Wednesday, August 20, 2025

CÓMO AFRONTAR LOS TIEMPOS DIFÍCILES



Cuando pasas por pruebas y dificultades estresantes y abrumadoras, ¿cómo puedes afrontarlas de la manera más eficaz? Y, ¿qué es la fe genuina y cómo puede ayudarte a manejar y superar con éxito las inevitables adversidades de la vida?

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En 1977, cuando tenía doce años, después pasar toda la tarde en la escuela a la que asistía, volví a casa y me encontré a mi abuela con signos notorios de haber estado sollozando amargamente. Procedió a decirme que mi padre había sufrido un accidente en la ciudad en la que estaba trabajando (no la misma ciudad en la que vivíamos). Nunca olvidaré el estrés y la tristeza que experimentó toda nuestra familia en los días posteriores a esa noticia, especialmente yo, cuando supe que el “accidente” que mi padre había tenido era en realidad un intento de suicidio con arma de fuego en la cabeza que cambió para siempre tanto su vida como la vida de toda la familia. Algunas veces, sobrevivir a un intento de suicidio así es peor que morir a causa de él.

Como resultado de aquel traumático incidente en los primeros años de mi vida, y a las tristes consecuencias que le siguieron durante los diez años adicionales que mi padre vivió, me di cuenta de que un “accidente” le puede trastornar dramáticamente la vida a cualquiera, en cualquier momento. Incluso las personas más amables y bondadosas pueden verse afectadas por graves pruebas y adversidades sobre las que no tienen ningún control.

Tal vez tú te encuentres entre las numerosas personas que se enfrentan a diversas tensiones, presiones y tribulaciones en este momento. De ser así, ¿cuáles son las maneras más adecuadas de lidiar con ellas? ¿Y qué papel vital puede desempeñar la fe en Dios para ayudarte a enfrentar eficazmente los tiempos difíciles?

Cómo vivir en una época llena de estrés

No hay duda de que vivimos en un mundo estresante que puede afectar gravemente la salud mental, emocional y física de la gente. Un artículo del sitio web de la Cruz Roja canadiense titulado El impacto del estrés en tu salud mental (The Impact of Stress on Your Mental Health), afirma:

“El estrés tiene un impacto psicológico que puede manifestarse como irritabilidad o agresividad, sensación de pérdida de control, insomnio, fatiga o agotamiento, tristeza o lágrimas, problemas de concentración o memoria, e incluso más . . . El estrés no solo afecta tu salud mental, sino también tu salud física. Por ejemplo, puede provocar un aumento de la presión arterial y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, problemas gastrointestinales (diarrea, acidez, úlceras de estómago, etc.), dolores de cabeza y de espalda o cuello. También puede conducir a comportamientos poco saludables y adicciones” (Vanessa Racine, 2 de octubre de 2020). 

El mismo artículo señala además que “el estrés continuado puede conducir a otros problemas, como depresión, ansiedad o agotamiento”.

La prolongación de la pandemia de covid-19 agravó aún más la carga de estrés diario que sufren las personas. El sitio web Nature.com declaró: 

“La devastación provocada por la pandemia –millones de muertes, conflictos económicos y restricciones sin precedentes a la interacción social– ya ha tenido un efecto innegable en la salud mental de la gente” (Alison Abbott, Covid’s Mental-Health Toll: How Scientists Are Tracking a Surge in Depression [El impacto del Covid en la salud mental: Cómo los científicos están rastreando un aumento de la depresión], 3 de febrero de 2021).

Al referirse a la salud mental y a otros problemas derivados de la pandemia, un profesor y director de la Clínica de Estrés Traumático de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sidney, Australia, informó: 

“A medida que la pandemia entra en su segundo año, muchas personas seguirán sufriendo a raíz de una mala salud mental, o se enfrentarán a nuevos problemas de salud mental. Los efectos de los cierres reiterados, los temores sobre la eficacia de las vacunas, la restricción de movimiento dentro y fuera de Australia y las sombrías perspectivas económicas están haciendo mella en el bienestar psicológico” (Richard Bryant, Covid’s Mental Health Fallout Will Last a Long Time. Here’s How We’re Targeting Pandemic Depression and Anxiety [Los efectos secundarios en la salud mental provocados por el Covid durarán un largo tiempo: Así es como estamos tratando la depresión y la ansiedad derivadas de la pandemia], The Conversation, 25 de febrero de 2021).

