En
el mundo occidental, el cristianismo combate hoy a las filosofías religiosas
competitivas, entre las cuales se encuentran el satanismo y el movimiento de la
Nueva Era. En el sentido más estricto, el satanismo es un sistema religioso,
aunque muchos de sus practicantes afirman no creer en la existencia de un
demonio personal, que rinde homenaje a un espíritu malo llamado Satanás, diablo
o Lucifer.
El
satanismo es una religión de poder. La gente adora a Satanás porque él promete
poder a sus adoradores. Con el poder viene la posición y con la posición la
posesión. A la posición y a la posesión les acompaña el placer. Los satanistas
buscan el placer personal. Algunos de ellos lo encuentran manteniendo
relaciones sexuales con niños, animales e incluso cadáveres; otros torturando
animales, niños, jóvenes o adultos... y aún matándolos.
El
satanismo se convierte para el devoto a él en un sistema de poder para
conseguir placer. Lo único que les importa a los satanistas es eso, tanto en
esta vida como en la venidera. Su actitud es la de “que se vayan al infierno”
todos los demás.
En
el sentido más amplio de la palabra, el satanismo significa: contacto con seres
espirituales distintos al verdadero Dios; la adoración y el homenaje a dichos
seres espirituales; e incluso su utilización. Esto abarca todo el paganismo, la
brujería (o hechicería) positiva y negativa, el ocultismo y aún las religiones
no cristianas. Si bien es cierto que el judaísmo y el islam son sistemas
teístas muy relacionados con el cristianismo, ambos rechazan de plano a Jesús
como Cristo, Hijo de Dios y Señor. El Nuevo Testamento nos enseña que aparte de
un conocimiento personal de Cristo no se puede conocer a Dios (Juan 14:6;
Hechos 4:12; 1 Corintios 8:5,7; 1 Juan 2:22,23).
Los
judíos y los musulmanes, no lo conocen. Si lo conociesen, también conocerían a
Su Hijo. Por tanto las experiencias místicas de esos grupos son debidas a
espíritus engañadores religiosos procedentes de Satanás. Cuando elevan sus
manos en oración a Dios, dichas oraciones son dirigidas hacia el diablo por los
espíritus satánicos. De modo que, aunque desconociendo por completo este hecho,
son satanistas secretos.
En
el Areópago (Hechos 17), Pablo se enfrentó a algunos de los primeros
humanistas: los epicúreos; y a los panteístas de su tiempo: los estoicos. Estos
eran los seguidores primitivos de la Nueva Era.
El
cristianismo lucha contra todos estos sistemas de cosmovisión contrarios. Aunque el satanismo sea el más horrendo y
destructivo de ellos, quizás no sea el más peligroso para el mayor número de
personas a nivel mundial, ya que su perversidad resulta demasiado obvia para la
gente en general. Ha prosperado y seguirá haciéndolo entre individuos
perturbados y malos, que desean una religión que defienda su total egoísmo, sus
perversiones sexuales, su naturaleza sádica, su falta de autodisciplina y su
desdén por los demás. Esta religión egocéntrica glorifica la clase más perversa
de pecado y dolor infligida a otros.
El
movimiento de la Nueva Era, por otra parte, es muy peligroso por la apariencia
tan grande de corrección que tiene para el hombre contemporáneo. Niega la
realidad objetiva del mal centrado en un ser perverso llamado Satanás y se
inclina por las cosas “buenas”. Trata de estimular el pleno desarrollo del
potencial humano. Aboga por la naturaleza, la paz mundial y un nuevo orden
internacional. Parece cristiano en su enfoque de Dios, Cristo, el bien, el
orden mundial y la felicidad humana y terrena.
No
sería arriesgado afirmar que la mayor amenaza contra el cristianismo que hay en
la actualidad en el mundo es el movimiento de la Nueva Era; no es el satanismo,
ni el avivamiento de las religiones tradicionales como el islam, ni siquiera el
humanismo secular. La Nueva Era tiene todo el atractivo de la religión mundial
única del Anticristo. Aunque no introduzca necesariamente a éste, es la clase
de religión global a nivel del mundo entero con la que el Anticristo se sentirá
muy a gusto.
