Buscar este blog

miércoles, 1 de enero de 2025

OTRO JESÚS, OTRO ESPÍRITU, OTRO EVANGELIO


“Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis (2 Co 11:4).

“Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema (Gl 1:8,9).

Anatema, tal como se usa en el Nuevo Testamento, proviene del griego ana’thema, que significa “una persona o cosa maldita o condenada a la condenación o destrucción”. Utilizada solo seis veces en la Biblia, la palabra anatema generalmente se traduce como “maldito”, “maldecido” o “eternamente condenado” en las traducciones más modernas. Otras traducciones lo transliteran como anatema.

La NVI traduce Romanos 9:3 como “Desearía yo mismo ser maldecido [ana’thema] y separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propio pueblo”

Aquí, el significado que se transmite tiene más que ver con ser condenado a la condenación eterna. Lleva consigo la idea de una separación completa de Cristo y Su salvación.

Otro ejemplo del uso de la palabra anatema se encuentra en Gálatas 1:8-9: 

“Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema(Gl 1:8,9). 

En algunas versiones las palabras eternamente condenado reemplazan a anatema.

Otro uso de la palabra anatema tiene que ver con la imposición de un juramento o voto sobre uno mismo. Por ejemplo, en Hechos 23:12 leemos acerca de ciertos judíos que “Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo”. Estos judíos habían determinado que Pablo debía ser asesinado y creían que era su deber acabar con él. Como tal, ellos mismos se anatemizaron o, como lo interpreta la Reina-Valera, “se juramentaron bajo maldición a ayunar hasta que hubieran ejecutado el acto.

Anatema también se usa en conjunción con la palabra maran-ata (El Señor viene), que se encuentra solo en 1 Corintios 16:22: 

El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene [Maran-ata] (1 Co 16:22). 

Maranata expresa la esperanza de la segunda venida de Cristo. Otras versiones modernas traducen este pasaje como Si alguno no ama al Señor, ¡qué caiga maldición sobre él! ¡Ven, Señor! (1 Co 16:22). 

La palabra anatema está relacionada con la palabra hebrea del Antiguo Testamento haram o herem, que a menudo se usaba para referirse a la aniquilación total de personas o naciones idólatras (Nm 21:2-3; Jos 6:17). Haram a veces se refería a una persona u objeto para siempre dedicado a Dios (Lv 27:21).

En general, la mayoría de los eruditos de la Biblia están de acuerdo en que la palabra anatema se entiende mejor como aquello que se debe maldecir, condenar o destruir. Cuando el Señor dice que algo es anatema, es un asunto de eterna seriedad.

Y no puede haber nada de mayor seriedad que lo que sucede hoy en día en relación a 2 Corintios 11:4: Otro Jesúsotro espíritu, y otro evangelio son predicados por la religión organizada, el mundo, las redes sociales y a través de los medios de comunicación masiva. El Jesús de Hollywood y de la televisión (predicadores, series, películas, etc.), eJesús del catolicismo, del mormonismo, del islamismo, de la Nueva Era, de la Ciencia Cristiana, de los Testigos de Jehová y de otras sectas y denominaciones seudo-evangélicas y protestantes, NO ES EL JESÚS DE LA BIBLIA. Y, por lo tanto, el espíritu detrás de estas falsificaciones tampoco es el Espíritu del Jesús de la Biblia. Tampoco es Su evangelio. Hay, al menos, dos grandes evangelios diferentes predicados tan solo dentro del evangelicalismo hoy en día; y muchos más dentro de la gran masa humana que pasa por cristianismo a nivel mundial.

Si quieres estar seguro(a) de que crees en el genuino y único Jesús de la Biblia, cómprate una de esas Biblias que tienen las palabras del Señor en tinta roja. Asegúrate de familiarizarte con el Jesús que pronuncia esas palabras impresas con tinta rojaAsegúrate de entender e interpretar correctamente esas enseñanzas impresas con tinta rojaAsegúrate de diferenciar bien entre el sentido literal y el sentido figurado que el Señor hace del lenguaje—este fue uno de los principales errores que cometieron los fariseos y hasta “muchos de sus discípulos, quienes por eso se volvieron atrás, y ya no andaban con él (Jn 6:66). Juan 6:25-66 es un pasaje clave al respecto. (Lee también La Misa—De la Liturgia a la Realidad).

Abraza al Jesús de las palabras impresas con tinta roja, y no te separes de Él. Aplica Sus palabras impresas con tinta roja a tu vida y dondequiera que veas u oigas algo que contradiga al Jesús de las palabras impresas con tinta roja, deséchalo, es anatema, es otro Jesús, otro espíritu, otro evangelio. Un día comparecerás ante el Jesús cuyas palabras están impresas con tinta roja, y darás cuenta de cuánto le prestaste atención y guardaste Su enseñanza.