Los problemas de salud mental relacionados con la pandemia no se limitaron a los adultos. La Encuesta Nacional sobre Salud Infantil del Hospital C. S. Mott de Niños de Michigan (EE. UU.) informó: 

“Nuestra encuesta sugiere que los cambios en la era de la pandemia pueden haber tenido un impacto significativo en la salud mental de algunos adolescentes” (Robert Preidt, Pandemic Has Harmed Mental Health of Teens [La pandemia ha dañado la salud mental de los adolescentes], WebMD, 15 de marzo de 2021).

Por ejemplo, a los niveles de estrés cotidiano que experimentan los habitantes del Reino Unido se sumaron las graves cargas financieras debido a la pandemia. Un informe descubrió que:

“Entre los hogares británicos en los que al menos una persona se había quedado sin trabajo, el 41 % había sufrido una grave caída de ingresos de al menos el 25 %” (Pan Pylas, “Pandemic ‘Exposed UK Households Finances’, Report Finds” [La pandemia ‘expuso la condición financiera de los hogares del Reino Unido’, según un reporte], Associated Press, 21 de abril de 2021).

En cuanto a Latinoamérica: 

“La Organización Panamericana de la Salud aseguró . . . que los efectos de la pandemia de coronavirus sobre la salud mental son cada vez más evidentes, e instó a los países de Latinoamérica a cumplir con su palabra y ofrecer apoyo psicológico a la población. Mientras más larga sea la crisis, mayor será el impacto que tendrá en el bienestar colectivo’, expresó Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS” (Gisella Salomón, AP News, 5 de noviembre de 2020).

Muchas personas se enfrentan a situaciones angustiosas a diario

Las citas anteriores son solo una pequeña muestra de los informes procedentes de muchos países sobre los perjudiciales efectos mentales y físicos de la pandemia, que ya quedó atrás, pero cuyas consecuencias aún están en nuestras vidas. 

Hoy en día, la población de numerosos lugares del mundo se ha visto afectada por el incremento de los disturbios civiles, que incluyen grandes manifestaciones de protesta, violencia extrema y un rápido aumento de los índices delictuales.

Además de estas situaciones extremas, la gente de todas las naciones está lidiando con importantes dilemas cotidianos de tipo marital, familiar, financiero y laboral. Otras personas están muy angustiadas por complicaciones de salud, adicciones crónicas, abuso doméstico, depresión, discriminación, persecución, pobreza absoluta o una combinación de estos y otros muchos padecimientos.

De hecho, es posible que tú mismo(a) estés lidiando con una o más de estas u otras circunstancias problemáticas y estresantes. Si es así, ¿qué puedes hacer?

Lo que uno puede controlar cuando las cosas parecen estar fuera de control

Aunque no siempre es posible cambiar por completo las circunstancias a las que uno se enfrenta, hay dos elementos que podemos controlar personalmente: la actitud y la relación que tenemos con nuestro Señor y Salvador, Cristo Jesús. Examinemos estos puntos clave, empezando por la actitud.

Al meditar sobre este tema, debemos recordar la máxima que enseñan casi todos los mentores cristianos que hablan acerca de estas cosas. “La actitud lo es todo”. Debemos aceptar que “la vida no es justa”, y que podemos escoger cómo reaccionar ante sus inevitables altibajos. Podemos afrontar lo que sea con confianza y fe, y hacer algo al respecto; o hundirnos en un sombrío derrotismo y no hacer nada.

