Algunos cristianos no se preparan para responder a las preguntas que la gente tiene sobre el cristianismo. Otros seguidores de Cristo estudian una variedad de verdades bíblicas y pueden ayudar a otros a ver la voluntad de Dios sobre varios asuntos importantes: desde la santidad de la vida (Gn. 9:6), a la pecaminosidad de todas las formas de inmoralidad sexual (1 Co. 5-6); desde la importancia del bautismo en agua (Hch. 2:38) hasta la esencialidad de adorar a Dios Todopoderoso “en espíritu y en verdad” (Jn. 4: 23-24). Si eres de aquellos cristianos fieles que se preocupan lo suficiente por enseñar las verdades reveladas celestiales a otros (Mr. 16:15-16; Hch. 8:1-4), permíteme recordarte no pasar por alto la preparación para enseñar las verdades más fundamentales de la fe cristiana, incluida, y especialmente, la Deidad de Cristo.
En la última parte de 2020, la revista Newsweek informó de una encuesta realizada por una organización sin fines de lucro con sede en Florida llamada Ligonier Ministries. Aunque el tamaño de la muestra no fue la más grande del mundo (3.002), fue al menos tres veces más grande que la encuesta política promedio (500-1.000). Además, 630 de los encuestados eran autodenominados evangélicos. ¿Qué mostró la encuesta? Sin duda, la parte más sorprendente de la encuesta para muchos cristianos fue que el 52% de los encuestados indicó que “Jesús fue un gran maestro, pero no es Dios”. Es más, otro 12% no estaba seguro. Solo el 37% de los estadounidenses encuestados estuvieron de acuerdo en que Jesús es Dios (o divino).
Si esta encuesta refleja siquiera remotamente las creencias de los aproximadamente 330 millones de estadounidenses, los cristianos deben reflexionar más seriamente sobre el evangelio salvador de Dios: sobre la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (1 Co. 15:1-4). Para ser salvos, debemos saber quién es Jesús (Mt. 11:29), y debemos llegar a creer quién es Él (Jn. 8:24; Jn. 8:48-59 — el Gran “Yo Soy”). Mientras estuvo en la Tierra, el Señor Jesús hizo preguntas directas a varias personas sobre Su naturaleza:
- ¿Quién dicen los hombres que soy yo, el Hijo del Hombre? (Mt. 16:13).
- ¿Qué piensas del Cristo? ¿De quién es hijo? (Mt. 22:42).
- ¿Crees en el Hijo de Dios? (Jn. 9:35).
- ¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pero para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados (Mr. 2: 9-10; Mr. 2:7).
Si nos preocupamos por las almas perdidas y por agradar a Dios (1 Ts. 1:6-8), debemos prepararnos para decirles a nuestros conocidos, amigos y vecinos quién es Jesús. Él no es un ser angelical creado, y no fue simplemente un “gran maestro”, y ciertamente no fue un “gran maestro” imperfecto.
¡El Jesús descrito en la Biblia no es simplemente un hombre!
Como revelan las Escrituras en el Antiguo Testamento (Is. 9: 6; 7:14; Mt. 1:23), así las Escrituras en el Nuevo Testamento revelan (de muchas maneras) que Jesús es Divino. Él era y es Dios, una de las tres Personas de la Deidad.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (Fil. 2:5-7).
Sí, nuestro santo Dios salió amorosamente de los esplendores del cielo y se humilló a sí mismo para poder hacer al hombre pecador santo y aceptable ante Dios (1 P. 1:15-19).
Además de ofrecer evidencia de la existencia de Dios y la inspiración de la Biblia, nada es más importante ni más fundamental que aprender la Verdad bíblica sobre la naturaleza del Señor Jesús. Aprovechemos las oportunidades que Dios nos da para sumergirnos en estas verdades, y enseñémosles tanto a creyentes como a no creyentes la verdad salvadora de almas acerca de Quién es Jesús y lo que ha hecho por nosotros.