- - - - - - - - 
RELACIONADOS 









































¿CÓMO JUZGAR SI UNA DOCTRINA ES VERDADERA O FALSA?


La palabra doctrina significa enseñanza. La doctrina cristiana es el conjunto central de enseñanzas acerca de Dios, el evangelio y la fe cristiana. Estas doctrinas son las verdades transmitidas a través de las generaciones como 
la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Jud 1:3). La Escritura proporciona la prueba de fuego que los creyentes pueden usar para juzgar si una doctrina es verdadera o falsa. Si una creencia o enseñanza coincide con la Palabra de Dios, es una doctrina sólida. Si contradice las Escrituras, es una doctrina falsa.

La Biblia nos dice que Dios, por su carácter, es la verdad: es completamente veraz y digno de confianza (Dt 32:4; 2 Cr 15:3; Jn 14:6, 17; 1 Jn 5:20). La Palabra de Dios es verdad (Jn 17:17; Sal 18:30; 119:151). Él no puede mentir (He 6:18; Nm 23:19). La Biblia también revela que Dios es inmutable y no cambiable en su naturaleza, su plan y su ser (Mal 3:6; 1 S 15:29; He 13:8; Stg 1:17). Como Dios no cambia, los creyentes pueden confiar en que la verdad nunca cambiará, y tampoco cambiará la doctrina basada en la verdad. Siempre se puede confiar en ella como la base de los principios y creencias de nuestra fe. Podemos defender nuestra fe y construir nuestras vidas sobre la verdad sólida e inmutable de Dios.

El estándar para discernir la verdad del error siempre ha sido la Palabra de Dios. Cuando el pueblo en los días de Isaías fue tentado a escuchar a falsos maestros, el profeta les señaló las Escrituras: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Is 8:20). La medida objetiva de la Palabra de Dios es cómo juzgamos la doctrina como verdadera o falsa.

Tristemente, muchas iglesias y personas construyen sus posiciones doctrinales en terreno inestable. Las enseñanzas erróneas ocurren cuando la Biblia es ignorada, desestimada, o mal interpretada, en todo o en parte. Debemos considerar cuidadosamente la enseñanza total de las Escrituras sobre cualquier tema dado. Comprender el contexto incluye estudiar el significado literal de las palabras, colocándolas en su marco histórico y cultural adecuado, y comparando la enseñanza con otros pasajes relacionados en la Biblia.

Las enseñanzas mal aplicadas no son nada nuevo. El Señor Jesús reprendió a los escribas y fariseos por “enseñando como doctrinas mandamientos de hombres” (Mr 7:7). Las falsas doctrinas estaban extendidas en tiempos del Nuevo Testamento, y las Escrituras nos dicen que continuarán siendo enseñadas (Mt 7:15; 2 P 2:1; 1 Jn 4:1). Pablo advierte: 

“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias" (2 Ti 4:3).

Pablo estaba asombrado por aquellos en Galacia que estaban siguiendo “un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gl 1:6-9).

Si nuestra doctrina se basa sólidamente en las Escrituras, podemos saber que estamos caminando en el camino que Dios diseñó para nosotros. Sin embargo, si no estudiamos la Palabra de Dios por nosotros mismos (2 Ti 2:15), corremos el riesgo de ser fácilmente conducidos al error. Pablo enseñó que un anciano de la iglesia debe aferrarse firmemente a la verdad de Dios “para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen” (Tit 1:9). Aquellos que no mantienen una sana doctrina deben ser rápidamente confrontados por sus acciones impías (Tit 1:16; 1 Ti 1:10).

La Biblia incluye una solemne advertencia de no añadir ni quitar nada de la Palabra de Dios (Ap 22:18-19). En cambio, Pablo nos insta a retener “la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús” (2 Ti 1:13).

La sana doctrina bíblica se refiere a las enseñanzas que coinciden con la Palabra revelada de Dios, la Biblia. 

Las falsas doctrinas son ideas que añaden, quitan, contradicen o anulan las enseñanzas dadas en la Palabra de Dios. Por ejemplo, cualquier enseñanza que niegue el nacimiento virginal de Jesucristo es una falsa doctrina porque contradice la clara enseñanza de Mateo 1:18-25. Podemos juzgar las doctrinas que refuten la existencia del infierno basándonos en Apocalipsis 20:15, 2 Tesalonicenses 1:8 y las propias palabras de Cristo en Mateo 10:28 y 25:46. Las enseñanzas que afirman que hay muchos caminos a Dios se oponen directamente a la verdad de que Jesús es el único camino de salvación (Jn 6:35; 10:7; 11:25; 14:6).