Enfrentar a la vida tal y como viene, no se quejarse ni angustiarse frente los a obstáculos, contratiempos o percances casi siempre inevitables, simplemente aceptar los problemas tal y como son, y comenzar a buscar lógica y sistemáticamente la manera de resolverlos como creyentes en Cristo Jesús—esta debe ser siempre la opción del verdadero creyente. 

En la sociedad actual pareciera que mucha gente es incapaz de comprender que la vida es desigual. En lugar de enfrentarse a las dificultades y hacer lo necesario para sobrellevarlas, culpan a los demás de sus problemas o intentan esconderse y huir de la responsabilidad personal.

Además, algunas personas permiten que el malestar emocional confunda su pensamiento y razonamiento o buscan escapar de sus problemas a través de las drogas, el alcohol u otros medios. 

¿Qué hay de ti? ¿Cuál es la mejor manera en que puedes enfrentarte a la adversidad?

La importancia del realismo-optimista

Enfrentarse a un problema de forma directa y racional puede ayudarte a encontrar una solución eficaz o, por lo menos, una forma de mitigar la gravedad de la situación. Puedes ver la situación desde una perspectiva negativa y dejar que la situación empeore, o puedes trabajar para resolverla de forma realista y constructiva.

Tu actitud ante los obstáculos y desafíos puede marcar una gran diferencia. Cuando uno tiene fe y realismo-optimista está mejor capacitado, no solo para manejar la situación con eficacia, sino también para convertirse en una persona más preparada y segura en el proceso. Tienes la posibilidad de elegir cómo asumes los retos a los que te enfrentas y lo que vas a hacer para solucionarlos.

Hasta la psicología (que no es una buena amiga del cristianismo bíblico), confirma lo dicho hasta aquí, aunque con su propio vocabulario. Por ejemplo, Sonya Lyubomirsky, profesora de psicología de la Universidad de Stanford, analizó junto a sus colegas 225 estudios sobre la felicidad en los que participaron más de 275. 000 personas. Descubrieron que:

“Las personas con pensamientos positivos son más sanas físicamente, más productivas en el trabajo, más simpáticas en general y viven más tiempo” (Energy Times, septiembre de 2008). 

Otros estudios han demostrado que una actitud realista pero positiva conlleva menos estrés, lo que a su vez afecta positivamente al cuerpo humano de diversas maneras.

La vital importancia de la fe genuina

Y aunque tener una actitud positiva y hacer frente a los sucesos problemáticos de la vida es importante, también es necesario otro atributo fundamental. Se trata de cultivar y mantener una relación sólida, estrecha y duradera con nuestro Creador y Salvador, Cristo Jesús.

Esto significa poner la fe en Él y en su Palabra, la Biblia. ¿Por qué es esto tan importante? Porque nuestra fuerza humana y determinación solo pueden ayudarnos hasta cierto punto. Sin embargo, con la tremenda ayuda y guía que el Señor nos puede proporcionar obtenemos una enorme ventaja.

Tener una fe inquebrantable en Él es la clave esencial—el componente espiritual dinámico—que necesitamos para reaccionar sensata y fielmente cuando se presentan tiempos difíciles. Como dice el Salmo 46:1:

“Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en tiempos de angustia”.

Para mucha gente, la “fe en Dios” podría definirse simplemente como la creencia en que Él existe. Pero esa idea solo expresa de forma muy vaga lo que es la fe genuina. El punto de partida de la fe se aclara en Hebreos 11:6, que nos dice: 

“Porque . . . es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”.

La fe, por tanto, implica creer y confiar en Dios (He 11:1). Pero dicha capacidad no puede ser generada o “desarrollada” desde dentro de nuestro corazón y mente. Por el contrario, es un don de Dios (Ef 2:8) y una vez que ha sido concedido, hay que ponerlo en práctica. La fe no puede permanecer inactiva: debe generar resultados productivos, ya que “la fe sin obras es muerta” (Stg 2:17-26).

