La palabra doctrina significa enseñanza. La doctrina cristiana es el conjunto central de enseñanzas acerca de Dios, el evangelio y la fe cristiana. Estas doctrinas son las verdades transmitidas a través de las generaciones como “la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Jud 1:3). La Escritura proporciona la prueba de fuego que los creyentes pueden usar para juzgar si una doctrina es verdadera o falsa. Si una creencia o enseñanza coincide con la Palabra de Dios, es una doctrina sólida. Si contradice las Escrituras, es una doctrina falsa.La Biblia nos dice que Dios, por su carácter, es la verdad: es completamente veraz y digno de confianza (Dt 32:4; 2 Cr 15:3; Jn 14:6, 17; 1 Jn 5:20). La Palabra de Dios es verdad (Jn 17:17; Sal 18:30; 119:151). Él no puede mentir (He 6:18; Nm 23:19). La Biblia también revela que Dios es inmutable y no cambiable en su naturaleza, su plan y su ser (Mal 3:6; 1 S 15:29; He 13:8; Stg 1:17). Como Dios no cambia, los creyentes pueden confiar en que la verdad nunca cambiará, y tampoco cambiará la doctrina basada en la verdad. Siempre se puede confiar en ella como la base de los principios y creencias de nuestra fe. Podemos defender nuestra fe y construir nuestras vidas sobre la verdad sólida e inmutable de Dios.
El estándar para discernir la verdad del error siempre ha sido la Palabra de Dios. Cuando el pueblo en los días de Isaías fue tentado a escuchar a falsos maestros, el profeta les señaló las Escrituras: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Is 8:20). La medida objetiva de la Palabra de Dios es cómo juzgamos la doctrina como verdadera o falsa.
Tristemente, muchas iglesias y personas construyen sus posiciones doctrinales en terreno inestable. Las enseñanzas erróneas ocurren cuando la Biblia es ignorada, desestimada, o mal interpretada, en todo o en parte. Debemos considerar cuidadosamente la enseñanza total de las Escrituras sobre cualquier tema dado. Comprender el contexto incluye estudiar el significado literal de las palabras, colocándolas en su marco histórico y cultural adecuado, y comparando la enseñanza con otros pasajes relacionados en la Biblia.
Las enseñanzas mal aplicadas no son nada nuevo. El Señor Jesús reprendió a los escribas y fariseos por “enseñando como doctrinas mandamientos de hombres” (Mr 7:7). Las falsas doctrinas estaban extendidas en tiempos del Nuevo Testamento, y las Escrituras nos dicen que continuarán siendo enseñadas (Mt 7:15; 2 P 2:1; 1 Jn 4:1). Pablo advierte:
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias" (2 Ti 4:3).
Pablo estaba asombrado por aquellos en Galacia que estaban siguiendo “un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gl 1:6-9).
Si nuestra doctrina se basa sólidamente en las Escrituras, podemos saber que estamos caminando en el camino que Dios diseñó para nosotros. Sin embargo, si no estudiamos la Palabra de Dios por nosotros mismos (2 Ti 2:15), corremos el riesgo de ser fácilmente conducidos al error. Pablo enseñó que un anciano de la iglesia debe aferrarse firmemente a la verdad de Dios “para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tit 1:9). Aquellos que no mantienen una sana doctrina deben ser rápidamente confrontados por sus acciones impías (Tit 1:16; 1 Ti 1:10).
La Biblia incluye una solemne advertencia de no añadir ni quitar nada de la Palabra de Dios (Ap 22:18-19). En cambio, Pablo nos insta a retener “la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2 Ti 1:13).
La sana doctrina bíblica se refiere a las enseñanzas que coinciden con la Palabra revelada de Dios, la Biblia.
Las falsas doctrinas son ideas que añaden, quitan, contradicen o anulan las enseñanzas dadas en la Palabra de Dios. Por ejemplo, cualquier enseñanza que niegue el nacimiento virginal de Jesucristo es una falsa doctrina porque contradice la clara enseñanza de Mateo 1:18-25. Podemos juzgar las doctrinas que refuten la existencia del infierno basándonos en Apocalipsis 20:15, 2 Tesalonicenses 1:8 y las propias palabras de Cristo en Mateo 10:28 y 25:46. Las enseñanzas que afirman que hay muchos caminos a Dios se oponen directamente a la verdad de que Jesús es el único camino de salvación (Jn 6:35; 10:7; 11:25; 14:6).
