Tuesday, October 28, 2025

MIRÉ, Y TOMÉ CONSEJO



“Miré, y lo puse en mi corazón; lo vi, y tomé consejo” (Pr 24:32).

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Puedes aprender sabiduría gracias a los errores ajenos. La observación y el análisis son grandes instructores, y Salomón fue un maestro de ambos (Ec 1:12-14; 2:11-13). Es tu deber aprender de los errores de los demás y enseñar a tus hijos a hacerlo también (Pr 19:19; 22:29).

Por supuesto, también puedes aprender sabiduría observando las buenas decisiones y acciones de los sabios (Sal 37:37; Fil 3:17-21). Es un hábito útil observar e identificar el carácter y la conducta que hacen que un hombre sea necio o sabio. Refuerza las reglas de la sabiduría.

Salomón aquí condena a los perezosos (Pr 24:30-34). Una de las primeras lecciones que los padres deben enseñarles a sus hijos es levantarse de la cama temprano, trabajar duro durante el día, y terminar el trabajo. La pereza se condena a menudo en Proverbios (Pr 6:6-11; 10:4; 12:24; 19:15,24; 20:4,13; 22:29). Observar y analizar hormigas también puede enseñar esta sabiduría (Pr 6:6-8; 30:25). Salomón sabía que el éxito de su hijo requería su propia diligencia y también quería que rechazara a los amigos perezosos.

La pobreza es relativamente fácil de explicar. Salomón vio que el amor por el sueño les cuesta a muchos hombres su éxito financiero. Cuando vio casas y propiedades abandonadas, se dio cuenta de que ciertas consecuencias de la pereza se habían posado en esas direcciones. Los hombres que disfrutan durmiendo por la mañana y haraganeando por la noche seguramente terminarán en la pobreza. Por supuesto, los pobres a menudo tienen sus excusas listas, pero los hechos de la vida siguen siendo los mismos.

Un padre sabio puede ser como Salomón para su hijo. Puede señalarle a los perdedores en la vida y los resultados ciertos que se obtienen cuando no se obedece la Biblia. La vida puede ser la guía de lecciones para los estudios sociales en necedad y sabiduría. Hijo, ¿ves en qué mal estado está la techumbre de esa casa? El propietario tiene la intención de cambiarla, pero siempre encuentra una razón para postergar el trabajo. Si no la cambia pronto, la techumbre eventualmente se caerá y toda la casa se lloverá, tal como dice la Biblia (Ec 10:18).

¿Conoces la Biblia lo suficientemente bien como para ver su importancia práctica en el mundo que te rodea? ¿Puedes ver el cumplimiento de las Escrituras en las vidas disfuncionales y el caos político de este mundo necio? ¿Puedes enseñarle a tu hijo y a otros las dolorosas consecuencias de rechazar la Palabra de Dios? ¿Sabes cómo sacar lecciones objetivas de criaturas pequeñas y grandes de la naturaleza? (Pr 30:24-31) ¿O eres tan deficiente que esta tarea que te parece casi imposible?

¿Por qué muchos vagabundos son borrachos? Porque la embriaguez y la gula traen andrajos (Pr 23:21). ¿Por qué algunos niños gritan en los restoranes? Porque son consentidos en casa (Pr 29:15). ¿La tacañería producirá prosperidad? No, traerá pobreza (Pr 11:24-26). ¿Por qué algunos hombres dedican su tiempo libre a un pasatiempo aburrido? Porque están escapando de una mujer rencillosa en casa (Pr 21:9,19). ¿Hay consecuencias por el adulterio? Solo la muerte y el infierno (Pr 9:18). ¿Está bien escuchar a los activistas políticos? Si quieres desperdiciar tu vida (Pr 24:21-22).

¿Por qué el pecado y la violencia sexual son tan populares? Porque son glamorizados en la televisión y el cine (Sal 101:3; 1 Co 15:33). ¿Por qué las naciones católicas son a menudo pobres? Porque desde niños niegan la realidad al suponer que una galleta es el cuerpo de Cristo (1 Co 11:24-25) ¿Por qué hay tanta sodomía y pedofilia entre sus sacerdotes? Porque rechazan el papel de Dios para la mujer (1 Ti 4:1-3; Ro 1:27; 1 Co 7:1-5).

¿Hay lecciones provechosas al observar a los justos? Salomón vio que los que temen a Dios tienen éxito y deben ser imitados en la vida (Ec 7:18). El salón de la fe en Hebreos 11 revela una gran nube de testigos que prueban el beneficio de creer y obedecer a Dios (He 11:2; 12:1). Y el Señor Jesucristo, quien sufrió voluntariamente para obedecer al Padre, ahora está sentado a Su diestra con gran honor y gloria (He 12:2; Sal 16:8-11). Es tu deber y privilegio hoy seguir Su ejemplo perfecto y obtener las bendiciones de Dios.

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