“Como el que se corta los pies y bebe su daño, así es el que envía recado por mano de un necio” (Pr 26:6).
No se puede confiar en los necios. Son demasiado perezosos, estúpidos o tercos para hacer bien un trabajo. La lección aquí para tu éxito es evitar a los necios. Tu productividad y reputación dependen de personas confiables en sus responsabilidades. Si seleccionas descuidadamente a un necio para llevar un recado, ¡también podrías cortarte los pies y hacerlo tú mismo! Con esta ilustración en mente, seguramente puedes prever los daños que sufrirás por elegir a un necio como tu recadero.
Los sinónimos más sofisticados del término recadero, incluyen mensajero, enviado o emisario.
Llevar un mensaje era una tarea relativamente fácil aún en tiempos de Salomón, en una época en la que los mensajeros eran esenciales para los asuntos de un reino; pero si se elegía a un necio como mensajero, no entregaría el mensaje correctamente ni a tiempo. Enviar a un necio como mensajero dañará tu nombre y propósito, ya que el mensaje no se comunicará como pretendías. Debes evitar estrictamente el uso de necios para tus proyectos.
A Salomón no le gustaban los necios, y advirtió a su hijo frecuentemente en contra de ellos. Un rey podría dañar fácilmente su autoridad, su reputación y su integridad al usar a necios para el servicio del gobierno. Un hombre sabio protegerá la integridad de sus proyectos y su reputación evitando a los necios tanto como le sea posible. Él solo usará personas fieles, especialmente para asuntos importantes y delicados.
Se debe evitar a los necios, ¡pero también debes evitar ser uno tú mismo! Este capítulo de Proverbios comienza con una acusación extendida contra los necios (Pr 26:1-12). Hay tres lecciones que aprender: cómo identificar a un necio, cómo tratarlo y cómo evitar ser tú uno. Las tres lecciones son importantes, y debes aprender las tres para ser verdaderamente un hombre sabio.
Enviar recado es sinécdoque para cualquier tarea importante (Pr 10:26; 13:17; 25:13). El recado puede ser un mensaje sobre negocios, política o religión, pero es importante transmitir correctamente la solicitud, la información o la orden. Si el recado no se entrega correctamente, se dañará el proyecto en juego y la reputación de la persona que envía el recado.
¿Quién es un necio? En términos generales, es una persona que no teme a Dios (Sal 14:1). La sabiduría comienza por temer a Dios, pero al necio le falta este rasgo básico (Pr 1:7; 9:10). Rechazando el temor de Dios, un necio está así sujeto a conspirar, soñar, mentir, dormir, argumentar y excusarse. Odia escuchar, obedecer y trabajar. Quiere hacer las cosas a su manera (Pr 28:26).
Los hombres sin el temor de Dios no tienen la conciencia ni el carácter para hacer siempre bien el trabajo. La verdadera diligencia, fidelidad, honestidad, integridad y otros rasgos positivos del carácter no están en ellos. Su lealtad es principalmente hacia ellos mismos, lo que significa que están constantemente tentados a transigir, a comprometerse, y a que otros puedan comprarlos fácilmente ofreciéndoles un soborno.
Cortarse los pies describe la elección tonta de confiar en un necio para hacer un trabajo. Es una hipérbole, una figura de dicción que exagera el daño que una mala elección puede costarle a alguien. La mala elección es comparada con una autoflagelación, con un autodesmembramiento. ¡Qué tan trastornado tendría que estar un hombre para hacerse tal daño!
Beber el daño es una metáfora para describir las consecuencias de una mala decisión (Job 15:16; 34:7), el efecto negativo que seguramente sufrirás por confiar en un necio.
¿Qué criterio usas para seleccionar a un contador, a un abogado, a un médico, a un gasfiter, a una iglesia, a un consejero? ¿Mides el carácter por encima de todos los demás factores? Deberías. La competencia es importante, pero también lo es el temor del Señor. Un consejero, por ejemplo, debería sólo ser un verdadero creyente que cumple con los requisitos para los obispos y los diáconos (1 Ti 3:1-13).
Está mal confiar en un necio o ser uno. ¿Eres una alegría para los que confían en ti y te asignan recados, o eres una decepción? (Pr 10:26; 25:13) ¿Te proteges evitando a los necios? No basta con ser fiel; también debes elegir hombres fieles como tus colaboradores (2 Ti 2:2). Esta es una lección para tu éxito en este mundo, que el Dios del cielo te da gratuitamente.
El evangelio del Señor Jesucristo es el mensaje más grande jamás enviado, por lo que los requisitos para los mensajeros son estrictos y sobrios (1 Ti 3:1-7; 2 Ti 2:2; Tit 1:5-9). Los necios no entregarán correctamente el “recado”, no comunicarán adecuadamente la verdad gloriosa y la sabiduría que les ha sido encomendada (2 Co 2:17; 4:2; 2 P 2:1-2). Elegir mal en asuntos espirituales y eternos es tan grave como cortarte los pies y beber tu propio daño (Pr 26:6). ¡Has sido advertido! (Mt 24:25)
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