Friday, November 14, 2025

SI TU OJO TE ES OCASIÓN DE CAER...




“¿Hallaste miel? Come lo que te basta, no sea que hastiado de ella la vomites” (Pr 25:16).

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Moderación en todas las cosas. Demasiado de algo bueno es malo. El uso extremo de cualquier cosa es abuso. Dios y Salomón quieren que maximices el uso de las cosas buenas en la vida al no abusar de ninguna de ellas. Esta es una regla importante de la sabiduría para el éxito en tu vida.

La miel es buena y agradable (Pr 16:24; 24:13). No está prohibida; es un regalo de Dios, pero en exceso, es mala (Pr 25:27). Dios creó la miel como un dulce regalo natural para el paladar, y es buena para tu cuerpo. Sin embargo, demasiado te hartará e incluso te enfermará. Cuando disfrutes de algo placentero, utilízalo con prudencia para el fin dado, para que no sea una trampa para tu alma, y termine perjudicándote.

La “miel” de cada hombre es diferente. ¿Qué es dulce para ti y te tienta al exceso? ¿Cuál es tu “miel”? Es tu deber identificar aquellos placeres que más te tientan al exceso, y aprender a ser moderado (1 Co 9:25). ¿Cuál es tu “miel”? Come solo un poco de ella.

Dios da ricamente a sus hijos todas las cosas para que las disfruten (1 Ti 6:17), pero todas estas cosas deben ser usadas con moderación (Fil 4:5). Dios hizo al hombre recto y le dio toda clase de dones, naturales y espirituales, pero el hombre ha buscado muchas perversiones (Ec 7:29). ¡Y una de esas perversiones es el exceso!

Esta generación ama el exceso. ¡Está orgullosa de ser X-trema! Los cristianos deben evitar cualquier exceso. A lo largo de la historia de la humanidad, las personas siempre han abusado de la comida y la bebida, hasta la destrucción de sus almas. La glotonería y la embriaguez sobrecargan el estómago y el corazón (Lc 21:34), y los esclavos a estos pecados se atiborran de comida y alcohol hasta vomitar, pecando contra este proverbio. La gula fue otro de los pecados de Sodoma (Ez 16:49).

La sabiduría aquí es principalmente moral y espiritual, pero también contiene consejos nutricionales. El azúcar y otros carbohidratos simples o refinados son la causa principal de la obesidad y otras enfermedades asociadas. Cuando la prosperidad proporciona una variedad y cantidad infinita de azúcares y carbohidratos, una sociedad desequilibrada puede caer fácilmente bajo el juicio de una epidemia diabética.

Considera otros dones agradables de Dios para comprender la lección. Dios dio el pan para saciar el hambre (Sal 104:15), pero comer demasiado pan, cereal, pasta, galletas, pasteles, tortas, pizzas y otras harinas refinadas te destruirá no sólo físicamente sino espiritualmente. Dios dio el vino para alegrar el corazón (Sal 104:15), pero la embriaguez es un pecado que puede causarle a tu alma un dolor horrible (Ef 5:18).

Hay placer en comer, pero esto no te puede dominar. Salomón elogia a las naciones con políticas y ejemplos de templanza (Ec 10:16-17). Los buffets que te ofrecen de todo lo que puedas comer pueden ser una bendición para experimentar la variedad, pero son una maldición para la persona dada a la gula. Debes comer solo para saciar el hambre y mantener tu salud. ¿Puedes creer que suficiente de algo es mejor que un festín de lo mismo?

¿Qué pasa con el matrimonio? Es un gran don de Dios para el compañerismo y el amor, pero debes vivir con tu cónyuge sin que asfixie tu vida espiritual y servicio al Señor (1 Co 7: 28-35; Sal 73:25-26). ¿Qué pasa con los pasatiempos y el entretenimiento? Pueden ser diversiones agradables y distractoras, pero demasiadas te traerán pobreza y te harán perder un tiempo precioso (Pr 21:17; Ef 5:16).

