Algunos de los términos bíblicos que se refieren al fin de la
era del hombre no se limitan estrictamente a la crisis final que ocurrirá
inmediatamente antes del regreso de Cristo. Por ejemplo, el apóstol Juan, al
escribir en el primer siglo, utilizó la expresión “el último tiempo” para
referirse a su propia época: “Hijitos, ya es el último tiempo...” (1 Juan
2:18). Juan nos advierte que estemos en guardia contra los anticristos, un
término utilizado para describir a todo aquel que con sus palabras afirme ser
como Cristo, pero lo niegue con sus obras y se oponga a Él. Esta tendencia
comenzó en los días de Juan, pero se extenderá hasta el final de nuestra era,
cuando toda esta falsa representación de Cristo y de sus enseñanzas llegue a su
colmo.
Los apóstoles Pablo, Pedro, Juan y Judas utilizaron las
expresiones “postreros días”, “último tiempo”, “postrer tiempo” y “postreros
tiempos” para describir la última parte de la era del hombre. Pablo le advirtió
a Timoteo que en “los postreros tiempos” algunos cristianos dejarían la verdad
de Dios: “El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos
apostatarán de la fe…” (1 Timoteo 4:1).
También escribió: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de
muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros
días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por
quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:1-2). En Hebreos 9:26 la
frase “la consumación de los siglos” se refiere al período entre el sacrificio
del Señor Jesús y su segunda venida.
El apóstol Pedro escribió que Cristo fue “manifestado en los
postreros tiempos por amor de vosotros” (1 Pedro 1:20). Y Juan dijo: “… ahora
han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo” (1
Juan 2:18). Conviene notar también la expresión que utilizó Judas: “Vosotros,
amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles
de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá
burladores, que andarán según sus malvados deseos. Éstos son los que causan
divisiones; los sensuales, que no tienen el Espíritu [de Dios]” (Judas
17-19).
La expresión “postreros días” de Daniel 10:14 incluye “el
tiempo del fin” (Daniel 12:4), que abarca el período inmediatamente anterior a
la gran tribulación y la gran tribulación en sí (Mateo 24:21).
Si queremos entender más claramente el significado de todas
estas palabras y expresiones, es necesario tener en cuenta y analizar el
contexto en que fueron escritas.
---------------------------------Addendum---------------------------
¿EL FIN DE QUÉ?
La Biblia se refiere al tiempo del fin. ¿Qué es, exactamente,
lo que va a llegar a su fin? El Señor Jesús estableció un marcado contraste
entre “este siglo” y “el siglo venidero” (Mateo 12:32). La palabra que se
traduce como “siglo” en este pasaje proviene de la palabra griega aion, que
quiere decir “una edad, era... significa un período de duración indefinida, o
tiempo contemplado en relación con lo que tiene lugar en el período.
El sentido que tiene la palabra no es tanto el de la longitud
misma de un período, sino el de un período marcado por características
espirituales o morales” (W.E. Vine, Diccionario expositivo de palabras
del Nuevo Testamento, 1984, 4:61-62). El apóstol Pablo estableció un
contraste muy claro entre “este siglo”, el mundo que nosotros conocemos y que
él llamó el “presente siglo malo”, y “el [siglo] venidero” (Gálatas 1:4;
Efesios 1:21). Estas dos eras son completamente opuestas, no sólo en el aspecto
espiritual sino también en el aspecto moral.
Para entenderlas correctamente debemos tener muy claro que
este no es el mundo de Dios. Dios no es el autor de los hogares destruidos, los
matrimonios deshechos, la violencia, los odios raciales y étnicos, la
corrupción gubernamental, avaricia, contaminación, depresión, enfermedades,
persecución, y todo el sufrimiento inherente en estas situaciones, que vemos a
nuestro alrededor. Pablo identifica la verdadera causa de todos estos dolores:
“el dios de este siglo” (2 Corintios 4:4), Satanás el diablo.
¿Cuánta influencia ejerce este ser? El apóstol Juan nos dice
que “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19). Toda la humanidad ha
sido influenciada por los pensamientos, las actitudes y las acciones de este
ser perverso y sus cómplices, los demonios. Juan nos advierte que el poder
engañoso de Satanás es tan penetrante que “engaña al mundo entero” (Apocalipsis
12:9).
La influencia de Satanás es poderosa y se extiende muy
fácilmente. Aunque suene muy extraño, uno de los medios de mayor influencia es
la religión, porque en ella dominan las ideas de Satanás y no las de Dios. El
apóstol Pablo exhorta a los cristianos para que estén conscientes de la
influencia de Satanás y el poder que tiene aun con los cristianos, ya que de la
misma forma en que “Satanás se disfraza como ángel de luz” sus ministros
también “se disfrazan como apóstoles de Cristo”, como “ministros de justicia”
(2 Corintios 11:13-15).
Pablo advierte a todos aquellos que quieren vivir una vida
justa delante de Dios que deben luchar continuamente contra las influencias
espirituales que dominan el mundo que nos rodea: “Porque no tenemos lucha
contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los
gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12).
Bajo la influencia de Satanás, el mundo tiene su propia
“sabiduría” (1 Corintios 1:20-29), una forma de pensar que considera al Dios de
la Biblia y Su camino de vida como “locura” (1 Corintios 2:14). El resultado de
esto es que la humanidad no se da cuenta de que todo el sufrimiento y el dolor
que nos rodean son consecuencia del rechazo del hombre hacia Dios y Sus caminos
justos.
Cuando en la Escritura se nos habla del “tiempo del fin” o
del “fin de este siglo”, se refiere a que este presente mundo malo va a llegar
a su fin. Esta era es en realidad la era de Satanás, pero va a terminar y será
reemplazada por la era de Dios, cuando Su gobierno perfecto guiará a toda la
humanidad. Esta era que va a venir es el tiempo en que el Reino de Dios va a
gobernar toda la tierra. El Señor Jesucristo la inaugurará a Su regreso.