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TRANSFORMAOS POR MEDIO DE LA RENOVACIÓN DE VUESTRO ENTENDIMIENTO


“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Ro 12:1-2).

La idea subyacente que se desprende de estos dos versículos puede parafrasearse así: “No creeremos más de lo que sabemos, y no viviremos más alto que nuestras creencias; por lo tanto, cambiemos nuestra vida cambiando nuestra manera de pensar con la Palabra de Dios para que comprobemos cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

El capítulo 12 marca la transición en esta epístola de la enseñanza teológica del apóstol Pablo a su enseñanza práctica. El libro de Romanos es probablemente lo más parecido en la Biblia a una teología sistemática. Pablo no fundó la iglesia en Roma, pero tenía toda la intención de visitar esa iglesia en su camino a España. Como resultado, Pablo escribió esta epístola como una forma de presentarse a esa congregación y darles una visión general del evangelio y lo que significa en la vida de los creyentes.

Después de enseñar la gran doctrina acerca del evangelio de la justicia de Dios que es nuestra por medio de la fe en Cristo (Romanos 1-11), Pablo comienza a exhortarnos a vivir piadosamente.

¿Cómo debemos vivir a la luz del poder salvador del evangelio? Eso es lo que Romanos 12-16 pretende enseñar. La sección práctica de Romanos comienza con un gran “Así que” (Por lo tanto). Al ver todo lo que Dios hizo por nosotros, por lo tanto, vivamos así. La primera de las grandes exhortaciones de Pablo es que debemos renovar en nuestra mente. Es decir, cambiar nuestra manera de pesar. 

La frase “las misericordias de Dios” se refiere a todo lo que Pablo ha mencionado en los capítulos 1-11. La exhortación que presenta Pablo es que, dado que hemos sido los destinatarios de las grandes misericordias de Dios, debemos ser “sacrificios vivos para Dios. ¿Cómo hacemos esto? Somos sacrificios vivos para Dios al no conformarnos a este mundo, al transformarnos en personas diferentes al cambiar nuestra manera de pensar (al renovar nuestra mente)

Esta exhortación realmente sirve como una declaración resumida de todo lo que sigue. Un sacrificio vivo para Dios es el que no se conforma, sino que se transforma. No debemos conformarnos a este mundo. Pablo está usando la palabra mundo aquí para referirse al espíritu de la presente era (dispensación). En otras palabras, mundo se refiere a la cosmovisión popular que rechaza a Dios y Su revelación. Cuando incrédulos, estábamos naturalmente conformados al mundo (Ef 2:1-3). Ahora, como creyentes, ya no estamos conformados a este mundo porque ya no pertenecemos al espíritu de esta era. Hemos sido trasladados del reino de las tinieblas al reino del Hijo amado de Dios (Col 1:13). Por lo tanto, en lugar de continuar amoldándonos a este mundo, debemos transformarnos en personas diferentes por medio del cambio en nuestra manera de pensar (renovando nuestras mentes a la manera de pensar de Dios).

Es interesante notar que Pablo dice que debemos ser transformados por la renovación de nuestras “mentes”. Debemos renovar nuestra nuestra manera de pensar

La mente es la clave de la vida cristiana. La razón por la que los no cristianos no responden a la verdad evangélica es que no pueden discernir la verdad espiritual (1 Co 2:14). El evangelio es un llamado para que el incrédulo se arrepienta de su pecado y abrace a Cristo por fe. La palabra griega traducida como “arrepentimiento” conlleva la noción de un cambio de mentalidad. Nuestro modo de pensar debe ser cambiado (transformado) de formas de pensar antiguas e impías a formas de pensar nuevas y piadosas. Lo que sabemos en nuestras mentes que es verdad forma un convencimiento (convicción) de esa verdad en todo nuestro ser interior, y este convencimiento se traduce en acción. Por lo tanto, primero debemos renovar nuestra mente: debemos cambiar nuestra forma de pensar.

La única forma de deshacernos del error de la forma de pensar del mundo es reemplazarlo con la verdad de Dios: la única fuente infalible de la verdad de Dios es Su Palabra revelada, la Biblia

La transformación de una mente reprobada a una renovada se produce cuando como creyentes nos consagramos voluntaria, independiente y diligentemente al estudio de la Palabra de Dios. Literatura sólidamente fundamentada en la Palabra de Dios, himnos y cánticos basados en la Palabra y memorización de la misma con oración son medios invaluables para ayudarnos a renovar nuestras mentes.

La mente renovada es EL YELMO DE LA SALVACIÓN.

No hay atajos. No existe una fórmula mágica para renovar nuestra mente. Debemos llenar nuestras mentes con la Palabra de Dios y la comprensión de ella. Como el Señor Jesús oró al Padre, “Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad” (Jn 17:17). Sólo la verdad de Dios puede renovar nuestra mente. Y la santificación es apartarse para Dios. 

Debemos, entonces, apartarnos de todo aquello que nos distraiga de profundizar en el ENTENDIMIENTO de la Palabra de Dios para darle a Él la oportunidad de ayudarnos en el proceso de cambiar nuestra manera de pesar (renovar nuestras mentes) para que comprobemos cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.   

¿Qué pasará si no lo hacemos?

Jamás comprobemos cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.

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LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO