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martes, 14 de junio de 2011

LA PSICOTERAPIA Y LA IGLESIA



¿Han comprometido los cristianos su “primogenitura” al aceptar soluciones falsas para tratar los problemas emocionales y espirituales que son comunes a todo ser humano? 

Lo preguntamos porque tanto prevalece el uso de la psicoterapia entre los cristianos de hoy que muchos cristianos procuran convertirse en psicoterapeutas (psiquiatras o psicólogos), o son la gran fuente de recomendación de estos “consejeros espirituales”. Tan grave es la situación que el estudio de la psicología se ha convertido en la elección número uno de carrera de gran cantidad de jóvenes de ambos sexos que profesan ser cristianos. De hecho la popularidad de esta “ciencia del alma” es aún más grande entre aquellos que estudian en institutos bíblicos, universidades cristianas y seminarios, y todo esto a nivel mundial.

Los cristianos no deberían sentirse a gusto con las palabras psiquiatra o psicólogo. Ambos términos provienen de la palabra griega psyché, alma. La psicoterapia es por lo tanto la ciencia de las almas humanas. Los psiquiatras y los psicólogos se consideran por lo general médicos o sanadores del alma – pero sólo Dios puede realmente curar a las almas quebrantadas y enfermas.

Es cierto que la psiquiatría y la psicología utilizan verdades basadas en la observación y la reflexión cuidadosa de la condición humana, pero más cierto es que incorporan enseñanzas y prácticas que tienen sus raíces en el engaño espiritual, como por ejemplo, el ocultismo, que es la raíz de prácticas como el hipnotismo, el cual la Biblia llama encantamiento y lo condena en Deuteronomio 18: 10-14, junto a otras prácticas que son alentadas tanto por la psiquiatría como por la psicología.

Esta mezcla de verdad y error se da especialmente en la psicoterapia, la mayor parte de la cual es abiertamente anticristiana, pues busca hacer del paciente una víctima de su pasado y de sus circunstancias en vez de hacerlo responsable de sus actos y culpable de desobedecer el evangelio de Cristo, el cual se puede resumir en un pocas palabras: aceptación de culpabilidad y arrepentimiento hacia Dios por medio de Jesucristo.

Ya que el Señor es el Sanador de las almas humanas, Su Palabra constituye la única fuente de verdad sanadora. Por tanto son los cristianos maduros y experimentados, que no temen participar en el ministerio de liberación de los oprimidos por Satanás (y no los psiquiatras o psicólogos) los que deben aplicar la verdad de Dios a aquellos que sufren, porque sólo los verdaderos cristianos conocen el mundo espiritual, el corazón del hombre y el corazón de Dios.

La Biblia exhorta a los creyentes a sobrellevar los unos las cargas de los otros (Gálatas 6:2) a través de la oración, la intercesión, la comunión y el estudio diligente de la Palabra de Dios. Cualquier otra solución presentada por un cristiano para los problemas de otro cristiano es equivalente a cometer apostasía ante Dios. Esto sin mencionar el hecho de que aconsejar a un no creyente a que busque solución para sus problemas aparte de la que da el Evangelio de Cristo es lo mismo que condenarlo a la perdición eterna.

Si algún cristiano se siente atraído a psicoanalizarse o a dedicarse profesionalmente a la psicoterapia, debiera con toda seriedad buscar la respuesta bíblica a estas preguntas:

1) ¿Cuáles son las antiguas raíces filosóficas en las que se fundamenta la psicología moderna, y cuáles son sus frutos?

2)  ¿Es la psicología un método “científico” que pueda lidiar efectivamente con los problemas más profundos del ser humano?

3) ¿Cuál es el remedio que la Palabra de Dios prescribe para los problemas sociales de nuestra cultura, y, es ese remedio suficiente para los cristianos?

4)  ¿Podemos los cristianos ayudarnos a nosotros mismos y a otros creyentes utilizando correctamente la Biblia, la oración y el poder del Espíritu Santo, o se requiere de un sofisticado y moderno entrenamiento profesional?

5) ¿Es posible para los cristianos tomar lo bueno y desechar lo malo de los principios humanistas seculares de la psicología sin caer en lazo y tentación y contaminar el puro Evangelio de Cristo?

6) ¿Qué comprensión de la personalidad puede darnos la psicología que la Biblia no puede darnos?

7) ¿Pueden los psicólogos cristianos “santificar” los métodos místicos y ocultistas utilizados por la psicología sin sacrificar su testimonio cristiano y la efectividad del Espíritu Santo en los corazones y las conciencias de sus pacientes?

8) ¿Lleva la psicoterapia hacia la puerta estrecha y el camino angosto que lleva a la vida eterna o encaja más bien en la descripción del poder engañoso que menciona la Biblia (2 Tesalonicenses 2:10-12), que condena a todos los que no creen en la verdad?

9) El Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos los creyentes apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios (1 Timoteo 4:1), ¿cómo interpreta el simpatizante de la psicología estas palabras (en el contexto del tema tratado). 

La psicología tiene una preocupación obsesiva con el Yo del ser humano y considera a Cristo y Sus mandamientos como irrelevantes, ¿qué relación ve el lector entre estos tres “temas” cuando lee el siguiente pasaje: 

"Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad pero negarán la eficacia de ella; a estos evita" (2 Timoteo 3:2-5).

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