Cuanto mejor conozcamos la Palabra de Dios, mejor preparados estaremos para juzgar la doctrina y discernir si es verdadera o falsa, sólida o errónea (Mt 22:29; Ro 15:4; 1 P 2:2; 2 Ti 3:16-17). Debemos ser sabios, como lo fueron los de Berea en Hechos 17:11: “Y estos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así

Si seguimos el ejemplo de los primeros cristianos, evitaremos en gran medida las trampas de la falsa doctrina. Hechos 2:42 establece el estándar: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Tal devoción nos protegerá y asegurará que permanecemos en el camino que Jesús estableció para nosotros.

APLICACIÓN PERSONAL

No vivamos según un solo pasaje de la Escritura, sino según toda la Escritura.

Cuando el diablo vea que has aprendido a respetar la Palabra de Dios, la intentará torcer para que signifique algo que no significa en absoluto. Te citará mal la Palabra de Dios y la sacará de contexto. ¡Incluso hizo esto con el Señor Jesús!

En Mateo 4:6, Satanás le dijo al Señor: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, En sus manos te sostendrán, Para que no tropieces con tu pie en piedra” Esta es una cita del Salmo 91 (Sal 91:12). 

Este evento nos enseña que Satanás puede incluso citar la Palabra de Dios para hacernos pecar.

Esta tentación está relacionada con la primera tentación. La primera vez, Satanás le dijo al Señor: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan  que convirtiera las piedras en pan, y el Señor le respondió: “Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda [la] palabra que sale de la boca de Dios”.  Satanás se dio cuenta de eso y dijo: ¿Toda [la] palabra de Dios, eh? Bien, aquí está la palabra de Dios: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Entonces, ¿por qué no saltar desde el templo?

Cuando el diablo vea que has aprendido a respetar la Palabra de Dios, lo siguiente que intentará hacer es torcerla para que signifique algo que no significa en absoluto. Te citará mal la Palabra de Dios y la sacará de contexto

Numerosos cristianos han citado un pasaje de aquí y otro de allá completamente fuera de contexto para satisfacer su propio deseo. Es muy fácil ir a las Escrituras y encontrar un versículo que te justifique para hacer lo que quieres hacer. En el “cristianismo hay demasiadas personas que van a las Escrituras y encuentran un versículo que justifica exactamente lo que quieren hacer.

Cuando nos damos cuenta de la importancia de recibir la Palabra de Dios y leer las Escrituras con regularidad, debemos recordar esta tentación: que Satanás vendrá y nos citará las Escrituras erróneamente (fuera de contexto)

Por eso es importante que estudiemos las Escrituras en su contexto, y por eso es importante estudiar TODA la palabra de Dios, como le dijo el Señor a Satanás, no sólo un pasaje. No podemos vivir de un solo un pasaje, o de pasajes sueltos de la Escritura. Es importante conocer TODA la Escritura. Por eso es importante estudiarla del Génesis al Apocalipsis. 

Siempre que estés tratando en entender lo que dicen las Escrituras sobre un tema en particular, es bueno escudriñar en busca de consejo en libros escritos por hombres piadosos que conozcan la Palabra de Dios en su totalidad. Demasiadas personas se han engañado a sí mismas al tratar de vivir según un solo pasaje en particular, y no la totalidad de la Escritura.

Un ejemplo semi-humorístico nos puede ayudar a entender este punto. Consideremos a un joven que está muy enamorado de una chica llamada Gracia. Quiere encontrar la voluntad de Dios, o al menos eso dice, pero ya está muy enamorado de esta chica y quiere casarse con ella. La verdad es que sólo quiere la aprobación de Dios en el asunto. Entonces un día lee 2 Corintios 12:9: “Bástate mi gracia, y queda convencido. Ah, Dios me ha hablado, Gracia es la chica para mí, se dice; y utiliza el pasaje para convencer a la chica y a su familia que Dios le ha contestado por este pasaje. Esto es autoengaño. Simplemente está satisfaciendo su propio deseo con una cita bíblica sacada de contexto. 

Consideremos ahora a otro joven cuyos padres le han sugerido como novia una chica llamada Gracia. A él no le gusta esta chica para nada y no tiene ningún interés en ella, por lo que les dice a sus padres para le den tiempo “para buscar la voluntad de Dios en el asunto. Lee el mismo versículo, 2 Corintios 12:9: Bástate mi gracia. Va a donde sus padres y les dice: Dios me ha dicho que Su gracia es suficiente para mí. No quiero a esta chica llamada Gracia, la gracia de Dios es suficiente para mí

Usando el mismo versículo, estos dos jóvenes obtienen dos respuestas diferentes para satisfacer sus propios deseos. Lo que quieren hacer, lo que han predeterminado hacer en sus corazones,  intentan JUSTIFICARLO  supuestamente con un pasaje de la Palabra de Dios. Este es un ejemplo de cómo el diablo puede tomar una Escritura, un pasaje, para que complazcas el deseo de tu corazón con una cita de la Biblia como excusa: un versículo sacado de contexto. Si Satanás lo intentó con el Señor Jesús, ¿no crees que lo intentará contigo? ¿Eres tú más grande y sabio que Él?

