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jueves, 19 de mayo de 2022

LA LECTURA DE LA BIBLIA



Mateo 4:4—Mateo 22:29Lucas 10:26

Después de la oración, la lectura de la Biblia es el deber cristiano más importante. La Biblia nos puede “hacer sabios para la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús” (2 Ti 3:15). Leyéndola podemos aprender lo que debemos creer, lo que debemos ser y lo que debemos hacer. Podemos aprender cómo vivir con consuelo espiritual y como morir en paz espiritual. Es feliz la persona que no sólo lee la Biblia, sino que la obedece y la hace su norma de fe y práctica. Déjame darte 8 claras razones por las cuales todos los que se preocupan por su salvación deberían apreciar la Biblia, estudiarla cotidianamente y familiarizarse completamente con lo que ella dice.

1. No hay otro libro como la Biblia

No existe otro libro como la Biblia. La Biblia es completamente diferente de cualquier otro libro porque fue inspirada por Dios (2 Ti 3:16). Dios les enseñó a los escritores en relación con lo que tenían que decir, poniendo los pensamientos y las ideas en sus mentes, y guiando sus plumas al escribir. Cuando lees la Biblia estás leyendo las palabras de Dios mismo. Desde el principio hasta el fin la Biblia es la Palabra de Dios y es completamente perfecta.

No perderé el tiempo tratando de probar la inspiración divina de la Biblia. La Biblia misma es su mejor testigo. Es el milagro más grande en el mundo, el cual nada puede explicar sino que es de origen divino.

Por supuesto, sabemos que los diferentes escritores de la Biblia escribieron en sus propios y distintos estilos. Isaías escribe en un estilo distinto de Jeremías y Pablo escribe en un estilo diferente de Juan. Pero esto es sólo semejante a un hombre tocando diferentes instrumentos musicales. Su aliento producirá diferentes sonidos dependiendo de si toca una flauta o una trompeta, pero es el mismo aliento el que produce cada sonido. De la misma manera es Dios mismo quien inspiró a cada uno de los escritores humanos de la Biblia, de tal manera que cada capítulo, cada versículo y cada palabra de la Biblia es de Dios. Si las personas que tienen problemas y preguntas acerca de la Biblia se tomaran el tiempo para leerla por sí mismas, muchos problemas y objeciones desaparecerían de inmediato, y muchas de estas personas descubrirían por sí mismas a Dios en este libro. ¡Cuán importante es que leas la Biblia!

2. La Biblia nos dice todo lo que necesitamos saber para ser salvos

Todo lo que necesitas saber para ser salvo se encuentra en la Biblia. Vivimos en tiempos cuando el conocimiento humano se ha incrementado mucho. La educación se ha esparcido más que en cualquier otro tiempo en el pasado. Esto es bueno, pero debemos recordar que si tenemos la mejor educación posible, pero no entendemos las verdades reveladas en la Biblia, no seremos salvos del infierno. Recuerda que una persona puede tener un conocimiento asombroso de toda clase de asuntos y sin embargo no ser salva. La muerte pone fin a todos los logros humanos. Por otra parte, una persona puede ser ignorante y analfabeta y no obstante ser salva. Si has escuchado las grandes verdades de la Biblia con tus oídos y las ha creído con tu corazón, tu alma será salva. El conocimiento de las verdades bíblicas es mucho más importante que cualquier otro tipo de conocimiento.

3. La Biblia trata con los asuntos más importantes de la vida

Ningún otro libro contiene asuntos de tanta importancia como la Biblia. Es la Biblia la que nos habla del plan divino de la salvación y del camino por el cual nuestros pecados pueden ser perdonados. Sin la Biblia, no sabríamos nada de la venida del Señor Jesús a este mundo para salvar a los pecadores, nada de su muerte en nuestro lugar (el Justo en lugar de los injustos), nada de la justificación gratuita de cada pecador que cree en Jesús, nada de la voluntad dispuesta del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo para salvar a las peores personas.

