Ya hemos hablado de la realidad de la resurrección y de las dos principales resurrecciones futuras que hay en la Biblia: la que le espera a los creyentes antes del rapto/arrebatamiento (1 Ts 4:13-18; 1 Co 15:23), y la que le espera a los incrédulos al final del Milenio (Ap 20:5).
Sin embargo, también sería útil enumerar todas las resurrecciones mencionadas en las Escrituras como referencia.
- Resurrección del hijo de la viuda en Sarepta (1 R 17:17-22)
- Resurrección del hijo de la sunamita (2 R 4:18-37)
- Resurrección del hombre arrojado a la tumba de Eliseo (2 R 13:20)
- Resurrección de la hija de Jairo (Mc 5:41)
- Resurrección del joven en Naín (Lc 7:14)
- Resurrección de Lázaro (Jn 11:38-44)
- Resurrección de santos desconocidos durante la crucifixión (Mt 27:52-53)
- Resurrección de Cristo (Mt 28:1-6)
- Resurrección de Tabita/Dorcas (Hch 9:36-42)
- Resurrección de Eutico (Hch 20:7-12)
- Resurrección de los creyentes (1 Ts 4:13-18; 1 Co 15:23)
- Resurrección de los dos testigos (Ap 11:7-11)
- Resurrección de los decapitados por causa del testimonio de Jesús (Ap 20:4)
- Resurrección de los impíos (Ap 20:5)
También incluimos tres menciones honoríficas cuya evidencia de que sean resurrecciones no es clara como el cristal, y parecen discutibles.
- Jonás y el pez (Jon 2:1-10)
- Pablo en la ciudad de Listra (Hch 14:19-20)
- Las cabezas de la bestia (Ap 13:3)
Un par de aclaraciones sobre esta lista de posibles resurrecciones. En primer lugar, algunos asumen que Jonás pudo haber resucitado debido a la conexión que el Señor Jesús establece en Mateo 12:40-41. Sin embargo, la conexión no depende de la muerte de Jonás, sino del tiempo que pasó en el pez. No hay nada en los evangelios que haga referencia clara a la resurrección de Jonás. Y aunque hay una oscura referencia al “seno del Seol” en Jonás 2:2, el lenguaje es poco claro.
En segundo lugar, el relato de la lapidación de Pablo en Hechos 14:19. Aunque la mayoría argumentaría en contra de que este sea un relato verídico de muerte y resurrección, los argumentos a favor de esta resurrección podrían resumirse de la siguiente manera: (1) Cuando se practicaba la lapidación, la mayoría de las veces era hasta la muerte. (2) Los judíos no se habrían detenido hasta estar seguros de la muerte de Pablo, ya que llevaban tiempo intentándolo (Hch 14:5).
Como alternativa, probablemente sea más fácil argumentar que Pablo no murió en Hechos 14:19 y que, en cambio, probablemente recibió una sanidad divina. El texto parece indicar que los enemigos de Pablo lo abandonaron “pensando que estaba muerto” (Hch 14:19). Habría sido mucho más claro para Lucas registrar que Pablo había muerto si ese fuera el caso—no olvidemos que Lucas era médico de profesión y que su uso del lenguaje es siempre muy específico.
En tercer lugar (y por último), la “herida mortal” de la que se habla en Apocalipsis 13:3 no se menciona de forma definitiva, sino “como herida de muerte”, como si hubiese recibido una herida mortal. Es poco probable que esto se refiera a una resurrección, especialmente tratándose de “una de sus cabezas”; es decir, una de las cabezas de la bestia. Referimos a los interesados a nuestro Comentario de Apocalipsis 13 para mayor entendimiento.
El objetivo es que esta lista sea una lista completa de todas las resurrecciones que se encuentran en la Biblia. Pero si falta alguna, háganmelo saber para revisar el pasaje.
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