“Oye, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino” (Pr 23:19).
Aquí está la súplica de un padre sabio y amoroso a su hijo. Aquí está el clamor de Dios a Sus hijos. Hay tres pasos hacia el éxito y la prosperidad que agradan a los padres naturales y al Padre que está en los cielos. Debes escuchar la instrucción de la verdad y el conocimiento; debes elegir esta sabiduría como propia; y debes dirigir tus afectos y decisiones en consecuencia. Si nunca tuviste un padre terrenal, ¡ahora tienes uno celestial!
Primero debes escuchar la verdad y la sabiduría. Llegaste a la vida necio, indefenso, ignorante, irresponsable y rebelde. Necesitaste una cantidad increíble de instrucción para aprender los hechos más simples y realizar las funciones más básicas de la vida. Tu potencial dependió (y aún depende) de la cantidad de instrucción disponible para ti. La mayoría de los hombres siguen siendo muy ignorantes del conocimiento y la comprensión básicos. No tuvieron o no tienen buenos maestros y mentores.
Sin embargo, si estás leyendo este proverbio y comentario, entonces Dios te ha dado maestros antes de este momento y uno en este momento. Tu futuro está en juego. ¿Qué vas a hacer con la instrucción? ¿Leerás estas palabras en unos segundos y las olvidarás? ¿O las considerarás? El proverbio pide que oigas lo que se te dice. Dios no te ha dejado sin maestros, pues te ha enviado al menos uno para enseñarte sabiduría, tal como lo prometió (Sal 68:11,18; Ecl 12:9-11; Jer 3:15; Ef 4:8-15; Ro 4:8-15;10:13-17).
¿Pero escucharás? ¿Leerás con atención y respeto la instrucción? ¿Meditarás en ella? No está en tu naturaleza hacerlo. Crees que eres más inteligente que tus guías. Valoras tus opiniones por encima de las de los demás. No te gusta que te corrijan. Salomón advirtió en otros lugares que los hombres tontamente presumen que tienen razón y rechazan la instrucción de sus maestros para su propia ruina (Pr 16:2,25; 21:2; 26:12). ¡Hijo! Escucha a tu padre; oye a tu Padre.
Hay muchas voces para distraerte. Las redes sociales y los medios de comunicación masiva compiten por ser escuchados, con sus interminables balbuceos vanos y profanos. La Internet provee una constante saturación de información, pero carece de la verdad (2 Ti 3:6-7). Cristianos comprometidos y mundanos se han amontonado maestros para que les rasquen la picazón de sus oídos (2 Ti 4:3-4). Pero solo hay una fuente de verdad y sabiduría puras: las palabras inspiradas de Dios en la Biblia (2 Ti 3:14-17; 4:1-2). Debes buscarlas y prestarles atención.
Debes aceptar la instrucción. El conocimiento debe entrar en tu mente y alma; lo hace cuando recibes lo dicho y lo adoptas como propio (Pr 2:10; 24:14; Hch 17:11). A la mayoría le encanta hablar de sus pensamientos necios en lugar de oír las palabras de sabiduría (Pr 18:1-2). Prefieren enseñar que ser enseñados. Tienen una comezón en sus labios, cuando debería estar en sus oídos. Aunque tienen dos oídos, su única boca los domina.
Cuando hayas adoptado como propios el consejo y la instrucción de la Sabiduría, cuando te hayas comprometido con el conocimiento que te fue dado, serás sabio. Tienes una mente, un alma y un espíritu que entienden y conocen la verdad del universo, tu papel en él y lo que debes hacer en la mayoría de las situaciones. Has adquirido prudencia y comprensión, pero aún no has alcanzado el objetivo máximo.
Debes dirigir tu corazón, tus afectos, emociones y preferencias, hacia la verdad y la sabiduría bíblicas. El amor no es un poder fuera de tu mente o cuerpo que te influye. La idea de Cupido disparando flechas de amor a tu corazón es tanto pagana como estúpida; tales emociones son sólo los sentimientos de los necios. El verdadero amor es la intención de tu corazón por alguna cosa, y tu mente debe dirigir tu amor a lo que es sabio y bueno, amando a Dios y al Padre celestial.
Dios ha definido en la Biblia la manera en que debes vivir (Sal 119:128). Ha descrito la extrema importancia del cielo y de las cosas de arriba (Ec 12:13-14; 2 Co 4:18). La sabiduría en tu mente debe dirigir tu corazón para amar a Dios, el cielo y el camino que Él ha escogido para ti (Col 3:2; Sal 119:36,112; Ro 12:1-2; 1 Jn 2:15; Jud 1:21). Este es el verdadero Dios, la verdadera religión y la verdadera sabiduría. Y todo comienza con el oír para enderezar tu corazón al camino. ¿Qué vas a hacer?
Búscate un mentor que te explique las certeras palabras de verdad contenidas en la Biblia, con las que adquirirás sabiduría (Pr 22:17-21; 1 P 2:1-3). ¡Oye a tu mentor! Acepta y adopta como tuya la sabiduría que te da de la palabra de Dios, pero cultivando al mismo tiempo, pero con buena intención, el pensamiento crítico.
El pensamiento crítico es la habilidad para analizar información de manera objetiva, examinar supuestos, identificar sesgos y evaluar argumentos para llegar a conclusiones bien fundamentadas y tomar decisiones informadas. Implica ser curioso, escéptico ante la información sin fundamento, estar abierto a nuevas ideas, ser capaz de cuestionar dogmas y desarrollar una perspectiva autónoma y reflexiva sobre los problemas y la realidad circundante.
Dirige tus afectos y preferencias lejos de la necedad y de este mundo, hacia la piedad y el cielo. Así agradarás a Dios tu Padre y evitarás todas las cosas que están dispuestas a arruinarte fuera de Su camino (Pr 23:15-18,20-35).
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CLASIFICACIÓN DE ALGUNOS DE LOS TEMAS EN EL LIBRO DE PROVERBIOS
PRUDENTES COMO SERPIENTES Y SENCILLOS COMO PALOMAS
EL VELO DEL TEMPLO FUE RASGADO
CÓMO AFRONTAR LOS TIEMPOS DIFÍCILES
OTRO JESÚS, OTRO ESPÍRITU, OTRO EVANGELIO
EL REINO DE LOS CIELOS SUFRE VIOLENCIA
EL SEÑOR JESÚS—NUESTRO DÍA DE REPOSO
ABISMO PROFUNDO Y POZO ANGOSTO