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¡HAZLO AHORA!

“Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo” (Pr 6:3).

Aquí se rechaza el que te conviertas en aval de alguien (Pr 6:1-5). El ser aval de alguien es co-firmar préstamos, asumir obligaciones o garantizar el desempeño de otro. Cuando esto se hace con necedad, precipitación o exceso, es pecado de imprudencia. Dios te quiere libre de riesgos innecesarios o responsabilidades que son de otros. Él quiere que vivas una vida sin preocupaciones. Los sabios se regocijan con esta regla.

Salomón advirtió con frecuencia contra el ser aval de alguien. (Pr 6:1-5; 11:15; 17:18; 20:16; 22:26-27; 27:13) Considera por qué. A los hijos de los reyes se les pedía todos los días que usaran su gran influencia, crédito, reputación o autoridad para favorecer a amigos, conocidos y lambiscones. Con un simple apretón de manos, una firma, una llamada telefónica o un correo electrónico, hoy día se pueden crear rápidamente grandes redes de obligaciones potenciales que podrían agotar tus recursos y/o relaciones.

La prudencia es una gran parte de la sabiduría. Los hombres prudentes son pesimistas, escépticos y trabajan duro para evitar riesgos y problemas futuros; los hombres necios son optimistas, presuntuosos y creen casi todo lo que oyen. (Pr 14:15; 22:3; 27:12) El sabio siempre tiene la vista puesta en el futuro, para que sus acciones de hoy no le cuesten más mañana. (Pr 23:5; 27:23-24). Los hombres sabios son cautelosos, conservadores, críticos, reflexivos, reacios al riesgo y lentos a la hora de comprometerse. ¿Eres tú así?

El proverbio es de Salomón a su hijo. Quería que su hijo hiciera todo lo que estuviera a su alcance para salir inmediatamente de cualquier obligación financiera tonta a nombre de sus amigos (Pr 6:1-5). No importa cuán humillante pueda ser cambiar tu posición con un amigo, ¡hazlo ahora! ¡Líbrate de tu apresurada promesa! ¡Olvídate del asunto, ahora! ¡Líbrate del contrato acreedor-deudor! ¡Ponte de rodillas e implora por tu libertad!

Lo que comenzó bien con gloria y orgullo ahora debe revertirse dolorosamente con humildad y vergüenza. Las elecciones pecaminosas traen consecuencias negativas; no deberías sorprenderte. ¿Deberías pensar en el asunto por un tiempo antes de corregirlo? ¡No! Ni siquiera te permitas dormir (Pr 6:4). ¿Puedes simplemente hacer un esfuerzo cortés y razonable? ¡No! Debes buscar escapar enérgica y frenéticamente como un animal o pájaro atrapado (Pr 6:5).

Hay una lección más amplia y rica en este proverbio: una lección que podrás usar por el resto de tu vida. ¡Hazlo ahora! Los aspectos de urgencia y humildad que se requieren para salir rápidamente de una deuda también se aplican a otros asuntos. ¿Quieres exhibir más sabiduría que la mera prudencia financiera? ¡Hazlo ahora! Te encontrarás en muchas ocasiones en otras situaciones pecaminosas, y debes usar los mismos esfuerzos intensos para liberarte. ¡Hazlo ahora!

Si existe la posibilidad de que hayas ofendido a una persona, ve inmediatamente, humíllate y recupera completamente a tu hermano; no pienses en dormir ni en adorar a Dios, porque todo lo demás debe esperar (Mt 5:23-26). En cambio, si alguien te ha ofendido, y no puedes pasarlo por alto con amor glorioso (Pr 10:12; 19:11; 1 Co 13:4-7), ve, humíllate y pon al tanto con mansedumbre al que te ofendió (Mt 18:15-17).

Si eres soltero y estás en una relación con una incrédula, ve ahora, humíllate y sal de ese yugo pecaminoso. (1 Co 7:39; 11:11; 2 Co 6:14; Esd 10:1-44) Si eres tentado a fornicar con alguna persona aunque sea levemente, ve ahora, humíllate y haz lo que sea necesario para alejarte de esa persona y tentación. (Pr 4:14-15; 5:8; Mt 5:28-30) 

Si la televisión está lastimando a tu familia, ve ahora, humíllate y arranca el cable de conexión a la energía eléctrica (Sal 101:3). Si estás amargado con tu cónyuge, ve ahora, humíllate y aclara el aire por completo (Ef 5:33; Col 3:19). Si has descuidado la formación espiritual de tus hijos, ve ahora, humíllate y vuelve a empezar hoy (Sal 34:11; Ef 6:4).

Si tienes un problema con la tentación en Internet, ve ahora, humíllate y dile a tu padre o cónyuge que configure filtros de protección con contraseña para salvarte. Si sabes que has sido inmoderado con la comida o la bebida, ve ahora, humíllate y establece una ley con testigos cercanos para que te ayuden a cumplirla y limitar tu consumo de comida y vino (Pr 23:2; 1 Co 9:24-27).

Si no has hecho mucho por tus padres recientemente, ve ahora, humíllate e invítalos a cenar esta noche (Ef 6:1-3; 1 Ti 5:8). Si estás atrasado en alguna deuda, ve ahora, humíllate y paga la deuda hoy, o dile al acreedor cuándo la pagarás (Pr 3:27-28; Ro 13:8). Si no has hecho nada por ningún hermano en dos días, ve ahora, humíllate y haz algo bueno por uno hoy (He 3:12-13; Hch 20:35).

Si estás atrasado en confesar tus pecados, orar o leer tu Biblia, ve ahora, humíllate ante Dios y confiesa, ora o lee ahora mismo la Palabra (Sal 32:5; 55:17;119:72). No permitas que el trabajo, la familia, la diversión o el sueño interfieran (Job 23:12; Sal 66:18). Si no has escuchado música piadosa recientemente, ve ahora, humíllate y canta al Señor (Sal 47:6-7).

Cuando se trata de obedecer al Dios bendito, no permitas que otras obligaciones o el orgullo se interpongan en tu camino. David dijo: “Me apresuré y no me demoré en guardar tus mandamientos” (Sal 119:60). El Señor Jesucristo viene pronto con sus poderosos ángeles; ¿Te hallará en justicia confiada? (1 Jn 2:28-29) ¡Ve, humíllate, y asegúrate de tu Señor!

“Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones” (He 4:7; He 3:7-19; 2 Co 6:2; Ro 13:11).

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