“Mejor es vivir en un rincón del terrado, que con mujer rencillosa en casa espaciosa” (Pr. 21:9).
“Mejor es morar en tierra desierta, que con la mujer rencillosa e iracunda” (Pr. 21:19).
“Mejor es estar en un rincón del terrado, que con mujer rencillosa en casa espaciosa” (Pr. 25:24).
“Gotera continua en tiempo de lluvia, y la mujer rencillosa, son semejantes. Pretender contenerla es como refrenar el viento, o sujetar el aceite en la mano derecha” (Pr. 27:15-16).
“Fuente inagotable de reproches es la mujer rencillosa; hiel destilan sus labios, la misma que llena su corazón” (Proverbio del blogger).
El libro de Proverbios tiene muchas cosas negativas que decir sobre las mujeres casadas resentidas, y también muchas cosas positivas que decir sobre las mujeres casadas benignas. Ya vimos cómo describe a una buena esposa en Proverbios 31:10-31. Como todo en la vida, hay cosas buenas que tener en cuenta y cosas malas que evitar. Proverbios es muy equilibrado en su visión de las mujeres, pero debemos tomarlo todo, no sólo una parte. Cuando lo leamos todo—lo bueno y lo malo—y aprendamos a evitar lo malo y a emular lo bueno, tal vez encontremos que algo de la sabiduría del libro se nos “pega”.
El adjetivo “rencillosa” proviene de la palabra rencilla, que significa: “Resentimiento o rencor (amargura) que suele manifestarse en discusiones, reproches, riñas o actos de venganza”. Un ejemplo de la mujer rencillosa lo podemos ver en Mical, la primera mujer de David.
Los Proverbios son fragmentos generales de sabiduría aplicables a la vida. El hombre soltero debería prestar mucha atención y considerar otros factores además de la “fe en común” o la “belleza” a la hora de casarse.
Según Proverbios, la “mujer rencillosa” (Pr. 27:15) es una mujer que constantemente irrita a su marido con su resentimiento y amargura. Esta mujer nunca es feliz, no importa cuánto intente su marido comprometerse en la relación o satisfacerla.
Las rencillas pueden causar un gran daño a un matrimonio. Y aunque ambos sexos pueden ser culpables de ellas, mantener rencillas es una característica más femenina que masculina, de ahí la razón por la que estos proverbios hablan de la “mujer rencillosa”.
El o los escritores de estos proverbios no están tratando de molestar a las mujeres, sino de describir un problema común en los matrimonios. Los proverbios no están destinados a cubrir todas las variaciones posibles de un escenario, sino más bien a dar sabiduría general y observaciones universales que a su vez se pueden aplicar de manera particular.
La rencilla es amargura
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados” (He. 12:15).
La raíz de amargura es una de las causas más frecuentes por la que muchas creyentes permanecen en la miseria, agobiadas por la enfermedad, e incluso, apartadas de la gracia de Dios.
La amargura es más fuerte que la falta de perdón, ya que desarrolla fuertes ramificaciones, tales como la ira, el enojo y la maledicencia. Es una puerta abierta por la que entran espíritus inmundos que atormentan a esta persona.
Otro poderoso pasaje que trata sobre este tema es el siguiente:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Ef. 4:30-32).
Leer, estudiar, aprender de memoria y revisar constantemente el pasaje citado para que moldee tus oraciones puede transformarte en una mujer totalmente nueva.
¿Qué es una raíz de amargura?
En el griego del Nuevo Testamento, “amargura” proviene de una palabra que significa punzar. Su raíz hebrea agrega la idea de algo pesado. Finalmente, el uso en el griego clásico revela el concepto de algo fuerte. La amargura, entonces, es algo fuerte y pesado que punza hasta lo más profundo del corazón.
La amargura es una angustia crónica del alma que lleva a una persona a sentirse triste, desanimada y en constante desesperación; es sufrir decepción y creer que no existe esperanza. Es el sentimiento que experimenta el alma por circunstancias sobrecogedoras que no puede cambiar; es tener profunda tristeza y rencor, que casi siempre van acompañadas de hostilidad e ira reprimida. La amargura es un fuerte resentimiento que se convierte en veneno para el alma; que contamina todo, hasta llegar a destruir la vida de Dios en la persona, mientras arrasa con los valores humanos.
La amargura es la única contaminación espiritual que hace olvidar toda buena obra que Dios y otras personas han hecho en nosotros. La raíz de amargura es un semillero fértil para el enemigo, el cual aprovecha ventajosamente. Por eso, todo creyente debe vivir con un continuo espíritu de perdón. Si la amargura no se trata a tiempo, evolucionará de la siguiente manera:
- Crece
- Se acumula
- Madura
Como la amargura es un sentimiento con fuertes ramificaciones, todas ellas echarán raíces que se incrustarán en lo más profundo del corazón de la persona. Debido a que su expansión es hacia adentro, esas raíces crecerán hasta ahogar el alma.
