LA
ELECCIÓN PAPAL Y 1 TESALONICENSES 5:21
“Examinadlo
todo; retened lo bueno”.
“Toda
la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo
3:16-17), significa que la Biblia es la única autoridad para la fe y la
práctica en la vida cristiana. Todo debe ser examinado por esta Autoridad
perfecta, y cuando este examen es aplicado a la elección papal y a su ambiente
en Roma, nada queda que sea bueno según el estándar bíblico.
Todo aquello es herejía. En la Escritura no
encontramos a ningún Papa, ni a cardenales, ni arzobispos, ni ciudad del
vaticano, ni silla papal, ni sacerdocio especial (sólo el sacerdocio general de
creyentes); ninguna misa, ni velas, ni campanas, ni incienso, ni santos (sólo
la santidad de todos los creyentes por la santificación de la cruz de Cristo);
ninguna veneración a María, ninguna reina del cielo, ni oraciones a los muertos,
ni oraciones a favor de los muertos, ninguna veneración de reliquias, ningún
tipo de prendas de vestir eclesiásticas, ni monjas, ni celibato obligatorio, ni
bautismo de infantes; ninguna confesión auricular, ningunos edificios
consagrados, ningunas catedrales, ningunos crucifijos, ningunos rosarios,
ningunos escapularios, ni promesas de guardar secretos.
El papado alega estar construido sobre Pedro, la roca (Mateo 16:18) pero como los verdaderos cristianos a menudo han observado: Pedro no tuvo corona, ni
oro, ni trono, ni ninguna ciudad estado, ni embajadores. Él no trató de ejercer
su autoridad sobre todas las iglesias cristianas, y fue un hombre debidamente casado,
no un mujeriego, ni un afeminado, ni un pedófilo. Los "evangélicos" que hablan de la iglesia católica romana como si esta fuera una
iglesia verdadera, en cualquier sentido, están en rebelión contra la Palabra de
Dios y forman parte de la apostasía del tiempo del fin.
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"He aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que dice: Cual la madre, tal la hija" (Ezequiel 16:44).
Santos, Santoral y Simbolismo
Además de las oraciones y devociones ofrecidas a María, los católicos romanos también dan honores y oración a varios “santos”. Estos santos, según la Iglesia Católica, son mártires o gentes notables de la “Iglesia” que han muerto y los papas los han designado como “santos”. En este capítulo hemos de ver, sin lugar a dudas, que la idea de orar a los santos no es más que una continuación de viejas devociones que los paganos daban a los dioses y diosas de su religión, desde tiempos atrás. Pero antes de abordar estas evidencias, fijémonos en las sagradas Escrituras y veremos lo que ellas enseñan acerca de los santos.
De acuerdo con la Biblia, todo verdadero cristiano es un santo. No hay ninguna indicación de que una persona pueda ser hecha santa después de su muerte. No es el Papa quien hace a los santos. Es asunto de Dios. En las Escrituras, los santos siempre son gentes vivientes, nunca muertos. Por ejemplo, cuando Pablo escribió a los efesios, se dirigió a ellos de esta forma: “A los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso” (Efesios 1:1). Su carta a los Filipenses, dice: “A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos” (Filipenses 1:1). Los antiguos cristianos en la iglesia de Roma fueron llamados santos (Romanos 1:7 y 16:15), como también lo fueron los cristianos que vivían en Corinto (1 Corintios 1:23 y 2 Corintios 1:1).
De acuerdo con la Biblia, todo verdadero cristiano es un santo. No hay ninguna indicación de que una persona pueda ser hecha santa después de su muerte. No es el Papa quien hace a los santos. Es asunto de Dios. En las Escrituras, los santos siempre son gentes vivientes, nunca muertos. Por ejemplo, cuando Pablo escribió a los efesios, se dirigió a ellos de esta forma: “A los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso” (Efesios 1:1). Su carta a los Filipenses, dice: “A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos” (Filipenses 1:1). Los antiguos cristianos en la iglesia de Roma fueron llamados santos (Romanos 1:7 y 16:15), como también lo fueron los cristianos que vivían en Corinto (1 Corintios 1:23 y 2 Corintios 1:1).
De este modo que si queremos que un “santo” ore por nosotros, debemos encontrar a un cristiano y pedirle que se una en oración con nosotros. Pero si tratamos de comunicarnos con personas que han muerto, ¿Qué más puede ser sino una forma de espiritismo? La Biblia, repetidas veces, condena todo propósito de comunicarnos con los muertos, que es un acto satánico (ver Isaías 8:19-20). Sin embargo, muchos recitan el “Credo de los Apóstoles” que dice “Creo en la comunión de los santos”, y piensan que esto se refiere no sólo a los vivos sino también a los muertos. “Una ayuda mutua, satisfacción, oración y otras buenas obras, una comunicación mutua” (Nueva Enciclopedia Católica, Vol. IV).
Pero las Escrituras están contra la idea de que los vivos pueden ser favorecidas o beneficiados por oraciones a los muertos, o a través de ellos. Tal enseñanza es completamente ajena a la Biblia. Entonces, ¿Cómo entraron estas cosas a la Iglesia Romana?
De nuevo debemos mirar a la “madre” de las religiones falsas –Babilonia–. Allí, desde épocas pasadas, encontramos que las gentes oraban a muchos dioses y les daban honra. De manera que el sistema babilónico se desarrolló hasta que tuvo casi cinco mil dioses y diosas. (En el principio). En la misma forma en que los católicos creen en los “santos”, los babilonios creían que sus dioses y diosas habían sido una vez héroes vivientes en la tierra, y después de muertos habían pasado a un plano más elevado. (Enciclopedia de las Religiones, Vol. II).
“Cada día y cada mes estaban protegidos por una divinidad particular” (La Historia del Mundo, Según Los Historiadores, Vol. I). Algunos de estos dioses y diosas estaban asociados con las temporadas, otros con ciertos eventos de la vida y aun otros con varias ocupaciones de trabajo.
Desde Babilonia – tal como otra forma de idolatría de la gran “madre” – se diseminó el culto a estos “dioses” por las naciones. Los budistas de la China, por citar uno de muchos ejemplos, tienen su “culto a varias divinidades, como el de la diosa de los marineros, el dios de la guerra, los dioses de varias vecindades u ocupaciones”.(Historia Mundial de los Cultos)
Cuando Roma conquistó el mundo este sistema de dioses y diosas fue infiltrado en la misma forma dentro de la religión pagana de Roma. Brighit, por ejemplo, era diosa de la poesía y los herreros; Juno Regina, era la diosa de la femineidad, el matrimonio y la maternidad; Minerva era la diosa de las escuelas de la sabiduría, de los músicos y de los artesanos; Venus era la diosa del amor sexual y el nacimiento; Vesta era la diosa de los panaderos y fuegos sagrados; Hércules era el dios del vino y el gozo; Mercurio era el patrón divino de los mercaderes y oradores y ladrones; Opus era la diosa de la fortuna; Bellona era la diosa de las batallas; los dioses paganos Castor y Pollux eran los protectores de Roma y de los viajeros del mar; Apolo era el dios de la medicina y la salud; Cronos era el dios del tiempo y guardián de los juramentos, y Jano era el dios de las puertas y las entradas. (Durant, Vol. III; Historia Mundial de los Cultos; Vida en el Mundo Romano).
Y así, las ideas babilónicas de los dioses y las diosas, asociados con diferentes días y eventos de la vida, se establecieron en la Roma pagana. Más tarde, cuando vino la apostasía, esta misma práctica entro en la “iglesia” de Roma. Como los nuevos creyentes del paganismo resistían a abandonar la vieja costumbre de orar a diversos “dioses”, de no ser que encontraran algo similar en la cristiandad, estos dioses y diosas simplemente recibían un nombre nuevo y se les llama “santos”. Exactamente igual como en el culto pagano estos cristianos fieles fallecidos eran asociados con varias ocupaciones, cada cual con su día especial, naturalmente, sin poder consultarles si aceptaban o no el encargo papal. De este modo la antigua creencia pagana continuó y sigue siendo una parte muy importante de la Iglesia Católica. Esto puede verse en la siguiente tabla de santos católicos patrones de diversas ocupaciones y sus días especiales.
Pero las Escrituras están contra la idea de que los vivos pueden ser favorecidas o beneficiados por oraciones a los muertos, o a través de ellos. Tal enseñanza es completamente ajena a la Biblia. Entonces, ¿Cómo entraron estas cosas a la Iglesia Romana?
De nuevo debemos mirar a la “madre” de las religiones falsas –Babilonia–. Allí, desde épocas pasadas, encontramos que las gentes oraban a muchos dioses y les daban honra. De manera que el sistema babilónico se desarrolló hasta que tuvo casi cinco mil dioses y diosas. (En el principio). En la misma forma en que los católicos creen en los “santos”, los babilonios creían que sus dioses y diosas habían sido una vez héroes vivientes en la tierra, y después de muertos habían pasado a un plano más elevado. (Enciclopedia de las Religiones, Vol. II).
“Cada día y cada mes estaban protegidos por una divinidad particular” (La Historia del Mundo, Según Los Historiadores, Vol. I). Algunos de estos dioses y diosas estaban asociados con las temporadas, otros con ciertos eventos de la vida y aun otros con varias ocupaciones de trabajo.
Desde Babilonia – tal como otra forma de idolatría de la gran “madre” – se diseminó el culto a estos “dioses” por las naciones. Los budistas de la China, por citar uno de muchos ejemplos, tienen su “culto a varias divinidades, como el de la diosa de los marineros, el dios de la guerra, los dioses de varias vecindades u ocupaciones”.(Historia Mundial de los Cultos)
Cuando Roma conquistó el mundo este sistema de dioses y diosas fue infiltrado en la misma forma dentro de la religión pagana de Roma. Brighit, por ejemplo, era diosa de la poesía y los herreros; Juno Regina, era la diosa de la femineidad, el matrimonio y la maternidad; Minerva era la diosa de las escuelas de la sabiduría, de los músicos y de los artesanos; Venus era la diosa del amor sexual y el nacimiento; Vesta era la diosa de los panaderos y fuegos sagrados; Hércules era el dios del vino y el gozo; Mercurio era el patrón divino de los mercaderes y oradores y ladrones; Opus era la diosa de la fortuna; Bellona era la diosa de las batallas; los dioses paganos Castor y Pollux eran los protectores de Roma y de los viajeros del mar; Apolo era el dios de la medicina y la salud; Cronos era el dios del tiempo y guardián de los juramentos, y Jano era el dios de las puertas y las entradas. (Durant, Vol. III; Historia Mundial de los Cultos; Vida en el Mundo Romano).
Y así, las ideas babilónicas de los dioses y las diosas, asociados con diferentes días y eventos de la vida, se establecieron en la Roma pagana. Más tarde, cuando vino la apostasía, esta misma práctica entro en la “iglesia” de Roma. Como los nuevos creyentes del paganismo resistían a abandonar la vieja costumbre de orar a diversos “dioses”, de no ser que encontraran algo similar en la cristiandad, estos dioses y diosas simplemente recibían un nombre nuevo y se les llama “santos”. Exactamente igual como en el culto pagano estos cristianos fieles fallecidos eran asociados con varias ocupaciones, cada cual con su día especial, naturalmente, sin poder consultarles si aceptaban o no el encargo papal. De este modo la antigua creencia pagana continuó y sigue siendo una parte muy importante de la Iglesia Católica. Esto puede verse en la siguiente tabla de santos católicos patrones de diversas ocupaciones y sus días especiales.