La fe viva requiere una relación verdadera e íntima con nuestro Señor y Salvador, Cristo Jesús. Una vida de fe, tras el nuevo nacimiento, el arrepentimiento, la oración y el caminar con el Señor (Hch 2:38), es una vida en la que uno se esfuerza activamente por llegar a ser como su Salvador en carácter y justicia (Mt 5:48). La fe no mira hacia atrás ni mora en los pecados y fallas del pasado. Por el contrario, se enfoca con firme confianza y determinación en un futuro radiante y estimulante como hijo de la familia y el reino divino de Dios (2 Co 6:18).

La fe genuina comprende caminar con el Señor Jesús día tras día (Miq 6:8). Al hacerlo, estableces un contacto continuo con Él por medio de la oración y sabes que, a su debido tiempo, recibirás respuestas a tus oraciones.

De hecho, cuando te enfrentes a tiempos difíciles puedes acudir “confiadamente al trono de la gracia” y “alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (He 4:16). La fe en el Señor Jesús nos ayuda a afrontar las ineludibles incertidumbres de la vida; es como un ancla que nos sostiene en los mares a veces tormentosos y violentos de la vida.

Aunque vivas en un mundo estresante e incierto, no tienes que vivir en la duda. ¿Por qué? Porque cuando tienes fe y actúas de acuerdo a ella tienes la convicción de que, como escribió el salmista: 

“Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra. No dará su pie al resbaladero, ni se dormirá el que le guarda” (Sal 121:2-3).

Además, como escribió el apóstol Pablo:

“Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados” (Ro 8:28).

Pablo explicó además que la preocupación y la aprensión son innecesarias cuando se tiene una relación estrecha con el Señor Jesús: 

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Fil 4:6-7).

¿Cómo se puede obtener la paz mental que Dios ofrece generosamente? De nuevo, la clave es combinar una actitud realista-optimista con una fe viva en Él y la obediencia a sus mandamientos (Ro 8:6; 15:13; Col 3:15; 2 Co 13:11; Gl 5:22; Sal 119:165).

Ejemplos bíblicos de fe

Como ejemplo de fe viva, el joven David del antiguo Israel se enfrentó y derrotó al gigante filisteo Goliat en una batalla frente a frente. Mientras los soldados profesionales se encogieron de miedo, el pastorcillo David demostró una fe y una confianza totales en Dios y en su poder inconquistable para superar cualquier obstáculo. No dejó que los pensamientos sombríos, las emociones negativas o el miedo al tamaño o la fuerza de Goliat lo disuadieran, porque sabía que Dios era mucho más fuerte y poderoso que el gigante (1 S 17:24-48).

Esta fue la misma actitud que demostró el rey Ezequías, descendiente de David. En una situación aterradora, el ejército enormemente superior del Imperio asirio amenazaba con aniquilar a la nación de Judá y esclavizar a su pueblo. ¿Cuál fue la respuesta de Ezequías a este peligro? Dijo a sus conciudadanos: 

“Esforzaos y animaos; no temáis, ni tengáis miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con él viene; porque más hay con nosotros que con él. Con él está el brazo de carne, más con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas” (2 Cr 32:7-8).

Gracias a que el rey y el pueblo pusieron toda su fe en Dios y le pidieron humildemente que los defendiera, Él respondió destruyendo sobrenaturalmente “a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria” (2 Cr 32:21). Si el Señor hizo esto por toda la nación de Judá, que necesitaron arrepentirse de sus pecados tanto como tu y yo necesitamos hacerlo, ¿no nos ayudará a nosotros de manera similar cuando enfrentemos cualquier prueba, problema o aflicción personal?

Por medio de la fe en la fuerza omnipotente del Señor, puedes mantenerse fuerte y no retroceder, prevaleciendo contra las muchas dificultades de la vida. Como escribió el apóstol Pablo: 

“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza” (Ef 6:10). 

Cada vez que te enfrentes a circunstancias problemáticas, puedes buscar a Dios en oración y pedirle que sea tu primera línea de defensa.

