“Así ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar, y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia de Israel faltará para no ser nación delante de mí eternamente” (Jer 31:35-36).
Israel ha sido objeto de falsas enseñanzas y pensamientos antibíblicos entre los cristianos profesantes desde la época de los llamados “Padres de la Iglesia”, la invención de la Teología del Reemplazo, y la posterior y triste historia de persecución de los judíos por parte de “cristianos profesantes”. Estas herejías fueron absorbidas por la Iglesia Católica Romana y formaron parte del bagaje herético que muchos protestantes conservaron de Roma. Lutero no sacó de las Escrituras (2 Ti 2:15) sus ideas sobre la quema de sinagogas.
Es sorprendente y entristecedor ver cómo un número creciente de evangélicos conservadores busca adoptar la antigua herejía de la Teología del Reemplazo.
Los creyentes que usamos bien la palabra de verdad (2 Ti 2:15) amamos a Israel, y amamos a Israel porque amamos la Biblia. No amamos a Israel porque seamos “sionistas cristianos” ni por la Biblia Scofield ni por el dispensacionalismo de Darby. Amamos a Israel porque la Biblia nos enseña a amar a Israel.
Amamos a Israel porque Dios ama a Israel y dice:
“Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo lo que hicieron, dice Jehová” (Jer 31:37).
El Señor Jesús nos enseña a amar a Israel cuando lloró por ella en la víspera de su crucifixión (Lc 19:41) y dijo en la cruz: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23:34), y cuando resucitó de entre los muertos y mandó que el evangelio fuera predicado “en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lc 24:47).
El apóstol Pablo nos enseña a amar a Israel con su gran amor cristiano por los israelitas, incluso en su condición rebelde y de rechazo al evangelio (Ro 10:1-4), y por su ministerio de toda la vida a Israel, incluso frente a su tenaz persecución del evangelio (16 veces en Hechos leemos acerca de su predicación en las sinagogas) y por su enseñanza de que el evangelio es para los “judíos primeramente” (Ro 1:16).
Como estudiante de la Biblia, amo el pasado, el presente y el futuro de Israel. He estudiado Israel durante 36 años, desde mi salvación, principalmente estudiando la Biblia, pero también he estudiado cada aspecto de Israel a partir de una gran cantidad de fuentes. No soy un experto en Israel, pero soy un estudioso serio de Israel. He estudiado su historia, sus leyes, sus profecías, sus enemigos, su topografía, su clima pasado y presente, su gente, su cultura, su arqueología, su diáspora. He estudiado su rebelión contra Dios, su terquedad, denunciada por sus propios profetas, su asombroso rechazo a su propio Mesías.
Es cierto que Israel todavía está en rebelión contra Dios con tanta fuerza como cuando Jeremías predicó hace 2.600 años; pero igual amo a Israel y espero su salvación.
Sabemos que Israel estuvo al frente de la muerte de Cristo, que los líderes judíos presionaron a Pilato para que lo crucificara, pero amamos a Israel y esperamos con ansias el día cuando un remanente mirará a aquel “a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zac 12:10).
Sabemos que el judaísmo rabínico es una religión falsa, pero amamos a Israel y anhelamos el día en que abandone estas cisternas rotas y se convierta a las palabra vivificante del Dios vivo. Hemos estudiado todo tipo de teorías conspirativas. Hemos sido testigos de judíos ateos y judíos homosexuales. Sabemos que Israel es una sentina de moralidad relativista, una meca para los “gays”, y que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) son un campo de pruebas para los derechos de los transexuales.
Sabemos cuán terriblemente perdido está Israel hoy, pero ni la historia ni los acontecimientos actuales ni la apostasía de Israel ni la Biblia enseñan que Dios haya terminado con Israel, o que el Israel de hoy no sea el verdadero Israel, o que la iglesia es Israel.
Como creyentes nacidos de nuevo por fe en Jesucristo, somos hijos de Abraham por la fe, no de Jacob. Y es Jacob quien será salvo y restaurado en el futuro cercano (Is 59:20).
Sabemos que el Israel moderno no es el cumplimiento de las profecías del reino, que el Israel actual es un estado secular injusto; pero amamos a Israel y esperamos con ansias el momento en que el desierto florecerá como una rosa, como un milagro divino y no como resultado del riego por goteo (Is 35:1); entonces la tristeza y el gemido huirán (Is 35:10) y el Renuevo de justicia reinará desde Jerusalén sobre un Israel justo, como la capital de Su reino mundial (Jer 23:5).
No me uniría a los “sionistas cristianos” para donar un centavo al programa del Instituto del Templo para construir el Tercer Templo, sabiendo que será ocupado por el Anticristo en lugar de Cristo, pero igual amo a Israel y estoy fascinado con el cumplimiento de la profecía bíblica ante mis propios ojos por estos preparativos.
El Tercer Templo se refiere a un templo hipotético reconstruido en Jerusalén, sucesor del Primer y el Segundo Templo, que fueron destruidos. Si bien el concepto está profundamente arraigado en la tradición y la profecía judías, su construcción enfrenta importantes obstáculos políticos y religiosos.
El Primer Templo, construido por el rey Salomón, fue destruido por los babilonios en el año 586 a. C.