En
otro tiempo, el humanismo secular constituyó el mayor adversario para el
cristianismo. Procedente de la Europa Occidental, esta filosofía barrió los
Estados Unidos partiendo por la costa este. En pocas décadas tomó el control de
América y se hizo ley en los Estados Unidos a través de importantes decisiones
de la Corte Suprema que tuvieron lugar entre la década de los 60 y los años 80.
El humanismo secular contradice de forma frontal la Declaración de
Independencia Americana, un documento que declara: “Sostenemos que estas
verdades son manifiestas: que todos los hombres han sido creados iguales y
dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los cuales estén
el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad”.
La
Corte Suprema dio un vuelco en principio, si no de hecho, a esta parte de la
Declaración de Independencia: proscribiendo la enseñanza bíblica de la creación
en las escuelas públicas, de modo que no hay Creador; prohibiendo la oración en
las mismas y declarando ilegal en las aulas la lectura bíblica; diciendo que
los Diez Mandamientos no podrían ser enseñados en los colegios estatales, ni
siquiera expuestos en un aula dentro del sistema público de enseñanza en los
Estados Unidos.
De
todo esto resultó un gigantesco vacío espiritual en el país. Los Estados Unidos
es una de las naciones más religiosas del mundo y no pueden vivir sin Dios o
sin religión. El humanismo secular los dejó insatisfechos. Se convirtieron en
un país de técnicos sin paz interior. Llegaron a ser cómodos consumidores de la
clase media sin verdadero propósito en la vida, gigantes señeros, pero al mismo
tiempo bebés en el terreno de la ética. Para ser de veras humanos debían tener
un dios.
Paralelo
a esta victoria del humanismo secular en América del Norte vino el nacimiento y
el desarrollo de la Era de Acuario, comenzando con jóvenes insatisfechos pero
creciendo en ímpetu hasta llegar a convertirse en una de las mayores fuerzas
espirituales que operan en América del Norte. Aunque se trata de un sincretismo
de diversos grupos, la Era de Acuario (o Nueva Era) sostiene fundamentalmente
una cosmovisión del Lejano Oriente.
Si
se nos pidiera que ilustrásemos el movimiento de la Nueva Era, lo haríamos con
el dibujo de un hombre con traje de negocios a la moda occidental, sentado
sobre el césped, en la postura oriental del loto y meditando sobre su Macintosh.
EL MOVIMIENTO DE LA NUEVA ERA
El movimiento de la
Nueva Era no es nuevo; constituye el antiguo susurro que se oyó en el huerto
del Edén cuando la serpiente le dijo a la mujer: “Seréis como Dios” (Génesis
3:5). El nuevaerista contemporáneo declara: “Uno de estos días estaré tan
completo que no seré humano, sino un dios”. ¡Eso mismo le dirá el Anticristo a
la humanidad que lo recibirá con brazos abiertos! (2 Tesalonicenses 2:4).
Algunos de los
conceptos principales que identifican al Movimiento de la Nueva Era son los
siguientes:
1.- La Nueva Era es
panteísmo
Dios
es todo y todas las cosas son dios. La Biblia enseña el teísmo, que declara que
Dios es al mundo lo que un pintor es a su cuadro o un dramaturgo a su obra de
teatro. El panteísmo dice que Dios es al mundo lo que un charco de agua es a
cada una de sus gotas. Todos somos gotitas en un punto infinito. Todos somos un
goteo persistente y magnifico, y a la vez somos esa magnífica y grande gota que
es el charco. Por tanto Dios es un “algo”; no el Padre, sino una fuerza. La
frase: “Que la fuerza sea contigo” es panteísta, expresa el concepto de Dios de
la Nueva Era.
2.-
La Nueva Era es monismo filosófico
El
monismo dice que sólo hay una esencia en el universo. El ateísmo es monismo ya
que confirma que la única realidad es la materia. La Nueva Era también lo es,
puesto que dice que esa única realidad es Dios.
Dios
es la naturaleza y la naturaleza es Dios. Dios es el agua, el aire, la ballena,
los árboles. Esta es la razón por la cual los adeptos de la Nueva Era
demuestran una pasión irreal por el agua, el aire, las ballenas y los árboles.
Aunque todos deberíamos interesarnos por el medio ambiente, la preocupación de
los seguidores de la Nueva Era es religiosa: para ellos esas cosas son Dios.