Cuanto mejor conozcamos la Palabra de Dios, mejor preparados estaremos para juzgar la doctrina y discernir si es verdadera o falsa, sólida o errónea (Mt 22:29; Ro 15:4; 1 P 2:2; 2 Ti 3:16-17). Debemos ser sabios, como lo fueron los de Berea en Hechos 17:11: “Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así”.
Si seguimos el ejemplo de los primeros cristianos, evitaremos en gran medida las trampas de la falsa doctrina. Hechos 2:42 establece el estándar: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”. Tal devoción nos protegerá y asegurará que permanecemos en el camino que Jesús estableció para nosotros.
APLICACIÓN PERSONAL
No vivamos según un solo pasaje de la Escritura, sino según toda la Escritura.
Cuando el diablo vea que has aprendido a respetar la Palabra de Dios, la intentará torcer para que signifique algo que no significa en absoluto. Te citará mal la Palabra de Dios y la sacará de contexto. ¡Incluso hizo esto con el Señor Jesús!
En Mateo 4:6, Satanás le dijo al Señor: “Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra” Esta es una cita del Salmo 91 (Sal 91:12).
Este evento nos enseña que Satanás puede incluso citar la Palabra de Dios para hacernos pecar.
Esta tentación está relacionada con la primera tentación. La primera vez, Satanás le dijo al Señor: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan que convirtiera las piedras en pan”, y el Señor le respondió: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda [la] palabra que sale de la boca de Dios”. Satanás se dio cuenta de eso y dijo: ¿Toda [la] palabra de Dios, eh? Bien, aquí está la palabra de Dios: “A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra”. Entonces, ¿por qué no saltar desde el templo?
Cuando el diablo vea que has aprendido a respetar la Palabra de Dios, lo siguiente que intentará hacer es torcerla para que signifique algo que no significa en absoluto. Te citará mal la Palabra de Dios y la sacará de contexto.
Numerosos cristianos han citado un pasaje de aquí y otro de allá completamente fuera de contexto para satisfacer su propio deseo. Es muy fácil ir a las Escrituras y encontrar un versículo que te justifique para hacer lo que quieres hacer. En el “cristianismo” hay demasiadas personas que van a las Escrituras y encuentran un versículo que justifica exactamente lo que quieren hacer.
Cuando nos damos cuenta de la importancia de recibir la Palabra de Dios y leer las Escrituras con regularidad, debemos recordar esta tentación: que Satanás vendrá y nos citará las Escrituras erróneamente (fuera de contexto).
Por eso es importante que estudiemos las Escrituras en su contexto, y por eso es importante estudiar TODA la palabra de Dios, como le dijo el Señor a Satanás, no sólo un pasaje. No podemos vivir de un solo un pasaje, o de pasajes sueltos de la Escritura. Es importante conocer TODA la Escritura. Por eso es importante estudiarla del Génesis al Apocalipsis.
Siempre que estés tratando en entender lo que dicen las Escrituras sobre un tema en particular, es bueno escudriñar en busca de consejo en libros escritos por hombres piadosos que conozcan la Palabra de Dios en su totalidad. Demasiadas personas se han engañado a sí mismas al tratar de vivir según un solo pasaje en particular, y no la totalidad de la Escritura.
Un ejemplo semi-humorístico nos puede ayudar a entender este punto. Consideremos a un joven que está muy enamorado de una chica llamada Gracia. Quiere encontrar la voluntad de Dios, o al menos eso dice, pero ya está muy enamorado de esta chica y quiere casarse con ella. La verdad es que sólo quiere la aprobación de Dios en el asunto. Entonces un día lee 2 Corintios 12:9: “Bástate mi gracia”, y queda convencido. “Ah, Dios me ha hablado, Gracia es la chica para mí”, se dice; y utiliza el pasaje para convencer a la chica y a su familia que Dios le ha contestado por este pasaje. Esto es autoengaño. Simplemente está satisfaciendo su propio deseo con una cita bíblica sacada de contexto.
Consideremos ahora a otro joven cuyos padres le han sugerido como novia una chica llamada Gracia. A él no le gusta esta chica para nada y no tiene ningún interés en ella, por lo que les dice a sus padres para le den tiempo “para buscar la voluntad de Dios en el asunto”. Lee el mismo versículo, 2 Corintios 12:9: “Bástate mi gracia”. Va a donde sus padres y les dice: “Dios me ha dicho que Su gracia es suficiente para mí. No quiero a esta chica llamada Gracia, la gracia de Dios es suficiente para mí”.
