misericordia y cuidado amoroso que Dios le demostró a ella en sus tiempos de necesidad. 

Antecedentes de Agar 

La Biblia no nos dice mucho sobre Agar, excepto que era una esclava. No sabemos nada de su pasado o familia excepto que era una sierva egipcia de Sara (Génesis 16:1). Suponemos que era la esclava que Abraham le compró a su esposa Sara cuando estuvieron en Egipto. 

Como ama de Agar, Sara tenía derecho de acuerdo a las leyes de la época de hacer lo que le pareciera con ella. Y ya que Sara no podía concebir hijos, le dio su sierva Agar a su marido Abraham para que tuviera hijos para ellos. Esta era una costumbre consecuente con los principios morales de la época. 

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Pero ese no era el criterio de Dios. Ni era su voluntad para Abraham y Sara. Cuando Sara supo que Agar estaba embarazada, comenzaron los celos. Sara se quejó ante su marido, y él le dijo que hiciera lo que quisiera con Agar. 

Agar huye de Sara 

Contando con el permiso de Abraham, Sara trató muy duramente Agar. La situación de la esclava era tan mala que un día Agar huyó hacia el desierto. Leemos este acontecimiento en Génesis 16:6-11: 

6 Y respondió Abram a Sarai: he aquí, tu sierva está en tu mano, haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía ella huyó de su presencia. 

7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur.  

8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú y adónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. 

9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano 

10    Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud.  

11   Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 

Que Agar haya huido de Sara resulta comprensible; pero la huida de Agar no fue bien vista por Dios. La forma en que Sara trató a su sierva era incorrecta. Ninguna de estas dos acciones era correcta. Por eso, el Ángel del Señor le dijo a Agar que regresara a su ama y que le fuera sumisa. Imagínate lo duras que deben haberle parecido estas palabras a Agar. 

Al leer el resto del pasaje, vemos que Agar obedeció lo que el Ángel del Señor le dijo. A lo mejor como yo, tú te preguntas: ¿Cómo tuvo Agar el coraje de regresar? Dios mismo le dio la fuerza para hacer lo correcto. En Génesis 16:13 Agar dice: “Tu eres Dios que ve”.

Como Agar, nosotras también necesitamos aprender a recibir fuerza de Dios. Sabiendo por experiencia personal que Dios nos conoce individualmente y conoce también nuestras necesidades bajo cualquier circunstancia, nuestro corazón debe llenarse de alivio, seguridad, esperanza y fortaleza. Así, sabiendo que Dios nos ve y nos conoce, nuestra fe puede crecer. El Señor Jesús dice en Mateo 5:8: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. La historia de Agar da testimonio de esas palabras. 

Después de su experiencia con el Ángel del Señor en el desierto Agar regresó a Sara y tuvo el hijo de Abraham a quien él llama Ismael. La Biblia dice que Abraham tenía 86 años de edad cuando nació Ismael y cien cuando nació Isaac. 

Esto quiere decir que durante catorce años Sara tuvo que ver al hijo de su marido nacido de otra mujer. Por eso no es difícil de comprender las tensiones que esto habrá provocado entre Abraham, Sara, Agar e Ismael. 

Agar e Ismael son echados 

Finalmente Sara dio a luz a Isaac. Los problemas se tornaron aún mayores. Ismael se burló de Isaac en la fiesta para celebrar su destete. Para Sara este fue el límite y no pudiendo aguantar más le pidió a Abraham que expulsara a Agar. 

Agar se encontró por segunda vez en el desierto. Esta vez Agar no se fue por voluntad propia sino porque se le ordenó que se marchara, como narra Génesis 21:14-19: 

14 Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó el muchacho, y la despidió. Y ella salió y anduvo errante por el desierto de Beerseba. 

15 Y le faltó el agua del odre, y echó al muchacho debajo de un arbusto. 

16 Y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el muchacho alzó su voz y lloró. 

17 Y hoyo Dios la voz del muchacho; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 

18 Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. 