3.-
La Nueva Era es holismo
Si
la naturaleza es Dios, y Dios es la naturaleza, todo es Dios. De manera que la
Nueva Era defiende el holismo (del inglés whole:
todo).
4.-
La Nueva Era es auto-deificación
Si
Dios es todo, panteísmo; si lo único que existe es Dios, monismo; si todo es
Dios, holismo; entonces el hombre es Dios: deificación humana o
auto-deificación.
5.-
Esto conduce a la inmanencia desequilibrada
¿En
dónde buscamos a Dios? No miramos arriba a los cielos, ni abajo a la tierra.
Miramos dentro de nosotros y allí lo encontramos.
6.-
La Nueva Era es misticismo extremo
Se
trata del misticismo definitivo. La deidad puede ser alcanzada. Si miras
adentro, si te centras en ti mismo, si comprendes que eres dios, si te
despiertas de tu amnesia, descubrirás a Dios. El nuevaerista contemporáneo
declara: “El secreto mejor guardado del siglo XXI es que todos somos dios, pero
lo hemos olvidado. Hemos caído en la amnesia y necesitamos despertarnos de ella
por medio de la meditación trascendental. La divinidad puede alcanzarse
mediante la experiencia mística”.
7.- La Nueva Era es
reencarnación
Nosotros, los
dioses tenemos que aprender a ser Dios, pero si no lo logramos en esta vida
todavía podremos conseguirlo en la siguiente, o en la siguiente, o en la
siguiente… La reencarnación es el corazón
de la Nueva Era. Para el nuevaerista la vida es cíclica. El cristianismo
enseña que uno tiene que nacer de nuevo. El movimiento de la Nueva Era también
lo dice: debemos nacer de nuevo... una vez más, y otra, y otra… El cristianismo
dice que se vive una vez y se muere una vez. El movimiento de la Nueva era dice
que hay diversas vidas. Vives y mueres, vives y mueres, vives y mueres…
Los hindúes han
sido los grandes diseminadores de la reencarnación. Su sistema social básico,
el infame sistema de las castas, está fundado en dicha creencia y en la del karma (o destino). Aunque el modo
de reencarnación de la Nueva Era no abogue por un sistema de castas, todavía
posee una visión semifatalista de la vida humana. De ahí la necesidad de nacer
vez tras vez, hasta que por fin se consigue enmendar las cosas.
Esto ayuda también
a explicar el concepto positivo que tienen los adeptos de la Nueva Era del
aborto. El hecho de que 4.300 mujeres aborten cada día a un niño no nacido les
parece aceptable. Según muchos seguidores del movimiento, esto sucede porque
dichos niños pecaron en una vida anterior y son “castigados” con el aborto en
esta vida, aunque tendrán una nueva oportunidad de nacer en el futuro.
La reencarnación
lleva también a otros extremos. El homosexual de la Nueva Era, por ejemplo,
dice que es homosexual porque tiene un alma femenina procedente de una vida
anterior atrapada en un cuerpo de varón, y que no puede hacer nada por el
contrario ese karma.
8.- La Nueva Era
sostiene una ilusión
El bien y el mal
son para ellos una misma cosa; concepto difícil de entender hasta que se tiene
en cuenta su panteísmo, monismo, holismo y autodeificación. Si Dios es todo y
todo es Dios, entonces cada cosa que existe es divina. Por tanto, lo que
llamamos bien y lo que llamamos mal son sólo dos caras de una misma moneda que
conocemos es Dios; y ya que todo es Dios, tanto el bien como el mal constituyen
meras ilusiones. La Biblia enseña que Dios es tan santo que los ángeles le
cantan: “Santo, santo, santo” (Apocalipsis 4:8). Si los adeptos de la Nueva Era
están en lo cierto, debería haber en el cielo un coro antifonal. Una parte
estaría cantando “santo” y otros “impío”. Algunos de los cantores entonarían: “"Tú
eres bueno” y los otros: “Tú eres malo”.
9.- La Nueva Era es
animista
Según ellos, el
universo está vivo, todo él es espíritu. Creen en el principio de Gaia o que
hay una fuerza viva detrás de cada cosa. Eso es animismo, paganismo. Esta es la
razón por la que los cristianos norteamericanos de antaño enviaron misioneros
al mundo: porque los incrédulos de otras latitudes creían en la idea pagana de
que toda cosa está viva. ¡Y ahora eso se enseña en universidades y escuelas a
lo largo y ancho del mundo en nombre de la ciencia.
