“El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá” (Pr 26:27).
“No hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla”.
“No escupas para el cielo”.
“Como pecas, pagas”.
“De tus hijos esperes lo que a tus padres hicieres”.
Estos cuatro refranes populares son especialmente ciertos para Dios porque Él, con Sus propias palabras, fue el primero en dar a conocer su significado. Enseñan que tus acciones negativas contra los demás, tarde o temprano se volverán contra ti mismo, afectándote directamente. Te advierten en contra de actuar con soberbia y falta de consideración por tu prójimo. Te enseñan acerca de la ley de causa y efecto. Te instruyen sobre el hecho de que eventualmente cosecharás las consecuencias de tus acciones. Es una lección que se repite en casi toda la Escritura, una, y otra, y otra vez. El Señor, una vez, la expresó así por boca de Moisés:
“Sabed que vuestro pecado os alcanzará” (Nm 32:23).
Dios ve claramente cómo las personas tratan a los demás, y a quienes han sido inmisericordes con su prójimo, promete traerles dolor y problemas similares a los que ellos han causado.
Los impíos idean trampas y engaños contra los justos, pero a las víctimas el Señor les dice que amen a sus enemigos. ¿Quién los defenderá entonces? El gran Dios del cielo vengará a Sus hijos. Y Su venganza es a menudo pagarle a los impíos con la misma moneda que ellos le dieron a sus víctimas.
“La venganza es mía; yo pagaré, dice el Señor” (Ro 12:19).
Los impíos no se saldrán con la suya. Dios es justo y atrapa a los astutos con su propia astucia (Job 5:13), y al malo en sus propios artificios (Pr 11:6; Sal 10:2). No te vengues, el Señor lo hará mucho mejor.
El contexto más amplio del proverbio es cómo los impíos lastiman a los justos con mentiras y chismes (Pr 26:18-28). Aunque ocultan muy hábilmente su odio y sus malas intenciones, el omnisciente Dios expondrá su engaño y los juzgará abiertamente.
Aún hoy muchos cazadores capturan animales salvajes cavando un foso y cubriéndolo de la vista con ramas y hojas. El animal, al no ver la trampa, cae en ella. En sentido espiritual, los impíos cavan fosos similares para los justos; pero el Señor promete hacerlos caer a ellos en sus propias trampas.
En la guerra, los hombres hacían rodar grandes rocas desde las paredes y los montes para aplastar a sus enemigos abajo. Así Dios promete que tales piedras caerán sobre los impíos. Su venganza es mejor; debes negar tu propio deseo de venganza y esperar la Suya; ciertamente vendrá.
Cristiano, si tienes enemigos, no temas. El Señor de la gloria no pestañea ni se duerme. Cuando los impíos conspiren contra ti, Él volverá sus maquinaciones sobre sus propias cabezas (Pr 28:10; Sal 7:15-16; Ecl 10:8-9). Dios quiere incluso ser conocido por este rasgo de juicio divino (Sal 9:15-16; 57:5-7). Considéralo bien. ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! (Sal 92:5).
Una mujer dejó caer un pedazo de una rueda de molino (una piedra) sobre la cabeza de Abimelec, y le rompió el cráneo, después de que él matara a 70 hombres sobre una piedra (Jue 9:18,53). Los moabitas fueron maldecidos por el mismo profeta que contrataron para maldecir a Israel (Nm 24:17). Amán murió en la misma horca que él había mandado a hacer para colgar a Mardoqueo (Est 7:10). La sangre de Acab fue lamida por perros en el mismo lugar donde habían lamido la sangre de Nabot, a quien Jezabel había hecho asesinar para complacer a su marido (1 R 21:19). Israel quemó a sus hijos en Tofet, por lo que Dios llenó el lugar con los cadáveres de judíos rebeldes (Jer 7:31-32). Los conspiradores contra Daniel fueron devorados por los mismos leones que habían pasado la noche en paz con el profeta (Dn 6:24); y los judíos que crucificaron al Señor, luego fueron crucificados por los mismos romanos en los que ellos habían confiado (Jn 11:50; Lc 21:20-28).
Considera este proverbio a la luz de lo que sucede hoy en el mundo. ¿Por qué la conmoción por las masacres en las escuelas secundarias a manos de tiradores solitarios? Los gobiernos de las naciones respaldan el asesinato de miles de nonatos al día, llamándolo aborto. El número de los estudiantes asesinados en las escuelas secundarias no es nada en comparación.
El mundo ama y protege el contenido violento de los videojuegos, las películas y la música rap, mientras condena los Diez Mandamientos en las escuelas, uno de los cuales dice: “No matarás”. Promueve el amor propio y prohíbe el castigo corporal y crea monstruos como estos asesinos francotiradores, quienes reciben una publicidad increíble en lugar de ser ejecutados públicamente de manera sumaria (Pr 28:17).
Aprende las lecciones de sabiduría de los Proverbios de Salomón. Desarrolla pensamiento crítico. Mira a tu alrededor y ve el cumplimiento de la verdad y la sabiduría de Dios. La sabiduría de la que Salomón habla es ver las cosas desde la perspectiva de Dios. El ejemplo anterior acerca de los eventos en las escuelas secundarias es un hecho minúsculo a la luz de los asesinatos de cristianos en África y Asia. El proverbio es cierto. ¿Puedes ver su cumplimiento? ¿Lo crees?
¿Tienes un enemigo? ¿Alguien te está causando dolor? Su maldad será expuesta, y Dios volverá su crueldad sobre su propia cabeza (Pr 26:18-28). La lección de este proverbio es confiar en Dios para que te proteja y castigue a tus enemigos, incluso si ellos toman precauciones para no ser atrapados por causarte daño astuta y secretamente.
Considera el uso de la segunda parte de este proverbio por el Señor Jesús:
“Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará” (Mt 21:44).
Caer sobre la piedra, que es Cristo Jesús, es ser quebrantado en tu corazón al arrepentirte de tus pecados ante el Señor. Es mucho mejor que esperar a que Él caiga sobre ti, como cuando comenzó a caer sobre Su propia nación unos pocos años después de que lo crucificaron. Y, por su falta de arrepentimiento, todavía sigue cayendo sobre ellos.
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