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MEDITACIÓN TRASCENDENTAL

Supuestamente, la meditación trascendental (MT) es una técnica para lograr la paz interior y la renovación espiritual, centrándose en un mantra[1] que se repite silenciosamente. Mientras la mente “reposa”, el practicante es capaz de trascender el pensamiento y entrar en un estado silencioso de felicidad y tranquilidad.

La práctica de la meditación trascendental tiene sus raíces en el hinduismo. Se originó en la India, donde el gurú (o Maharishi) Mahesh Yogi la enseñó, basándose en su interpretación de la tradición védica hindú. El maharishi comenzó a enseñar la práctica en la década de 1950, y desde entonces se ha convertido en una de las técnicas de meditación más ampliamente estudiadas y practicadas. Estudios científicos, entre los que se encuentran aquellos realizados por la Sociedad Americana del Cáncer, concluyeron que la meditación trascendental no tiene ningún efecto demostrable en la enfermedad. Sin embargo, muchas personas que practican la meditación trascendental reportan una mayor relajación y una mejor auto-comprensión.

Aunque a la meditación trascendental se le ha llamado tanto religiosa como no-religiosa, las similitudes entre la práctica de la meditación trascendental y la práctica de los rituales religiosos de la oración no se pueden negar. La postura básica para la meditación trascendental es sentarse durante 15 a 20 minutos, con los ojos cerrados, repitiendo un mantra o un simple sonido para despejar la mente de todo pensamiento. Cuando se compara con las oraciones musulmanas, que tienen una postura establecida e incluyen repetición verbal, o con las oraciones que practican algunos cristianos, que puede incluir una palabra o frase repetida, y el requerimiento de arrodillarse o de asumir una postura específica, las similitudes son evidentes. Debido a su similitud con la oración religiosa y su aparente petición de algo superior a la auto-consciencia, a la meditación trascendental se le considera algo religioso. Por otro lado, en el cristianismo o el islam, el objeto de la oración es un Espíritu Divino, y a menudo incluye la petición, pero la práctica de la meditación trascendental despeja la mente y no recurre a un dios; esto en parte es la razón por la que a la práctica se le considera algo no-religioso.

No está claro qué ocurre realmente con el cuerpo y la mente durante la meditación trascendental. La investigación continúa, pero hasta ahora sólo hay evidencia experiencial en lugar de evidencia científica sobre los beneficios de la meditación trascendental. Esto no quiere decir que la meditación trascendental no tenga efectos, sólo que la medicina occidental no tiene una forma de medirlos. La meditación trascendental es intrínsecamente una práctica mística[2], y depende del mundo metafísico. El método científico depende del mundo natural o físico, y no es de extrañar que sea inefectivo para estudiar el mundo sobrenatural o metafísico.

La Biblia por sí misma no tiene nada que decir acerca de la meditación trascendental, pero tiene algunas cosas que decir acerca de la mente que pueden ser útiles para decidir si se debe o no practicar la meditación trascendental. La Biblia es clara cuando nos dice en qué debemos meditar: no es una palabra o frase sin sentido, sino en la palabra de Dios. La persona que en su ley medita de día y de noche es bendecida (Sal 1:2). La paz es un fruto del Espíritu (Gl 5:22). La paz no se encuentra cuando alguien vacía su mente, sino cuando la llena con la palabra de Dios.

Además, pensar en las cosas de la carne es muerte; y pensar en las cosas del Espíritu es vida y paz (Ro 8:5-6). Aquellos que practican la meditación trascendental están fijando sus mentes en su propio espíritu, mirando dentro de sí mismos para trascenderse a sí mismos, en lugar de fijar sus mentes en el Espíritu de Dios. La advertencia acerca de fijar nuestra mente en las cosas de la carne, no significa que el cuerpo es perverso o que tener cualquier pensamiento acerca de uno mismo es automáticamente malo. La Biblia simplemente nos está advirtiendo del vacío inherente en la carne humana, su incapacidad para dar vida. Examinar la mente o vaciarla de todo pensamiento, puede provocar una parálisis o un escape temporal de la realidad, no obstante, la meditación trascendental no puede traer la paz verdadera. La meditación trascendental contempla el espíritu de la criatura humana y la creación, que son inherentemente vanos en cuanto a poder. Sólo el Espíritu vivificante de Cristo que da vida, el Creador, puede producir en nosotros la verdadera paz, la alegría, la salud y la vida.

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Notas

[1] Mantra. En el hinduismo y en el budismo, sílabas, palabras o frases sagradas, generalmente en sánscrito, que se recitan durante el culto para invocar a la divinidad o como apoyo de la meditación.

[2La palabra místico o mística se refiere a alguien o algo que incluye misterio (cosa arcana o muy recóndita, que no se puede comprender o explicar.

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