¿Cuál fue la respuesta del Señor Jesús al diablo? Es muy interesante ver que, cuando el diablo dijo en Mateo 4:6: “Escrito está”, el Señor Jesús respondió en Mateo 4:7, diciendo: Escrito está TAMBIÉN.

Esto nos enseña que toda la verdad no se encuentra sólo en está escrito, sino en está escrito aquí, y nuevamente está escrito alláEscrito está TAMBIÉN

Compara las Escrituras con las Escrituras. TODA la revelación dada, TODA la Biblia, TODA la Escritura.

¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ... Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá... La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá (Is 28:10,11,13).

Así es cómo el Señor Jesús aprendió, aplicó y enseñó la Palabra de su Padre; y así es cómo debemos hacerlo nosotros también. Porque: 

La SUMA de tu palabra es verdad” (Sal 119:160).

La verdad de una doctrina o enseñanza no se haya en una sola parte de las Escrituras, sino que está esparcida en TODA ella; de tal manera que cuando juntas las partes (la suma de tu palabra), obtienes la verdad.

En el caso de la tentación del Señor, sólo cuando juntas ambas Escrituras obtienes la verdad. Por eso es importante estudiar TODA la Biblia para escuchar lo que Dios te quiere decir sobre un determinado tema. De lo contrario, puedes tomar un pasaje de la Escritura y desviarte por completo. Esta es la artimaña de Satanás. Estas son las maquinaciones de Satanás. Y esto ha sido escrito para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Co 2:11).

En el caso de los jóvenes y la chica llamada Gracia, lo que ellos deberían haber hecho es estudiar los matrimonios de la Biblia, el carácter de las mujeres de la Biblia y lo que el libro de Proverbios enseña acerca del matrimonio y las desastrosas consecuencias a largo plazo de tomar una mala decisión en este delicado tema. Esto sería aplicar Isaías 28:10,11,13 en busca de la aplicación del Salmo 119:160. Encontrar el nombre de la chica en 2 Corintios 12:9 no tiene ninguna relación con el tema en cuestión. Un texto sacado de contexto sirve como pretexto para cualquier cosa. El Señor no cayó en tan rudimentaria trampa. No lo hagamos nosotros tampoco.

Estos dos últimos ejemplos son más serios, y universales. 

Muchos cristianos se aprovechan de la salvación por fe en el sacrificio de Cristo, y viven descuidadamente, casi como si no fueran salvos en absoluto. Parafraseando Efesios 2:8 dicen: “No importa cómo viva. La salvación no es por obras sino por fe en Cristo, y yo tengo fe en Él”. Es cierto que Efesios 2:9 dice: “No por obras, para que nadie se gloríe, refiriéndose a cómo recibimos la salvación. Pero el siguiente versículo TAMBIÉN dice que hemos sido salvos (creados en Cristo Jesús) para buenas obras (Ef 2:9,10). Así que la suma de las partes nos enseña que aunque no podemos ser salvos por buenas obras, sino por fe en Cristo Jesús, si no producimos buenas obras después de ser salvos la realidad de que lo somos es puesta en duda. Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta ... Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe(Stg 2:26,28). 

Fe y obras, obras y fe son las dos alas de la verdadera salvación que nos conducen al cielo.

Otro pasaje del que se abusa con frecuencia para vivir descuidadamente dice: “... el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo (Fil 1:6). “No tengo que hacer nada”, dice el cristiano carnal, “es el Señor el que perfeccionará la buena obra en mí”. 

Pero en la misma epístola el mismo apóstol Pablo TAMBIÉN añade: Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor (Fil 2:12).

El que tiene oídos para oír, oiga(Mt 13:9).


- - - - - - - - -

RELACIONADOS

NO SUFRIRÁN LA SANA DOCTRINA

EXCEPCIONAL PLAN DE LECTURA BÍBLICA

LOS 7 MAGNÍFICOS—ANTIGUO TESTAMENTO

LOS 7 MAGNÍFICOS—NUEVO TESTAMENTO

ESCUDRIÑAD LAS ESCRITURAS

EL SEÑOR ME HABLÓ

CURSO BÁSICO DE LA DOCTRINA CRISTIANA

CURSOS BÍBLICOS

BREVE DECLARACIÓN DE FE




¿PARA QUÉ ORAR?


“Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo. Así que, lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros; antes os instruiré en el camino bueno y recto. Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad cuán grandes cosas ha hecho por vosotros. Mas si perseverareis en hacer mal, vosotros y vuestro rey pereceréis” (1 S 12:22-24).

“Y Jabes fue más ilustre que sus hermanos, al cual su madre llamó Jabes, diciendo: Por cuanto lo di a luz en dolor. E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió” (1 Cr 4:9-10 ).

Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra” (2 Cr 7:14 ).

“El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho. Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé. Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor” (Ez 22:29-31).

“Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lc 21:36).

- - - - - - - 

Para el cristiano, orar se supone que es como respirar, más fácil de hacer que de no hacer. Oramos por una variedad de razones.

(1) La oración es una forma de servir a Dios (Lc 2:36-38) y obedecerle. Oramos porque Dios nos manda que lo hagamos (Fil 4:6-7).

(2) El orar es un ejemplo dado a nosotros por Cristo y la iglesia primitiva (Mr 1:35; Hch 1:14; 2:42; 3:1; 4:23-31; 6:4; 13:1-3). Como el Señor Jesús se consagró a orar, nosotros también debemos hacerlo. Si Él necesitaba orar para permanecer en la voluntad del Padre, ¿cuánto más nosotros necesitamos orar?

(3) Otra razón para orar es que Dios decidió que la oración fuera el medio para obtener Su intervención en determinadas situaciones:

a) Preparación para decisiones importantes (Lc 6:12-13).

b) Para derrotar la actividad demoníaca en la vida de las personas (Mt 17:14-21).

c) Para buscar obreros para la cosecha espiritual (Lc 10:2).

d) Para adquirir fortaleza y vencer la tentación (Mt 26:41).

e) El medio para fortalecer a otros espiritualmente (Ef 6:18-19).

(4) Venimos a Dios con nuestras peticiones específicas y tenemos la promesa de Dios de que nuestras oraciones no son en vano, aún si no recibimos específicamente lo que pedimos (Mt 6:6; Ro 8:26-27).

(5) Él ha prometido que cuando oremos por cosas que estén de acuerdo a Su voluntad, Él nos las concederá (1 Jn 5:14-15).

Algunas veces Él retarda Sus respuestas, de acuerdo a Su voluntad y para nuestro beneficio. En estas situaciones, debemos ser diligentes y perseverantes en la oración (Mt 7:7; Lc 18:1-8). La oración no debe ser vista como el medio por el cual Dios cumple nuestra voluntad en la tierra, sino como el medio para hacer que la voluntad de Dios sea hecha en la tierra. La sabiduría de Dios excede sin medida a la nuestra.

En situaciones en las que no sabemos específicamente cuál es la voluntad de Dios, la oración es el medio para discernirla. Si la mujer sirofenicia cuya hija estaba poseída por un demonio, no le hubiera rogado a Cristo, su hija no había sido sanada (Mr 7:26-30). Si el hombre ciego que mendigaba en las afueras de Jericó no hubiera llamado a Cristo, nunca habría recobrado la vista (Lc 18:35-43). Dios ha dicho que muchas veces no obtenemos lo que pedimos, porque no sabemos cómo pedir (Stg 4:2). En un sentido, la oración es como compartir el Evangelio con la gente. No sabemos quién responderá al mensaje del Evangelio, hasta que lo compartimos. Es lo mismo con la oración; nunca veremos los resultados de la respuesta a la oración hasta que oremos.

La falta de oración demuestra falta de fe, y falta de confianza en la Palabra de Dios. Oramos para demostrar nuestra fe en Dios, que Él hará conforme a lo que ha prometido en Su Palabra, y bendecirá nuestras vidas abundantemente, más de lo que pedimos o entendemos (Ef 3:20). La oración es nuestro principal medio para ver la obra de Dios en la vida de otros. Y siendo el medio por el que nos “conectamos” al poder de Dios, es nuestro medio para defendernos de Satanás y su ejército ante quien estamos indefensos para derrotarlo por nosotros mismos. Por eso, que Dios nos encuentre con frecuencia ante Su trono, porque tenemos un Sumo Sacerdote en el cielo que puede identificarse con todo lo que vivimos (He 4:15-16). Tenemos Su promesa de que la oración ferviente del hombre justo puede lograr mucho (Stg 5:16-18). Que el nombre de Dios sea glorificado en nuestras vidas, creyendo en Él tanto como para acudir con frecuencia ante Él en oración.

- - - - - - - -

RELACIONADOS

UNA ORACIÓN DESDE EL INFIERNO

NUESTROS INTERCESORES

EL SECRETO DE LA ORACIÓN DIARIA (PDF)

¿ORAS?

