lunes, 16 de junio de 2025

IRÁN (PERSIA) EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS

 



Hay varias profecías bíblicas del fin de los tiempos que mencionan a Irán, llamada Persia o Elam en la Biblia. 

Dado que Irán aparece ahora a menudo en las noticias como una nación que busca armamento nuclear y que lanza repetidas amenazas contra Israel, los estudiosos de las profecías bíblicas están tomando nota.

Irán tiene un papel que desempeñar en los últimos tiempos, pero, antes que nada, un poco de historia de Irán y sus vecinos, en relación con la historia bíblica. 

Jeremías profetizó que Elam, una nación al este de Babilonia (actual Irán), al oeste de Persia y al sur de Media, sería conquistada y luego volvería a subir al poder (Jer 49:34-39). 

En la Biblia, Media se refiere a la antigua región habitada por los medos, un pueblo iranio, y también a un imperio que surgió en esa zona. En términos geográficos, Media se ubicaba al noroeste de Persia, limitando con el mar Caspio y Mesopotamia. Históricamente, los medos jugaron un papel significativo en el Cercano Oriente antiguo, especialmente en la caída del Imperio Asirio y la formación del Imperio Persa. 

Fiel a la profecía de Jeremías (Jer 49:34-39), Babilonia conquistó Elam en 596 a.C. Entonces Persia, bajo Ciro el Grande, tomó el control de esa zona, y los elamitas y medos pasaron a formar parte del Imperio persa. El Imperio Medo-Persa ascendió al poder y conquistó Babilonia en 539 a.C., cumpliendo la profecía de Isaías 21:2. Esto sucedió durante la época del profeta Daniel (Dn 5); de hecho, Daniel residió más tarde  “en la provincia de Elam” en Persia (Dn 8:2). Persia es el escenario del libro de Ester y de la primera parte de Nehemías.

Las conquistas de Alejandro Magno pusieron fin a Persia como potencia mundial, cumpliendo la profecía de Daniel 8. En los siglos siguientes, Persia fue gobernada por los seléucidas, los partos, los sasánidas, los romanos, los bizantinos y, finalmente, en 636 d.C., los musulmanes. En 1501 se fundó el Estado de Irán.

En el Nuevo Testamento se menciona indirectamente a hombres procedentes de Irán, ya que partos, medos y elamitas estaban presentes en Jerusalén el día de Pentecostés (Hch 2:9). Estos tres grupos de personas eran judíos que vivían en la zona de la antigua Persia, el actual Irán, y estuvieron presentes en Jerusalén para presenciar el nacimiento de la Iglesia neotestamentaria.

Ha llegado a ser una convención entre varios estudiosos de la profecía bíblica decir que la participación de Irán en los últimos tiempos será como una de las naciones involucradas en la batalla de Gog y Magog, la que ellos ven ocurriendo durante la primera mitad de la tribulación. 

Ezequiel 38:5 menciona específicamente a Persia como aliada de Magog. Otras naciones incluidas en esta coalición serán Sudán, Turquía, Libia y otras. Este vasto ejército vendrá contra Israel, que en ese momento será un pueblo con gentes tranquilas” (Ez 38:11). El resultado de esta invasión del fin de los tiempos está predicho: Dios interviene sobrenaturalmente, y la coalición de Gog es totalmente destruida. Sobre los montes de Israel caerás, tú y todas tus tropas y los pueblos que están contigo. Te daré por comida a toda clase de ave de rapiña y a las bestias del campo” (Ez 39:4-5, NBLA). Irán y sus aliados pensarán que su invasión de Israel es una victoria segura, pero Dios tiene otros planes. Al proteger Jerusalén, Dios enviará un mensaje contundente al mundo: Daré a conocer Mi santo nombre en medio de Mi pueblo Israel, y nunca más permitiré que Mi santo nombre sea profanado; y sabrán las naciones que Yo soy el Señor, el Santo en Israel (Ez 39:7, NBLA).

La posición de este estudiante de la profecía es que la batalla de Gog y Magog ocurrirá al final del milenio (Ap 20:7-10 ), que es cuando Gog y Magog son específicamente mencionados aclarando la profecía de Ezequiel 39-39.

Lo que estamos presenciando ahora, con el ataque preventivo de Israel a Irán, es el derrocamiento del régimen musulmán que tiene sometido a Irán. Israel vencerá, el régimen será destruido, todos cantarán victoria, pero no será el fin de dicho régimen. La victoria será de corta duración. El régimen musulmán resurgirá para cumplir la profecía de Apocalipsis 13:1-10. 

Por siglos no se ha podido lograr la unificación árabe (musulmana) en el Medio Oriente, pero en la actualidad una meta común está uniendo poco a poco a los pueblos árabes. Esta meta es acabar con Israel y sus principales aliados: los cristianos (Ap12:17). Esta alianza de países musulmanes es descrita alegóricamente en Apocalipsis 13:2, donde Juan ve a una bestia que es semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león

Esta alianza de naciones musulmanas (bestia) representa al imperio del cual surgirá Anticristo. Las partes de estos tres animales que componen la bestia apuntan a tres imperios antiguo-testamentarios (Dn 7:4-6) que incluyeron en sus territorios a los países mencionados en el Salmo 83:1-18. Los tres imperios según el orden en que son mencionados en Apocalipsis 13:2 son Grecia (leopardo), Persia (oso), y Babilonia (león). El significado de esta bestia simbólica es que partes de estos tres imperios se unirán para para intentar destruir a la nación de Israel y a todos las naciones que se le opongan.

El régimen musulmán en Irán resurgirá una vez más, por última vez, para cumplir la profecía de Apocalipsis 13:1-10:

  Me paré sobre la arena del mar, y vi subir del mar una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo. Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dio su poder y su trono, y grande autoridad. Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia, y adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, y quién podrá luchar contra ella? También se le dio boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y se le dio autoridad para actuar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar de su nombre, de su tabernáculo, y de los que moran en el cielo. Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Y la adoraron todos los moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo. Si alguno tiene oído, oiga. Si alguno lleva en cautividad, va en cautividad; si alguno mata a espada, a espada debe ser muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos (Ap 13:1-10).

No será la nación de Israel quien termine para siempre con Persia y sus naciones musulmanas aliadas. El Señor Jesucristo, en persona, será quien lo haga:

 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos (Ap 19:1-21).

Los argumentos y pruebas para sostener este escenario están en nuestro COMENTARIO DEL APOCALIPSIS

Un resumen de dicho comentario es el artículo: LOS ÚLTIMOS TIEMPOS EN ORDEN CRONOLÓGICO.

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