La ilustración adjunta indica como los calendarios católicos designan ciertos días para sus “santos”. Además de los “santos” que están dedicados a ciertas ocupaciones, los católicos son exhortados a orar a los siguientes “santos” para ayuda respecto a estas enfermedades:
La iglesia católica también tiene “santos patronos” para las siguientes situaciones:
Sin duda alguna, el sistema católico de los santos patrones no es más que una continuación de las antiguas creencias paganas en dioses dedicados a días, ocupaciones y a varias necesidades de la vida. Como el culto a los santos es en realidad una continuación de estos dioses falsos, ¡El romanismo es hallado culpable del pecado de adorar a “otros dioses” fuera del Dios verdadero!, una práctica que es condenada repetidas veces en las escrituras.
Este método de sustituir “santos” en cambio de “dioses” paganos, se hizo tan popular, que para el Siglo X, 25.000 santos habían sido canonizados por la iglesia católico romana. Al mezclar las dos religiones, tanto los paganos como los que profesaban ser cristianos, aumentaron el número de imágenes de la iglesia romana.
Pero para hacer menos obvia tan aparente mezcla, siempre que era posible, ¡Los líderes del romanismo sustituían un nombre de resonancia cristiana que fuera similar al nombre del viejo dios pagano que reemplazaba. Por ejemplo, la diosa victoria de los Alpes bajos ¡Fue nombrada como Santa Victoria! La diosa pagana Osiris fue nombrada Santa Onofria ; Cheron, como San Sesarino; Artemis, como San Artémides; Dionisio, como San Dioniso; Apolo, como San Apolinar, y Marte como San Martín. (El hombre y sus dioses; Durant; Doane).
La diosa pagana Brighit (considerada como la hija del dios sol, la cual era representada con un hijo en sus brazos) fue simplemente nombrada “Santa Brígida”. En los días del paganismo, su templo principal en Kildare era servido por vírgenes quienes cuidaban de los fuegos sagrados. Cuando ocurrió la apostasía de la iglesia con la incorporación del paganismo, el templo se convirtió en un “convento”. Sus vírgenes se hicieron “monjas”. Y continuaron atendiendo el fuego ritual dedicado a la diosa; solo que ahora era nombrado el “fuego de Santa Brígida”. (Festivales, santos días y días de santos).
El antiguo templo mejor conservado que se halla en Roma, es el Panteón, el que en antiguos tiempos era dedicado (de acuerdo con la inscripción en el portal) a “Jove y todos los dioses”. Sin embargo, éste fue consagrado de nuevo por el papa Bonifacio IV “a la madre de Dios y todos los santos”. Otro templo pagano en Roma, el cual estaba consagrado anteriormente a la Bona Dea (la buena diosa), fue “cristianizado” y dedicado a la virgen María. En un sitio anteriormente consagrado al dios Apolo, ahora existe el templo de san Apolinar, y donde antes había estado el templo de Marte, actualmente se encuentra la iglesia de san Martín. (Mitos Bíblicos).
En un intento más de unir el paganismo a la cristiandad, ¡líderes de la Iglesia apóstata enseñaron que Jesús nació en una cueva! Claro está que no hay autoridad escrita para indicar tal cosa. Al contrario, la cueva que es mostrada en Belén como el lugar de nacimiento de Jesús, es hoy una capilla en la cual el dios babilónico Tammuz era adorado. Esto fue mencionado por Jerónimo, notable escritor cristiano del siglo IV. (Epístola Ad Paulinum).
Y así, a través del Imperio romano, el paganismo murió solamente para renacer en la Iglesia Católica Romana. Templos y capillas fueron cambiados de nombre y su culto continuó – pasando ahora de dioses a santos cristianos –. Al mezclar todo este paganismo con el cristianismo, no solamente continuó la devoción a los viejos ídolos paganos, sino también la costumbre de construir y venerar imágenes. En algunos casos la misma estatua que había sido adorada como un dios pagano, fue nombrada como un santo cristiano ¡y la devoción continuó! Una estatua de Júpiter, por ejemplo, fue un poco cambiada y se le llamó Pedro (como veremos en el capítulo siguiente).
Otros ídolos y estatuas fueron “cristianizados” y la idolatría satánico-pagana siguió ahora disfrazada. A través de los siglos, más y más estatuas han sido adoptadas y veneradas hasta que actualmente hay iglesias en Europa que contienen dos, tres y cuatro mil estatuas. (Enciclopedia de religión y ética, art. “Ídolos e imágenes”). Ya sea en las impresionantes catedrales o en pequeñas capillas o ermitas construidas en las afueras de grandes ciudades antiguas, en los tableros de automóviles o fríamente sonrientes en imágenes colgadas de una cadenita sobre los pechos de prostitutas.
En todos estos sitios se pueden encontrar en abundancia los ídolos del catolicismo. Y el uso de tales ídolos e imágenes identifica claramente a la Iglesia Católica Romana como una continuación del paganismo, no de la Iglesia pura, sin contaminación, de la cual hablan las Sagradas Escrituras.
El uso de los ídolos – no importa el nombre que se les dé – es babilónico; porque como lo menciona Heródoto, Babilonia fue la cuna de la cual todo sistema de idolatría se desparramó entre las naciones, a pesar de que Dios repetidamente ha advertido a su pueblo no seguir la práctica de usar ídolos en sus cultos.
La Biblia dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra” (Éxodo 20:4). “No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella” (Levítico 26:1). “Ni los idólatras heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10). “Hijitos, guardaos de los ídolos” (1 Juan 5:21).
Claramente, las Escrituras están contra el uso de los ídolos e imágenes en el culto de la iglesia. La iglesia del principio, la verdadera Iglesia, nunca los usó. Pero cuando vino la “apostasía” y se mezclaron el paganismo y la cristiandad, se hizo un uso completo y libre de los viejos ídolos paganos los cuales heredó la “Iglesia”. Los líderes apostatas de la Iglesia sintieron que como alguna de estas estatuas era tan valiosas – algunas de ellas estabas cubiertas de oro y plata – deberían ser rededicadas y continuar usándolas. ¿Pero qué dice Dios acerca de este razonamiento? “Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego, no codiciarás plata ni oro de sobre ellas para tomarlo para ti, porque no tropieces en ello, pues es abominable a Jehová tu Dios” (Deuteronomio 7:25).
Los israelitas, no sólo debían destruir los ídolos de las naciones gentiles que conquistaban, sino que, además, debían “destruir todas sus pinturas” (Números 33:52). Estas eran las pinturas de las divinidades paganas. De modo que no solamente es condenado por las Escrituras el uso de los ídolos, sino que como las pinturas son veneradas con frecuencia en forma supersticiosa, éstas tampoco tienen virtud alguna como culto verdadero. Es extraño que algunas religiones condenen el uso de las estatuas y, sin embargo, ¡Hagan uso pleno de pinturas de las mismas! ¿Pero cuál es la diferencia? La estatua es tridimensional mientras que la pintura es una superficie plana. Pero ninguna fue usada por los apóstoles o la Iglesia del Nuevo Testamento. No fue sino hasta el siglo V que las pintura de María, Cristo y los “santos” o los iconos o imágenes de relieve comenzaron a hacerse y a usarse como objeto de adoración.
Y así como los paganos ponían un redondel o aureola sobre las cabezas de sus dioses, de igual manera la Iglesia apóstata continuó esta práctica, y así puede verse cómo san Agustín es representado en libros católicos con un disco sobre su cabeza. Todos los “santos” del catolicismo se representan igual. Para ver que esta práctica fue tomada del paganismo debemos notar el dibujo de Buda, el cual tiene, también, el símbolo del redondel alrededor de su cabeza. En realidad, esta práctica es babilónica. Los artistas y escultores de la vieja Babilonia ponían el disco o aureola alrededor de cualquier personaje querían representar como un a un dios o diosa. (Símbolos Paganos Antiguos y Cristianos Modernos). Esta costumbre continuó dentro de las religiones paganas hasta los días del Imperio romano. La ilustración demuestra la forma en que los romanos ilustraban a Circe, la diosa pagana hija del Sol, con un redondel sobre su cabeza. De su uso pagano de Roma, el mismo símbolo pasó a la Roma papal y ha continuado hasta hoy en día, como es evidente por las miles de pinturas y cuadros de “María y de los santos”.
Cuando llegó la apostasía se hicieron pinturas que suponían ser semejanzas de Cristo, con “rayos dorados” alrededor de su cabeza. Esta era exactamente la misma forma con la que el dios-Sol de los paganos había sido representado por varios siglos. Otro intento de unir el paganismo con el cristianismo. Hoy día, tanto las iglesias católicas como las protestantes (en su mayoría) hacen uso de cuadros de Cristo. Pero las Escrituras no nos dan una descripción de las facciones físicas de Jesús. No fue hecha ninguna pintura de El durante su vida en la tierra. La Iglesia de los primeros cuatros siglos no tenía pinturas de El. Es evidente que las llamadas pinturas de Cristo, al igual que las de María y de los santos, sólo son un producto de la imaginación de los artistas. Haciendo únicamente un corto estudio del arte religioso podemos encontrar que en diferentes siglos y nacionalidades se hallan muchos y diferentes cuadros de Cristo distintos unos de otros. Obviamente, no todos pueden tener la apariencia de Cristo.
Supongamos que alguien que nunca lo ha vista a usted, que no conoce sus facciones y no tiene forma alguna de conocer su apariencia, decide pintar un cuadro suyo. Es natural que el resultado será algo que no se parecerá en nada de usted. ¿Apreciaría usted esto? ¡Claro que no! ¡Tampoco podemos pensar que Cristo ha dado su aprobación a los conceptos que han tenido los hombres de lo que ellos “piensan” que era su apariencia!
Sabemos que el escribir acerca de estas cosas no es popular. Pero creemos que todos podemos estar de acuerdo en que no hay hombre –ni aún el mejor artista del mundo– que pueda captar al Señor en su plena y verdadera gloria. Cualquier pintura, aun en su máxima grandeza, no es más que un pobre sustituto, sólo una imagen o ídolo en forma modificada, y ésta nunca podría mostrar la verdadera magnificencia de nuestro Señor. Los que verdaderamente adoran a Dios deben hacerlo “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24) y la veneración de pinturas, imágenes o ídolos, no nos ayuda – como se pretende – a un culto más fervoroso y verdadero, sino que, por el contrario, lo impide.
Obeliscos, Templos y Torres
Dentro de las antiguas naciones paganas, no solamente fueron hechas estatuas de los dioses y diosas en forma humana, sino que muchos objetos eran venerados y tenían un significado simbólico, oculto y misterioso. Un ejemplo de esto se puede ver en el culto a los antiguos obeliscos, uno de los cuales podemos ver en la ilustración que se acompaña.