¿Qué pasa con el ejercicio corporal? Es de algún provecho, pero los extremos te costarán el alma al dejar asuntos más importantes sin hacer (1 Ti 4:8). ¿Qué pasa con la justicia y la sabiduría? ¿Puedes tener demasiado de estas cosas? ¡Sí, de hecho, si las aplicas mal! (Ro 10:2). El Predicador advierte contra los excesos de cualquiera, como lo hacían los fariseos de los días del Señor Jesús (Ec 7:16).

El proverbio también se puede aplicar a los amigos (Pr 25:17). ¡Demasiados amigos, es demasiado! Si eres obsesivo en las relaciones, perderás amigos, porque no podrán soportar o seguir el ritmo de tus excesos. El buen regalo de la amistad llevado al extremo se convertirá en odio, y entonces habrás arruinado otra preciosa bendición por tu falta de templanza.

La indulgencia excesiva en cualquier placer embota el apetito y la capacidad de disfrutar de él, de modo que necesitarás cantidades cada vez mayores para obtener el placer original. Mientras más buena comida comas, menos disfrutarás de esa cena especial. Cuanto más viajas por negocios, menos disfrutas de la escapada con tu mujer. Es una simple ley de vida y lección de experiencia que demasiado de cualquier cosa le roba mucho de su placer y terminará hastiándote a la larga (Pr 27:7). 

Codiciar a otras mujeres que no sean la tuya, reducirá tu placer al estar con ella. No la mejorará a ella ni a tu aprecio por ella. Una vez que comiences con este pecado, necesitarás una mayor estimulación para obtener el mismo placer que antes obtenías fácilmente. Habiendo embotado tus sentidos y tu capacidad para disfrutar del sexo naturalmente, te  sumergirás en la cloaca del exceso y beberás de ella cada vez más para disfrutar de un placer que será un pálido reflejo del que disfrutabas al principio. El exceso, como el pecado, miente, y te llevará al infierno. Salomón sabía de lo que hablaba (1 R 11:3; Ec 7:28).

¿Cuál es tu “miel”? ¿Con moderación es buena, pero en exceso es pecado? ¿Es la comida, la familia, la bebida, el trabajo, el matrimonio, los pasatiempos, el ejercicio, el sexo, o algo más? ¿Cuál es tu “miel”? Es tu “miel” la que te tentará a obsesionarte con ella. Debes identificar este talón de Aquiles en tu carácter para que puedas mantenerlo bajo control y que no te impida correr con éxito tu carrera cristiana (He 12:1-4).

Una vez que identifiques tu “miel”, ¿cuánto placer deberías buscar en ella? La templanza y la moderación evitan el exceso, por lo que debes mantenerte a salvo del hastío. El cristiano sincero considerará seriamente la enseñanza del Señor al respecto: 

“Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego” (Mt 18:8-9).

Salomón lo puso de esta manera:

Y pon cuchillo a tu garganta, Si tienes gran apetito (Pr 23:2).

¡Hay miel sin límite para el creyente, y es gratis. Puedes deleitarte con su abundancia (Is 55:1-5). Son los hechos maravillosos del evangelio y la sabiduría de las Escrituras. La Dama Sabiduría te ofrece una mesa surtida con pan y vino mezclado que jamás te hartará (Pr 9:1-5). Llénate hoy tanto del evangelio como de la sabiduría del Señor.

Busca ser lleno de toda la plenitud de Dios, en la cual hay gran bendición (Ef 3:14-19). ¡También puedes, en buena conciencia, desear los mejores dones para servir mejor con cualquiera de ellos! (1 Co 12:31) ¡Esta es la mejor miel! Ora pidiendo que el Señor te llene con su Espíritu hasta que estés lleno a rebosar, y luego pide una doble porción (2 R 2:9). 

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