El Señor Jesús estableció un marcado contraste entre “este siglo” y “el siglo venidero” (Mateo 12:32). La palabra que se traduce como “siglo” en este pasaje proviene de la palabra griega aion, que quiere decir “una era”. Significa un período de duración indefinida, o tiempo contemplado en relación con lo que tiene lugar en el período.
El sentido que tiene la palabra no es tanto el de la longitud misma de un período, sino “el de un período marcado por características espirituales o morales” (W.E. Vine, Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, 1984, 4:61-62).
El apóstol Pablo estableció un contraste muy claro entre “este siglo”, el mundo que nosotros conocemos y que él llamó el “presente siglo malo”, y “el [siglo] venidero” (Gálatas 1:4; Efesios 1:21). Estas dos eras son completamente opuestas, no sólo en el aspecto espiritual sino también en el aspecto moral.
Para entenderlas correctamente debemos tener muy claro que este no es el mundo de Dios. Dios no es el autor de los hogares destruidos, los matrimonios deshechos, la violencia, los odios raciales y étnicos, la corrupción gubernamental, avaricia, contaminación, depresión, enfermedades, persecución, y todo el sufrimiento inherente en estas situaciones, que vemos a nuestro alrededor. Pablo identifica la verdadera causa de todos estos dolores: “el dios de este siglo” (2 Corintios 4:4), Satanás el diablo.
¿Cuánta influencia ejerce este ser? El apóstol Juan nos dice que “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19). Toda la humanidad ha sido influenciada por los pensamientos, las actitudes y las acciones de este ser perverso y sus cómplices, los demonios. Juan nos advierte que el poder engañoso de Satanás es tan penetrante que “engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9).
La influencia de Satanás es poderosa y se extiende muy fácilmente. Aunque suene muy extraño, uno de los medios de mayor influencia es la religión, porque en ella dominan las ideas de Satanás y no las de Dios. El apóstol Pablo exhorta a los cristianos para que estén conscientes de la influencia de Satanás y el poder que tiene aun con los cristianos, ya que de la misma forma en que “Satanás se disfraza como ángel de luz” sus ministros también “se disfrazan como apóstoles de Cristo”, como “ministros de justicia” (2 Corintios 11:13-15).
Pablo advierte a todos aquellos que quieren vivir una vida justa delante de Dios que deben luchar continuamente contra las influencias espirituales que dominan el mundo que nos rodea: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Bajo la influencia de Satanás, el mundo tiene su propia “sabiduría” (1 Corintios 1:20-29), una forma de pensar que considera al Dios de la Biblia y Su camino de vida como “locura” (1 Corintios 2:14). El resultado de esto es que la humanidad no se da cuenta de que todo el sufrimiento y el dolor que nos rodean son consecuencia del rechazo del hombre hacia Dios y Sus caminos justos.
Cuando en la Escritura se nos habla del “tiempo del fin” o del “fin de este siglo”, se refiere a que este presente mundo malo va a llegar a su fin. Esta era es en realidad la era de Satanás, pero va a terminar y será reemplazada por la era de Dios, cuando Su gobierno perfecto guiará a toda la humanidad. Esta era que va a venir es el tiempo en que el Reino de Dios va a gobernar toda la tierra. El Señor Jesucristo la inaugurará a Su regreso. Si deseas mayor información acerca de estos acontecimientos y de estos temas proféticos, no vaciles en leer nuestros otros artículos en http://tcd-hector.blogspot.com. Aquí encontrarás temas que te ayudarán a entender mejor ese maravilloso mundo que Dios tiene preparado y que reemplazará a nuestro mundo turbulento y atribulado.
- - - - - - - - - -
RELACIONADOS