Él promete que si haces esto y te mantienes fiel y obediente, confiando continuamente en Su ayuda, te dará la resistencia espiritual para aguantar y triunfar (1 Co 10:12-13). Él te ayudará a enfrentar y resolver problemas que parecen desafiar la lógica o las soluciones humanas.

Estos problemas pueden incluir dificultades familiares, personales, financieras, laborales o de salud. Una de ellas podría ser la gran angustia y desesperación que uno siente tras la muerte de un ser querido. O el dolor y la angustia por la traición o la hipocresía de un ser querido que se vuelve contra ti.

Sin importar cuán grande o profundo sea tu sufrimiento o congoja, si continúas siguiendo al Señor Jesús y buscando diligentemente Su ayuda por medio de la oración ferviente, Él te ayudará, fortalecerá y rescatará. Como explica el Salmo 34:19: 

“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará el Señor”.

Dios te ayudará a lidiar con lo imprevisto

No cabe duda de que los acontecimientos inesperados y traumáticos pueden hacer que inmediatamente uno se deje llevar por el pánico y se sienta atrapado y solo (Sal 38:21; 119:8). Sin embargo, puedes confiar plenamente en que tu Padre Celestial te ayudará en cualquier situación impactante e imprevista (Sal 91:1-16); porque para Él no hay imprevistos; nada lo toma por sorpresa. Antes de que lo imprevisto para ti ocurra, Él ya tiene preparada la solución.

Al experimentar tales acontecimientos, es posible que no veas ninguna posible salida. Sin embargo, ¡Dios sí la ve! ¡Él te mostrará el camino! 

“Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrara una salida, para que puedan resistir” (1 Co 10:13, NTV).

Este principio espiritual fue ilustrado en la historia de otra figura bíblica, el antiguo patriarca Job. Habiendo soportado la repentina muerte de sus hijos y la rápida pérdida de casi todas sus posesiones terrenales, su desánimo inmediato fue evidente, ya que “rasgó su manto, y rasuró su cabeza” en señal de duelo (Job 1:20). Pero Job resistió fielmente. ¿Qué le hizo seguir adelante? Su gran amor y profundo respeto por su gran Redentor. Durante la prolongada e intensa prueba de Job, nunca perdió la fe.

Y desde luego, al igual que en el caso de Job, es crucial recordar que Dios no siempre responderá inmediatamente de la manera que uno le pide para resolver los problemas que está atravesando. A veces, Él puede decidir hacernos esperar pacientemente por la respuesta. ¿Por qué? Para fortalecer nuestra fe y edificar nuestro carácter (Sal 37:7-9; Jer 17:10; Ro 5:3-4). Sin embargo, Él es fiel para darte la ayuda que necesitas. 

El apóstol Pedro comprendió esto, y mientras consolaba y alentaba a sus compañeros cristianos que estaban afligidos por “muchas pruebas”, señaló que: 

“Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo se manifieste al mundo entero” (1 P 1:7, NTV).

Ya sea que sufras una larga y debilitante enfermedad, se te muera un ser querido, veas que un trabajo o una carrera terminan mucho antes de lo esperado, experimentes un revés económico que te deje frente a duras condiciones financieras, o cualquier otra circunstancia adversa, puedes tener plena confianza en que el Señor nunca te defraudará si permaneces en Él. Deuteronomio 31:8 ofrece esta maravillosa promesa: 

“Y el Señor va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides”.

Por tanto, al igual que David, Ezequías y Job, tú tienes una opción respecto a qué hacer cuando te enfrentes a las inevitables presiones y el estrés de la vida. No se trata de si experimentarás o no tiempos difíciles, porque estos sin duda llegarán.

Tu bienestar en la vida tiene que ver más bien con la forma en que respondes a esas dificultades. Puedes dejarte paralizar por la autocompasión, la victimización y la desesperación, o puedes ser realista-optimista e invocar los inconmensurables recursos y el inmenso amor de tu Padre Celestial en Cristo Jesús, tu Redentor (He 4:16).

¿Cuál es tu elección? ¿Qué harás? ¡El Señor Jesús espera tu respuesta!

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