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miércoles, 29 de junio de 2011

¿CUÁL ES LA IGLESIA VERDADERA?

¿Por qué hay tantas denominaciones?

A medida que la gente iba saliendo de la Edad Oscura, surgieron muchos reformadores para restaurar la verdad bíblica. Los valdenses proclamaron que la Palabra de Dios era el fundamento de la fe. Juan Huss enfatizó que la obediencia a Dios debe estar antes que la obediencia a la iglesia. Martín Lutero vio la verdad maravillosa de la justificación por la fe. Los Anabaptistas redescubrieron la verdad sobre el bautismo por inmersión de los adultos. Juan Wesley redescubrió la verdad de la santificación y de cómo el Espíritu Santo trabaja en nuestras vidas. Los primeros Adventistas redescubrieron la verdad del segundo advenimiento de Jesucristo. Nuevas iglesias y nuevas denominaciones se formaron alrededor de las personas que hicieron estos descubrimientos y alrededor de la luz redescubierta.

Por eso es que tenemos tantas y variadas denominaciones. Cada grupo celebra un particular redescubrimiento de la verdad. Y es aquí donde radica el problema. Dios anhela restaurar toda la verdad en su pueblo en este tiempo final. Quiere que sigamos adelante, haciendo nuevos descubrimientos. Sin embargo las iglesias tienden a permanecer estáticas. Por ejemplo los Luteranos, solo quieren hablar sobre lo que Lutero enseñó; los Metodistas, lo que Wesley enseñó y así sucesivamente. Es bueno preservar las verdades importantes, pero no es bueno construir una pared alrededor ellas y detenernos allí. Dios espera que cada generación acepte las verdades de las primeras generaciones hasta que toda la toda la verdad de la Palabra de Dios sea restaurada. El plan de Dios es hacer un remanente de entre todas las gentes de todas las iglesias y unirlos en un último movimiento que restaurará toda su verdad.

¿Cuál es la iglesia verdadera?

¿Será que algunos se están aferrando a algo equivocado en el nombre de la religión? ¡Hay más de 1,800 denominaciones diferentes, credos, y grupos religiosos hoy! Nuevas iglesias se están levantando rápidamente por todos los países. El materialismo no ha satisfecho a las añoranzas inquietas de los buscadores del siglo 21. Nuestra insaciable búsqueda de placer no ha satisfecho las necesidades de nuestros corazones y nuestras almas. