Las redes sociales están hoy en todas partes. No podemos ver nada en la TV que no tenga la opción de seguir un hashtag en Twitter o Facebook sobre el asunto. Ahora, con los teléfonos inteligentes podemos usar los medios sociales en el coche, en clase, en una reunión, e incluso en la iglesia. Hay muchas ventajas de las redes sociales: la conectividad en todo el mundo, actualizaciones de noticias en tiempo real, las amistades, y lo muy importante, su dosis diaria de fotos de gatos divertidos y videos de bebés riendo.
Pero, ¿es bueno para nosotros el uso constante de las redes sociales? Más importante aún, ¿cómo podemos obedecer el gran mandamiento de amar a Dios con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerzas, mientras que usamos el Facebook, Twitter, Instagram, y Snapchat?
Primero, empecemos con otra pregunta sencilla, pero importante.
¿Por qué querría yo agradar al Señor?
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