Tuesday, October 21, 2025

NO HAY REYES, DICEN



“Porque su quebrantamiento vendrá de repente; Y el quebrantamiento de ambos, ¿quién lo comprende?” (Pr 24:22).

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Este versículo es la segunda mitad del proverbio, por lo que necesitas la primera mitad: 

Teme a Jehová, hijo mío, y al rey; No te entremetas con los que son dados al cambio (Pr 24:21, KJV). 

Si te tomas en serio la sabiduría y el conocimiento, lee también el comentario sobre ese versículo.

Es el mandato de Dios para ti y para todos los hombres que le teman a Él y a los gobernantes de su nación. Dios y los gobernantes civiles están vinculados entre sí, porque Dios es quien les da la autoridad a los líderes de las naciones (1 P 2:17). Incluso se refiere a ellos como dioses en la Biblia, para que tengas una idea correcta de cuán alto es su cargo (Ex 22:28; Sal 82:1,6; Jn 10:34-35). Aléjate de cualquiera que hable a la ligera en contra de ellos.

Humíllate, sométete a tu gobierno y ora por él. Incluso cuando tome decisiones equivocadas. Estas son las órdenes del Dios del cielo y de la tierra (Ro 13:1-7; 1 Ti 2:1-2; 1 P 2:13-17). 

¿Cuáles son las consecuencias si no lo haces? Dios dio este proverbio a través de Salomón para advertirte. Cuidado, o tus últimas horas podrían estar contadas.

El Señor odia a los que critican con maldad o se resisten a la autoridad, especialmente del gobierno civil. Condena incluso asociarse con tales personas (Pr 24:21). Aquí Él promete calamidad repentina y ruina para ambos: los líderes y los participantes de la insurrección. El temor de Dios y el respeto por el gobierno civil van de la mano: es imposible temer correctamente a Dios y ser rebelde con la autoridad que Él ha designado (Pr 24:21).

Salomón advirtió a su hijo que temiera a Dios y al rey (Pr 24:21). Primero temes a Dios; después temes al rey, porque su autoridad es de Dios. Resistir al rey, o a cualquier autoridad civil, es resistir a Dios y Su ordenanza (Ro 13:1-2). Obedeces al gobierno por dos razones: temor al castigo tanto de Dios como del gobierno (Ro 13:3-7). Aquellos que quieren derrocar al gobierno tienen dos poderosos y terribles enemigos: Dios y el rey.

La sumisión a la autoridad civil es el verdadero cristianismo. Pedro enseñó lo mismo: temer a Dios y honrar al rey van juntos. Él escribió que estás obligado por tu deber hacia Dios a someterte a todas las ordenanzas del gobierno civil (1 P 2:13-17). Condenó hablar mal de los funcionarios del gobierno como rasgos presuntuosos de réprobos ignorantes e irracionales que no entienden la importancia de la autoridad civil (2 P 2:10-12; Jud 8-10).

Hay un Dios en el cielo. Aunque los hombres acusan, critican, desprecian, ridiculizan o menoscaban a los gobernantes civiles en privado, Él oye y ve todo. El temible Dios pagará. A Él no le importa si promueves pensamientos y discursos irrespetuosos, o si solo eres un mero seguidor y un oyente pasivo de tales hombres. La calamidad y la ruina horrible de ambas partes ocurrirá pronto. Honrará y protegerá a sus representantes civiles castigando a sus enemigos.

¿Por qué algunos hombres tienen tantos problemas en sus vidas, familias y negocios? Una razón es su mala actitud y discurso hacia el gobierno. Dios no puede ser burlado. Poco importa lo que intenten hacer; nada va a funcionar. Dios está en contra de ellos. No pueden faltarle el respeto a Su autoridad designada y salirse con la suya. ¿Por qué algunos hombres son tan bendecidos en sus vidas, familias y negocios? Una razón puede ser su sumisión pacífica y reverente al gobierno establecido por Dios, quien bendice y recompensa a los justos.

Odia la falta de respeto civil o la rebelión incluso en tu corazón. Salomón escribió: 

Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en lo secreto de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra (Ec 10:20). 

Las palabras rebeldes viajan lejos. Y el gran Dios también ve los pensamientos y las intenciones del corazón: Él castigará a aquellos que critican cosas demasiado sublimes para ellos.

¿Es exagerada la advertencia? Satanás será atormentado para siempre en el lago de fuego por su orgullosa rebelión contra la Autoridadel gobierno de Dios (1 Ti 3:6). Miriam habló solo una vez en contra de la autoridad de su hermano Moisés, y Dios la emblanqueció con una lepra temible (Nm 12:1-15). Coré, e incluso las mujeres y los hijos de los rebeldes que lo siguieron, fueron tragados vivos por la tierra simplemente por hablar en contra de Moisés (Nm 16:1-34).