Es la Biblia la que nos habla de la vida y el carácter del Señor Jesucristo, el gran mediador entre Dios y los hombres. Cuatro testigos diferentes escribieron acerca de Su ministerio y Sus milagros. Ellos nos hablan acerca de Su vida y Su enseñanza, Su muerte y Su resurrección, Su poder, Su amor, Su bondad y Su paciencia. Ellos nos hablan estas cosas tan claramente que nadie debería mal entenderlas.

La Biblia también nos habla acerca de las vidas de muchos creyentes. Muchos de los creyentes fueron semejantes a nosotros en sus problemas. La Biblia no trata de ocultar sus errores ni sus debilidades. Nos recuerda que el Salvador de esas personas está dispuesto a salvarnos a nosotros. La Biblia también contiene muchas advertencias ilustradas de las vidas de la gente incrédula, para recordarnos que el Dios que los castigó por sus pecados nos castigará también a nosotros si nos aferramos a nuestros pecados. La Biblia contiene también muchas promesas preciosas para animar aquellos que aman a Dios. Nos da una comprensión profunda del carácter del hombre.

¿Aparte de la Biblia, en dónde podríamos aprender de estas cosas? ¡Cuán importante es que leas la Biblia!

4. La Biblia produce cambios más maravillosos que cualquier otro libro

Ningún otro libro ha producido tales efectos maravillosos como la Biblia. Este es el libro cuya enseñanza “trastornó el mundo entero” en los días de los apóstoles (Hch 17:6). Los apóstoles fueron unos cuantos hombres enviados a desafiar la superstición, la religión falsa y la inmoralidad del mundo. No tenían ningún arma para obligar a alguien a creer su mensaje. No tenían riquezas para sobornar a nadie a fin de que creyera. Pero estaban armados con este libro, y en unas pocas generaciones cambiaron completamente la condición de la sociedad.

En la época de la Reforma, este libro transformó Europa. Hace 600 años, grandes tinieblas cubrían la Iglesia oficial (la Iglesia católica en la época de la Reforma). Un gran cambio vino al cristianismo en la mayor parte del continente de Europa. Este cambio fue un gran golpe contra la Iglesia católica, pero fue logrado solo mediante la predicación de la Biblia. Después de la Reforma, la Biblia comenzó a ser traducida a los idiomas de los pueblos, y esto dio como resultado la transformación de muchos países. Cosas semejantes han sucedido en otros tiempos. ¡Cuán grande era la maldad que existía en Israel en los tiempos de los reyes! Pero esto no es sorprendente, puesto que la Ley del Señor (el Antiguo Testamento) se había perdido. La habían dejado de lado en un rincón del templo, hasta que fue encontrada en los días de Josías (2 R 22:8).

La Biblia ha traído grandes bendiciones a las naciones en las cuales su mensaje ha sido recibido por la mayoría (principalmente los países llamados “protestantes”). Ha conducido al establecimiento de buenas leyes, normas más elevadas de moralidad, la gran bendición de un día de adoración, el establecimiento de instituciones de caridad para los enfermos, los pobres, los ancianos y los huérfanos. Estas cosas casi no se encuentran en los países en donde la gente común no ha tenido la bendición de conocer la Biblia, por ejemplo los países paganos y musulmanes.

5. La Biblia hace más por sus lectores que cualquier otro libro

Ningún otro libro puede hacer tanto como la Biblia lo hace por aquellos que la leen correctamente. La Biblia trata con asuntos mucho más importantes, que el mero hecho de tener éxito en esta vida. Trata con asuntos de importancia eterna. La Biblia te puede hacer “sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús” (2 Ti 3:15). Te puede enseñar el camino al cielo. Te puede enseñar todo lo que necesitas saber, creer y hacer para ser salvo(a). Te puede enseñar a conocerte a sí mismo(a) (como un pecador(a)). Te puede enseñar a Dios en toda Su santidad. Y te puede enseñar al Señor Jesucristo, quien es el único que te puede reconciliar con Dios.

