Tuesday, December 23, 2025

ANTITRINITARISMO



El anti-trinitarismo es una visión teológica de Dios que rechaza la doctrina de la Trinidad. Cualquier grupo que niegue que Dios existe en tres Personas eternas, coiguales que comparten una misma naturaleza en perfecta unidad, es antitrinitario. Dentro del cristianismo, en un sentido amplio, existen grupos antitrinitarios que creen que Dios Padre es Dios, pero que Jesús y el Espíritu Santo no son completamente iguales a Él.

Hay varias ideas falsas relacionadas con el anti-trinitarismo. Existe el adopcionismo, que sostiene que Jesús fue “adoptado” como Hijo de Dios en algún momento de su vida terrenal - en su bautismo, resurrección, o ascensión, por ejemplo. También está el modalismo, que sostiene que Dios es un ser indivisible que se manifiesta como una de las tres Personas en diferentes momentos. Además, está el subordinacionismo, que sostiene que el Hijo y el Espíritu Santo son subordinados al Padre en naturaleza y ser. 

Los grupos antitrinitarios que también se hacen llamar “cristianos” incluyen a los Testigos de Jehová, Mormones, Swedenborgianos, Adventistas del Séptimo Día, Cristadelfianos, la Iglesia de Dios Unida, y Pentecostales Unitarios, por mencionar sólo algunos de los más conocidos.

El anti-trinitarismo es problemático porque es antibíblico y, al menos en algunas formas, hace que el Señor Jesús sea menos que Dios. La divinidad de Cristo está claramente respaldada por las Escrituras. 

El Señor le dijo a los líderes religiosos: 

“Yo y el Padre uno somos” (Jn 10:30). 

Los judíos entendieron correctamente que el Señor Jesús estaba declarando Su igualdad con el Padre. Le respondieron: 

“Tú siendo hombre, te haces Dios (Jn 10:33). 

Entonces trataron de apedrearlo, que era la respuesta adecuada a la blasfemia, según la ley (Lv 24:16).

Un antitrinitario que cree que Jesús no es igual al Padre tendrá problemas para explicar por qué los judíos no estaban justificados en su respuesta. Si no eres igual a Dios, sería blasfemia decir que lo eres. Como dijo Dios, a través del profeta Isaías, Él es el único Dios, y no hay ninguno como Él:

“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí” (Is 46:9).

De hecho, si el Señor Jesús no fuera completamente Dios, su afirmación a los judíos lo habría puesto al mismo nivel que Lucifer, quien en rebelión intentó ascender al trono de Dios (Is 14:14).

El Espíritu Santo también es Dios y sin embargo distinto de las otras Personas de la Divinidad, según la Biblia. Vemos esto en la historia de Ananías y Safira, quienes “mintieron a Dios” (Hch 5:4). Pedro también dijo que Ananías le mintió al Espíritu Santo (Hch 5:3). Esta fue la misma mentira, de los labios de un hombre a un Dios. Mentir al Espíritu Santo se equipara así con mentirle al Padre. La Biblia también nos dice que el Espíritu Santo tiene emociones distintas, una voluntad distinta, y un propósito especial (Ef 4:30, 1 Co 12:4-7; 2 Co 13:14; Jn 14:25-26; 15:26-27; 16:7-15).

¿Por qué existen las doctrinas antitrinitarias? ¿Cuál es la motivación para rechazar la Trinidad? Parte de la respuesta puede ser que la idea de la Trinidad es muy difícil de comprender. ¿Cómo puede el único Dios ser también tres Personas distintas? No tiene sentido para nuestras mentes finitas. Pero eso no es razón para desestimarlo. Hay muchas doctrinas difíciles con las que los cristianos luchan, y muchas cosas en la Biblia que parecen imposibles o son difíciles de entender. Si pudiéramos entender completamente todo lo que Dios es y hace, tendríamos una sensación cómoda de control. Pero, la naturaleza misteriosa y profunda de Dios es un argumento a favor de que la Biblia es verdadera. Si hay un Dios que tiene el poder de crearnos a nosotros y al mundo que nos rodea, ¿no tiene sentido que esté más allá de nuestro limitado entendimiento? (Is 55:8)

La enseñanza clara y consistente del Nuevo Testamento es que Dios existe en tres Personas

Mateo 28:19 y 2 Corintios 13:14 son dos pasajes en los que se encuentra la doctrina de la Trinidad. El Señor Jesús enseñó mucho acerca de las tres Personas de la Trinidad en los capítulos 14 al 17 de Juan. Y en su conversación con Nicodemo, el Señor habla de la obra del Espíritu que regenera (Jn 3:8), del Hijo que será/fue crucificado (Jn 3:14-15), y del Padre que envió al Hijo (Jn 3:16-17).

