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LOS TRES PILARES DOCTRINALES DE ESTE BLOG

En un artículo anterior, hemos expresado nuestra convicción acerca de la importancia de poseer una sana doctrina. Pero, ¿cómo construir una doctrina bíblica sana como si se tratara de construir una casa? La respuesta obvia es: “Con el fundamento primero”. La doctrina bíblica—cualquier doctrina bíblica—debe comenzar con el fundamento. En 1 Corintios 3:10 Pablo nos dice que el fundamento es el Señor Jesucristo. La clara comprensión de la Persona, la obra y la doctrina de Cristo a través de las edades, es la base de todo conocimiento bíblico sano.

Esto último es lo mismo que comúnmente se designa como las doctrinas fundamentales del cristianismo. A saber:

  • La infalibilidad de la Palabra de Dios.
  • La deidad del Señor Jesucristo.
  • La expiación del pecado de la humanidad por Su sacrificio en la cruz.
  • Su resurrección física.
  • Su segunda venida (también física).

Luego, en 1 Timoteo 3:15 la iglesia es descrita como “columna y baluarte de la verdad”. En la antigüedad, una columna no servía sólo para sostener una estructura, a menudo había una en el mercado de una ciudad con el fin de que se pusieran sobre ella decretos oficiales para que fueran conocidos por el pueblo. De igual manera, la iglesia es el medio en la tierra que Dios a escogido para que proclame y exhiba Su verdad. Por lo tanto, el primer pilar doctrinal que debemos edificar sobre el Fundamento, es la clara comprensión de la doctrina y la obra de la iglesia de Cristo.

Cuando vino el Señor Jesús, el gran Maestro, Él habló sobre los requisitos esenciales para una vida aceptable a Dios. El Señor declaró que una vida que agradaba al Padre dependía de oír y hacer lo que Él enseñaba. Luego, el Espíritu Santo instruyó a los líderes de la iglesia primitiva sobre las cosas necesarias para obtener la aprobación del Pastor y Obispo de nuestras almas. El Espíritu Santo les dio a entender que es esencial vivir y enseñar la doctrina de la palabra de Dios e infundirla en las vidas de los hermanos. Dios nos enseña en 2 Timoteo 3. 16–17 que todas las enseñanzas de Su palabra son esenciales a fin de capacitar al cristiano para la obra. Asimismo, en 1 Timoteo 4:16 se nos brinda esta enseñanza: “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren”. Por lo tanto, la doctrina de la vida y el servicio cristiano es nuestro segundo pilar a edificar. Huelga decir que no puede haber ni vida ni servicio cristiano sin saber velar y orar correctamente.

En 1 Corintios 11:23-26 Pablo nos dice que el Señor ordenó a Sus seguidores a recordar Su sacrificio redentor con el partimiento del pan y la copa de vino. El pan representa Su cuerpo, y el vino Su sangre derramada. En el último versículo de este pasaje Pablo concluye diciendo: “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”. La expresión “hasta que él venga” nos remite a los eventos del fin de esta era. El cristiano vive esperando la venida del Señor Jesucristo, la que para el mundo impío será el principio del fin. Un entendimiento correcto de esta doctrina es el tercer pilar que debemos edificar sobre el Fundamento.

Sí. Creemos que cuando estos tres temas son alineados y entendidos debidamente, TODO EL CONSEJO DE DIOS forma un conjunto perfectamente armónico. Creemos que es posible dividir toda la doctrina bíblica en estas tres categorías fáciles de recordar por cualquier creyente: (1) la doctrina de la iglesia, (2) la doctrina de la vida y el servicio cristianos y (3) la doctrina del futuro. Estos tres pilares doctrinales son los más importantes de aclarar porque son los más controversiales: la existencia de cientos, si no miles, de denominaciones evangélicas son evidencia de que estas doctrinas dividen a la cristiandad.

Entonces, si el lector necesita una guía que le dé sentido lógico al material que encuentra aquí, le sugerimos que asemeje estos tres pilares a tres anaqueles de un estante en los que puede clasificar todos los demás artículos que no tratan directamente los tres temas mencionados. De alguna manera, todos los demás artículos pueden ser archivados dentro de estos tres anaqueles. (Si esta tarea le resulta difícil al lector, envíenos un email y se la facilitaremos.)