Diódoro dice que la reina Semíramis erigió un obelisco en Babilonia de 130 pies de altura. (Enciclopedia de las Religiones, Vol. III). En esta forma podemos notar que los obeliscos eran usados en la religión babilónica. Pero es en Egipto que su uso fue más preeminente. Como es sabido, Egipto llego a ser una gran fortaleza del paganismo y de los antiguos misterios religiosos. Hay un gran número de estos viejos obeliscos todavía en Egipto, aunque en su mayoría han sido removidos y llevados a otras naciones. Uno de ellos está situado en el Parque Central de Nueva York, otro en Londres, y muchos de ellos (como hemos de ver), ¡fueron transportados a Roma!
Originalmente estos obeliscos se asociaban con el culto al dios Sol. Eran símbolos de Baal o de Nimrod. (Fausset). Aquellas gentes – habiendo rechazado el conocimiento del verdadero Creador –, al notar que el sol daba vida a las plantas y al hombre, comenzaron a pensar en él como Dios, el gran otorgador de la vida. Mas no solamente eran los obeliscos símbolos del sol; también era reconocidos como símbolos sexuales. Aquellas gentes se daban cuenta que a través de relaciones sexuales se producía vida. Y por esta razón – como es sabido por todo aquel que ha estudiado – el falo, órgano reproductivo masculino, fue también reconocido (igual que el sol) como un símbolo de vida y, por ende, un símbolo del dios-Sol. ¡De ahí el significado del obelisco! (Enciclopedia de las Religiones; Símbolos Paganos Antiguos y Cristianos Modernos).
Considerando el denigrante significado de los obeliscos, no debe sorprendernos que su uso fuese prohibido por la Biblia. La palabra “imágenes”, que aparece en nuestra Biblia, es traducida de varias palabras diferentes con distinto significado. Una de éstas palabras es matzebah, que significa “imágenes altas”, es decir, obeliscos. Esta palabra es usada en 1 Reyes 14:23, 2 Reyes 18:4 y 24:14, Jeremías 43:13 y Miqueas 5:13. Otra palabra original que se usaba frecuentemente, refiriéndose a los obeliscos, es hammanim, que significa “imágenes del sol”, es decir, imágenes dedicadas al sol u obeliscos. Esta palabra se encuentra en el texto original de Isaías 17:8 y 27:9.
Para que estos obeliscos pudieran presentar mejor su simbolismo pagano eran erigidos verticalmente. Así que apuntaban hacia el sol. La posición era erecta, con el fin de simbolizar al falo. Al considerar cuán importante era esta posición erecta del obelisco, para aquellos que veneraban los misterios, es interesante notar lo que Dios declaró en cuanto a tan falso culto. Dijo que sus “imágenes” –obeliscos- “no se levantarán” (Isaías 27:9). Podemos darnos cuenta, así de la oposición del Señor a estos nefandos símbolos.
Cuando los israelitas infieles mezclaron cultos paganos con su culto al verdadero Dios, ¡también construyeron “una imagen del celo en la entrada del templo! (Ezequiel 8:5). Esta imagen era probablemente un obelisco, el símbolo fálico; porque, como lo dice Scofield en su comentario a este capítulo, “se habían entregado a cultos fálicos”. (Biblia Scofield). Esta práctica de erigir obeliscos a la entrada de los templos paganos, fue una costumbre establecida en aquella época. A la entrada del templo de Tum se encontraba un obelisco igual que al frente del templo de Hathor, “el aposento de Horus” (Tammuz).(Enciclopedia de las Religiones).
Al considerar el uso del obelisco a la entrada de los templos en el viejo paganismo, no debe sorprendernos el hallar “exactamente” los mismo en la Babilonia moderna, ¡la iglesia católica romana! Sí, no solamente eran puestos estos obeliscos a las entradas de los templos de los idolatras del sol, sino que al frente de la entrada de la catedral de San Pedro, en Roma, ¡hallamos el símbolo idéntico hoy en día! La foto de la página anterior nos muestra la Iglesia de San Pedro –como la iglesia “madre” de todo el cristianismo- , ¡y al frente de ella el obelisco o imagen del celo, símbolo del falo! He aquí una increíble clave para ayudarnos a identificar a la hija más sobresaliente de la antigua Babilonia.
¿Cómo ha sido que un objeto tan abominable haya sido puesto ahí? Cuando lo estudiamos, descubrimos que al propagarse la religión misteriosa a Roma, junto con ella llegó el uso de obeliscos como un símbolo. Y no solamente fueron los obeliscos hechos y erigidos en Roma, sino que los mismos obeliscos egipcios fueron trasladados a Roma a un gran costo y luego fueron erigidos por los emperadores y dedicados al dios-sol, en días paganos. Y este fue el caso del obelisco que actualmente está situado ante la Basílica de San Pedro.
No es solamente una copia de un obelisco egipcio, ¡sino que es el mismo obelisco que era adorado en Egipto tiempos atrás! Calígula, en los años 37-41 después de Cristo, hizo transportar este obelisco desde Heliópolis (Egipto) hasta su circo de las colinas del Vaticano, donde actualmente yace la catedral de San Pedro. (Diccionario Bíblico Harper; Enciclopedia Católica, Vol. XIII). Heliópolis, la ciudad de donde fue transportado originalmente este obelisco, no es más que el nombre griego de Beh-Semes, ¡el cual era el centro egipcio de adoración al sol de tiempos atrás! Y es este el sitio del que dice la Biblia que “...además quebrarán las estatuas de Beth-semes que es en tierra de Egipto y las casas de los dioses de Egipto” (Jeremías 43:13).
De tal forma que el mismo obelisco que una vez estuvo en el antiguo templo pagano, centro del paganismo egipcio (Heliópolis o Beth-semes), ahora está situado ante el templo que es el centro del paganismo moderno, la llamada Catedral de San Pedro, la iglesia “madre” del catolicismo. Esto parece más que una coincidencia. Aquel obelisco de granito rojo del Vaticano mide 83 pies de altura (132 pies con sus cimientos) y pesa 320 toneladas. En 1586, para asegurarse de que el obelisco estuviese situado directamente a la entrada de la Catedral, fue movido a una corta distancia de donde está hoy situado, en la Plaza de San Pedro, por orden del Papa Sixto V. No era tarea fácil el mover este pesado obelisco, especialmente en aquellos días. Muchos hombres se negaron a hacer esta tarea, especialmente cuando el Papa pronunció la pena de muerte si el obelisco era soltado y roto. (Monumentos Antiguos de Roma). Tal sentencia indica por sí misma cuán importante consideraba el papa y su pueblo al ídolo tan abominable.
Finalmente, un hombre llamado Doménico Fontana, aceptó la responsabilidad de mover y erigir el obelisco del Vaticano. Con 45 montacargas, 160 caballos y un grupo de 800 hombres, comenzó el trabajo de recolocación. La fecha fue el primero de septiembre de 1586. Las multitudes llenaron la extensa plaza. Mientras el obelisco era removido, la gente que estaba allí –bajo pena de muerte- fue obligada a mantenerse en silencio hasta que se terminó la recolocación. Nuevamente notamos la importancia que la Iglesia Romana atribuía a este ídolo. Finalmente, después de que casi fracasan en su intento, el obelisco fue levantado, sonaron cientos de campanas y rugieron los cañones y la multitud gritó entusiasmada. Se dedicó al ídolo a la “cruz”, celebraron una misa y el papa pronunció una bendición para los trabajadores y sus caballos.(Ibid.).
El dibujo que se adjunta abajo indica cómo la Catedral de San Pedro y su plaza circular están localizadas en forma de cruz. El centro de la plaza (A) está formada por 284 columnas en estilo dórico, ¡y costó aproximadamente un millón de dólares! ¡El uso de estas columnas fue copiado directamente del estilo de templos paganos! Incluimos aquí un dibujo del viejo templo de Diana, uno de los muchos ejemplos de cómo eran las columnas usadas en los templos paganos. Igual que el obelisco, estas columnas eran también consideradas como símbolos “misteriosos” del falo. En el vestíbulo del templo pagano a la diosa, en Hierápolis, por ejemplo, una inscripción referente a las columnas dice: “Yo, Dionisio, dediqué estos falos a Hera, mi madrasta”. (Hastings, Arte Fálico). Y aun así, estas columnas fueron usadas en abundancia para construir el circular de la Plaza de San Pedro, la cual rodea el obelisco egipcio.
Asimismo, al escoger las colinas del Vaticano como sitio de la “Iglesia madre” del catolicismo, fue el resultado de una mezcla del paganismo. En tiempos anteriores, esta colina –como lo indica la misma palabra- era un “sitio de adoraciones divinas” (Vaticinia). Se dice que este nombre proviene del nombre de la deidad Vaticanus, quien tenía su sitio preeminente en esta colina. (Antiguos Monumento de Roma).
Más tarde la colina fue usada para los festivales anuales en honor a Attis Otamus, hijo de la gran madre. En este festival se cortaba un pino y se le ataba a su tacho una efigie del dios. Esta efigie era más tarde enterrada en una sepultura. Estos ritos son aún ejecutados en todo país católico, ritos que son una mezcla del antiguo paganismo con la cristiandad. Como alguno de los ritos antiguos en honor a Tammuz, eran eventos similares a los que le sucedieron a Cristo (tales como su muerte, entierro, etc.). Paganismo y cristianismo fueron unidos “casi sin interrupciones”, ya que esta ceremonia eran celebradas en un santuario de la colina vaticano, que fue mas tarde poseída por los católico-romanos y la Iglesia madre de San Pedro, que está situada actualmente en el mismo sitio.
Así como los líderes católicos tomaron otras cosas del paganismo, no debemos sorprendernos que también copiaran la idea de construir templos elaborados y costosos, tales como su iglesia principal, la de San Pedro. Esta iglesia es considerada como la mas grande de la cristiandad. La iglesia mundana pensó en construir tal templo, un templo de mayor esplendor que aquellos de la antigua religión romana. Y así, simulando el diseño del panteón, de la roma pagana – sólo que más elaborada –, San Pedro fue completado finalmente aún costo ¡50 millones de dólares! Y hasta hoy en día, muchos todavía suponen que Dios quiere que su pueblo le construya costosos y elaborados templos de adoración. ¡Tanto es así, que la construcción de la iglesia se ha convertido en un gran negocio!
¿Pero está de acuerdo con las Escrituras el usar miles o a veces millones de dólares en un edificio lujoso? ¿Enseñaron esto Cristo y sus discípulos? ¿Cuál es el plan de Dios en cuanto a esto? Sabemos que Dios dirigió a su pueblo, bajo el reino de Salomón, para construir un templo en el tiempo del antiguo testamento y el Señor decidió hacerse presente en él. Pasando al nuevo testamento, el Espíritu Santo no habita en templos hechos de manos (Hechos 17:24). Ahora el Señor habita dentro de su pueblo – su verdadera iglesia – por medio de su Espíritu. Pablo dice así: “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16).
Comprendiendo esta verdad, la iglesia primitiva del Espíritu nunca construyo templos de piedra y acero. Ellos procedieron a predicar el mensaje del reino, el mensaje glorioso y venidero Reino. Nunca se le dio énfasis al edificio en sí. ¡Ellos nunca hicieron campañas financieras ni demandaron ofrendas para construir un templo más lujoso que el vecino! ¡No! Su tiempo y su dinero lo pusieron en propagar el mensaje, no en un edificio. ¡Tanto es así que no hay testimonio de que antes de los años 222-235 d .de C., se hubiese construido algún templo! (Manual Bíblico Halley).
Claro está que no tratamos de decir que el tener un edificio como iglesia este mal. Sin duda alguna, que el motivo por el cual no se construyeron templos antes fue porque a los primeros cristianos no se les permitía tener títulos de propiedad debido a la persecución que sufrían. De lo contrario, estamos seguros que se hubieran construido algunos edificios sencillos. No con fines de ostentación. No hubieran tratado de competir con el estilo de los templos esplendorosos de los paganos, tales como los de Diana en Éfeso o el Panteón de Roma.
Pero la iglesia apóstata de Roma, por razón de su mezcla con el mundo, llegó a obtener gran poder y riquezas bajo el reino de Constantino. Siguieron como modelo en construir edificios eclesiásticos de gran lujo y valor – un ejemplo que se ha prolongado hasta nuestros días –. Sus edificios eran más elaborados y costos de lo necesario. Y esta idea se ha arraigado tanto en la mente del pueblo, que la palabra Iglesia, para una gran mayoría significa un edificio; mientras que la verdadera interpretación que hayamos en la Biblia nos indica que la iglesia es un grupo de personas que alaban a Dios y quienes son templo del Espíritu Santo.
Actualmente la mayoría de los templos valiosos que han sido construidos a través de los siglos, destacan una torre. Y preguntamos, ¿Por qué? La mayoría de las iglesias católicas – romanas tienen una torre. ¿Por qué? ¿Por qué las iglesias protestantes, en su mayoría, siguen este ejemplo de destacar una torre en conexión con sus templos de adoración? Cada generación de constructores a copiado a la generación anterior sin siquiera investigar sobre el origen de esta idea.
Algunas torres eclesiásticas han costado fortunas al construirse. Los millones dólares que se han invertido en estas torres hubieran podido ser usados en la propagación del Evangelio o en ayudar a los necesitados. Parece obvio que el único motivo de construir tales torres es el de lucirlas. Claro está que la Biblia no nos enseña a construir dichas torres. Nuestro Señor nunca construyó esta clase de estructuras cuando estuvo en la tierra, ni tampoco instruyó a sus discípulos de esta manera cuando regresó con su Padre. Entonces, ¿Cómo comenzó esta tradición de torres arquitectónicas?
Todos estamos familiarizados con la gran torre de Babel y sabemos de cómo Dios se enojó en contra de ellos. Hemos también notado como se expandieron otras ideas desde Babilonia. ¿Podría ser este el origen de construir una torre en relación con los templos religiosos? Durante los primeros días de Babilonia el pueblo dijo: “Vamos, edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo” (Génesis 11:4). Sin duda alguna que la expresión “que llegue al cielo” fue para indicar gran altura. Esta misma expresión la encontramos en Deuteronomio 1:28, que menciona grandes ciudades cuyas murallas se levantan “hasta el cielo”. De igual forma, la torre de Babel fue planeada para que tuviese gran altura. ¡Pero no debemos suponer que estas construcciones de Babel eran con el fin de elevarse hasta el cielo, donde está el Trono de Dios! ¡No! ¡Su deseo no era estar ante la presencia de Dios! Al contrario, hay suficientes evidencias que indican que la torre estaba relacionada con su religión, con su culto al sol.
Diódoro dice que la reina Semíramis erigió un obelisco en Babilonia de 130 pies de altura. (Enciclopedia de las Religiones, Vol. III). En esta forma podemos notar que los obeliscos eran usados en la religión babilónica. Pero es en Egipto que su uso fue más preeminente. Como es sabido, Egipto llego a ser una gran fortaleza del paganismo y de los antiguos misterios religiosos. Hay un gran número de estos viejos obeliscos todavía en Egipto, aunque en su mayoría han sido removidos y llevados a otras naciones. Uno de ellos está situado en el Parque Central de Nueva York, otro en Londres, y muchos de ellos (como hemos de ver), ¡fueron transportados a Roma!
Originalmente estos obeliscos se asociaban con el culto al dios Sol. Eran símbolos de Baal o de Nimrod. (Fausset). Aquellas gentes – habiendo rechazado el conocimiento del verdadero Creador –, al notar que el sol daba vida a las plantas y al hombre, comenzaron a pensar en él como Dios, el gran otorgador de la vida. Mas no solamente eran los obeliscos símbolos del sol; también era reconocidos como símbolos sexuales. Aquellas gentes se daban cuenta que a través de relaciones sexuales se producía vida. Y por esta razón – como es sabido por todo aquel que ha estudiado – el falo, órgano reproductivo masculino, fue también reconocido (igual que el sol) como un símbolo de vida y, por ende, un símbolo del dios-Sol. ¡De ahí el significado del obelisco! (Enciclopedia de las Religiones; Símbolos Paganos Antiguos y Cristianos Modernos).
Considerando el denigrante significado de los obeliscos, no debe sorprendernos que su uso fuese prohibido por la Biblia. La palabra “imágenes”, que aparece en nuestra Biblia, es traducida de varias palabras diferentes con distinto significado. Una de éstas palabras es matzebah, que significa “imágenes altas”, es decir, obeliscos. Esta palabra es usada en 1 Reyes 14:23, 2 Reyes 18:4 y 24:14, Jeremías 43:13 y Miqueas 5:13. Otra palabra original que se usaba frecuentemente, refiriéndose a los obeliscos, es hammanim, que significa “imágenes del sol”, es decir, imágenes dedicadas al sol u obeliscos. Esta palabra se encuentra en el texto original de Isaías 17:8 y 27:9.
Para que estos obeliscos pudieran presentar mejor su simbolismo pagano eran erigidos verticalmente. Así que apuntaban hacia el sol. La posición era erecta, con el fin de simbolizar al falo. Al considerar cuán importante era esta posición erecta del obelisco, para aquellos que veneraban los misterios, es interesante notar lo que Dios declaró en cuanto a tan falso culto. Dijo que sus “imágenes” –obeliscos- “no se levantarán” (Isaías 27:9). Podemos darnos cuenta, así de la oposición del Señor a estos nefandos símbolos.
Cuando los israelitas infieles mezclaron cultos paganos con su culto al verdadero Dios, ¡también construyeron “una imagen del celo en la entrada del templo! (Ezequiel 8:5). Esta imagen era probablemente un obelisco, el símbolo fálico; porque, como lo dice Scofield en su comentario a este capítulo, “se habían entregado a cultos fálicos”. (Biblia Scofield). Esta práctica de erigir obeliscos a la entrada de los templos paganos, fue una costumbre establecida en aquella época. A la entrada del templo de Tum se encontraba un obelisco igual que al frente del templo de Hathor, “el aposento de Horus” (Tammuz).(Enciclopedia de las Religiones).
Al considerar el uso del obelisco a la entrada de los templos en el viejo paganismo, no debe sorprendernos el hallar “exactamente” los mismo en la Babilonia moderna, ¡la iglesia católica romana! Sí, no solamente eran puestos estos obeliscos a las entradas de los templos de los idolatras del sol, sino que al frente de la entrada de la catedral de San Pedro, en Roma, ¡hallamos el símbolo idéntico hoy en día! La foto de la página anterior nos muestra la Iglesia de San Pedro –como la iglesia “madre” de todo el cristianismo- , ¡y al frente de ella el obelisco o imagen del celo, símbolo del falo! He aquí una increíble clave para ayudarnos a identificar a la hija más sobresaliente de la antigua Babilonia.
¿Cómo ha sido que un objeto tan abominable haya sido puesto ahí? Cuando lo estudiamos, descubrimos que al propagarse la religión misteriosa a Roma, junto con ella llegó el uso de obeliscos como un símbolo. Y no solamente fueron los obeliscos hechos y erigidos en Roma, sino que los mismos obeliscos egipcios fueron trasladados a Roma a un gran costo y luego fueron erigidos por los emperadores y dedicados al dios-sol, en días paganos. Y este fue el caso del obelisco que actualmente está situado ante la Basílica de San Pedro.
No es solamente una copia de un obelisco egipcio, ¡sino que es el mismo obelisco que era adorado en Egipto tiempos atrás! Calígula, en los años 37-41 después de Cristo, hizo transportar este obelisco desde Heliópolis (Egipto) hasta su circo de las colinas del Vaticano, donde actualmente yace la catedral de San Pedro. (Diccionario Bíblico Harper; Enciclopedia Católica, Vol. XIII). Heliópolis, la ciudad de donde fue transportado originalmente este obelisco, no es más que el nombre griego de Beh-Semes, ¡el cual era el centro egipcio de adoración al sol de tiempos atrás! Y es este el sitio del que dice la Biblia que “...además quebrarán las estatuas de Beth-semes que es en tierra de Egipto y las casas de los dioses de Egipto” (Jeremías 43:13).
De tal forma que el mismo obelisco que una vez estuvo en el antiguo templo pagano, centro del paganismo egipcio (Heliópolis o Beth-semes), ahora está situado ante el templo que es el centro del paganismo moderno, la llamada Catedral de San Pedro, la iglesia “madre” del catolicismo. Esto parece más que una coincidencia. Aquel obelisco de granito rojo del Vaticano mide 83 pies de altura (132 pies con sus cimientos) y pesa 320 toneladas. En 1586, para asegurarse de que el obelisco estuviese situado directamente a la entrada de la Catedral, fue movido a una corta distancia de donde está hoy situado, en la Plaza de San Pedro, por orden del Papa Sixto V. No era tarea fácil el mover este pesado obelisco, especialmente en aquellos días. Muchos hombres se negaron a hacer esta tarea, especialmente cuando el Papa pronunció la pena de muerte si el obelisco era soltado y roto. (Monumentos Antiguos de Roma). Tal sentencia indica por sí misma cuán importante consideraba el papa y su pueblo al ídolo tan abominable.
Finalmente, un hombre llamado Doménico Fontana, aceptó la responsabilidad de mover y erigir el obelisco del Vaticano. Con 45 montacargas, 160 caballos y un grupo de 800 hombres, comenzó el trabajo de recolocación. La fecha fue el primero de septiembre de 1586. Las multitudes llenaron la extensa plaza. Mientras el obelisco era removido, la gente que estaba allí –bajo pena de muerte- fue obligada a mantenerse en silencio hasta que se terminó la recolocación. Nuevamente notamos la importancia que la Iglesia Romana atribuía a este ídolo. Finalmente, después de que casi fracasan en su intento, el obelisco fue levantado, sonaron cientos de campanas y rugieron los cañones y la multitud gritó entusiasmada. Se dedicó al ídolo a la “cruz”, celebraron una misa y el papa pronunció una bendición para los trabajadores y sus caballos.(Ibid.).
El dibujo que se adjunta abajo indica cómo la Catedral de San Pedro y su plaza circular están localizadas en forma de cruz. El centro de la plaza (A) está formada por 284 columnas en estilo dórico, ¡y costó aproximadamente un millón de dólares! ¡El uso de estas columnas fue copiado directamente del estilo de templos paganos! Incluimos aquí un dibujo del viejo templo de Diana, uno de los muchos ejemplos de cómo eran las columnas usadas en los templos paganos. Igual que el obelisco, estas columnas eran también consideradas como símbolos “misteriosos” del falo. En el vestíbulo del templo pagano a la diosa, en Hierápolis, por ejemplo, una inscripción referente a las columnas dice: “Yo, Dionisio, dediqué estos falos a Hera, mi madrasta”. (Hastings, Arte Fálico). Y aun así, estas columnas fueron usadas en abundancia para construir el circular de la Plaza de San Pedro, la cual rodea el obelisco egipcio.