10.- La Nueva Era
es evolucionista
El mundo, esto es,
la sociedad humana, está evolucionando. Los seguidores de la Nueva Era no creen
en la evolución darwiniana; lo que a ellos les interesa es la evolución
espiritual. No les preocupa que el hombre proceda de los animales, sino el
hecho de que pueda evolucionar convirtiéndose en Dios. Se trata de una
evolución panteísta.
Parece
contradictorio y lo es ¿Cómo puede dios evolucionar a Dios? La Nueva Era es un
complejo sistema de ideas contradictorias.
11.- La Nueva Era
es optimista
Los adeptos del
movimiento de la Nueva Era son unos optimistas incurables. Esto resulta
irresistible y atractivo para un mundo pesimista como el nuestro. Los
seguidores de dicho movimiento creen que el mundo se está haciendo cada día
mejor, que estamos en el amanecer de la era de Acuario. El milenio se acerca y
ellos son los que van a introducirlo. Los adeptos de la Nueva Era piensan que
un día todo el mundo será ganado y los líderes mundiales trabajarán juntos. Se
aproxima un tiempo nuevo.
En la actualidad
consideran a las Naciones Unidas, por así decirlo, como su cuartel general. La
ONU no lo sabe, pero sí los adeptos de la Nueva Era, y eso es lo único que
importa. Ya han dado pasos para guiar y modelar a las Naciones Unidas de tal
manera que cumplan su labor misionera. En la ONU existe, hoy en día un centro
de meditación de la Nueva Era y tanto el organismo internacional como este
movimiento tienen entre sus divisas un “nuevo orden mundial”.
El “nuevo orden
mundial” es la orden del día en las Naciones Unidas, y ya que la Nueva Era no
se considera una religión, sino más bien un movimiento de gente de cualquier
religión o fe no religiosa, muchos dirigentes de la ONU ven sus enseñanzas como
una filosofía mundial deseable. En realidad, algunos hombres destacados del
organismo internacional son seguidores de la Nueva Era. Por último, el concepto
que tiene la ONU de que el planeta es una “aldea global” necesita de alguna
cosmovisión ecléctica que una de manera perfecta entre sí a toda la gente. La
ONU está preparando el escenario para la entrada de la Nueva Era.
Debemos recordar que el movimiento de la Nueva Era es
ante todo teología oriental asociada con teoría occidental. No tiene la gran
visibilidad de otros movimientos religiosos, con sus sedes mundiales. No tiene
Ciudad del Vaticano, domicilio mundial del Consejo Mundial de Iglesias, Templo
Mormón o sede de los Bautistas del Sur. No cuenta con centro internacional
alguno, pero se trata de una gran coalición de organizaciones variadas y
divergentes, dirigidas por personas distintas que comparten una cosmovisión
amplia y unificada hacia una meta común.
La estrategia del movimiento consiste en ir
desarrollando gradualmente su proyecto de nuevo orden mundial mediante la
creación de una nueva conciencia planetaria. Este proceso de conversión será
realizado por un nuevo campo de energía espiritual en el mundo: la fuerza
divina que hay en cada ser humano. El movimiento de la Nueva Era utiliza a cada
persona, organización, concepto o cualquier otra cosa susceptible de ser
aprovechada para producir el nuevo orden mundial.
Este movimiento amplio y sin organización, que algunos
han llamado “la Conspiración de Acuario”, admite a todos y cada uno de los
grupos cuya meta sea un nuevo orden mundial. Algunos de dichos grupos no son ni
siquiera religiosos, pero eso no importa. Una vez que se consiga el objetivo
final, todos lo serán, puesto que cada uno reconocerá que es dios. Todos tienen
esto en común: desean un nuevo orden internacional y una hermandad mundial de
paz entre los hombres. Humanismo cósmico y desarrollo del potencial humano. ¡Qué gran plataforma para el Anticristo!
12.- La Nueva Era es mundialista
El mundialismo surge del evolucionismo social y de un
optimismo casi determinista: toda la raza humana será una. Es la visión del
planeta entero como una aldea global.