El Segundo Templo se construyó después del exilio y posteriormente fue ampliado por Herodes. Fue destruido por los romanos en el año 70 d. C.
El concepto de un Tercer Templo está vinculado a la escatología judía y algunos creemos que su construcción señalará primero la llegada del Anticristo; y la del Mesías, después.
El Monte del Templo, ubicación tradicional de los templos anteriores, está actualmente ocupado por la Cúpula de la Roca y la Mezquita Al-Aqsa, lo que lo convierte en una zona muy disputada por los musulmanes y los judíos ortodoxos.
Incluso dentro del judaísmo, existen debates sobre el momento y la forma de su construcción.
A pesar de estos desafíos, varios grupos, incluido el Instituto del Templo, trabajan activamente para la posible construcción del Tercer Templo.
Es imposible para un cristiano bien informado no ver la mano de Dios en el Israel moderno, en su retorno parcial después de 2.000 años de vagar entre las naciones, en la resurrección de su antigua lengua, en la victoria en sus guerras contra todo pronóstico, en el desarrollo de la tierra frente a grandes y continuas dificultades, y una oposición casi mundial.
Para comprender al Israel moderno, debemos recurrir a la gran profecía de Ezequiel 37, que enseña que Israel regresará de su diáspora, descrita como un valle de huesos secos, en dos etapas, y en la primera etapa regresará en un estado de muerte espiritual (Ez 37:7-10). El versículo 8 dice:
“Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu” (Ez 37:8).
Así es exactamente cómo es Israel hoy, y dónde está Israel hoy proféticamente hablando.
El Israel actual está preparando el escenario para el cumplimiento de la última etapa de la profecía de Daniel de las 70 Semanas (Dn 9:24-27), que describe la culminación de la obra de Dios con Israel desde el cautiverio babilónico hasta la segunda venida de Cristo. La profecía se refiere específicamente al pueblo de Daniel, Israel, y describe específicamente la terminación de la transgresión de Israel, la reconciliación por su iniquidad y la venida de la justicia eterna, que comenzará con el regreso de Cristo (Dn 9:24). Por esta profecía sabemos que la última mitad de la semana profética (3 años y medio) está por cumplirse, y que al comienzo de esos tres años y medio finales, el Anticristo se levantará y profanará el Tercer Templo y hará que cesen los sacrificios reinstaurados, lo que iniciará lo que se llama la Gran Tribulación en el Nuevo Testamento (Mt 24:15-22).
El Israel de hoy está preparando el escenario para estos acontecimientos. Ha regresado a su tierra, tras haber emigrado parcialmente de las naciones del mundo. Se prepara para la construcción del Tercer Templo. Busca a un Mesías pacificador y constructor de ese templo, una definición perfecta del Anticristo al comienzo de su reinado.
¡El escenario está listo!
2 Tesalonicenses 2:6-8 explica por qué estos últimos tres años y medio aún no se han comenzado, y tiene que ver con el gran amor de Dios por los pecadores. Quien detiene el “misterio de iniquidad” para poner al Anticristo en el trono del mundo es Satanás. A este detenedor se le llama dos veces “él” (2 Ts 2:7), y no es otro que el mismo Satanás, quien será “quitado de en medio” en el sentido de ser arrojado del cielo a la tierra (Ap 12:7-17).
¿Por qué espera Dios? Pedro lo explica.
“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 P 3:9).
Dios continúa llamando a un pueblo de entre las naciones para Su nombre (Hch 15:14).
Amo a Israel. Me entristece su obstinado rechazo a la Palabra de Dios, pero anhelo su conversión y, más allá, su liderazgo y reinado con los redimidos gentiles en el reino milenial de Cristo y en la Nueva Jerusalén, cuyas puertas llevan el nombre de las doce tribus de Israel y los cimientos de su muro llevan el nombre de los doce apóstoles de la iglesia (Ap 21:12-14).
La iglesia e Israel son cuerpos diferentes y programas diferentes en el gran plan eterno de Dios, pero están estrechamente asociados porque tienen el mismo padre, Abraham, y el mismo Salvador, Jesucristo, y vivirán para siempre en la misma Ciudad.
- - - - - -
RELACIONADOS
LOS ÚLTIMOS TIEMPOS EN ORDEN CRONOLÓGICO
LA IDENTIDAD DEL DETENEDOR (2 Ts 2:6-7)
LA TEOLOGÍA DE LA SUSTITUCIÓN (O DE REEMPLAZO)
BENDECIRÉ A LOS QUE TE BENDIJEREN, Y A LOS QUE TE MALDIJEREN MALDECIRÉ
¿POR QUÉ EL MUNDO ODIA A LOS JUDÍOS?
EL MEDIO ORIENTE EN PERSPECTIVA
LA FUTURA ABOMINACIÓN DESOLADORA
¿QUÉ HARÉ PARA HEREDAR LA VIDA ETERNA?
EL DÍA DE LA EXPIACIÓN (Yom Kippur)
¿DEBERÍAMOS GUARDAR EL SÁBADO?
CRISTIANOS SEGUIDORES DE MOISÉS
¿SACRIFICIOS DE ANIMALES DURANTE EL MILENIO?
UNA COPA QUE HARÁ TEMBLAR: JERUSALÉN Y LA PROFECÍA BÍBLICA