Asimismo, al escoger las colinas del Vaticano como sitio de la “Iglesia madre” del catolicismo, fue el resultado de una mezcla del paganismo. En tiempos anteriores, esta colina –como lo indica la misma palabra- era un “sitio de adoraciones divinas” (Vaticinia). Se dice que este nombre proviene del nombre de la deidad Vaticanus, quien tenía su sitio preeminente en esta colina. (Antiguos Monumento de Roma).
Más tarde la colina fue usada para los festivales anuales en honor a Attis Otamus, hijo de la gran madre. En este festival se cortaba un pino y se le ataba a su tacho una efigie del dios. Esta efigie era más tarde enterrada en una sepultura. Estos ritos son aún ejecutados en todo país católico, ritos que son una mezcla del antiguo paganismo con la cristiandad. Como alguno de los ritos antiguos en honor a Tammuz, eran eventos similares a los que le sucedieron a Cristo (tales como su muerte, entierro, etc.). Paganismo y cristianismo fueron unidos “casi sin interrupciones”, ya que esta ceremonia eran celebradas en un santuario de la colina vaticano, que fue mas tarde poseída por los católico-romanos y la Iglesia madre de San Pedro, que está situada actualmente en el mismo sitio.
Así como los líderes católicos tomaron otras cosas del paganismo, no debemos sorprendernos que también copiaran la idea de construir templos elaborados y costosos, tales como su iglesia principal, la de San Pedro. Esta iglesia es considerada como la mas grande de la cristiandad. La iglesia mundana pensó en construir tal templo, un templo de mayor esplendor que aquellos de la antigua religión romana. Y así, simulando el diseño del panteón, de la roma pagana – sólo que más elaborada –, San Pedro fue completado finalmente aún costo ¡50 millones de dólares! Y hasta hoy en día, muchos todavía suponen que Dios quiere que su pueblo le construya costosos y elaborados templos de adoración. ¡Tanto es así, que la construcción de la iglesia se ha convertido en un gran negocio!
¿Pero está de acuerdo con las Escrituras el usar miles o a veces millones de dólares en un edificio lujoso? ¿Enseñaron esto Cristo y sus discípulos? ¿Cuál es el plan de Dios en cuanto a esto? Sabemos que Dios dirigió a su pueblo, bajo el reino de Salomón, para construir un templo en el tiempo del antiguo testamento y el Señor decidió hacerse presente en él. Pasando al nuevo testamento, el Espíritu Santo no habita en templos hechos de manos (Hechos 17:24). Ahora el Señor habita dentro de su pueblo – su verdadera iglesia – por medio de su Espíritu. Pablo dice así: “¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? (1 Corintios 3:16).
Comprendiendo esta verdad, la iglesia primitiva del Espíritu nunca construyo templos de piedra y acero. Ellos procedieron a predicar el mensaje del reino, el mensaje glorioso y venidero Reino. Nunca se le dio énfasis al edificio en sí. ¡Ellos nunca hicieron campañas financieras ni demandaron ofrendas para construir un templo más lujoso que el vecino! ¡No! Su tiempo y su dinero lo pusieron en propagar el mensaje, no en un edificio. ¡Tanto es así que no hay testimonio de que antes de los años 222-235 d .de C., se hubiese construido algún templo! (Manual Bíblico Halley).
Claro está que no tratamos de decir que el tener un edificio como iglesia este mal. Sin duda alguna, que el motivo por el cual no se construyeron templos antes fue porque a los primeros cristianos no se les permitía tener títulos de propiedad debido a la persecución que sufrían. De lo contrario, estamos seguros que se hubieran construido algunos edificios sencillos. No con fines de ostentación. No hubieran tratado de competir con el estilo de los templos esplendorosos de los paganos, tales como los de Diana en Éfeso o el Panteón de Roma.
Pero la iglesia apóstata de Roma, por razón de su mezcla con el mundo, llegó a obtener gran poder y riquezas bajo el reino de Constantino. Siguieron como modelo en construir edificios eclesiásticos de gran lujo y valor – un ejemplo que se ha prolongado hasta nuestros días –. Sus edificios eran más elaborados y costos de lo necesario. Y esta idea se ha arraigado tanto en la mente del pueblo, que la palabra Iglesia, para una gran mayoría significa un edificio; mientras que la verdadera interpretación que hayamos en la Biblia nos indica que la iglesia es un grupo de personas que alaban a Dios y quienes son templo del Espíritu Santo.
Actualmente la mayoría de los templos valiosos que han sido construidos a través de los siglos, destacan una torre. Y preguntamos, ¿Por qué? La mayoría de las iglesias católicas – romanas tienen una torre. ¿Por qué? ¿Por qué las iglesias protestantes, en su mayoría, siguen este ejemplo de destacar una torre en conexión con sus templos de adoración? Cada generación de constructores a copiado a la generación anterior sin siquiera investigar sobre el origen de esta idea.
Algunas torres eclesiásticas han costado fortunas al construirse. Los millones dólares que se han invertido en estas torres hubieran podido ser usados en la propagación del Evangelio o en ayudar a los necesitados. Parece obvio que el único motivo de construir tales torres es el de lucirlas. Claro está que la Biblia no nos enseña a construir dichas torres. Nuestro Señor nunca construyó esta clase de estructuras cuando estuvo en la tierra, ni tampoco instruyó a sus discípulos de esta manera cuando regresó con su Padre. Entonces, ¿Cómo comenzó esta tradición de torres arquitectónicas?
Todos estamos familiarizados con la gran torre de Babel y sabemos de cómo Dios se enojó en contra de ellos. Hemos también notado como se expandieron otras ideas desde Babilonia. ¿Podría ser este el origen de construir una torre en relación con los templos religiosos? Durante los primeros días de Babilonia el pueblo dijo: “Vamos, edifiquemos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo” (Génesis 11:4). Sin duda alguna que la expresión “que llegue al cielo” fue para indicar gran altura. Esta misma expresión la encontramos en Deuteronomio 1:28, que menciona grandes ciudades cuyas murallas se levantan “hasta el cielo”. De igual forma, la torre de Babel fue planeada para que tuviese gran altura. ¡Pero no debemos suponer que estas construcciones de Babel eran con el fin de elevarse hasta el cielo, donde está el Trono de Dios! ¡No! ¡Su deseo no era estar ante la presencia de Dios! Al contrario, hay suficientes evidencias que indican que la torre estaba relacionada con su religión, con su culto al sol.
Los historiadores se refieren a Babel como un Ziggurat (una torre con pequeña pirámides que van indicando diferentes historias). De todos los majestuosos monumentos de Babilonia, la grandiosa torre de Ziggurat fue sin duda alguna una de las construcciones más espectaculares de su era, elevándose majestuosamente sobre su gran muralla de miles de torres. Alrededor de la vasta plaza se separaban recámaras para los viajeros y también para los sacerdotes que vigilaban el Ziggurat. Koldewey llamó a esta colección de estructuras “el Vaticano de Babilonia”. (Antiguos Templos y Ciudades). Aunque Babilonia era conocida por su grandiosa torre del pasado, también tenía otras numerosas torres por las cuales también se la conocía.
Se cree que uno de los significados del nombre de la diosa Astarté (Semíramis), escrito como Asht-Tart, quiere decir “la mujer que edificaba torres”. (Las Dos Babilonias). La diosa Cibeles (quien también ha sido identificada como Semíramis), era conocida como la diosa portadora de torres. La primera (dice Ovid) que edificó torres y ciudades y por lo cual fue representada con una corona en forma de torre sobre su cabeza, como también lo fue Diana (véase la ilustración de Diana en el capítulo Dos). En el simbolismo de la Iglesia Católica, ¡La torre es un emblema de la Virgen María! (Diccionario de Símbolos). Encontramos entonces una conexión definitiva dentro de la adoración a la diosa-madre y las torres de la religión babilónica.
Se cree que uno de los significados del nombre de la diosa Astarté (Semíramis), escrito como Asht-Tart, quiere decir “la mujer que edificaba torres”. (Las Dos Babilonias). La diosa Cibeles (quien también ha sido identificada como Semíramis), era conocida como la diosa portadora de torres. La primera (dice Ovid) que edificó torres y ciudades y por lo cual fue representada con una corona en forma de torre sobre su cabeza, como también lo fue Diana (véase la ilustración de Diana en el capítulo Dos). En el simbolismo de la Iglesia Católica, ¡La torre es un emblema de la Virgen María! (Diccionario de Símbolos). Encontramos entonces una conexión definitiva dentro de la adoración a la diosa-madre y las torres de la religión babilónica.
Algunas de las antiguas torres fueron construidas por motivos militares –torres de guardia- , ¡pero la mayoría de las torres construidas en el Imperio babilónico fueron exclusivamente religiosas y asociadas con el culto al sol y unidas al templo! En aquellos días, un extranjero que entraba a la ciudad de Babilonia no tenía dificultad alguna en localizar el templo, pues según se dice, encima de las casas de techos planos “...podía verse la torre con claridad”. Cada población del Imperio babilónico tenía su templo y éste su torre. (La Grandeza de Babilonia). Ya hemos visto cómo un cierto número de ideas que se originaron en Babilonia luego se propagaron por las naciones. Ahora también vemos que Babilonia fue la cuna de las torres religiosas. Es aún más probable cuando consideramos que fue durante la edificación de la gran torre de Babel que comenzó la divulgación a través de la emigración de los hombres, sobre la faz de la tierra, que llevaron consigo la idea de la torre. Y a pesar de que al paso de los años estas torres religiosas se han desarrollado de diferentes formas y en distintos países, ¡las torres continúan de una o de otra manera! Notemos cómo son usadas las torres por las diferentes religiones del mundo:
Las torres han sido parte de las religiones de los chinos por mucho tiempo. La ilustración acompañante indica una de las muchas “pagodas” (el derivado de este nombre es “diosa”). En cuanto a las torres usadas por la religión hindú, leemos: “...desplazadas sobre grandes templos, hay grandiosas pagodas o torres... elevándose altamente sobre los alrededores, en todo sitio podían ser vistas por el pueblo y de tal manera, su devoción a su culto idólatra aumentaba... Un gran número de estas pagodas tienen cientos de pies de altura y están cubiertas de esculturas que representan escenas de la vida de los dioses del templo o de eminentes santos”. (Historia Mundial de los Cultos).
Entre los musulmanes, también, aunque en forma un poco diferente, se pueden ver las torres religiosas.
La ilustración indica numerosas torres llamadas minaretes en La Meca. Torres de este estilo fueron también usadas en la famosa iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla.
El uso de las torres también se llevó a cabo en el cristianismo católico y protestante. La torre de la gran catedral de Colina se eleva 515 pies sobre el nivel de la calle, mientras que la catedral protestante de Ulm, también en Alemania, mide cerca de 528 pies de altura. No solamente en grandiosas catedrales, sino aun en pequeñas capillas, está incluida en su diseño una torre de cualquier clase. Y la única razón por la que se hace esto es simplemente por tradición, una tradición nunca investigada.
En la cima de estas torres religiosas, una cúspide frecuentemente apunta al cielo. En realidad el ápice o capitel nos es tan familiar y se usa tan generalmente, que su origen nunca nos preocupa, es, simplemente, una forma modificada del obelisco del cual hablamos en la primera parte este capítulo. Cuantiosos escritores mencionan cómo el ápice o capitel originalmente no fue más que otra forma de obelisco, un símbolo del falo. (Isis Descubierta; Símbolos Paganos Antiguos & Cristianos Modernos). Actualmente, existen especímenes fantásticos de símbolos que fueron originalmente fálicos: cúspides en las iglesias y obeliscos..., todos mostrando la influencia de antepasados idólatras. (Costumbres de la Humanidad).
Al final de la cúspide o capitel de las iglesias está situada, invariablemente, una cruz. Las costosas catedrales y edificios de los que hemos hablado en este capítulo están frecuentemente decorados con cruces en muchas formas. Encima del obelisco que se encuentra situado a la entrada de la catedral de San Pedro, en Roma, ha sido colocada una cruz para “cristianizarlo”. Pero la cruz, como imagen –un pedazo de madera- , ¿es verdaderamente un símbolo cristiano? Esta es la pregunta que hemos de contestar en los siguientes capítulos.
Las torres han sido parte de las religiones de los chinos por mucho tiempo. La ilustración acompañante indica una de las muchas “pagodas” (el derivado de este nombre es “diosa”). En cuanto a las torres usadas por la religión hindú, leemos: “...desplazadas sobre grandes templos, hay grandiosas pagodas o torres... elevándose altamente sobre los alrededores, en todo sitio podían ser vistas por el pueblo y de tal manera, su devoción a su culto idólatra aumentaba... Un gran número de estas pagodas tienen cientos de pies de altura y están cubiertas de esculturas que representan escenas de la vida de los dioses del templo o de eminentes santos”. (Historia Mundial de los Cultos).
Entre los musulmanes, también, aunque en forma un poco diferente, se pueden ver las torres religiosas.
La ilustración indica numerosas torres llamadas minaretes en La Meca. Torres de este estilo fueron también usadas en la famosa iglesia de Santa Sofía, en Constantinopla.
El uso de las torres también se llevó a cabo en el cristianismo católico y protestante. La torre de la gran catedral de Colina se eleva 515 pies sobre el nivel de la calle, mientras que la catedral protestante de Ulm, también en Alemania, mide cerca de 528 pies de altura. No solamente en grandiosas catedrales, sino aun en pequeñas capillas, está incluida en su diseño una torre de cualquier clase. Y la única razón por la que se hace esto es simplemente por tradición, una tradición nunca investigada.
En la cima de estas torres religiosas, una cúspide frecuentemente apunta al cielo. En realidad el ápice o capitel nos es tan familiar y se usa tan generalmente, que su origen nunca nos preocupa, es, simplemente, una forma modificada del obelisco del cual hablamos en la primera parte este capítulo. Cuantiosos escritores mencionan cómo el ápice o capitel originalmente no fue más que otra forma de obelisco, un símbolo del falo. (Isis Descubierta; Símbolos Paganos Antiguos & Cristianos Modernos). Actualmente, existen especímenes fantásticos de símbolos que fueron originalmente fálicos: cúspides en las iglesias y obeliscos..., todos mostrando la influencia de antepasados idólatras. (Costumbres de la Humanidad).
Al final de la cúspide o capitel de las iglesias está situada, invariablemente, una cruz. Las costosas catedrales y edificios de los que hemos hablado en este capítulo están frecuentemente decorados con cruces en muchas formas. Encima del obelisco que se encuentra situado a la entrada de la catedral de San Pedro, en Roma, ha sido colocada una cruz para “cristianizarlo”. Pero la cruz, como imagen –un pedazo de madera- , ¿es verdaderamente un símbolo cristiano? Esta es la pregunta que hemos de contestar en los siguientes capítulos.
¿Es la cruz un símbolo cristiano?
La cruz es reconocida como uno de los símbolos más importantes de la Iglesia Católica Romana. Se luce sobre las cúspides de torres y techos de iglesias. Puede verse en sus altares, muebles y vestidos eclesiásticos. La estructura de la mayoría de las iglesias católicas está diseñada en forma de cruz. Todo hogar, hospital o escuela católica, tienen la cruz como adorno en sus paredes. En todas partes, la cruz es honrada notablemente y se adora en cientos de formas.
De igual manera el signo de la cruz es usado frecuentemente en los ritos católicos. Cuando un infante es bautizado, el sacerdote hace la señal de la cruz sobre su frente, y dice: “Reciba el sello de la cruz sobre su frente”. Durante la confirmación, el candidato es sellado con la cruz. En el día del Miércoles de Ceniza, las cenizas son usadas para hacer un signo de la cruz sobre la frente de los peregrinos. Al entrar al edificio eclesiástico, ungen sus dedos pulgares de la mano derecha en “agua bendita” y hacen la señal de la cruz sobre la frente, el pecho y ambos hombres, de tal manera que imitan la imagen de la cruz. El mismo signo se hace antes de las comidas. Durante la misa, el sacerdote hace la señal de la cruz 16 veces y bendice el altar con la misma señal 30 veces. Las iglesias protestantes, en su mayoría, no creen en hacer la señal de la cruz con los dedos. Tampoco se arrodillan ante ella o la hacen objeto de adoración. Han llegado a reconocer que tales cosas son supersticiones y no tienen fundamento bíblico. Pero han usado la cruz en sus torres y techos de sus iglesias, en púlpitos y en otras muchas formas. De manera que, de una forma u otra, la cristiandad –tanto la católica como la protestante– respeta la cruz como emblema del cristianismo. El hecho de que los templos de la cristiandad estén adornados con ella es en sí mismo un símbolo cristiano. Pero preguntamos: ¿Es la cruz en la cual dió su vida nuestro Salvador, algo digno de adoración? ¿Debemos lucir el instrumento de muerte de nuestro Señor y enorgullecernos de él? ¿Enseña la Escritura acaso que debemos poner siempre la cruz en nuestros edificios o llevarla en nuestro cuello? Personalmente, nunca he rechazado el uso de la cruz en las iglesias o en su mobiliario. Como otros, he razonado que es un símbolo cristiano. ¡Pero un estudio de evidencias históricas revela claramente que la cruz es un símbolo de origen pagano! Los cristianos primitivos no consideraban la cruz como un símbolo de honor o de virtud, sino como un “árbol maldito”, un instrumento de “vergüenza” y de muerte (Habacuc 12:2). No tenían su confianza en la cruz. Al contrario, su fe estaba puesta en lo que “se realizó” en la cruz; y a través de esta fe sabían de su pleno y completo perdón de pecados.
Fue en este sentido que los apóstoles predicaron acerca de la cruz y se regocijaban en ello (1 Corintios 1:17-18). Referencias bíblicas como la citada, nunca mencionaban a un pedazo de madera o de plata que pudiéramos portar en nuestro cuello o en la mano. El mensaje de los apóstoles fue sobre Aquel que fue colgado y murió en la cruz. Cuando hablaban de la cruz se referían al sufrimiento en el Calvario, al sacrificio supremo que allí se realizó. Pero la Iglesia primitiva nunca consideró el portar una cruz como protector u objeto de buena suerte o como objeto de adoración. ¡No! Este uso de la cruz vino mucho más tarde.
No fue sino hasta que el cristianismo comenzó a reconocerse como un símbolo cristiano. Fue en el año 431 d.C. (Libro de datos Harper) que se introdujo el uso de cruces en las cúpulas no llegó sino hasta el año 586 d.C. En el siglo XI la imagen del crucifijo fue introducida y su culto fue aceptado por la Iglesia de Roma. (Fausset) No fue sino hasta el segunda Concilio de Éfeso que se ordenó la posesión de crucifijos en los hogares. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica). El uso de la cruz, por lo tanto, no fue una doctrina de la Iglesia Primitiva. No fue parte de “la fe que fue una vez dada a los santos”. ¿Entonces, de donde proviene?
En las siguientes páginas deseamos dar pruebas históricas de que la cruz fue un objeto de adoración siglos antes de la Era Cristiana. Hemos de ver que la cruz es señal babilónica y que su introducción en la Iglesia profesante fue un intento más de mezclar el paganismo con la cristiandad.
Siglos antes de la Era Cristiana, la cruz ya era venerada como un símbolo religioso por el pueblo de Babilonia. Esto se prueba en sus más antiguos manuscritos. (Doane). Los historiadores dicen que es un símbolo asociado con Tammuz. (Lo Grande que fue Babilonia). ¿Pero qué significado tenía el símbolo de la cruz en Babilonia, y cómo fue asociado con el nombre del falso “salvador” Tammuz?
El símbolo de la cruz – en su forma original – proviene de la primera letra del nombre Tammuz, la “T”. “El mismo signo de la cruz que venera la Iglesia de Roma hoy en día, fue usado en los Misterios de babilonia – dice Hislop -. Aquello que es ahora conocido como la cruz cristiana, no fue originalmente un símbolo cristiano, sino el símbolo místico Tau de los caldeos y egipcios – la forma original de la T – la inicial de Tammuz, la cual fue usada en una gran variedad de formas como un símbolo sagrado, como un amuleto sobre el corazón; era marcada en las vestimentas oficiales de la Roma de hoy”. (Las Dos Babilonias).
De igual manera el signo de la cruz es usado frecuentemente en los ritos católicos. Cuando un infante es bautizado, el sacerdote hace la señal de la cruz sobre su frente, y dice: “Reciba el sello de la cruz sobre su frente”. Durante la confirmación, el candidato es sellado con la cruz. En el día del Miércoles de Ceniza, las cenizas son usadas para hacer un signo de la cruz sobre la frente de los peregrinos. Al entrar al edificio eclesiástico, ungen sus dedos pulgares de la mano derecha en “agua bendita” y hacen la señal de la cruz sobre la frente, el pecho y ambos hombres, de tal manera que imitan la imagen de la cruz. El mismo signo se hace antes de las comidas. Durante la misa, el sacerdote hace la señal de la cruz 16 veces y bendice el altar con la misma señal 30 veces. Las iglesias protestantes, en su mayoría, no creen en hacer la señal de la cruz con los dedos. Tampoco se arrodillan ante ella o la hacen objeto de adoración. Han llegado a reconocer que tales cosas son supersticiones y no tienen fundamento bíblico. Pero han usado la cruz en sus torres y techos de sus iglesias, en púlpitos y en otras muchas formas. De manera que, de una forma u otra, la cristiandad –tanto la católica como la protestante– respeta la cruz como emblema del cristianismo. El hecho de que los templos de la cristiandad estén adornados con ella es en sí mismo un símbolo cristiano. Pero preguntamos: ¿Es la cruz en la cual dió su vida nuestro Salvador, algo digno de adoración? ¿Debemos lucir el instrumento de muerte de nuestro Señor y enorgullecernos de él? ¿Enseña la Escritura acaso que debemos poner siempre la cruz en nuestros edificios o llevarla en nuestro cuello? Personalmente, nunca he rechazado el uso de la cruz en las iglesias o en su mobiliario. Como otros, he razonado que es un símbolo cristiano. ¡Pero un estudio de evidencias históricas revela claramente que la cruz es un símbolo de origen pagano! Los cristianos primitivos no consideraban la cruz como un símbolo de honor o de virtud, sino como un “árbol maldito”, un instrumento de “vergüenza” y de muerte (Habacuc 12:2). No tenían su confianza en la cruz. Al contrario, su fe estaba puesta en lo que “se realizó” en la cruz; y a través de esta fe sabían de su pleno y completo perdón de pecados.