Es la Biblia la cual el Espíritu Santo usa para convertir a los pecadores. El Espíritu aplica la verdad a sus conciencias y por medio de ella obra un milagro moral y espiritual en sus vidas. Día tras día, en todas partes del mundo, toda clase de personas están experimentando este milagro del nuevo nacimiento realizado por el Espíritu Santo por medio de la Biblia.

La Biblia es el medio principal por el cual los creyentes crecen después de haber sido convertidos. El Espíritu Santo usa su propia Palabra (en la lectura privada o mientras que es predicada públicamente) para limpiarlos y santificarlos, para instruirlos en justicia y para equiparlos para toda buena obra (Sal 119:9; Jn 17:17; 2 Ti 3:16-17). La Biblia te puede enseñar cómo vivir tu vida cotidiana en una manera que agrade a Dios. Te puede enseñar cómo soportar las pruebas y aún la persecución, y cómo pensar acerca de la muerte y del juicio venidero sin temor. Puede despertarte cuando estás espiritualmente dormido(a). Te puede consolar cuando estés triste. Te puede restaurar cuando estés a punto de desviarte del camino. Te puede fortalecer cuando estés débil. Te puede guardar del mal cuando andas con otros, y te puede hablar cuando estés a solas. La Biblia puede hacer todas estas cosas aún por el creyente más insignificante. Si el Espíritu Santo vive en tu corazón y tienes la Biblia en tu mano, entonces tienes todo lo necesario para vivir la vida cristiana. Aún si estuvieras preso y completamente apartado de los demás creyentes,  tendrías en tu posesión la infalible guía divina para tu vida.

Algunas personas se quejan de que la Biblia contiene muchas cosas difíciles de entender. Esto es perfectamente cierto, pero no es ninguna razón para dejar de leerla. La falla está en nuestro entendimiento no en la Biblia misma, y es solo a través de continuar con su lectura que la entenderemos cada vez más. No debemos permitir que las cosas difíciles nos desanimen cuando hay tantas cosas perfectamente claras y fáciles de entender. Las grandes verdades las cuales debemos entender para ser salvos, son claras para aquellos que tienen el deseo de conocerlas. Sería extremadamente necio ignorar lo que podemos entender simplemente debido a que existen partes difíciles.

Otras personas se quejan de que no todos aquellos que leen la Biblia reciben los beneficios de los cuales he estado hablando. La respuesta es simple: Aquellos que no reciben ningún beneficio de la lectura de la Biblia, no la están leyendo correctamente. La Biblia tiene que ser leída con humildad y con oración o no podemos esperar que nos haga ningún bien. Ninguno que lee la Biblia con el espíritu humilde de un niño y con perseverancia, puede equivocarse tocante al camino que conduce al cielo. La Palabra de Dios es estrictamente verdad cuando declara: “Si inclinares tu corazón a la prudencia; Si clamares a la inteligencia y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, y la escudriñares como a tesoros; entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios” (Pr 2:2-5).

6. La Biblia es la norma para la doctrina y los deberes cristianos

La Biblia es la única regla por la cual se pueden resolver todas las preguntas respecto a la doctrina o los deberes cristianos. Dios sabe que tus hijos necesitan una regla infalible de lo que es verdadero y correcto; y se ha dignado darnos precisamente esto en la Biblia. Por esto debemos estar muy agradecidos, especialmente cuando tomamos en cuenta que hay tanta confusión en el mundo acerca de la doctrina y práctica cristianas.