Luego que pasa su ciclo de crecimiento inicial, la amargura llegará a convertirse en un gran árbol, y sus frutos serán: odio, resentimiento, ira y celos. La amargura es fácil de ser distinguida en los demás; pero se nos hace difícil identificarla en nosotras mismas.
¿Qué pueden aprender y aplicar los hombres que sufren por tener una “mujer rencillosa”?
Cuando se tiene un conflicto con una “mujer rencillosa”, está bien separarse por un tiempo para recomponerse, tener un tiempo de paz para pasar más tiempo en oración. Sin embargo, este respiro debe ser sólo temporal, ya que ambos se comprometieron a pasar la vida juntos.
¿Qué debe considerar la persona soltera?
Ten en cuenta el temperamento de tu futuro cónyuge. No coloques la belleza como una prioridad más alta que la discreción y el temperamento. La belleza se desvanece, pero una persona pendenciera no se detendrá de repente.
Tampoco debes engañarte pensando que por tener la misma fe al inicio del matrimonio tu pareja la va a mantener a lo largo de toda la vida. Entre la salvación inicial de una persona y la salvación final pueden pasar muchas cosas, incluso la pérdida de esta. El apóstol Pablo habla de algunos que “naufragaron en cuanto a la fe” (1 Ti. 1:18-20). Pablo usa otras expresiones paralelas en las epístolas finales de su ministerio para referirse a esa triste experiencia, como “hunden a los hombres en destrucción y perdición” (1 Ti. 6:9); ”se apartan de la verdad” (Tito 1:14); “algunos apostatarán de la fe” (1 Ti. 4:1). El apóstol nos dice cuáles pueden ser las causas del naufragio en la fe: el amor al dinero (1 Ti. 6:10); la cauterización de la conciencia (1 Ti. 1:19; 4:2); las explicaciones de la falsamente llamada ciencia (1 Ti. 6:20-21); el amor al mundo (2 Ti. 4:10); las diferencias personales y la oposición a la autoridad bíblica (2 Ti. 4:14-15).
Pensamientos finales
Mujer rencillosa, aborda los problemas de inmediato o déjalos ir, pero no te aferres a ellos durante años ni menciones problemas del pasado cada vez que tengas la oportunidad.
Los reproches y las rencillas son como “cerrojos de alcázar” (Pr. 18:19). Al reprochar a tu marido por cosas del pasado puedes pensar que estás tratando de salvar la relación, que estás procurando que él cambie, que mejore, que se arrepienta. Pero en realidad al abrir viejas heridas y exponer tu amargura y falta de perdón haces que tu marido ponga cerrojos a la relación. Cada vez que lo regañas, es menos probable que te escuche o considere el cambio, porque lo que él ve es que te victimizas con la intención de hacerlo sentirse culpable y convencerlo de que es un “mal hombre”. Y como siente que nada de lo que él hace en el presente puede hacer que tú dejes de vivir en el pasado, simplemente deja de intentarlo.
La vida no es todo sobre ti o tus necesidades primero. Debes considerar las necesidades de tu marido e hijos, si los tienes; porque ellos necesitan a su padre y él a ellos. También debes considerar el decoro como cristiana, ante tu familia y la sociedad en general; porque el testimonio cristiano está juego, y posiblemente tu propia salvación. Debes ser consciente del fruto que producirá tu comportamiento, en tu vida y en la de tu casa.
El Señor dice: “¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano” (Mt. 7: 3-5). La mujer rencillosa está en pecado. ¿Qué la hace mejor que su marido? ¿Qué superioridad moral tiene una pecadora para reprochar a otro pecador? Mujer rencillosa, quita primero la viga de tu ojo y entonces podrás señalar la paja en el ojo de tu marido.
Aprende a perdonar, como lo hizo en la lección anterior la sierva de Naamán.
Temas de discusión
- ¿Eres una mujer rencillosa?
- ¿Consideras que ser rencillosa es una buena cualidad en una cristiana?
- ¿Crees que se puede ser una verdadera creyente en Cristo Jesús y a la vez ser una mujer rencillosa?
- ¿Crees que el ser rencillosa puede hacerte perder tu salvación? ¿Qué dice la Biblia al respecto? ¿Qué pasajes, en su contexto, usas para tu afirmación?
- ¿Qué debes hacer para desarraigar la “raíz de amargura” de tu corazón?