PREPARÁNDONOS PARA REINAR

LA ORACIÓN Y LA SOBERANÍA DE DIOS

RESPUESTA SOBRE LA ORACIÓN

LA ORACIÓN ES ESENCIAL PARA DIOS

VELAD Y ORAD

LA ORACIÓN EFICAZ

RESPUESTA SOBRE LA ORACIÓN

¿ORAR EN LENGUAS?

GOD’S THEATER OF OPERATIONS








LA IDENTIDAD DEL DETENEDOR (2 Ts 2:6-7)

Las Opiniones Populares 

Los estudiantes de la profecía bíblica tienen opiniones diferentes sobre la identidad de quién es el que detiene en 2 Tesalonicenses 2:6-7. Hay acuerdo, sin embargo, en que quienquiera que sea el que detiene, es alguien de gran poder que está obstaculizando el avance del Anticristo e impidiendo que el reino satánico avasalle al mundo.

En su segunda epístola a los Tesalonicenses, Pablo aseguró a la iglesia que aún no estaban viviendo en el Día del Señor, es decir, que el juicio del fin de los tiempos aún no había comenzado. En 2 Tesalonicenses 2:3 dice: 

“Nadie os engañe en ninguna manera; porque [el día del Señor] no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición”. 

Esto es, la venida del Señor no vendrá sin que antes ocurra la apostasía de la cristiandad, y se manifieste el Anticristo

Según el calendario de Dios, el Día del Señor y el juicio correspondiente no comenzará hasta que ocurran estas dos cosas: una rebelión global y la manifestación del Anticristo

Luego Pablo menciona lo que actualmente mantiene al Anticristo bajo control: 

Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene [al Anticristo], hasta que él a su vez sea quitado de en medio [el que detiene]. Y entonces se manifestará aquel inicuo (2 Ts 2:6-8).

Pablo no identifica específicamente qué o quién es lo que lo detiene, puesto que los Tesalonicenses ya lo sabían (pero nosotros no). 

Muchos eruditos han especulado sobre la identidad del que detiene, señalando que el o lo que lo detiene es: 

1) el gobierno romano; 

2) la predicación del evangelio; 

3) Satanás está atado; 

4) la providencia de Dios; 

5) el estado judío; 

6) la iglesia; 

7) el Espíritu Santo; y 

8) el arcángel Miguel. 

La mayoría de los cristianos (que son pre-tribulacionistas) creen que el que detiene no es nada menos que el Espíritu Santo, o el Espíritu Santo obrando en la iglesia del Nuevo Testamento.

Respaldando la idea de que el Espíritu Santo dentro de la iglesia es el que detiene la manifestación del Anticristo, está el hecho de que el que lo detiene es mencionado como una cosa (género neutro, 2 Ts 2:6) y como una persona (género masculino, 2 Ts 2:7). 

Para los pre-tribulacionistas, el poder que retrasa el plan maestro de Satanás para revelar su falso mesías debe ser de Dios. Es decir, es el Espíritu Santo quien está frenando al Diablo en vez de una entidad política o incluso un ángel. El Espíritu Santo de Dios es la única persona con suficiente poder (sobrenatural) para hacer esta restricción, según los pretribulacionistas.

Por supuesto, el Espíritu obra a través de los creyentes para lograr esto. La iglesia, donde habita el Espíritu de Dios, siempre ha sido parte de lo que frena a la sociedad de la creciente oleada de vida impía. En algún momento, dicen los pre-tribulacionistas, el Espíritu detendrá Su obra restrictiva, permitiendo que el pecado tenga dominio sobre la humanidad. 2 Tesalonicenses 2:7 se puede interpretar literalmente: 

“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio”.

Los pretribulacionistas creen que esta frase quitado de en medio ocurrirá en el momento en que la iglesia deje la tierra en el rapto o arrebatamiento (1 Ts 4:17). El Espíritu Santo seguirá presente en la tierra, por supuesto, pero será quitado del medio en el sentido de que Su único ministerio que restringe el pecado—a través del pueblo de Dios—desaparecerá (Gn 6:3).

2 Tesalonicenses 2:6-7 es claro en cuanto a que la eliminación de la influencia del que detiene precede a la revelación del Anticristo. Cuando se le da rienda suelta durante la tribulación, el inicuo actuará “con gran poder y señales y prodigios mentirosos” para engañar a la gente de la tierra (2 Ts 2:9-10). Cuando el tiempo del Anticristo termine, el Señor Jesús regresará, vencerá al hombre de pecado y lo “matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Ts 2:8). 

