Aunque algunos creen que el Reino de Dios y el Reino de los Cielos se refieren a dos cosas diferentes, cuando comparamos la Escritura con la Escritura es claro que ambas frases se refieren a los mismo.
La frase “el reino de Dios” ocurre 68 veces en 10 diferentes libros del Nuevo Testamento, mientras que “el reino de los cielos” ocurre 32 veces, y solo en el Evangelio de Mateo. Basándose en el uso exclusivo de Mateo de la frase y en la naturaleza judía de su Evangelio, algunos intérpretes han concluido que Mateo estaba escribiendo acerca del reino milenial, mientras que otros autores del Nuevo Testamento se estaban refiriendo al reino universal. Sin embargo, un estudio más detallado del uso de la frase, revela que esta interpretación es equivocada.
Por ejemplo, hablando al joven rico, Cristo usa “el reino de los cielos” y “el reino de Dios” intercambiablemente:
“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos” (Mt 19:23).
En el siguiente versículo, Cristo dice:
“Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios” (Mt 19: 24).
El Señor Jesús no hace distinción entre los dos términos, sino los considera sinónimos.
Marcos y Lucas utilizan la frase “el reino de Dios” donde Mateo usa “el reino de los cielos” frecuentemente en relatos paralelos de la misma parábola. Comparar:
- Mateo 11:11-12 con Lucas 7:28.
- Mateo 13:11 con Marcos 4:11 y Lucas 8:10.
- Mateo 13:24 con Marcos 4:26.
- Mateo 13:31 con Marcos 4:30 y Lucas 13:18.
- Mateo 13:33 con Lucas 13:20.
- Mateo 18:3 con Marcos 10:14 y Lucas 18:16.
- Mateo 22:2 con Lucas 13:29.
En cada instancia, Mateo usa la frase “el reino de los cielos” mientras que Marcos y Lucas usan “el reino de Dios”. Pero es claro que las dos frases se refieren a la misma cosa.
A menudo se hace referencia al reino de Dios en los evangelios (Mr 1:15; 10:15; 15:43; Lc 17:20) y en otros lugares del Nuevo Testamento (Hch 28:31; Ro 14:17; 1 Co 15:50). El reino de Dios es sinónimo del reino de los cielos.
El concepto del reino de Dios adquiere diferentes matices en su significado en diferentes pasajes de las Escrituras.
En términos generales, el reino de Dios es el reinado del Dios eterno y soberano sobre todo el universo. Varios pasajes de las Escrituras demuestran que Dios es el monarca indiscutible de toda la creación:
“El Señor ha establecido su trono en el cielo, y su reino gobierna sobre todo” (Sal 103:19).
Y como el rey Nabucodonosor declaró:
“El reino de Dios es un reino eterno” (Dn 4:3).
Toda autoridad existente ha sido establecida por Dios (Ro 13:1).
Más concretamente, el reino de Dios es un reinado espiritual en los corazones y en las vidas de aquellos que están dispuestos a someterse a la autoridad de Dios.
Quienes desafían la autoridad de Dios y se niegan a someterse a Él, no son parte del reino de Dios; en cambio, aquellos que reconocen el señorío de Cristo y se rinden alegremente al reinado de Dios en sus corazones, son parte del reino de Dios. En este sentido, el reino de Dios es espiritual. El Señor Jesús dice que Su reino no es de este mundo (Jn 18:36), y predicó que era necesario el arrepentimiento para ser parte del reino de Dios (Mt 4:17).
En Juan 3:5-7 se evidencia que el reino de Dios puede ser equivalente a la salvación. Esto es evidente donde Jesús dice que se debemos nacer de nuevo para entrar en el reino de Dios (Jn 3:5-7; 1 Co 6:9).
Hay otro sentido en el que se usa el reino de Dios en las Escrituras: cuando se refiera al reinado literal de Cristo en la tierra durante el milenio. Daniel dice que “el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido” (Dn 2:44; 7:13-14), y muchos otros profetas predicen lo mismo (Abd 1:21; Hab 2:14; Miq 4:2; Zac 14:9).
Algunos teólogos se refieren al futuro, a la manifestación abierta del reino de Dios como “el reino de gloria”, y en el presente, la manifestación oculta del reino de Dios como el “reino de la gracia”. Pero ambas manifestaciones están conectadas; Cristo ha establecido Su reinado espiritual en la iglesia en la tierra, y un día Él establecerá Su reinado físico en Jerusalén.
El reino de Dios tiene varios aspectos. El Señor es el soberano del universo, y por tanto en ese sentido Su reino es universal (1 Ti 6:15). Al mismo tiempo, el reino de Dios implica arrepentimiento y el nuevo nacimiento, en la medida que Dios reina en los corazones de sus hijos en este mundo como una preparación para el próximo. La tarea iniciada en la tierra encontrará su consumación en el cielo (Fil 1:6).
¿Eres parte del reino de Dios?
- - - - - - -
RELACIONADOS
CLASIFICACIÓN DE ALGUNOS DE LOS TEMAS EN EL LIBRO DE PROVERBIOS
PRUDENTES COMO SERPIENTES Y SENCILLOS COMO PALOMAS
