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jueves, 19 de mayo de 2022

DEJADOS ATRÁS



En la última década he escuchado el creciente mantra: “¡Quiero que ser dejado atrás!” [Fuente]

Esta frase proviene de quien cree que el que es tomado en Mateo 24 es llevado a juicio, y el que queda atrás es justo y entra en el reino. 

Casi sin excepción, la interpretación de este pasaje se basa en algo aparte del Discurso de los Olivos, y también incluyo a eruditos que toman esta posición. Rara vez han interactuado con los siguientes puntos exegéticos en el contexto inmediato, como se explica a continuación.

“Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada” (Mat 24:37-41).

Amilenialistas, postribulacionistas, y muchos pretribulacionistas argumentan que los que son tomados, son llevados a juicio, y los que quedan, son dejados para reinar en el Milenio. Esta interpretación, sin embargo, viola la lectura natural del pasaje. Específicamente, esta posición considera que los que son tomados son los que son llevados para juicio después de la batalla de Armagedón, y los que quedan son los que sobreviven al día del Señor y entran en el reino milenial. Su argumento se relaciona principalmente con la ilustración de Noé en los versículos 37-39 (Mt 24:37-39). Sostienen que el juicio de “vino el diluvio y se los llevó a todos [los malvados]” es paralelo al evento de “uno será tomado”. Pero identificar a “los impíos” con “los que serán tomados” es un error por las siguientes razones: 

Primero, las ilustraciones domésticas y agrícolas en los versículos 40-41 son paralelas a la ilustración de Noé, por lo que no pretenden ilustrar la ilustración de Noé en los versículos 37-39. 

Más bien, los versículos 40-41 pretenden ilustrar el clímax del Discurso de los Olivos, que es la reunión del pueblo de Dios en la venida del Señor (Mt 24:30-31). En la separación, cuando comienza la venida del Señor en el versículo 31, ¿quién es tomado? Son los elegidos de Dios los que son tomados, que es el punto central de citar la ilustración en primer lugar.

Segundo, la otra interpretación rompe el paralelismo de las ilustraciones. En cambio, se describe primero la liberación de la familia de Noé (“el día en que Noé entró en el arca, v. 38), luego se describe en segundo lugar el juicio sobre los impíos (vino el diluvio y los barrió a todos, v. 39). Para preservar el paralelo, un hombre en el campo y una mujer moliendo en el molino se describen primero como tomados (llevados), luego el otro hombre en el campo y la otra mujer moliendo en el molino son dejados (juicio).

En tercer lugar, algunas versiones bíblicas traducen la acción de la ilustración del diluvio en el versículo 39 como: “Vino el diluvio y se los llevó a todos [a los impíos]”. La traducción “llevó” es desafortunada porque los lectores desprevenidos pueden suponer que es el mismo “tomado” que se usa en los versículos 40-41.

Hay dos términos griegos diferentes que contienen significados casi opuestos. La traducción literal de la palabra que en español se traduce “llevó” es barrido, arrasado”. La traducción literal dice: y no entendieron hasta que vino el diluvio y barrió con (arrasó a) todos, así será también la venida del Hijo del Hombre (Mt 24:39). El término griego en el versículo 39 es airō, que en este contexto particular de la ilustración del diluvio del juicio significa “quitar, arrancar, barrer con, arrasar”.

En contraste, el término griego en los versículos 40 y 41 es paralambanō, que tiene el sentido de recibir íntimamente. Algunos afirman que paralambanō no siempre tiene el sentido de recibir en un sentido positivo. Esto es cierto, pero engañoso. De las cuarenta y nueve veces que se usa este término en el Nuevo Testamento, se usa sólo tres veces negativamente (Mt 27:27; Jn 19:16; Hch 23:18). Este raro sentido negativo se encuentra en un contexto estrecho específico de un prisionero que es entregado a la jurisdicción de los soldados, un contexto que no es relevante para nuestra ilustración de la parusía [segunda venida de Cristo]. Es un argumento léxico forzado para aplicar este significado poco probable a nuestro pasaje exclusivo. [Sobre esta falacia, véase D. A. Carson, Exegetical Falacies, 2ª ed. (Grand Rapids: Baker, 1996), ps. 37–41.]

Cuarto, en los versículos 40-41, el término para “tomado” es paralambanō, que transmite una recepción positiva. Además, este recibir se contrasta con el que es “dejado. El término griego detrás de “dejado” es aphiēmi, que en este contexto significa “alejarse, con la implicación de causar una separación, irse, apartarse de”.

Así que tenemos un término griego positivo para “tomado” en contraste con un término griego negativo para “dejado”; en consecuencia, el que es “dejado” está más de acuerdo con la idea de separación y juicio, en lugar de liberación. No en vano, solo unos días después, el Señor Jesús usó paralambanō cuando le aseguró a sus discípulos que a su regreso los llevaría para que estén con él: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré [paralambanōa mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Jn 14:3). Es el mismo contexto (el regreso de Cristo), la misma audiencia (sus discípulos) y la misma terminología (paralambanō).

Quinto, en el mismo contexto de la parusía, el Señor Jesús brinda otra ilustración acerca de estar preparados para su venida (Mt 25:1-13). Las cinco vírgenes prudentes que estaban preparadas son tomadas para estar con el novio; las cinco insensatas que no estaban preparadas son dejadas atrás. En consecuencia, la parábola de las diez vírgenes es consistente con Mateo 24:37-41, lo que respalda nuestra interpretación de que los que son tomados lo son para liberación y los que son dejados lo son para juicio.

Finalmente, Lucas da cuenta de las ilustraciones que describen la venida del Señor Jesús: “Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas [“Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres”] (Lc 17:34-37). Este último versículo que contiene la pregunta de los discípulos de “dónde” es clave, porque el Señor Jesús responde que los cadáveres atraen a los buitres, una imagen de juicio que representa a los impíos, no a los justos. Esto describe mucho mejor a aquellos que son “dejados” para el juicio.

Para profundizar más sobre este tema, leer: 

NO OS CONOZCO

EL JUICIO COMIENZA POR LA CASA DE DIOS

COMO LADRÓN EN LA NOCHE

¿ES MATEO 24 PARA LA IGLESIA?

LOS ÚLTIMOS TIEMPOS EN ORDEN CRONOLÓGICO

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Principales publicaciones período 2020-2022 (al final del artículo).


Principales publicaciones período 2011-2019.


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