No hay duda de que la Trinidad es difícil de comprender para las mentes humanas. No somos seres tri-personales; cada uno de nosotros es una sola persona. Pero Dios es diferente a nosotros. En su Palabra, Él nos revela que Él tiene una sola naturaleza y esencia mientras que al mismo tiempo existe eternamente en tres Personas. 

El Credo Niceno (AD 325) y el Credo Atanasiano del siglo IV hicieron un admirable trabajo al intentar transmitir la verdad de la naturaleza tri-una de Dios. Pero el antitrinitarismo rechaza estos credos y la enseñanza bíblica sobre la Trinidad. 

Los trinitarios, en cambio, afirmamos las palabras del Señor Jesús en Mateo 28:19 acerca del bautismo “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, y cantamos con convicción las palabras de la Doxología, Alabad al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo”.

El Origen de la Doctrina Sobre la Trinidad

La Trinidad es el único, definitivo, incomprensible y más asombroso misterio del cristianismo. Es la revelación de quién es en realidad nuestro Creador Todopoderoso, no sólo un Dios, sino un Ser infinito que existe en la eternidad como tres personas iguales e infinitas, consustanciales pero distintas. El origen de la doctrina de la Trinidad es la Biblia, aunque la palabra Trinidad no se aparece en la Biblia.

Al igual que todos los cristianos ortodoxos, la doctrina de la Trinidad sostiene que Dios es una esencia y tres Personas; Dios tiene una naturaleza, pero tres centros de conciencia; Dios no es sólo un Qué, sino tres Quiénes. Algunos incrédulos equivocadamente llaman a esto una contradicción. Por el contrario, la doctrina de la Trinidad es un misterio que Dios ha revelado en Su Palabra. Una contradicción sería afirmar que Dios tiene una sola naturaleza y también tres naturalezas, o que es una sola persona y también tres personas.

Desde los inicios de la iglesia, los cristianos han entendido el misterio de la Trinidad, incluso antes de que se empezara a usar este término.

Por ejemplo, los primeros cristianos sabían que el Hijo era el Creador (Jn 1:1-2), el “Yo Soy” del Antiguo Testamento (Ex 3:14; Jn 8:58), igual al Padre (Jn 14:9), y el Juez de toda la tierra (Gn 18:25; Jn 5:22), quien debe ser adorado como solo le corresponde a Dios (Dt 6:13; Lc 4:8; Mt 14:33).

Los primeros cristianos sabían que el Espíritu Santo era una persona separada con Sus propios pensamientos y voluntad (Jn 16:13), que intercede por nosotros ante Dios (Ro 8:27), demostrando que es una persona distinta de Dios Padre, ya que la intercesión requiere al menos dos partes (nadie intercede por sí mismo). Además, se puede perdonar a un humano por blasfemar contra Dios Hijo, pero no por blasfemar contra Dios Espíritu Santo (Mt 12:32).

Los escritores del Nuevo Testamento mencionan numerosas veces a las tres Personas de la Trinidad (Ro 1:4; 15:30; 2 Co 13:14; Ef 1:13-14; 1 Ts 1:3-6). 

Los primeros creyentes sabían que el Padre y el Hijo enviaron a la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, como “otro consejero”, para que viviera en nuestros corazones (Jn 14:16-17, 26; 16:7). Estos misterios fueron aceptados plenamente por la iglesia primitiva como la verdad revelada, pero sin utilizar el término “trinidad”.