Fue en este sentido que los apóstoles predicaron acerca de la cruz y se regocijaban en ello (1 Corintios 1:17-18). Referencias bíblicas como la citada, nunca mencionaban a un pedazo de madera o de plata que pudiéramos portar en nuestro cuello o en la mano. El mensaje de los apóstoles fue sobre Aquel que fue colgado y murió en la cruz. Cuando hablaban de la cruz se referían al sufrimiento en el Calvario, al sacrificio supremo que allí se realizó. Pero la Iglesia primitiva nunca consideró el portar una cruz como protector u objeto de buena suerte o como objeto de adoración. ¡No! Este uso de la cruz vino mucho más tarde.
No fue sino hasta que el cristianismo comenzó a reconocerse como un símbolo cristiano. Fue en el año 431 d.C. (Libro de datos Harper) que se introdujo el uso de cruces en las cúpulas no llegó sino hasta el año 586 d.C. En el siglo XI la imagen del crucifijo fue introducida y su culto fue aceptado por la Iglesia de Roma. (Fausset) No fue sino hasta el segunda Concilio de Éfeso que se ordenó la posesión de crucifijos en los hogares. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica). El uso de la cruz, por lo tanto, no fue una doctrina de la Iglesia Primitiva. No fue parte de “la fe que fue una vez dada a los santos”. ¿Entonces, de donde proviene?
En las siguientes páginas deseamos dar pruebas históricas de que la cruz fue un objeto de adoración siglos antes de la Era Cristiana. Hemos de ver que la cruz es señal babilónica y que su introducción en la Iglesia profesante fue un intento más de mezclar el paganismo con la cristiandad.
Siglos antes de la Era Cristiana, la cruz ya era venerada como un símbolo religioso por el pueblo de Babilonia. Esto se prueba en sus más antiguos manuscritos. (Doane). Los historiadores dicen que es un símbolo asociado con Tammuz. (Lo Grande que fue Babilonia). ¿Pero qué significado tenía el símbolo de la cruz en Babilonia, y cómo fue asociado con el nombre del falso “salvador” Tammuz?
El símbolo de la cruz – en su forma original – proviene de la primera letra del nombre Tammuz, la “T”. “El mismo signo de la cruz que venera la Iglesia de Roma hoy en día, fue usado en los Misterios de babilonia – dice Hislop -. Aquello que es ahora conocido como la cruz cristiana, no fue originalmente un símbolo cristiano, sino el símbolo místico Tau de los caldeos y egipcios – la forma original de la T – la inicial de Tammuz, la cual fue usada en una gran variedad de formas como un símbolo sagrado, como un amuleto sobre el corazón; era marcada en las vestimentas oficiales de la Roma de hoy”. (Las Dos Babilonias).
Desde Babilonia, el símbolo de la cruz se propagó a Egipto, donde monumentos preservados hasta nuestros días, dan abundantes evidencias de su uso allí. En cualquier libro sobre Egipto que muestre los antiguos monumentos y las paredes de los templos, se pueden ver los reyes y los dioses de esos tiempos portando cruces en sus manos. La ilustración adjunta muestra ¡cómo algunos de los dioses de Egipto en su forma misteriosa – parte humana y parte animal – portan cada uno una cruz!
La siguiente ilustración es tomada de un edificio de Amenophis IV en Tebas (Egipto). A la derecha, el rey esta orando. Notemos el circulo solar con una forma de misterio del dios solar debajo de éste. Dice un conocido historiador, refiriéndose a Egipto: “Aquí hallamos, en su forma intacta a través de miles de años y por medio de los jeroglíficos más sagrados, a la cruz en diversas formas, pero en especial la conocida como “la cruz de Egipto” o cruz de Tau, en su forma de T, frecuentemente con un círculo o redondel sobre ella. Aunque este símbolo místico no era peculiar en esta nación, si era un objeto de reverencia en Caldea, Fenicia, México y todas las otras naciones antiguas de ambos hemisferios”. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica).
Al propagarse por las naciones, el culto crucifista tomó otras formas, y fue usado de diversas maneras. Dentro de China, “la cruz es reconocida como uno de los objetos más antiguos; es representada en sus pagodas, pintada sobre las lámparas usadas para iluminar los más sagrados sitios de sus templos (Ibid).
La cruz ha sido un símbolo sagrado en la India por espacio de muchos siglos entre la gente no cristiana. Al norte de esta nación la cruz es usada para marcar los jarrones de agua sagrada que se extraen de los ríos Indus y Ganges. En el sur, la cruz se usa como emblema de los santos sin cuerpo de Jaina. En el oriente “veneraban el símbolo del crucifijo siglos antes de que el Señor se hiciera presente en la tierra”. (Ibid) En la parte central de esta nación han sido descubiertas dos rudimentarias cruces de piedra que datan de siglos antes de la Era Cristiana. Una de estas cruces mide más de 10 pies de altura y la otra más de 8 pies. (Ibid) Entre los hindúes la cruz era considerada como sagrada para su dios Agni. (Cristiandad Monumental). Los budistas y otras numerosas sectas de la India marcaban a sus seguidores con la señal de la cruz sobre sus cabezas.
En el continente africano, “en Susa (Abisinia), los indígenas sumergen cruces en el río Gitche. Las mujeres de Kabyle, aunque son musulmanas, se hacen tatuajes en forma de cruz entre los ojos. En Wanyamwizi, o Tierra de la Luna, los habitantes decoran sus paredes con cruces. Los yaricks, que establecieron una línea de reinos desde el Níger hasta el Nilo, llevaban pintada en sus escudos la señal de la cruz”. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica).
Notamos, por lo expuesto, ¡que la cruz se usaba entre numerosas tribus paganas de África que no tenían conocimiento alguno de Cristo!
Al propagarse por las naciones, el culto crucifista tomó otras formas, y fue usado de diversas maneras. Dentro de China, “la cruz es reconocida como uno de los objetos más antiguos; es representada en sus pagodas, pintada sobre las lámparas usadas para iluminar los más sagrados sitios de sus templos (Ibid).
La cruz ha sido un símbolo sagrado en la India por espacio de muchos siglos entre la gente no cristiana. Al norte de esta nación la cruz es usada para marcar los jarrones de agua sagrada que se extraen de los ríos Indus y Ganges. En el sur, la cruz se usa como emblema de los santos sin cuerpo de Jaina. En el oriente “veneraban el símbolo del crucifijo siglos antes de que el Señor se hiciera presente en la tierra”. (Ibid) En la parte central de esta nación han sido descubiertas dos rudimentarias cruces de piedra que datan de siglos antes de la Era Cristiana. Una de estas cruces mide más de 10 pies de altura y la otra más de 8 pies. (Ibid) Entre los hindúes la cruz era considerada como sagrada para su dios Agni. (Cristiandad Monumental). Los budistas y otras numerosas sectas de la India marcaban a sus seguidores con la señal de la cruz sobre sus cabezas.
En el continente africano, “en Susa (Abisinia), los indígenas sumergen cruces en el río Gitche. Las mujeres de Kabyle, aunque son musulmanas, se hacen tatuajes en forma de cruz entre los ojos. En Wanyamwizi, o Tierra de la Luna, los habitantes decoran sus paredes con cruces. Los yaricks, que establecieron una línea de reinos desde el Níger hasta el Nilo, llevaban pintada en sus escudos la señal de la cruz”. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica).
Notamos, por lo expuesto, ¡que la cruz se usaba entre numerosas tribus paganas de África que no tenían conocimiento alguno de Cristo!
Cuando desembarcaron en México los españoles, “no podían ocultar su sorpresa –dice Prescott- al ver la cruz, el símbolo sagrado de su propia fe [católica] erigida como objeto de adoración en los templos de Anahuac. Los españoles no comprendían que la cruz era un símbolo de adoración de gran antigüedad y era usada por muchas naciones paganas en las cuales la cruz de la cristiandad no había brillado”.
En Palenque (México), fundado por Votan en el siglo IX a. De C., hay un templo pagano denominado como “el templo de la cruz”. En el pedestal del altar hay una cruz inscrita, exactamente en el centro, la cual mide seis pies y medio por once pies! (Enciclopedia de las Religiones). La ilustración siguiente indica esta cruz, la cual ¡fue adorada siglos antes de que alguien en México hubiese oído de Cristo!
En los tiempos pasados, los mexicanos adoraban la cruz como Tota (padre de nosotros). Esta costumbre de dirigirse a un madero bajo el título de “padre”, también es mencionada en la Biblia. Cuando el pueblo de Dios, en el Antiguo Testamento, mezcló la idolatría con su religión, adoraban dioses paganos y decían al leño: “Mi padre eres tú” (Jeremías 2:27). Pero es contrario a la Palabra de Dios el llamar a un madero (o a un sacerdote) con el título de “padre”.
En años pasados en Italia, antes de que la gente conociera las artes de la civilización, creían en la cruz como un símbolo religioso. Aun en aquellos días la consideraban como una protección y la ponían sobre sus tumbas. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica). A través de los siglos fue usada como un símbolo religioso hasta los días del pagano Imperio romano. En el año 46 a. de C., monedas romanas muestran a Júpiter portando un largo cetro que terminaba en una cruz. (Ibid). Este era su símbolo. (Enciclopedia de las Religiones). Las vírgenes vestales de la Roma pagana portaban una cruz colgando de sus collares, al igual que lo utilizan actualmente las monjas de la Iglesia Católica Romana. (Las Dos Babilonias).
Los griegos lucían cruces en la banda que ponían en su cabeza, con su dios Tammuz, de Babilonia (ver ilustración). En los misterios de Ulises se imprimía una cruz en el pecho de los iniciados. (Mitos Bíblicos). Porcilli menciona cómo Isis era representada con una cruz en la frente. El templo de Serapis, en Alejandría, tenía una cruz sobremontada. Cuando fue desenterrado el templo de la Esfinge se encontró que tenía forma de crucifijo. Los persas portaban escudos en forma de cruz durante sus batallas contra Alejandro Magno, alrededor del año 335 a. de C. (Ibid).
La cruz era usada como un símbolo religioso por los aborígenes de Sudamérica en tiempos pasados. (Curiosas Costumbres Populares). A los recién nacidos los ponían bajo su protección en contra de espíritus malignos. Los habitantes de la Patagonia se tatuaban sus frentes con cruces. (Enciclopedia de las Religiones). En el Perú se han hallado utensilios antiguos que están marcados con una cruz como símbolo religioso. (Ibid).
Los reyes de Asiria, según demuestran documentos antiguos, portaban una cruz colgante en sus collares (Ibid), al igual que algunos extranjeros que luchaban contra los egipcios. Estos guerreros llevaban puesta una pequeña cruz colgada de su cuello o de sus collares. La cruz también era pintada sobre las vestimentas de los rot-n-no desde el siglo XV a. de C. (véase ilustración más abajo).
