Muchos autores cristianos, basándose en la tradición protestante heredada de la Reforma, argumentan en sus libros que “la madre de las rameras” (v.5) descrita aquí es la Iglesia Católica. La Iglesia Católica, sin duda, está incluida en dicha designación; es parte de ella, pero no es exclusivamente ella. En Mateo 13:33 el Señor asemeja a los falsos maestros religiosos a una mujer, y a la levadura que ella esconde en la masa de harina, a la falsa enseñanza de estos maestros. Creemos que el Señor es consistente. La masa de harina simboliza la santa Palabra de Dios, corrompida por todos los falsos maestros y falsos profetas. La mujer descrita en Apocalipsis 17 es una síntesis, un símbolo de todos los falsos maestros religiosos (ver 1 Timoteo 2:12; 2 Timoteo 3:13). Ella representa a todas las falsas enseñanzas religiosas y a sus maestros.
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El texto
1 Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas;
2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.
3 Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación;
5 y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
6 Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro.
7 Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos.
8 La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.
9 Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer,
10 y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo.
11 La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.
12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.
13 Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.
14 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.
15 Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego;
17 porque Dios ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios.
18 Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.
Esta mujer es descrita como “la gran ramera” y se nos dice que su nombre es “Babilonia la grande”. Como en el capítulo siguiente del Apocalipsis se describe la destrucción de Babilonia, asegurándonos que es una ciudad literal, muchos comentaristas enseñan que ambos capítulos describen la destrucción de la misma “mujer”, aunque desde diferentes puntos de vista. Esto es un error, hay diferencias entre ambas ”Babilonias” que prueban que son entidades diferentes. Por ejemplo:
- La primera es claramente identificada como una alegoría (Ap. 17:17). La segunda es una ciudad literal (Ap. 16:17-21; 18:1-24).
- Una es un misterio (Ap. 17:5, 7); la otra no (Ap. 16:19; 18:1-24).
- Todo en Apocalipsis 17 debe ser explicado por un ángel. En Apocalipsis 18 todo es tan claro y evidente que no necesita de ninguna explicación.
- Juan se asombró al ver a la Gran Ramera (Ap. 17:6), pero no al ver a la ciudad que esta representa.
- Una se sienta sobre la Bestia (Ap. 17:3-7), la otra no.
- Más de un nombre ha sido escrito en la frente de una (Ap. 17:5). Nada ha sido escrito en la otra.
- La primera no es mencionada en ninguna otra parte de la Escritura. La segunda es mencionada profusamente por los profetas antiguotestamentarios (Is. 13-14; 47; Jer. 50-51).
- La primera se ha enriquecido engañando a los hombres (Ap. 17:4). La segunda ha enriquecido a los hombres (Ap. 18:3, 9-19).
- La primera es destruida por el Anticristo y sus diez reyes vasallos (Ap. 17:12-17). La segunda es destruida por Dios (Ap. 16:17-21; 18:5-20) tras ser derramado por el ángel el contenido de la última copa de la ira.
- La destrucción de la primera satisface a los diez reyes y a la Bestia (Ap. 17:16-17). La destrucción de la segunda es lamentada por los hombres (Ap. 18:9-19).
- Dios ha puesto en el corazón de la Bestia y sus diez reyes vasallos es el destruir a la primera (Ap. 17:15-17). La otra es destruida por Dios (Ap. 16:17-21; 18:5-20).
- Ni la Bestia y sus diez reyes vasallos podrían destruir a la primera en una hora. Una ciudad literal, sin embargo, puede ser destruida en una hora (Ap. 18:8, 10, 17).
- No se menciona que la primera comercie con ningún artículo (material/físico). La segunda, en cambio, comercia con treinta artículos diferentes (Ap. 18:11-14).
Además, hay en el texto razones que prueban que la Gran Ramera es un símbolo de las falsas enseñanzas religiosas del mundo.
- Dios utiliza los vocablos “ramera” y “fornicar” para referirse a la idolatría y/o infidelidad espiritual (apostasía) de Su pueblo (Ap. 17:1-4; Is. 23:17; 57:3-11; Jer. 3:2-9; Ez. 16:1-63; 20:30-32; 23:7-49; Os. 4:12-19; Nah. 3:4).
- El que la Gran Ramera haga que los hombres forniquen con ella prueba que el texto se refiere a prácticas religiosas, como lo confirman los pasajes citados arriba.