El mal está restringido en este momento; una vez que la era de la iglesia termine (con el arrebatamiento), el estorbo para el mal será eliminado, y la rebelión satánica reinará en el mundo; sin embargo, la condena final del mal está asegurada con la Segunda Venida del Señor, que los pretribulacionistas ven ocurriendo en Apocalipsis 19:11-21.

La Verdad

Todo lo mencionado en la primera parte es la postura tradicional, pretribulacionista, que especula a partir de estos dos párrafos:

“Pablo no identifica específicamente qué o quién es lo que lo detiene, puesto que los Tesalonicenses ya lo sabían (pero nosotros no). . . Muchos eruditos han especulado sobre la identidad del que detiene, señalando que el o lo que lo detiene es (las 8 hipótesis mencionadas”.

En contra de la corriente tradicional, popular,  pretribulacionista, sostenemos que Pablo se apega a la revelación dada por el Señor mismo en Mateo 24, que es el pasaje escatológico sobre el cual descansa toda la escatología apostólica. 

Cristo no puede regresar y el reino mesiánico no puede venir en toda su plenitud HASTA que el Anticristo haya sido revelado primero. Este evento es el “QUÉ” (griego neutro) que detiene. ¿Qué es lo que se detiene? El QUÉ, el regreso de Cristo para reunirnos con Él (2 Ts 2:1). Pablo dice que esto no puede suceder hasta que el hombre de pecado sea revelado PRIMERO (2 Ts 2:3). Pero para que esto suceda, hay un misterio que él encarna y que también debe ser revelado. Este es el misterio de la iniquidad, pero para que este misterio sea revelado, hay una persona que primero debe ser removida.

Creemos que esta persona es Satanás, a quien Miguel debe quitar del cielo para que de inicio a la gran tribulación (Ap 12:7-17). Es la remoción de Satanás de su posición, lo que permite que la revelación del misterio de la iniquidad se revele en la persona del Anticristo  (1 Ts 2:18). Esto es fatal para los intereses de Satanás.

¿Por qué?

Porque toda la era espera este gran evento en el que los santos en el cielo y la tierra se regocijan, no simplemente porque el tiempo de la mayor tribulación ya ha comenzado, sino porque “AHORA ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche (Ap 12:7). 

Ahora, con la victoria de Miguel sobre Satanás en el cielo, lo que impedía (obstaculizaba) la venida completa del reino ha sido quitado del camino. El reino ahora puede venir sin obstáculos. El opositor ya no puede oponerse a la necesaria revelación del misterio de la iniquidad que libera al Señor para abrir los sellos restantes y terminar el misterio de Dios (Ap 10:7; Ap 11:15). ¡Satanás está fuera del camino! La tribulación predicha desde hace mucho tiempo puede comenzar y traerá el reino y el cumplimiento seguro de todo lo que está escrito.

El mayor desconcierto para los comentaristas es decidir entre el qué y el quién en 2 Tesalonicenses 2:6-7. Hay un qué (neutro en el texto griego) que está restringiendo (o algunas traducciones preferidas dicen “reteniendo”) y también hay una persona que está restringiendo o reteniendo. ¿Cómo podemos resolver esto? El enigma se resuelve mejor entendiendo que la revelación previa necesaria del hombre de iniquidad está reteniendo el regreso del Señor. Esto corrige el peligroso error que circulaba en Tesalónica.

Cuando Pablo dice: “Ahora ya sabéis lo que detiene” (2 Ts 2:6), está diciendo que después de repasar con ellos el orden de los acontecimientos que había establecido en su visita anterior, ahora recuerdan y, por lo tanto, están plenamente informados de por qué no se puede esperar que el Señor Jesús regrese hasta que este evento preliminar necesario haya tenido lugar primero. 

¿Quién es el que detiene y qué es lo que está deteniendo? 

Satanás está deteniendo la revelación del misterio de la iniquidad. ¿Por qué haría esto? Porque sabe que cuando este misterio sea revelado en la persona del hombre de la iniquidad (el Anticristo), su tiempo será muy breve (3 años y medio).

No hay que confundir la identificación del Anticristo con su revelación. Será identificable mucho antes de esto, pero no podrá ser “revelado” hasta que Satanás haya sido arrojado del cielo para empoderar al hombre de iniquidad. Para que este misterio sea revelado, Satanás debe ser “quitado del medio”.