Se podría decir mucho más acerca de los distintos usos de la cruz como símbolo u objeto religioso de adoración dentro de los pueblos que nos precedieron. Creemos haber dicho lo suficiente para establecer el punto de que la cruz era usada mucho antes de la Era Cristiana. Hay muy pocas tribus, para acabar, en las que no haya sido encontrado el uso de la cruz. (Las Dos Babilonias). En cualquier forma, a través de los años, la cruz ha existido y ha tenido un significado e influencia vitales. (La Cruz, su Historia y Simbolismo).
Como instrumento de muerte, el uso de la cruz es igualmente antiguo y pagano. “La cruz fue usada en tiempos pasados como medio de castigo por crímenes notorios en Egipto, Asiria, Persia, Palestina, Cartagena, Grecia y Roma. ¡La tradición atribuye la invención de este medio de castigo a una mujer, la reina Semiramis”. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica).
Pero ya que Cristo murió en la cruz, dirá alguien, ¿no la convierte este hecho en un símbolo cristiano? ¡No! El hecho de que Jesús haya muerto crucificado indica que su uso como medio de castigo y muerte ya estaba establecido dentro del paganismo. No era un símbolo cristiano cuando Jesús fue colgado de ella, ¡y nunca ha sucedido nada que la convierta en un símbolo cristiano hoy en día! Como alguien preguntó: Supongamos que Jesús hubiese muerte por el disparo de una escopeta. ¿Sería este un motivo para que tal objeto se convirtiera en un símbolo cristiano? ¡No! ¡No se trata de cómo murió nuestro Señor, sino de lo que “su muerte cumplió”! ¡Eso es lo importante!
En Palenque (México), fundado por Votan en el siglo IX a. De C., hay un templo pagano denominado como “el templo de la cruz”. En el pedestal del altar hay una cruz inscrita, exactamente en el centro, la cual mide seis pies y medio por once pies! (Enciclopedia de las Religiones). La ilustración siguiente indica esta cruz, la cual ¡fue adorada siglos antes de que alguien en México hubiese oído de Cristo!
En los tiempos pasados, los mexicanos adoraban la cruz como Tota (padre de nosotros). Esta costumbre de dirigirse a un madero bajo el título de “padre”, también es mencionada en la Biblia. Cuando el pueblo de Dios, en el Antiguo Testamento, mezcló la idolatría con su religión, adoraban dioses paganos y decían al leño: “Mi padre eres tú” (Jeremías 2:27). Pero es contrario a la Palabra de Dios el llamar a un madero (o a un sacerdote) con el título de “padre”.
En años pasados en Italia, antes de que la gente conociera las artes de la civilización, creían en la cruz como un símbolo religioso. Aun en aquellos días la consideraban como una protección y la ponían sobre sus tumbas. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica). A través de los siglos fue usada como un símbolo religioso hasta los días del pagano Imperio romano. En el año 46 a. de C., monedas romanas muestran a Júpiter portando un largo cetro que terminaba en una cruz. (Ibid). Este era su símbolo. (Enciclopedia de las Religiones). Las vírgenes vestales de la Roma pagana portaban una cruz colgando de sus collares, al igual que lo utilizan actualmente las monjas de la Iglesia Católica Romana. (Las Dos Babilonias).
Los griegos lucían cruces en la banda que ponían en su cabeza, con su dios Tammuz, de Babilonia (ver ilustración). En los misterios de Ulises se imprimía una cruz en el pecho de los iniciados. (Mitos Bíblicos). Porcilli menciona cómo Isis era representada con una cruz en la frente. El templo de Serapis, en Alejandría, tenía una cruz sobremontada. Cuando fue desenterrado el templo de la Esfinge se encontró que tenía forma de crucifijo. Los persas portaban escudos en forma de cruz durante sus batallas contra Alejandro Magno, alrededor del año 335 a. de C. (Ibid).
La cruz era usada como un símbolo religioso por los aborígenes de Sudamérica en tiempos pasados. (Curiosas Costumbres Populares). A los recién nacidos los ponían bajo su protección en contra de espíritus malignos. Los habitantes de la Patagonia se tatuaban sus frentes con cruces. (Enciclopedia de las Religiones). En el Perú se han hallado utensilios antiguos que están marcados con una cruz como símbolo religioso. (Ibid).
Los reyes de Asiria, según demuestran documentos antiguos, portaban una cruz colgante en sus collares (Ibid), al igual que algunos extranjeros que luchaban contra los egipcios. Estos guerreros llevaban puesta una pequeña cruz colgada de su cuello o de sus collares. La cruz también era pintada sobre las vestimentas de los rot-n-no desde el siglo XV a. de C. (véase ilustración más abajo).
Se podría decir mucho más acerca de los distintos usos de la cruz como símbolo u objeto religioso de adoración dentro de los pueblos que nos precedieron. Creemos haber dicho lo suficiente para establecer el punto de que la cruz era usada mucho antes de la Era Cristiana. Hay muy pocas tribus, para acabar, en las que no haya sido encontrado el uso de la cruz. (Las Dos Babilonias). En cualquier forma, a través de los años, la cruz ha existido y ha tenido un significado e influencia vitales. (La Cruz, su Historia y Simbolismo).
Como instrumento de muerte, el uso de la cruz es igualmente antiguo y pagano. “La cruz fue usada en tiempos pasados como medio de castigo por crímenes notorios en Egipto, Asiria, Persia, Palestina, Cartagena, Grecia y Roma. ¡La tradición atribuye la invención de este medio de castigo a una mujer, la reina Semiramis”. (La Cruz en el Arte y la Tradición Histórica).
Pero ya que Cristo murió en la cruz, dirá alguien, ¿no la convierte este hecho en un símbolo cristiano? ¡No! El hecho de que Jesús haya muerto crucificado indica que su uso como medio de castigo y muerte ya estaba establecido dentro del paganismo. No era un símbolo cristiano cuando Jesús fue colgado de ella, ¡y nunca ha sucedido nada que la convierta en un símbolo cristiano hoy en día! Como alguien preguntó: Supongamos que Jesús hubiese muerte por el disparo de una escopeta. ¿Sería este un motivo para que tal objeto se convirtiera en un símbolo cristiano? ¡No! ¡No se trata de cómo murió nuestro Señor, sino de lo que “su muerte cumplió”! ¡Eso es lo importante!
Al propagarse el símbolo del crucifijo por las antiguas naciones (como lo hemos visto), éste tomó diferentes formas en los distintos países hasta que se multiplicaron las formas de la cruz pagana. El catolicismo, adoptando la idea pagana del culto a la cruz, también aceptó varias formas de la cruz. De modo que hasta nuestros días, la Iglesia Católica no adora solamente un tipo de cruz, sino numerosas formas, algunas de las cuales pueden verse en la ilustración adjunta.
Y nos preguntamos, si el uso de la cruz en el catolicismo se originó con la cruz de Cristo, ¿entonces por qué son usadas tantas y tan variadas formas de la cruz? Evidentemente, la cruz en la cual Cristo fue colgado, solamente fue una. Si el culto a la cruz se originó con la cruz de Cristo, ¿no le parece que solamente una forma de cruz debiera ser usada?
Y nos preguntamos, si el uso de la cruz en el catolicismo se originó con la cruz de Cristo, ¿entonces por qué son usadas tantas y tan variadas formas de la cruz? Evidentemente, la cruz en la cual Cristo fue colgado, solamente fue una. Si el culto a la cruz se originó con la cruz de Cristo, ¿no le parece que solamente una forma de cruz debiera ser usada?
El caso es que el culto a la cruz no se originó con Cristo y toda la variedad de formas de la cruz fueron símbolos paganos desde antes de la Era Cristiana. Dice un conocido escritor: “De las muchas variedades de cruces que siguen vigentes como emblemas nacionales y eclesiásticos, se distinguen por las afiliaciones familiares la de san Jorge, san Andrés, la Maltesa, la Griega, la Latina, etc. No hay una de entre todas las cruces existentes que no pueda ser relacionada con la más remota antigüedad”. (El Pentateuco Examinado).
Notemos varios ejemplos de cómo estas diferentes cruces fueron en realidad símbolos sagrados, mucho antes de la Era Cristiana.
La forma de la cruz, conocida como Tau, fue usada de manera sobresaliente en Egipto (como ya lo hemos visto). La conocida como la cruz Griega, puede también verse en monumentos egipcios. Esta clase de cruz fue usada en Frigia, donde adornaba la tumba de Midas (718 a. de C.). (Doane). En las ruinas de Nínive se puede ver a un rey portando una cruz Maltesa en su pecho. La forma conocida hoy en día como la cruz Latina fue usada por los etruscos. Su uso es una antigua tumba pagana con ángeles de alas a los lados, se ve en la siguiente ilustración:
Notemos varios ejemplos de cómo estas diferentes cruces fueron en realidad símbolos sagrados, mucho antes de la Era Cristiana.
La forma de la cruz, conocida como Tau, fue usada de manera sobresaliente en Egipto (como ya lo hemos visto). La conocida como la cruz Griega, puede también verse en monumentos egipcios. Esta clase de cruz fue usada en Frigia, donde adornaba la tumba de Midas (718 a. de C.). (Doane). En las ruinas de Nínive se puede ver a un rey portando una cruz Maltesa en su pecho. La forma conocida hoy en día como la cruz Latina fue usada por los etruscos. Su uso es una antigua tumba pagana con ángeles de alas a los lados, se ve en la siguiente ilustración:
La que ha sido llamada cruz de san Andrés era muy venerada entre los cumas de Sudamérica, pues se consideraba como una protección contra espíritus malignos. (Enciclopedia de las Religiones). Se encontraba en las monedas de Alejandro Bala, en Siria en el año 146 a. de C. Y en las de los reyes Bactrios durante los años 140 a 120 a. de C. (¡No es necesario decir que esto fue mucho antes de que San Andrés naciera!)
La cruz que aquí mostramos es la llamada cruz del Calvario, ¡pero esta cruz es tomada de una vieja inscripción en Tesalónica que data de un período precristiano!
Pues bien, el hecho de que esta variedad de cruces ha sido adoptada en su totalidad por la Iglesia Romana, demuestra que tan sagrado culto a la cruz no se originó con la cruz de Cristo. ¡porque el murió en una sola cruz!
¿Qué clase de cruz fue sobre la que Jesús murió? La palabra “cruz” en la Biblia es traducida de stauros, que tiene su raíz en sta, que significa “estar de pie”. En cuanto a la palabra en sí, no hay indicación alguna de que tuviera un travesaño.
En su atinado Diccionario expositor de palabras del Nuevo Testamento, W. E. Vine nos dice que la palabra griega stauros simplemente significa una estaca vertical y debe de ser diferenciada de la forma eclesiástica de los dos maderos en cruz (lo cual tuvo su origen en la antigua Caldea) y era usada como un símbolo del dios Tammuz (en la forma mística de Tau, la inicial de su nombre). En esa nación y en tierras adyacentes, incluso Egipto era una forma para acreditar el prestigio del sistema eclesiástico que se estaba deteriorando. La verdad es que muchos paganos fueron aceptados en las iglesias sin regeneración de la fe y se les permitió retener sus símbolos y señales paganas. De ahí que el Tau o T en su forma más común, es decir, con el travesaño algo abajado de su cúspide, fue adoptado para representar la cruz de Cristo.
En cuanto a la forma exacta del patíbulo en la cual Cristo fue colgado, no debemos preocuparnos, pues no es la forma de la cruz lo que es importante, y saber que allí realizó El nuestra redención de un modo completo.
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