Estamos viviendo en tiempos peligrosos. El liberalismo, el modernismo, el ecumenismo, el interdenominacionalismo, el sincretismo y otros “ismos” son enseñados en varios sectores de la cristiandad por muchos “ministros”. Lo que creemos tiene un efecto muy grande en nuestras vidas, y tiene también repercusiones eternas: “Cada uno mire cómo sobre edifica”, nos advierte Pablo. “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciese la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3:10-16).

Pablo nos dice que lo que edificamos sobre el Fundamento puede ser comparado con materiales preciosos, eternos, y con materiales viles y perecederos. Los primeros tienen relación con la Palabra de Dios y su correcto entendimiento y aplicación. Los otros, todo lo contrario. El que edifique su vida cristiana y la de otros con los primeros, recibirá recompensa; el que no, sufrirá pérdida.

Por esto es que creemos que los escogidos necesitan las sanas enseñanzas presentadas aquí para que prueben el material con el que están edificando sobre el Fundamento antes de que sea demasiado tarde para hacer rectificaciones en la obra.

Se entiende, entonces, que este blog aspira a ser un compendio de la doctrina bíblica que expone las sanas enseñanzas de la palabra de Dios y que al mismo tiempo está libre de las influencias dañinas de las falsas enseñanzas de hoy. Lo presentamos con la esperanza de que estimule al cristiano a buscar en la Biblia para comprobar la veracidad de las enseñanzas que aquí se exponen. Si el estudiante sincero y diligente encuentra algo aquí que no concuerda con su propia opinión, debe buscar la respuesta final en la Biblia. La Biblia tiene la última palabra en todas las disputas humanas. Pero debe tener presente que la doctrina bíblica—cualquier doctrina bíblica—debe ser construida utilizando primero los pasajes más claros, la mayoría de los pasajes explícitos que abordan directamente el tema a tratar. Luego agregamos los pasajes secundarios para dar profundidad a la interpretación, seguido por los pasajes terciarios, que añaden detalles y le dan fuerza al todo. Utilizando lógica y precisión sencillas, como una construcción bien diseñada, la exégesis bíblica correcta tiene un resultado preciso y confiable.

Aspiramos también que esta obra sea de bendición para el lector que busca hacer la voluntad del Señor. En tal sentido, debería ser bien recibida por los cristianos diligentes. Para que no se diga de algunos, como el Señor dice de Israel: “…tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia” (Romanos 10:2). Es decir: muestran fervor y tienen celo por Dios, pero su celo no se basa en el conocimiento correcto de la Palabra de Dios.

Finalmente, imaginémonos una estructura griega clásica con una base rodeada por varios escalones que conducen a un edificio con pilares. Los escalones conducen al individuo a la estructura misma, que está sostenida por tres pilares. Como la historia de la humanidad lo ha comprobado, muchas de las construcciones griegas construidas varios siglos atrás todavía existen. Su solidez e inteligente construcción las hizo capaces de mantenerse en pie a través del paso del tiempo, con todo lo que esto implica: cambios geográficos, movimientos telúricos, variaciones climatológicas, saqueos, vandalismo, investigaciones arqueológicas, restauraciones, etc. Nadie podría dudar de su solidez y perdurabilidad.

Una estructura griega clásica es la ilustración perfecta de la solidez y perdurabilidad. Esto es lo que cada cristiano debe buscar para su vida. La base de la estructura mencionada, es el Fundamento que menciona Pablo. Los escalones, son los métodos empleados por el cristiano para ingresar al interior del edificio. Los tres pilares simbolizan la fuerza, la inmutabilidad y la seguridad de que la estructura superior del edificio no se caerá, pues descansa sobre ellos. Indudablemente cada uno de estos pilares es necesario; la fuerza de cada uno contribuye a la efectividad de los tres. Los tres pilares simbolizan las obras del cristiano, así como la estructura superior representa la eternidad.

Somos constructores, dice Pablo. Constructores a quienes nos ha sido dado un Fundamento perfecto, divino, eterno. Como sabios constructores, por lo tanto, debemos procurar construir con materiales que tengan las mismas características y condiciones del Fundamento que nos ha sido dado. Es obvio, entonces, que los materiales que debemos emplear para nuestra construcción deben ser tomados del mismo Fundamento, puesto que fuera de Él no hay nada ni perfecto, ni divino.

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