Buscar este blog

21. LA REINA DE SABA—BUSCABA SABIDURÍA

Como mujeres, muchas veces deseamos lo que no tenemos. En este estudio veremos que la reina de Saba tenía todas las posesiones materiales del mundo, sin embargo anhelaba poseer sabiduría. Escuchó acerca de la sabiduría del rey Salomón. Así que le vino a ver con la idea de hacerle preguntas y escuchar sus respuestas. Primera de Reyes 4:31 dice que el rey Salomón era el hombre más sabio de la tierra. Por ese motivo, estaba probablemente muy ocupado. Al estudiar esta historia bíblica impresiona que Dios se tomó un tiempo para contestar las preguntas de la reina.

Cuando Salomón asumió como rey, Dios le dijo que podía pedirle cualquier cosa que quisiera. Salomón pidió sabiduría en vez de riquezas, bienestar, fama, poder o cualquier otra cosa. Dios le dio la sabiduría y también grandes riquezas y honores que él no había pedido. Esta promesa a Salomón la encontramos en 1 Reyes 3:10-12:

10 Y agradó delante del Señor que Salomón pidiese esto.

11 Y le dijo Dios: Porque has demandado esto, y no pediste para ti muchos días, ni pediste para ti riquezas, ni pediste la vida de tus enemigos, sino que demandaste para ti inteligencia para oír juicio,

12 he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de levantará otro como tú.

La visita de la reina

Señor cumplió lo prometido. Bendijo a Salomón de muchas maneras. La fama del rey se extendió a todos los países vecinos. La reina de Saba oyó hablar de él, como leemos en 1 Reyes 10:1-3:

1 Oyendo la reina de Saba la fama que Salomón había alcanzado por el nombre de Jehová, vino a probarle con preguntas difíciles, 

2 Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y oro en gran abundancia, y piedras preciosas: cuando vino a Salomón, le expuso todo lo que en su corazón tenía. 

3 Y Salomón le contestó todas sus preguntas, y nada hubo que el rey no le contestase.

Ella cumple con su objetivo

La reina de Saba vino desde el sur a Jerusalén, como la Biblia dice claramente que “vino a probarle con preguntas difíciles”(1 Reyes 10:1). 

[Lee también TU MARIDO ES TU HACEDOR]

Su visita fue muy diferente a la de la gente de otras naciones que por miedo al poder de Israel, vinieron a hacer las paces con el Rey Salomón. La Reina de Saba buscaba respuestas a las preguntas que guardaba en lo profundo de su corazón. Tenía hambre de verdades. 

La Biblia completa la historia diciendo que Salomón contestó todas sus preguntas. No sabemos cuáles fueron sus preguntas, pero lo importante es que Dios se aseguró que todas fueran contestadas.

Ella reconoce a Dios

La reina vio toda la riqueza del Rey Salomón. Observó cómo comían sus criados. Consideró la gran extensión de su reino. Vio el templo que Salomón había construido para Dios. Leamos sus conclusiones en 1 Reyes 10:6-9:

6 Y dijo al rey: Verdad es lo que o en mi tierra de tus cosas y de tu sabiduría;

7 pero yo no lo creía, hasta que he venido, y mis ojos han visto que ni aún se me dijo la mitad; es mayor tu sabiduría y bien, que la fama que yo había oído.

8 Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti y oyen tu sabiduría.

9 Jehová tu Dios sea bendito, que se agradó de ti para ponerte en el trono de Israel; porque Jehová ha amado siempre a Israel, te ha puesto por rey, para que hagas derecho y justicia.

¿Nótese que la reina le dio su reconocimiento a Dios? Ella admitió que la sabiduría y riqueza de Salomón eran bendiciones de Dios. No sabemos si la reina se convirtió en seguidora del Dios vivo, pero al menos lo reconoció.

El reconocimiento por sí solo no es suficiente 

La reina sabía que Dios era quien había bendecido a Israel. Seguramente también habrá sentido respeto por Él. Esto no significa que le aceptó personalmente como su único Dios. Muchas personas hoy día son como la reina de Saba. Quizás tú seas como ellas. No te engañes pensando que simplemente saber y creer que Dios existe significa tener una relación personal con Él que durará eternamente. Debes aceptar esta relación personal con Él a través de su hijo Jesucristo. Hechos 4:12 explica con claridad: “Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.

La Biblia continúa diciendo que después que la Reina de Saba y Salomón intercambiaron regalos ella se volvió a su país. Sólo nos resta confiar que la sabiduría que buscó y las respuestas que encontró se hayan convertido en parte de tu vida y que haya divulgado en su propio país lo que vio y oyó.

El Señor Jesús habla acerca de la Reina de Saba

La Palabra de Dios no registra nada más acerca de la visita de la reina de Saba a Salomón, hasta que el Señor Jesucristo vivió en la tierra unos 900 años más tarde. Durante el ministerio del Señor Jesús, los líderes religiosos se negaban a aceptar que Él era el Mesías. Cuando el Señor Jesús les decía cuán ciegos eran, usó a la reina de Saba como ejemplo. Él dijo Mateo 12:42: “La reina del Sur se levantará en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar”.

El Señor Jesús pone a la reina de Saba por encima de los líderes religiosos pues ella viajó desde tan lejos para escuchar a Salomón. El Señor Jesucristo, Dios encarnado, se encontraba allí mismo con ellos. Era más grande que Salomón, pero se rehusaron a escuchar la verdad divina revelada en Él. La reina de Saba buscó la sabiduría de Dios, y el hijo de Dios la pone como un ejemplo contrastante para aquellos que se niegan a escuchar y apreciar la sabiduría divina.

Pensamientos finales

La reina de Saba nos enseña una valiosa lección. Estaba sedienta de sabiduría. Se dirigió a la mejor fuente que conocía y obtuvo respuestas a sus preguntas. La Biblia no dice qué hizo con las repuestas una vez que las obtuvo, pero sabemos que supo reconocer la verdad cuando la encontró.

En el Sermón del Monte, el Señor Jesús dice lo siguiente: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” (Mateo 5:6). Si tienes deseos de conocer la verdad, Dios te promete que la encontrarás. Pero debes buscar la sabiduría verdadera, en la fuente. Salomón dijo en Proverbios 9:10: “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría”.

Para hacer que sea una realidad esta verdad en tu vida, debes aceptar personalmente a el Señor Jesucristo como su Salvador. En Juan 14:6, Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. 

¿Invitaste alguna vez a “La Verdad” para que entre en tu vida? ¿Por qué no lo haces ahora mismo? Así como la reina de Saba le presentó todas sus preguntas a Salomón, igualmente tú puedes presentar todas las preguntas de tu corazón a aquel que es “más grande que Salomón”, a Jesucristo. Te aseguro que como Salomón contestó todas las preguntas de la reina, el Señor Jesucristo te suplirá todas tus necesidades.

Temas de discusión

  • ¿Cuándo le dio Dios tanta sabiduría a Salomón?
  • ¿En qué se diferenció la visita de la reina de Saba a la de los otros visitantes al rey Salomón? 
  • ¿Cómo usó Jesús esta historia en sus enseñanzas?
  • Explica por qué el conocimiento de la verdad no es lo mismo que la salvación de los pecados.
  • ¿Qué valiosa lección aprendemos de la reina de Saba?

[Lee también TU MARIDO ES TU HACEDOR]