Hay mucha confusión actualmente acerca de las doctrinas cristianas. Diferentes iglesias dan distintas respuestas acerca de las preguntas más importantes de la fe cristiana. Los católicos y los protestantes, los evangélicos y los liberales, los mormones y los testigos de Jehová y muchos otros grupos, todos dicen tener la verdad, pero lo que cada uno enseña es distinto de los demás. ¿Cómo puede alguien encontrar la verdad en medio de tanta confusión? Hay solamente una respuesta. Dios mismo nos ha dado la norma infalible de verdad en la Biblia. Debemos aceptarla como nuestra norma. No debemos creer nada que no esté de acuerdo con la Biblia. No importa quien diga que algo es verdad. No importa cuál sea su posición en la Iglesia, su enseñanza deber ser puesta a prueba por la Biblia. Un hombre puede ser un ministro o pastor, pero sin embargo, todo lo que enseñe tiene que ser probado por la Biblia. Si es un ministro verdadero le agradará que hagas esto, de hecho te animará a leer la Biblia y a que compruebes por ti mismo si su enseñanza es verdadera. Solamente un maestro falso te pedirá que creas en base a su autoridad o la de su Iglesia. La meta de cada ministro verdadero es la de ayudarte a ver por ti mismo la verdad en la Palabra de Dios.

También existe mucha confusión acerca de las prácticas cristianas. Cada creyente que realmente quiere hacer lo que es agradable a Dios, tendrá que tomar decisiones acerca de muchas cuestiones prácticas. Tendrá que enfrentarse con cuestiones relacionadas con su trabajo cotidiano. Probablemente habrá cosas que la mayoría hace, las cuales no le parezcan bien. Y aparte del trabajo también habrá cuestiones acerca de cómo debe usar su tiempo libre. Muchas personas se acostumbran a muchas formas de entretenimiento, las cuales son dudosas en sentido moral y espiritual. También surgirán cuestiones acerca de tu vida familiar y de las normas de conducta que deberían aplicarse. ¿Es correcto algo por el simpe hecho de que personas llamadas cristianas lo practiquen?

Hay una sola respuesta para todas estas cuestiones, la Biblia tiene que ser nuestra única regla. Cuando somos confrontados con cuestiones acerca de las prácticas cristianas, debemos aplicar las enseñanzas de la Biblia. Algunas veces la Biblia tratará en forma directa con estas cuestiones y debemos aplicar la enseñanza específica que nos da. Otras veces, la Biblia no tratará directamente con algunos asuntos, entonces debemos acudir a los principios generales como nuestra guía, sin importar lo que otras personas opinen. La conducta de los demás no debe ser la norma para nosotros. La Biblia es nuestra norma de conducta y a ella debemos conformar nuestras vidas.

7. Los verdaderos siervos de Dios siempre han amado la Biblia y han puesto en práctica sus enseñanzas

La Biblia es el libro que todos los siervos verdaderos de Dios han amado y obedecido. Cada criatura viviente necesita alimento. Cuando un pecador es hecho una criatura nueva en Cristo Jesús, también necesita alimento espiritual. Este alimento es la Palabra de Dios. Tal como el bebé recién nacido desea la leche materna, así también, cada persona verdaderamente convertida ama la Palabra de Dios. Entonces si alguien menosprecia la lectura bíblica o piensa muy poco acerca de la predicación bíblica, yo lo considero una evidencia cierta de que todavía no ha nacido de nuevo.

Los creyentes del Antiguo Testamento amaban la Palabra de Dios (Job 23:12 y Sal 119:97). Los apóstoles amaban la Palabra de Dios, porque ellos fueron hombres “poderosos en las Escrituras”. El Señor Jesús amaba la Palabra, la leía públicamente y la citaba de continuo. La usaba como su arma en contra del diablo. Cristo dijo repetidas veces: “para que la Escritura se cumpliese”. Una de las últimas cosas que Él hizo cuando estuvo en la tierra fue en relación con la Palabra: “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (Lc 24:45).

A lo largo de la historia del cristianismo, el pueblo de Dios ha amado su Palabra. Todos aquellos a los cuales Dios ha usado en la obra de su reino, la han amado. Donde quiera que el Evangelio ha llegado, la gente educada y la gente inculta, han aprendido a amar la Palabra de Dios. Esto es algo que todos los creyentes tienen en común, aunque estén en desacuerdo respecto a asuntos secundarios. Cuando por fin todo el pueblo de Dios sea reunido en el cielo, descubrirán que todos ellos han tenido las mismas experiencias. Todos han sido nacidos del Espíritu de Dios y han sido perdonados en la sangre de Cristo y también, todos han amado la Palabra de Dios y han hecho de ella su alimento y su deleite durante su peregrinaje en la tierra.