13.-
La Nueva Era es sincretista
El
diccionario de la Real Academia define el sincretismo como el “sistema filosófico
que trata de conciliar doctrinas diferentes”. Esta es una buena definición de
lo que la Nueva Era tiene que hacer para producir ese nuevo orden mundial.
Todas las religiones y filosofías deben combinarse, fusionarse, mezclarse en
una misma sopa; no se trata de una cazuela, donde cada ingrediente conserva cada
una de sus propias características físicas mientras se mantiene unida con el
resto. No, las religiones en su totalidad serán precipitadas dentro de una
licuadora cósmica que hará de ellas una sola ecléctica religión mundial.
Una meditación mundial del movimiento de la Nueva Era
empieza bien con Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la
tierra. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”. Luego, en el versículo 2 es
donde cada verdadero cristiano debería separarse para siempre de la teología de
dicho movimiento: “Ha llegado el momento del nuevo comienzo. Soy creador `junto
con Dios’, y lo que está por venir es un nuevo cielo. La buena voluntad de Dios
se expresa sobre la tierra a través de mi persona. Estoy haciendo mi parte para
revelar sus realidades. Comienzo por mí mismo. Soy un alma viviente y el
Espíritu de Dios mora en mí, como yo
mismo. Yo y el Padre somos uno. Todo lo que el Padre tiene es mío. Yo soy
verdad; soy el Cristo de Dios”.
Este
sincretismo de la Nueva Era rechaza por completo la exclusividad de Jesucristo.
El movimiento religioso que está creciendo más rápido en el mundo entero es un
sistema de creencias falso y demoníaco. A pesar de que un informe aparecido
recientemente, según el cual sólo 25.000 personas pretendían identificarse como
adeptos de la Nueva Era, casi dos terceras partes de la sociedad mundial ha
sido bastante influenciada por este movimiento. ¿En qué nos basamos para
afirmarlo?
Primero,
como indican las encuestas a nivel mundial, un tercio de los habitantes del
planeta tierra creen en la reencarnación. En segundo lugar, dos tercios de las personas
a lo largo del mundo leen los horóscopos y la mitad de ese número cree en
ellos. Dos tercios también pretenden tener algún tipo de percepción extrasensorial.
Y cuatro de cada diez terrícolas han mantenido contacto con los muertos y/o con
seres intergalácticos. Estas son las creencias principales de la Nueva Era.
Esto no significa
que todos sean seguidores de la Nueva Era. La mayoría no lo son. Sólo quiere
decir que varias de las enseñanzas principales de la teología de este
movimiento son ya creídas por casi dos terceras partes de los habitantes de la
tierra.
Lo más peligroso
quizá sea que, durante dos generaciones, los medios de comunicación han condicionado
al público mundial para que acepte la cosmovisión de la Nueva Era. Ese
condicionamiento de los medios de comunicación se encuentra en su momento más
alto hoy en día. Todo comenzó con el cine y la televisión. Por ejemplo, la
película de los años 70 “2001: Odisea del espacio” tuvo un efecto impresionante
en la mente de los espectadores a nivel mundial. El clímax de dicha película se
centraba en la vida humana en forma de embrión, considerada como la fuerza
vital básica del universo. Ese era el mensaje principal y la imagen final de la
cinta. Esto no es otra cosa que teología de la Nueva Era.
Luego vinieron los
programas de televisión que divulgaban también conceptos teológicos de la Nueva
Era. Las dos series claves que comenzaron a preparar el terreno para la
aceptación del ocultismo fueron: “Mi Bella Genio” (My Dream of Jeannie) y “Hechizada” (Bewithched). Estas fueron seguidas por series como “Kung Fu” y
dibujos animados como “He-Man”, “Masters
of the Universe”, y muchas, muchas otras. Todas estas series, hoy consideradas ingenuas,
contenían fuertes enseñanzas de la Nueva Era; enseñanzas que hoy forman parte
de las creencias que millones de personas en el mundo profesan.
Actualmente, la
temática principal de las series de televisión y las películas de Hollywood que
no tiene el sexo y la violencia como trama argumental, es el ocultismo de la
Nueva Era. Todos estos filmes tienen una cosa en común: un campo de energía
espiritual, un campo de fuerza vital que impregna todas las cosas. Tratan de una fuerza mística, cósmica, de portales
que comunican a los simples mortales con el más allá y sus sabios y etéreos
moradores.