El Antiguo Testamento dio indicios de la Trinidad, y ningún pasaje de la Escritura contradice la doctrina. Por ejemplo, en Génesis 1:26 Dios dice en plural, “Hagamos al hombre a nuestra imagen”

Dios declara que estaba completamente solo cuando creó todo, expandiendo los cielos y extendiendo la tierra “por mí mismo” (Is 44:24). Sin embargo, Jesús fue el ejecutor de la creación de Dios (Jn 1:1-3; Col 1:16), en compañía del Espíritu Santo quien se movía “sobre las aguas” (Gn 1:2). Sólo la doctrina de la Trinidad puede explicarlo todo.

La Torá insinuó la idea de la existencia de Dios en múltiples personas y predijo su venida en la carne. El Antiguo Testamento está lleno de referencias al regidor de un mundo venidero (Gn 49:10) que nacería en Belén (Miq 5:2), que no sólo era el Hijo de Dios (Is 9:6), sino un Mesías que sería Dios en la carne (Is 7:14; Zac 2:8-11). Sin embargo, los judíos buscaban—y, bajo la ocupación romana, esperaban desesperadamente—a un Mesías triunfador y conquistador, y no un humilde y sufrido Siervo (Is 53). Israel no reconoció al Hijo de Dios debido a Su humildad (Is 53:2; Mt 13:54-58; Jn 10:33), y por eso lo mataron (Zac 12:10; Hch 2:36).

En los años posteriores a la muerte de Juan, el último apóstol, hubo muchos intentos de los teólogos cristianos de definir y explicar a Dios en la iglesia. Las explicaciones de la realidad espiritual para los seres terrenales siempre se quedarán cortas; las explicaciones de algunos eruditos fueron poco acertadas, mientras que otros cayeron en la herejía. Entre los errores cometidos en los tiempos post-apostólicos se encontraban los siguientes: Jesús era completamente Dios y sólo aparentaba ser humano (Docetismo), Él fue creado en lugar de ser eterno (Adopcionismo, Arrianismo y otros), había tres dioses separados en la misma familia (Triteísmo), y un solo Dios que desempeñaba tres papeles diferentes en diferentes momentos (Modalismo, Monarquismo).

Ya que ninguna religión puede existir sin saber a quién o qué adoran sus seguidores, había una gran necesidad de definir a Dios de una manera en la que todos los seguidores del cristianismo estuvieran de acuerdo en considerarla una doctrina “oficial” u ortodoxa. Y, si Jesús no era Dios, todos los cristianos eran herejes por adorar a un ser creado.

Parece que Tertuliano (160-225 d.C.) fue el primero en usar el término Trinidad en relación a Dios. Tertuliano utiliza el término en Contra Praxeus, escrito en el 213 para explicar y defender la Trinidad contra la enseñanza de su contemporáneo Praxeus, quien defendió la herejía monárquica. De ahí, podemos saltar más de un siglo de discusión eclesiástica, los cismas y el debate al Concilio de Nicea en 325, cuando la Trinidad finalmente fue confirmada como doctrina eclesiástica oficial.

Una observación final. La teología es el intento de seres humanos imperfectos—criaturas, creaciones de Dios—por comprender las palabras de la Biblia, así como la ciencia es el intento de los seres humanos imperfectos para comprender los hechos de la naturaleza. Todos los hechos de la naturaleza son verdaderos, al igual que todas las palabras originales de la Biblia. No obstante, los humanos somos limitados y cometemos muchos errores, así como la historia continuamente lo demuestra. Así que cuando hay error o desacuerdo en la ciencia o la teología, ambas disciplinas tienen métodos de corrección. La historia post-bíblica de la iglesia primitiva revela que muchos cristianos sinceros “se equivocaron” a la hora de definir la naturaleza de Dios tal como está revelada en la Escrituras (una gran lección sobre la necesidad de la humildad). Pero, a través de un cuidadoso estudio de la Palabra de Dios, la iglesia finalmente pudo articular lo que la Biblia enseña claramente y lo que ellos sabían que era verdad — que Dios existe como una Trinidad eterna.

Finalmente, nadie puede ser convencido de nada en contra de su voluntad. Pero, aun así, esta no es una doctrina en la que podemos aplicar: “Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente” de lo que cree (Ro 14:5), porque la Trinidad tiene que ver con conocer a la Persona de Dios. Quien no conoce Quién y cómo es el Dios a quien adora, tiene un serio problema, y debe ponerse de rodillas para orar que Dios se le revele tal y como Él se manifiesta en las Escrituras.

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