Déjame preguntarte otra vez: ¿Amas la Palabra de Dios? ¿Cuál efecto práctico tiene la Palabra de Dios en tu vida?

8. Solamente la Biblia puede dar consuelo a una persona moribunda

La Biblia es el único libro que puede dar consuelo a una persona que se está muriendo. La muerte es un acontecimiento solemne que nos alcanzará a todos nosotros. La muerte pone fin a toda oportunidad de arrepentirse, y es la puerta al cielo o al infierno. Aún para el creyente la muerte es algo solemne. En la muerte el creyente está a salvo, porque pertenece a Cristo, pero aun así es algo solemne. Por naturaleza huimos de ella. No es fácil dejar a aquellos que amamos e introducirnos en otro mundo. Entonces, es la esencia de la sabiduría que cada uno piense con calma cómo enfrentará la muerte cuando le llegue su hora. Déjame decirte algunas cosas acerca de ella.

Las mejores cosas de este mundo no pueden consolar a una persona moribunda. El dinero puede comprarte la mejor atención médica pero no puede comprarte la paz del corazón y la conciencia. Parientes y amigos tampoco podrán consolarte. Ellos pueden ayudarte a mejorar respecto a tus necesidades, pero ellos no pueden hacer nada con tus temores internos y con tu conciencia atribulada. Libros y periódicos no pueden consolarte. Aunque hayas disfrutado mucho de ellos en esta vida en la muerte no significarán nada. Pero, hay un libro que sí es un consuelo seguro, este libro es la Biblia. Capítulos de la Biblia, versículos de la Biblia, verdades provenientes de ella, estas son las únicas oportunidades de consuelo para una persona moribunda. Por supuesto, no estoy diciendo que ellas sean necesariamente algo bueno para la persona moribunda, si ella nunca ha apreciado la Biblia antes. He estado con muchos en su lecho de muerte que reconocen esto. No estoy diciendo que cualquier persona que ha descuidado la lectura de la Biblia toda su vida, puede obtener consuelo de ella en el momento de su muerte. Pero estoy diciendo que, ninguna persona moribunda puede tener un consuelo real aparte de la Biblia.

Yo digo que esta verdad se aplica a toda persona sin excepción. Es aplicable a reyes tanto como a pobres. Se aplica a los que han sido mejor educados y a los iletrados. Lo digo claramente, que de todas aquellas personas que parecen vivir confortablemente sin la Biblia, ninguna de ellas morirá confortablemente sin ella. He visto mucha gente morir, algunos con consuelo en su muerte y otros sin él. Pero nunca he visto una cosa: jamás he visto a nadie en su lecho de muerte con un gozo real, sólido y una paz racional que provengan de otra fuente que no sea la Biblia. Este es el libro acerca del cual te estoy hablando, y ahora te pregunto por última vez, ¿Qué has hecho con la Biblia?

Conclusión

Trataré de hablar claramente a las conciencias de las diferentes clases de personas que estén leyendo este tratado.

1. Quizás puedes leer, pero nunca has leído la Biblia del todo. Si ésta es tu condición, no puedo decirte ninguna palabra de consuelo, porque estás en grave peligro de perder tu alma. Tu descuido de la Biblia es una clara prueba de que no amas a Dios. Una persona con un cuerpo sano tiene también un buen apetito. Igualmente una persona con un alma sana, también tiene un buen apetito por la Palabra de Dios. Pero, evidentemente, tú sufres una terrible enfermedad espiritual ¿No te arrepentirás de tu pecado de descuidar la Biblia?