19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho. 

¡Qué cuadro tan terrible: Agar y su hijo muriéndose de sed! Pero Dios en su misericordia no se olvidó de Agar porque era una víctima de las circunstancias. Ni se olvidó de Ismael. Su madre era una víctima inocente, e Ismael también lo era, más aún que él no tuvo alternativa en su nacimiento. Con todo, Dios se mantuvo fiel a su promesa convirtiendo a los descendientes de Ismael en una gran nación: las naciones árabes de hoy. 

La promesa de Dios de hacer una gran nación de los descendientes de Abraham ha sido cumplida. Del mismo modo que nos encontramos con gente de la raza judía en casi todos los países del mundo, también nos encontramos con aquellos de las naciones árabes. Sin embargo, los mismos celos y conflictos del comienzo de la historia de esas dos naciones se manifiestan hoy en el conflicto del Medio Oriente.

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Lecciones de la vida de Agar 

Podemos aprender mucho de la vida de Agar. Primeramente, debemos estar en guardia contra las tentaciones aun cuando se nos impongan por la fuerza. Para las costumbres de aquella época puede haber constituido un honor para una esclava ser entregada a su amo para que darle hijos. La Biblia nos dice muy poco acerca de los antecedentes de Agar. No sabemos si creía y adoraba al verdadero Dios. Por lo tanto no podemos decir si se daba cuenta o no de que lo que Sara le ordenaba era correcto o no. Ni sabemos si Agar se habrá rehusado. Pero eso no cambia el hecho de que la inmoralidad es un pecado delante de Dios. 

En segundo lugar, Agar nos enseña qué necio es tomar decisiones apresuradas. Agar no debería haber huido la primera vez. Cada vez que tratamos de controlar nuestra situación y adelantarnos a Dios, podemos estar seguras de que sólo tendremos problemas más tarde. 

Mirando el lado positivo de las cosas, la historia de Agar nos enseña la atención y el cuidado de Dios para con los necesitados y humildes. Agar nos enseña también acerca de la fortaleza que podemos encontrar aún en medio de las más duras pruebas de la vida. 

La historia de Agar, al igual que la de Sara, nos recuerda una vez más que Dios es soberano. Dios desarrolla sus planes y siempre lleva a cabo lo que ha prometido. 

Pensamientos finales 

Espero que este estudio te haya dado consuelo y ayuda, cualesquiera sean tus circunstancias Quizás no conoces a Dios y te preguntes cómo puedes hablarle para confiarle tus problemas. La Biblia dice en Romanos 10:13 “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”. 

Si tú, con fe, le pides a Dios que te salve, Él te escuchará. Él envió a su único hijo, Jesucristo, a morir en la cruz nuestros pecados; también le resucitó de entre los muertos al tercer día. Seguramente que por su amor tan grande, Dios sin lugar a dudas, se revelará a ti. Confía en Él hoy mismo. 

Para los creyentes en Jesucristo, es especialmente duro confiar en Dios cuando nuestras circunstancias están más allá de nuestro control. Podemos encontrar el secreto de poder confiar en Dios no importa qué suceda cuando comprendemos que Él es el que está en control. Él sabe lo que ocurre en nuestras vidas. Nada le toma por sorpresa. Cuando aceptamos lo que Dios permite que ocurra en nuestras vidas, podemos decir, como David, “En cuanto a Dios, su camino es perfecto” (Salmo 18:30). Romanos 8:28 también confirma esta verdad: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.   

Temas de discusión
  • ¿Qué había de malo en que Sara entregara a Agar a Abraham?
  • ¿Qué carácter demostró tener Agar cuando se encontró con el Ángel del Señor?
  • Describe la situación entre Sara y Agar en el hogar.
  • ¿Cuáles son las consecuencias del nacimiento de Ismael en el mundo actual?
  • Da dos lecciones sobre Dios que podemos aprender de la vida de Agar.
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