Usando el mismo versículo, estos dos jóvenes obtienen dos respuestas diferentes para satisfacer sus propios deseos. Lo que quieren hacer, lo que han predeterminado hacer en sus corazones, intentan JUSTIFICARLO supuestamente con un pasaje de la Palabra de Dios. Este es un ejemplo de cómo el diablo puede tomar una Escritura, un pasaje, para que complazcas el deseo de tu corazón con una cita de la Biblia como excusa: un versículo sacado de contexto. Si Satanás lo intentó con el Señor Jesús, ¿no crees que lo intentará contigo? ¿Eres tú más grande y sabio que Él?
¿Cuál fue la respuesta del Señor Jesús al diablo? Es muy interesante ver que, cuando el diablo dijo en Mateo 4:6: “Escrito está”, el Señor Jesús respondió en Mateo 4:7, diciendo: “Escrito está TAMBIÉN”.
Esto nos enseña que toda la verdad no se encuentra sólo en “está escrito”, sino en “está escrito aquí, y nuevamente está escrito allá”. “Escrito está TAMBIÉN”.
Compara las Escrituras con las Escrituras. TODA la revelación dada, TODA la Biblia, TODA la Escritura.
“¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ... Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá... La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá” (Is 28:10,11,13).
Así es cómo el Señor Jesús aprendió, aplicó y enseñó la Palabra de su Padre; y así es cómo debemos hacerlo nosotros también. Porque:
“La SUMA de tu palabra es verdad” (Sal 119:160).
La verdad de una doctrina o enseñanza no se haya en una sola parte de las Escrituras, sino que está esparcida en TODA ella; de tal manera que cuando juntas las partes (la suma de tu palabra), obtienes la verdad.
En el caso de la tentación del Señor, sólo cuando juntas ambas Escrituras obtienes la verdad. Por eso es importante estudiar TODA la Biblia para escuchar lo que Dios te quiere decir sobre un determinado tema. De lo contrario, puedes tomar un pasaje de la Escritura y desviarte por completo. Esta es la artimaña de Satanás. Estas son las maquinaciones de Satanás. Y esto ha sido escrito “para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Co 2:11).
En el caso de los jóvenes y la chica llamada Gracia, lo que ellos deberían haber hecho es estudiar los matrimonios de la Biblia, el carácter de las mujeres de la Biblia y lo que el libro de Proverbios enseña acerca del matrimonio y las desastrosas consecuencias a largo plazo de tomar una mala decisión en este delicado tema. Esto sería aplicar Isaías 28:10,11,13 en busca de la aplicación del Salmo 119:160. Encontrar el nombre de la chica en 2 Corintios 12:9 no tiene ninguna relación con el tema en cuestión. Un texto sacado de contexto sirve como pretexto para cualquier cosa. El Señor no cayó en tan rudimentaria trampa. No lo hagamos nosotros tampoco.
Estos dos últimos ejemplos son más serios, y universales.
Muchos cristianos se aprovechan de la salvación por fe en el sacrificio de Cristo, y viven descuidadamente, casi como si no fueran salvos en absoluto. Parafraseando Efesios 2:8 dicen: “No importa cómo viva. La salvación no es por obras sino por fe en Cristo, y yo tengo fe en Él”. Es cierto que Efesios 2:9 dice: “No por obras, para que nadie se gloríe”, refiriéndose a cómo recibimos la salvación. Pero el siguiente versículo TAMBIÉN dice que hemos sido salvos (creados en Cristo Jesús) “para buenas obras” (Ef 2:9,10). Así que la suma de las partes nos enseña que aunque no podemos ser salvos por buenas obras, sino por fe en Cristo Jesús, si no producimos buenas obras después de ser salvos la realidad de que lo somos es puesta en duda. “Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta ... Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” (Stg 2:26,28).
Fe y obras, obras y fe son las dos alas de la verdadera salvación que nos conducen al cielo.
Otro pasaje del que se abusa con frecuencia para vivir descuidadamente dice: “... el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil 1:6). “No tengo que hacer nada”, dice el cristiano carnal, “es el Señor el que perfeccionará la buena obra en mí”.
Pero en la misma epístola el mismo apóstol Pablo TAMBIÉN añade: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor” (Fil 2:12).
“El que tiene oídos para oír, oiga” (Mt 13:9).
- - - - - - - - -
RELACIONADOS
NO SUFRIRÁN LA SANA DOCTRINA
EXCEPCIONAL PLAN DE LECTURA BÍBLICA
LOS 7 MAGNÍFICOS—ANTIGUO TESTAMENTO
LOS 7 MAGNÍFICOS—NUEVO TESTAMENTO
ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS
EL SEÑOR ME HABLÓ
CURSO BÁSICO DE LA DOCTRINA CRISTIANA
CURSOS BÍBLICOS
BREVE DECLARACIÓN DE FE