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viernes, 15 de julio de 2011

TÉRMINOS BÍBLICOS QUE SE REFIEREN AL FIN DE LA ERA

Algunos de los términos bíblicos que se refieren al fin de la era del hombre no se limitan estrictamente a la crisis final que ocurrirá inmediatamente antes del regreso de Cristo. Por ejemplo, el apóstol Juan, al escribir en el primer siglo, utilizó la expresión “el último tiempo” para referirse a su propia época: “Hijitos, ya es el último tiempo...” (1 Juan 2:18). Juan nos advierte que estemos en guardia contra los anticristos, un término utilizado para describir a todo aquel que con sus palabras afirme ser como Cristo, pero lo niegue con sus obras y se oponga a Él. Esta tendencia comenzó en los días de Juan, pero se extenderá hasta el final de nuestra era, cuando toda esta falsa representación de Cristo y de sus enseñanzas llegue a su colmo.



Los apóstoles Pablo, Pedro, Juan y Judas utilizaron las expresiones “postreros días”, “último tiempo”, “postrer tiempo” y “postreros tiempos” para describir la última parte de la era del hombre. Pablo le advirtió a Timoteo que en “los postreros tiempos” algunos cristianos dejarían la verdad de Dios: “El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe…” (1 Timoteo 4:1).

También escribió: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo” (Hebreos 1:1-2). En Hebreos  9:26 la frase “la consumación de los siglos” se refiere al período entre el sacrificio del Señor Jesús y su segunda venida.

El apóstol Pedro escribió que Cristo fue “manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” (1 Pedro 1:20). Y Juan dijo: “… ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo” (1 Juan 2:18). Conviene notar también la expresión que utilizó Judas: “Vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. Éstos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen el Espíritu [de Dios]” (Judas 17-19).  

La expresión “postreros días” de Daniel 10:14 incluye “el tiempo del fin” (Daniel 12:4), que abarca el período inmediatamente anterior a la gran tribulación y la gran tribulación en sí (Mateo 24:21).

Si queremos entender más claramente el significado de todas estas palabras y expresiones, es necesario tener en cuenta y analizar el contexto en que fueron escritas.

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¿EL FIN DE QUÉ? 

La Biblia se refiere al tiempo del fin. ¿Qué es, exactamente, lo que va a llegar a su fin? El Señor Jesús estableció un marcado contraste entre “este siglo” y “el siglo venidero” (Mateo 12:32). La palabra que se traduce como “siglo” en este pasaje proviene de la palabra griega aion, que quiere decir “una edad, era... significa un período de duración indefinida, o tiempo contemplado en relación con lo que tiene lugar en el período. 

El sentido que tiene la palabra no es tanto el de la longitud misma de un período, sino el de un período marcado por características espirituales o morales” (W.E. Vine, Diccionario expositivo de palabras del Nuevo Testamento, 1984, 4:61-62). El apóstol Pablo estableció un contraste muy claro entre “este siglo”, el mundo que nosotros conocemos y que él llamó el “presente siglo malo”, y “el [siglo] venidero” (Gálatas 1:4; Efesios 1:21). Estas dos eras son completamente opuestas, no sólo en el aspecto espiritual sino también en el aspecto moral. 

Para entenderlas correctamente debemos tener muy claro que este no es el mundo de Dios. Dios no es el autor de los hogares destruidos, los matrimonios deshechos, la violencia, los odios raciales y étnicos, la corrupción gubernamental, avaricia, contaminación, depresión, enfermedades, persecución, y todo el sufrimiento inherente en estas situaciones, que vemos a nuestro alrededor. Pablo identifica la verdadera causa de todos estos dolores: “el dios de este siglo” (2 Corintios 4:4), Satanás el diablo.  

¿Cuánta influencia ejerce este ser? El apóstol Juan nos dice que “el mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19). Toda la humanidad ha sido influenciada por los pensamientos, las actitudes y las acciones de este ser perverso y sus cómplices, los demonios. Juan nos advierte que el poder engañoso de Satanás es tan penetrante que “engaña al mundo entero” (Apocalipsis 12:9). 

La influencia de Satanás es poderosa y se extiende muy fácilmente. Aunque suene muy extraño, uno de los medios de mayor influencia es la religión, porque en ella dominan las ideas de Satanás y no las de Dios. El apóstol Pablo exhorta a los cristianos para que estén conscientes de la influencia de Satanás y el poder que tiene aun con los cristianos, ya que de la misma forma en que “Satanás se disfraza como ángel de luz” sus ministros también “se disfrazan como apóstoles de Cristo”, como “ministros de justicia” (2 Corintios 11:13-15).  

Pablo advierte a todos aquellos que quieren vivir una vida justa delante de Dios que deben luchar continuamente contra las influencias espirituales que dominan el mundo que nos rodea: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes” (Efesios 6:12). 

Bajo la influencia de Satanás, el mundo tiene su propia “sabiduría” (1 Corintios 1:20-29), una forma de pensar que considera al Dios de la Biblia y Su camino de vida como “locura” (1 Corintios 2:14). El resultado de esto es que la humanidad no se da cuenta de que todo el sufrimiento y el dolor que nos rodean son consecuencia del rechazo del hombre hacia Dios y Sus caminos justos. 

Cuando en la Escritura se nos habla del “tiempo del fin” o del “fin de este siglo”, se refiere a que este presente mundo malo va a llegar a su fin. Esta era es en realidad la era de Satanás, pero va a terminar y será reemplazada por la era de Dios, cuando Su gobierno perfecto guiará a toda la humanidad. Esta era que va a venir es el tiempo en que el Reino de Dios va a gobernar toda la tierra. El Señor Jesucristo la inaugurará a Su regreso.