Además, la Nueva
Era ha comprendido a cabalidad que el sistema de las escuelas públicas es un
prolífico campo misionero. ¿Dónde podría conseguir una audiencia más cautiva y
estratégica para influir en el control mundial del nuevo orden? Todo comenzó en
1954, con la publicación del libro de Alice Baily Education in the New Age. Baily era discípula de Helen P.
Blavatsky, una mísitca rusa cofundadora de la Sociedad Teosófica. La obra fue
publicada en Norteamérica por Lucas Publishing Company, en principio Lucifer
Publishing Company. Otros muchos han perpetuado su filosofía plagada de referencias
de la Nueva Era.
Cada vez más se
están utilizando en las aulas escolares y universitarias, a lo largo y ancho
del mundo, libros de texto publicados con el dinero de los contribuyentes que
contienen enseñanzas de la Nueva Era, algunas sutiles y solapadas, otras
abiertamente ocultistas. ¿Cómo distinguirlos? En el vocabulario de la Nueva Era
abundan estos temas, y referentes: Aldous Huxley, Autoayuda, Ecoaldea, Era de Acuario, Iniciación, Jerarquía Espiritual,
Medicina alternativa,
Movimiento ecologista,
Secta, Neopaganismo, Wicca,
Parapsicología, Espiritismo, Sociedad alternativa,
Pseudociencia; (Filosóficos) Sincretismo, Cuarto Camino, Gurdjieff, Postmodernismo, Karma,
Vedas, Espiritualidad, Sincronicidad, Mitos,
Misterios, Transcendencia,
Multi-dimensionalidad;
(Meditativos) Qigong-Chi'kung, Yoga,
Tantra, Tai Chi, Meditación, Meditación
trascendental, Kundalinī, Chakras, Mándala, Trance; (Espiritual/Religiosos) Teosofía, Logosofía, Antroposofía, Espiritismo, Orgónica, Hinduismo, Kabala, Isis, Chamanismo, NeoGnosticismo, NeoHermetismo,
Druidismo, Guía
espiritual, Gurú, Maestro
de sabiduría, Coaching, Paulo Coelho, Osho,
Rosacruz, Cristo Cósmico, Urantia, Dianética, Psicosinergia, Psicología
transpersonal o de “regreso
a vidas anteriores”; (Salud/Sanación) Flores de Bach, Acupuntura, Aromaterapia, Ayurveda, Biorritmo, Onda mental, Breatharians, Cristales, Gemoterapia, Radiestesia, Qi-ch'i-ki
(energía), Reiki, Sanación
magnificada, Autoayuda, Visualización, Iridología, Chakras, Fotografía Kirlian (efluviografía), Poder
piramídico; (Movimientos sociales) Encounter
group, LGATs,
MLMs, Tantrismo, Raelianos; (Conciencia) Proyección astral,
Estados superiores de consciencia, Timothy Leary, Castaneda, Peyote, LSD, Yagé (alucinógeno),
Cacto San Pedro (alucinógeno), Huanto, Ayahuasca, Mezcalina, Micolatria, Psilocibina, chamán o
shamán, Enteógenos, Control Mental, Método Silva
de Control Mental, Ángeles, Dakini, Aura, Conciencia
cósmica, Qigong, Elementos, Experiencia
cercana a la muerte, Experiencia
extracorporal, Reencarnación, Metempsicosis, Viaje
anímico, Viaje astral, Conciencia
cuántica, Regresión
a vidas pasadas;
(Habilidades
especiales) Escritura automática,
Carismática, Clarividencia,
Sueño lúcido, Levitación, Oráculos, Psíquica, Psicotrónica, Televidencia,
Palmistry, Brujería, Telequinesia, Telepatía, Canalización; (Centros de energía geográfica) Sitio
sagrado, Triángulo de las
Bermudas, Atlántida, Lemuria, Ley Lines, Machu Picchu, Stonehenge, Portales, Punto
de potencia; (Sistemas implicados
en el control, predicción o descripción del mundo físico) Alquimia, I Ching, Runas,
Astrología, Tarot, Magick, Numerología, Feng Shui, Vastu; (Temas forteanos diversos)
Civilización antigua,
Civilización
oculta, Viaje a través
del tiempo; (Libros clave) La conspiración de Acuario, de Marilyn Ferguson, La gran invocación
.