Absalón se rebeló contra David, por lo que Dios lo atrapó por la cabellera en un árbol para que fuera utilizado por Joab en su ejercicio de tiro al blanco (2 S 18:9-18). Adonías no respetó lo suficiente al nuevo rey, su propio hermano, por lo que Salomón lo hizo matar (1 R 2:12-25). Joab asesinó a los competidores por su cargo, por lo que Salomón lo hizo matar también a él (1 R 2:28-34). Simei le faltó el respeto a David, y aunque este lo perdonó temporalmente, Salomón al final lo hizo matar (1 R 2:35-46). Cuarenta y dos muchachos se burlaron de Eliseo por su calvicie, y Dios envió dos osos para despedazarlos (2 R 2:23-24).

El rey Sedequías ignoró las advertencias de Jeremías y se rebeló contra el rey Nabucodonosor; por esa ofensa tuvo que ver morir a sus hijos delante de él, y luego le sacaron los ojos (2 R 25:1-7). Los judíos rebeldes se sublevaron contra Roma, que envió a Tito a destruir su ciudad y su templo, y a traer sobre ellos mayor tribulación de la que habían sufrido en el pasado. Estos ejemplos de rebelión incluyen a las naciones grandes y pequeñas.

¿Es exagerada la lección? Los ángeles, mucho más grandes en sabiduría y poder que los hombres, no pronuncian acusaciones injuriosas o burlas contra los gobernantes de la tierra (2 P 2:11). ¿Por qué se le permitirían a un hombre necio, que no sabe nada de las decisiones de peso de sus líderes? Pero los ángeles sí controlan el largo del cabello de las mujeres, para ver si se someten públicamente a sus maridos llevándolo largo (1 Co 11:10). Esta advertencia no es exagerada. ¡Se sobrio!

Hablar a la ligera contra los padres era digno de muerte bajo la Ley de Moisés (Dt 27:16). Salomón escribió que los hijos que maldijeran a sus padres debían morir (Pr 20:20). También juzgó que un ojo escarnecedor hacia los padres era digno de ser sacado por los cuervos y devorado por los hijos del águila (Pr 30:17). El bendito Dios defiende a Sus autoridades designadas y castiga a los insurrectos. ¿Es exagerada la advertencia? No es exagerada, porque el espíritu de rebelión ha contagiado gravemente a toda la humanidad.

Si eres padre, ¿quieres que tu hijo critique tus decisiones, ridiculice tus faltas, se burle de ti y siembre malestar en tus otros hijos? Si eres marido, ¿quieres que tu mujer te ridiculice ante los demás y te responda? Si eres un empleador, ¿quieres que tus empleados organicen un sindicato para atacar y socavar tu posición y negocio? ¿No puedes ver que a menos que brindes honor y respeto, no los mereces de los demás?

La raíz de la falta de respeto a la autoridad es el orgullo y la rebelión en el corazón, el pecado del diablo (Pr 13:10; 1 Ti 3:6). No son principios; es orgullo y rebeldía. Los hombres no evaden impuestos por principios, sino por codicia y avaricia. Hay medios legales y pacíficos para los principios, así que tus triquiñuelas prueban tu maldad. Dios aplastará a todos los orgullosos y rebeldes.

Los cristianos oran por sus gobernantes y hacen todo lo que pueden para vivir vidas tranquilas y pacíficas con toda piedad y honestidad, sin importar cuán paganas o malvadas sean sus autoridades (Jer 29:4-7; 1 Ti 2:1-4). No desprecian a la autoridad. Saben que Dios o el rey se vengarán de los rebeldes. Saben que la bendición de Dios está sobre aquellos que reverencian la autoridad. Saben que Dios está más alto que los que están más de arriba de ellos, y pronto rectificará todo mal (Ec 5:8).

Si eres un discípulo del Señor Jesús, eres ciudadano del cielo y miembro de una monarquía eterna, el reino de Dios, donde el Señor gobierna con poder absoluto y justicia perfecta como Hijo de David. No se pierde un solo aspecto de cada decisión de los gobiernos de la tierra. ¿Cuál es la palabra de Dios para ellos? 

Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en él confían (Sal 2:12).

Ministros fieles como Pablo predican todo el consejo de Dios que se encuentra en la Biblia (Hch 20:17-27), y todo para tu provecho. Acabas de escuchar la voluntad de Dios para esta parte de tu vida. ¿Qué harás con la información? Debes arrepentirte de cualquier maldad pasada hacia los gobernantes civiles o cualquier otra autoridad en tu vida, y debes comprometerte ante Dios a no faltarle el respeto ni rebelarte contra ninguna de las cinco esferas de autoridad que Dios ha designado (Comentario Pr 29:21).

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