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9. LA HIJA DEL FARAÓN—SIMPLEMENTE USADA POR DIOS

Generalmente pensamos que Dios utiliza a las mujeres de gran fe tales como María, Sara, Ester, etc. . Pero la Biblia nos enseña claramente que Dios elige a cualquier persona o a cualquier cosa para usarlas en el cumplimiento de sus planes. La hija del faraón es un buen ejemplo de esta verdad.

Antecedentes de la hija del Faraón

Ella era una mujer egipcia que no adoraba al Dios verdadero. Como el resto de su gente, ella probablemente adoraba a Ra, el dios sol, y a muchos otros ídolos. Su padre, quien gobernaba Egipto, no tenía ningún respeto ni amor por el Dios hebreo, de Abraham, Isaac y Jacob.

La Biblia no nos da el nombre de esta mujer. Simplemente se refiere a ella como “la hija del faraón”, quizás porque ella era su única hija. 

La dramática situación de los hebreos en Egipto

El pueblo elegido de Dios era esclavo en Egipto. Los israelitas vivían una vida dura con amos muy crueles, pero se estaban multiplicando de un modo tan rápido que el faraón se sintió amenazado. Él temía que si se convertían en una nación demasiado grande, podrían tratar de derrocarlo, o tal vez aliarse con un ejército invasor y luchar en su contra. Para prevenir que esto ocurriera, convirtió en ley la matanza de todos los bebés varones nacidos de mujeres israelitas.

Esta era una ley terrible y produjo gran tristeza y aflicción. Sin embargo hubo una familia que demostró fe y confianza en Dios cuando nació su bebé. Se negaron a permitir su asesinato. La Biblia dice que lo escondieron durante tres meses.

Cómo Dios usó a la hija del Faraón

Éxodo 2:3-6 nos dice cómo el Dios Todopoderoso usó a la hija del faraón para cumplir con sus propósitos eternos:

3 Pero no pudiendo ocultarle más tiempo, tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. 

4 Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería.

5 Y la hija del Faraón descendió a lavarse al rio, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió a una criada suya a que la tomase.

6 Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.

Una lección que los creyentes en Cristo tendemos a olvidar y debemos necesariamente recordar es que Dios es soberano. Deberíamos vivir con este pensamiento en nuestra mente: Dios tiene el control en todo momento. Él tiene un plan y un propósito para cada uno de nosotros. El Salmo 135:5-6 dice: “Porque yo sé que Jehová es grande, y el Señor nuestro, mayor que todos los dioses. Todo lo que Jehová quiere, lo hace, en los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos”.

Cuando la hija del faraón vio las lágrimas del niño Moisés, tuvo compasión. Al hacerlo, sin saberlo estaba siendo usada por Dios. Su cariño, su amabilidad y su preocupación por el niño contrastan totalmente con la crueldad de su padre.

La princesa egipcia arriesgó su vida por un niño hebreo a quien el faraón había sentenciado a muerte. Demostró tener un carácter fuerte al desafiar la orden de su padre. El capítulo 1 de Romanos explica que las leyes de Dios se hacen evidentes a toda la humanidad, así que ella comprendía que era cruel e injusto asesinar al inocente niño que había encontrado en el carrizal.

La providencia soberana de Dios

Cuando la princesa decidió salvar la vida del niño, aceptó la oferta de la hermana del bebé de buscar a alguien que cuidase al niño. A la princesa le gustó la idea, y la propia madre de Moisés fue elegida y pagada para que criara su hijo para la hija del faraón. Nuevamente vemos que Dios estaba controlando la situación.

La Biblia luego dice en Éxodo 2:10: “Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saque”.

El Nuevo Testamento confirma que Dios usó a la hija del faraón para proveer educación y entrenamiento a Moisés. Esta preparación demostró ser muy útil cuando Moisés dirigió la salida de Egipto de los israelitas. Los versículos de Hechos 7:21-22 dicen: “Pero siendo expuesto a la muerte, la hija del Faraón le recogió y le crio como a un hijo suyo. Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras”.

Moisés es adoptado por la hija del Faraón

Estos versículos indican que la hija del faraón adoptó a Moisés. Lo tomó y cuidó como a su propio hijo. Le puso su nombre, y le dio cuanto pudo en cuanto a conocimiento, educación y riquezas. Sin duda también le dio mucho cariño durante los años que él creció a su cuidado.

Debe haber sido un día muy triste para la princesa cuando Moisés se negó a ser reconocido como su hijo. Moisés regresó a su propia gente y fue el instrumento humano que los redimió de la esclavitud. 

La Biblia no dice si la princesa alguna vez volvió a ver a su hijo adoptivo. Pero hoy podemos alabar al Señor por la contribución de esta mujer en la preparación de Moisés para el servicio de Dios.

Dios preparó un Salvador para ti

Del mismo modo que Dios, en su soberanía hizo los arreglos para que Moisés fuera el redentor de los israelitas, Él ha provisto al Señor Jesucristo como Salvador para ti. Jesús murió en la cruz por tus pecados y si tú confías en Él, Él te perdonará y te librará de tu esclavitud espiritual. Si quieres dicha y paz y ser liberada de la esclavitud espiritual, admite que eres pecadora, cree en Él y recibe al Señor Jesucristo como tu Salvador personal.

Pensamientos finales

A lo mejor ya has confiado en el Señor Jesús pero todavía continúas viviendo bajo circunstancias difíciles tal como les ocurría a los padres de Moisés. O quizás, como en el relato que hemos estudiado, Dios ha puesto en tu camino a una persona que te ha ayudado mucho pero que no cree en el Dios verdadero. Pídele a Dios que te ayude a testificarle a esa persona. Es un consuelo saber que nuestro Padre Celestial tiene absoluto control sobre todo, 1 Crónicas 29:10-12 lo dice con claridad: 

“Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo. Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder: y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos”.

Temas de discusión

  • ¿Qué características de personalidad tenía la hija del faraón? 
  • ¿De qué modo muestra su vida una diferencia entre la ley de Dios y la ley del hombre?
  • ¿Qué cualidades tenía la familia de Moisés? 
  • Menciona tres formas en las que Dios usó a la hija del faraón en la vida de Moisés.
  • Describe un momento específico en tu vida en el que has sentido la soberanía de Dios.