Todas estas
palabras en sí mismas son neutrales, pero hábilmente utilizadas condicionan a
las mentes en formación, ya encaminados por el cine y la televisión, para que
adopten la cosmovisión de la Nueva Era como algo natural e inofensivo.
Alguien podría
exclamar: “Yo creía que no se podía hacer proselitismo religioso en los
colegios públicos y en las universidades”. Pues bien, no puede hacerse
proselitismo cristiano, pero sí nuevaerista. Un texto escolar de educación pública,
tiene una sección sobre fotografía en la que presenta “fotos de espíritus”,
como las llaman, que enseña a los estudiantes que existe una fuerza espiritual
la cual los seres humanos no estamos aprovechando. Otro texto sugiere la
siguiente tarea al estudiante: “Escriba y cante un conjuro mágico para hacer
flotar los objetos que hay en la habitación”. Las alusiones al yoga, a la
música de la Nueva Era, al sonambulismo, la psicología, la hipnosis, la
autosugestión, la parasicología y el teatro mágico o fantasía creativa no
tienen fin en los textos escolares actuales. Al parecer están siendo escritos
por miríadas de seguidoras de J. K. Rowling que quieren hacer
de cada estudiante del sistema público un Harry Potter.
A estudiantes de la
carrera de educación de párvulos se les enseña formas básicas de yoga, control
mental, técnicas de meditación y relajación adoptando la famosa postura hindú
del loto, se las introduce en proyección astral, y se les enseña a utilizar
juegos de roles ocultistas para “educar” y “entretener” a niños que están en su
primera infancia, y quienes probablemente jamás olvidarán lo que aprendieron en
la escuela en la que sus padres los dejaban gran parte del día, todos los días,
por años.
A los niños se les
dice que hay dos regiones que deben ser exploradas: el espacio exterior y el
interior. Se explora el espacio exterior con la ayuda del telescopio y los
viajes espaciales, y el espacio interior adoptando la postura del loto y
meditando sobre la fuerza interior que tenemos.
La Nueva Era ha
comprendido que la batalla por las almas de la futura generación debe ser
librada y ganada en las aulas escolares por profesores que perciben con
exactitud su papel como proselitistas de la nueva fe: una religión humanista
que reconoce y codicia para sí la chispa de lo que los cristianos llamamos la
imagen de Dios en cada ser humano. Estos profesores deben personificar la misma
dedicación desinteresada que caracterizó a los predicadores fundamentalistas de
antaño, ya que son llamados a ser ministros de otro tipo, que deben utilizar el
aula escolar en lugar del púlpito para transmitir los valores nuevaeristas en
cualquier asignatura que enseñen, sin distinción del nivel educativo, desde el
preescolar o la guardería hasta los estudios en las grandes universidades.
Este es el paso
lógico de una religión que hace mucho tiempo que cautivó el mundo de los
negocios. Si quieres tener dinero y ser exitoso, debes practicar las técnicas
de la Nueva Era que aprendiste de chico en la escuela, y de joven en la
universidad. Para eso fuiste condicionado durante tantos años a través de la
educación formal, la música, el cine, la internet, y todos los medios de
comunicación masiva que existen.
Por último, tenemos
la influencia de la Nueva Era en la iglesia, donde por décadas se han estado enseñando ideas
panteístas. La falsa teología se ha transformado en sustituto de la doctrina
bíblica. Las teologías del dominio y la prosperidad son conceptos de la Nueva
Era. Muchos líderes cristianos no reconocen esto, y lo enseñan a multitudes.
Los extremos en la teología de señales y prodigios, del declarar por fe, de la
visualización y la oración mística son las mismas que utiliza la cienciología. Aquello
que seas capaz de visualizar puedes declararlo como tuyo.
La Nueva Era es un
movimiento satánico de autodeificación diametralmente opuesto al cristianismo.
Su terrible peligro reside en la forma en que se presenta. Sólo hay dos
religiones. Una se escribe HAZ y serás aceptado. La otra dice HECHO, está
consumado. Está hecho. Este es el cristianismo: el evangelio del Señor
Jesucristo. Un regalo para todo aquel que esté dispuesto a aceptarlo por fe.
“Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4).
“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu” (Juan
19:30).
“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).
DIEZ DIFERENCIAS ENTRE
EL CRISTIANISMO Y LA NUEVA ERA
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