- La Gran Ramera no es un poder político; si lo fuera, ella sería clasificada junto con “los reyes de la tierra” (Ap. 2:4). Sin embargo, el texto dice que ella embriaga a los reyes y a los habitantes de la tierra con el vino de su fornicación (Ap. 17:2, 4). Puesto que ya hemos probado que el vocablo “fornicación” se refiere a la idolatría y/o infidelidad espiritual (apostasía), es evidente que la influencia que la Ramera ejerce sobre las naciones es a través de la religión.
- La Gran Ramera no es un poder político que forme parte de la Bestia, el octavo imperio. En Apocalipsis 17 la Bestia y la Ramera son identificadas como dos poderes/entidades diferentes. Puesto que los siete primeros imperios fueron todos dominados por una religión con raíces en Babel, es lógico deducir que el octavo imperio seguirá el mismo patrón.
- El ostentoso atuendo de la Gran Ramera la identifica como un sistema religioso que engaña a los poderes políticos apartándolos del Dios único y verdadero. Los colores púrpura y escarlata, las joyas y las piedras preciosas indican la riqueza material que esta religión ha alcanzado (Ez. 23:40-41).
- La copa de oro llena de las abominaciones y fornicaciones que la Ramera ha cometido prueban que se trata de un poder religioso (Ez. 23:29-31).
- El que el texto claramente diga que su nombre es un “misterio” (mystéirion - Ap. 17:5, 7) demuestra que la Ramera no es sólo un símbolo de la Babilonia literal. El vocablo “misterio” la identifica con los ritos religiosos ocultistas practicados en Babel. Según Alexander Hislop (Las Dos Babilonias), quien cita 260 fuentes, el antiguo culto de Babel comenzado por Nimrod se diseminó rápidamente por todas las naciones del mundo antiguo. Los objetos de adoración fueron “el padre supremo”, “la reina del cielo”, y “el hijo”. El culto decía poseer la sabiduría más excelsa y la llave a los misterios divinos. Además de la confesión a los sacerdotes, poseía muchos otros ritos misteriosos (ocultos). Julio César llegó a ser la cabeza romana del culto babilónico en el 63 a. C. En el año 313 d. C., con la supuesta conversión de Constantino, se inició oficialmente el noviazgo de la Iglesia con el Estado (con el emperador a la cabeza del híbrido resultante) y el culto babilónico se instaló de lleno y sin máscaras en el cristianismo. Desde este año en adelante el culto babilónico y la religión cristiana organizada comenzaron a ser una sola cosa. El emperador romano Teodosio (378-3959) consumó el matrimonio al hacer del cristianismo la religión oficial del Estado. Los ritos babilónicos fueron “cristianizados” sin pérdida de tiempo por la Iglesia, los templos paganos fueron restaurados y utilizados como principales centros para difundir la adoración y la veneración a imágenes de santos, a reliquias, a cruces, a estatuas, y para alentar la práctica de la mediación sacerdotal, la misa, las penitencias, las flagelaciones, los peregrinajes a “lugares santos”, etc. Así fue como las festividades paganas de Navidad, Anunciación, Cuaresma, Pascua de Resurrección y muchos otros ritos y festivales fueron “cristianizados” y adoptados como parte del “cristianismo”.
- El nombre de la Ramera: “Madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra” la identifica como un sistema religioso que tolera y promueve todo tipo de creencias, lo cual es “abominación” ante Dios, quien ha revelado en Su Palabra que hay un solo camino para llegar a Él. La Ramera simboliza a una “Religión de religiones apóstatas y paganas”. Es una síntesis de todas las creencias religiosas manufacturadas por el hombre.
- El hecho de que la Ramera es descrita como “ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús” prueba más allá de toda sombra de duda que se trata de una entidad religiosa. La Religión de los hombres ha matado a los mártires de Jesús a lo largo de toda la historia de la humanidad, empezando por Caín, quien mató a su hermano Abel (Gn. 4:8). En términos generales, la Historia Universal registra el martirio de muchos miles de cristianos a manos de:
- el antiguo Imperio Romano
- los judíos (Hch. 7:51-60; 8:1; 9:1)
- los musulmanes
- la Iglesia Ortodoxa Griega
- la Iglesia Católica Romana
- el comunismo (que es más una religión que un sistema político)
- La mayoría de las veces, fueron los gobiernos civiles los que derramaron la sangre de los mártires cristianos; pero detrás de los gobiernos siempre estaba la religión organizada de turno moviendo sus hilos. Así será también en los postreros días. El martirio de los santos volverá a ser practicado por los gobiernos del mundo, y detrás de ellos estará la Gran Ramera bebiendo la sangre de los “mártires de Jesús” hasta quedar harta.