Sé que no puedo alcanzar tu corazón y hacerte ver y sentir estas cosas, pero te acuso por tu descuido de la Biblia y apelo a tu conciencia para considerar mi acusación. No esperes hasta que sea demasiado tarde para arrepentirte. No pospongas la lectura de la Biblia hasta que te estés muriendo y descubras que su lectura no significa nada para ti en el tiempo cuando más lo necesitas. No sigas diciendo que a “Muchas personas que descuidan la Biblia les va bien”. Al final descubrirás para tu propia tristeza que a esas personas les van muy mal y terminan en el infierno. Ten cuidado de no tener que confesar algún día que, “si solo hubiera prestado más atención a la Biblia como lo hice con otros libros y revistas, no me encontraría sin ninguna esperanza en los momentos finales de mi vida”. Te advierto claramente: ¡Qué Dios tenga misericordia de tu alma!

2. Quizás estés dispuesto(a) a comenzar a leer la Biblia, pero necesitas consejo acerca de cómo hacerlo. Trataré de ayudarte:

Empieza a leer la Biblia hoy. Las buenas intenciones no son suficientes, tienes que empezar a leerla. Lee la Biblia con un deseo ferviente de entenderla. La lectura sin el entendimiento no te hará ningún beneficio. Lee la Biblia con humildad y fe como un niño. Debes someterte a ella y no ponerte a juzgarla. Lee la Biblia con la intención de obedecerla y aplicarla a tu vida. Tiene que afectar tu forma de vivir. Lee la Biblia cada día. Te gusta comer diariamente, ¿no es cierto? Bueno, la Biblia es alimento para tu alma. Lee la Biblia en forma sistemática y completa. No tienes derecho a leer sólo tus pasajes favoritos. Interpreta la Biblia con sencillez y honestidad. Normalmente la interpretación más sencilla y obvia es la correcta. Lee la Biblia pensando continuamente en Cristo. Aún en la lectura del Antiguo Testamento trata de comprender como apunta hacia Cristo. Creo firmemente que si actúas en base a estos principios, que Dios no permitirá que te equivoques respecto del camino al cielo.

3. Quizás eres alguien que ama y cree en la Biblia, pero no la lees mucho. Es muy probable que no recibas mucho consuelo de ella en tiempos de necesidad. También es muy improbable que llegues a estar firmemente arraigado en la verdad. Aún más, es probable que cometas graves errores en tu vida, en tu matrimonio, con tu familia, y en tus relaciones con otras personas. Y es probable también que seas engañado temporalmente por los maestros falsos. Debes procurar que “La Palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros” (Col 3:16).

4. Quizás eres una persona que lee la Biblia mucho, pero estás tentado a dejar de hacerlo porque piensas que no te está trayendo mucho beneficio. Déjame decirte que esta tentación proviene del diablo. Puede ser que la Biblia te sea de más beneficio del que tú te imaginas. Puede ser que esté teniendo un efecto no visible sobre tu carácter y te esté guardando de pecados y errores en los cuales pudieras haber caído. Si dejas de leer la Biblia, es probable que descubras esto y sufras las consecuencias.

5. Quizás realmente amas la Biblia, la practicas y la lees mucho. Si así es, entonces proponte leerla más cada año y memorizar más de ella en tu corazón. Cuando te estés muriendo y ya no tengas la capacidad de leerla, será algo hermoso tenerla guardada en tu corazón (Sal 119:11). Resuelve ser más cuidadoso en tu hábito de leer la Biblia y honrarla cada vez más en tu vida familiar. Proponte meditar más en la Biblia y hablar más con otros creyentes acerca de ella. Finalmente, resuelve vivir cada vez más conforme a la Biblia. Deja que sea la prueba ácida de todo lo que hagas, y esfuérzate con la ayuda de Dios a ser gobernado(a) por ella.

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Fuente: Capítulo 5: “La lectura de la Biblia” del libro Caminando con Dios: Un tratado sobre las implicaciones prácticas del Cristianismo, por J. C. Ryle. Adaptado para este blog. Otro tratado por el mismo autor: Un Llamado A La Oración.


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Principales publicaciones período 2020-2022 (al final del artículo).


Principales publicaciones período 2011-2019.


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