El Señor Jesús no puede regresar hasta que esto suceda primero. La revelación previa del hombre de pecado es el evento (el qué) que ahora está deteniendo, es decir, obstaculizando el regreso del Señor para reunir a los suyos. Esto corrige la peligrosa presunción de que el regreso de Cristo es inminente, desviándose así de todo lo que el Mismo tan cuidadosamente recomendó como un baluarte contra el engaño y para estar completamente armados para el momento cuando suceda (Mr 13:5, 14,21-23). ​​

Pero el evento de detener trae a la mente la revelación de retención y la persona anónima que se compromete a retenerla. Esa es la revelación del misterio de la iniquidad en el hombre de la iniquidad, y esto solo puede revelarse cuando Satanás es arrojado del cielo. Es Satanás (no el Espíritu Santo, o Miguel) quien debe ser quitado de en medio para que se manifieste a través de las dos bestias mencionadas en Apocalipsis 13:1-18.

Cuando Satanás ya no pueda conservar su lugar en el cielo como el que impide/resiste/retiene o retiene la revelación del misterio de la iniquidad, su tiempo será breve. Es ahora, con la eliminación de su poder para detener, el reino puede venir con toda su fuerza y ​​poder. Por lo tanto, decimos que Apocalipsis 12:7-12 se convierte en la clave para entender el misterio del que detiene en 2 Tesalonicenses 2:7.

Esto está en perfecto acuerdo con la manera en que, a través de la intercesión de Daniel, Miguel fue enviado para remover al príncipe de Persia que estaba “oponiendo” (el equivalente hebreo de obstaculizar/resistir/oponerse/detener) a la llegada del mensajero santo que traía la revelación crítica de cómo terminará la era (Dn 10:13-14). Sin duda, este es el contexto detrás de la comprensión de Pablo del papel de los poderes oscuros para oponerse y obstaculizar el avance de la conquista del mal por parte del reino.

El forzado desalojo del cielo por parte de Satanás coincidirá perfectamente con el surgimiento de la bestia con “siete cabezas y diez cuernos” que encarna el imperio anticristiano final, del cual aparecerá en Anticristo muerte y resurrección del Anticristo (Ver Apocalipsis 11, 13 y 17). Esto es lo que revela el misterio de la iniquidad, que no es nada menos que la revelación de Satanás en el “príncipe que ha de venir” de Daniel 9:26. Es el cumplimiento de ESTE misterio (es decir, el “misterio de la iniquidad”) del que todo lo demás depende y espera, porque el Señor Jesús NO PUEDE regresar para reunir a Sus elegidos HASTA que este misterio final y maligno haya sido PRIMERO revelado (Mt 24:29-31; 2 Tes 2:1-8).

En resumen, el texto original no dice que el que está siendo restringido sea el mal o el Anticristo. Esa es una suposición falsa basada en malas traducciones. La Escritura tampoco dice explícitamente que este misterioso “restringente” sea el Espíritu Santo, la Iglesia o Miguel o Roma, etc. Todas estas opiniones son, por supuesto, bastante compartidas por los creyentes e indican la confusión múltiple que existe en torno a este pasaje porque se supone debido a malas traducciones, que el que está siendo restringido es el mal. Así que todo lo que realmente podemos sacar del texto es que se menciona un misterioso “Detenedor”. No sabemos qué está deteniendo pero sabemos que será removido en algún momento, y cuando lo sea, el Anticristo aparecerá. En Daniel 10, Daniel ora y es escuchado inmediatamente y el ángel es enviado de inmediato, pero los poderes demoníacos caídos en los lugares celestiales lo detienen durante 21 días hasta que interviene Miguel. En Apocalipsis 12:7-9 vemos a Miguel nuevamente, esta vez arrojando a Satanás y a los poderes demoníacos a la tierra. Se nos dice exactamente cuándo sucede esto, es decir, al inicio de los 1260 días (los últimos 3 años y medio de la era). Cuando Satanás es expulsado a la tierra, el cielo exclama:

“AHORA ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche (Ap 12:7). 

Todo el cielo ha esperado este gran evento en el que los santos en el cielo y la tierra se regocijan, no simplemente porque el tiempo de la mayor tribulación ya ha comenzado, sino porque:

“AHORA ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” (Ap 12:7). 

Dios ciertamente reserva el mejor vino para el final y este “detenedor” que es “quitado de en medio” es la clave de todo esto. Así que considerando ahora el mismo pasaje (2 Ts 2:6,7), tenemos que en lugar de ser “el Bien deteniendo al mal”, la acción es totalmente la opuesta: es “el Mal deteniendo al Bien” hasta que Miguel expulse a Satanás a la tierra. 

Este punto de vista probablemente te hará fruncir el entrecejo. Es fácil descartarlo porque va en contra de todo lo que se ha enseñado sobre el tema hasta este momento. Pido humildemente que lo consideren en oración, porque las interpretaciones populares y tradicionales han demostrado estar totalmente equivocadas en ya muchos temas cruciales de la Palabra de Dios.

- - - - - - - - - -

RELACIONADOS

COMENTARIO DEL APOCALIPSIS