- La explicación angélica de la Ramera prueba que ella representa a un sistema religioso que gobierna a/reina sobre los reyes de la tierra. El texto griego correspondiente a Apocalipsis 17:18 dice, literalmente: “Y la mujer que viste representa la ciudad la grande, que tiene un reino sobre los reyes de la tierra”. Ella representa a un reino entre los reinos y sobre los reinos. Este reino es la ciudad de Babilonia en la tierra de Sinar, construida entre los ríos Eufrates y Tigris, de la cual ha emanado toda la idolatría, el ocultismo y el paganismo que vemos hoy en día en todas las religiones practicadas por los hombres en rebeldía contra el Dios único y verdadero.
- En las Escrituras, el sustantivo femenino “mujer”, cuando se utiliza en un sentido figurado negativo, representa impiedad, mentira e impureza (Zac. 5:5-11; Mt. 13: 33; Ap. 17:5); infidelidad (Lm. 1:17); prostitución espiritual – lo que siempre está asociado con la práctica de una religión falsa (Ez. 16:15, 22, 26, 28-59; 23.1-49; 36:17; Os. 1:2; 2:2-17: 3:1; Ap. 17). Sólo cuando “mujer” es usado en sentido figurado positivo significa Israel (Gn. 37:9-10; Ap. 12); los dos pactos (Gal. 4:21-31); y justicia y pureza (2 Cr. 11:2; Ap. 19:7-8).
- En el Apocalipsis las palabras “es” y “son”, en las secciones simbólicas, significan “representa(n)”. Así tenemos que “las siete estrellas son los ángeles de las sietes iglesias” (Ap. 1:20), significa en realidad las siete estrellas representan a los ángeles de las siete iglesias. Los siete candeleros..., son las siete iglesias, significa los siete candeleros representan siete iglesias (Ap. 1:20). Las siete cabezas son (representan) siete montañas (Ap. 17:9). Los diez cuernos son (representan) diez reyes (Ap. 17:12). Las aguas... son (representan) pueblos (Ap. 17:15). Y, finalmente, “la mujer que has visto es (representa) la gran ciudad” (Ap. 17:18). Tomando todo esto en cuenta, decimos que los capítulos 17 y 18 del Apocalipsis hablan de dos entidades distintas: una simbólica (Ap.17) que representa a la otra, que es literal (Ap.18).
Pensamientos finales
Si todo esto parece confuso o complicado es sólo porque el pasaje citado es totalmente ajeno para la mayoría de los cristianos. A pesar de que el Apocalipsis es una revelación directa del Señor Jesucristo “a sus siervos de las cosas que deben suceder pronto” (Apocalipsis 1:1), “sus siervos” no tienen en realidad ni la más mínima idea de lo que todo esto significa, ni del valor práctico que pueda tener para sus vidas.
El tema se dificulta aún más al considerar las diferentes escuelas de interpretación que existen acerca del Apocalipsis, y de este pasaje en particular. Esto, sin embargo, debiera ser una advertencia acerca de la importancia que el texto tiene para el creyente “común y corriente”. Mientras más importante para la vida del creyente es un tema, una doctrina, un libro de la Biblia, tanta más confusión Satanás intentará inyectar en él con el fin de desviar a las almas inconstantes del camino de la verdad. Él anda “como león rugiente... buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).
Temas de discusión
- ¿Tiene algún valor espiritual, religioso, práctico y/o moral interpretar correctamente el significado y la trascendencia de esta mujer de Apocalipsis 17?
- ¿Valdrá la pena complicarse la vida con un pasaje cuyo significado ni los eruditos bíblicos parecen haber descubierto?
- ¿Es posible que un cristiano común sepa más que los maestros (Salmos 119:99)?
- ¿Qué dice Santiago 1:5-6? ¿Qué aplicación tiene este pasaje aquí?
- En relación a este tema, ¿quieres poder decir: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños?” (Mateo 11:25)
- ¿Has leído nuestro artículo LA DIOSA Y LA IGLESIA?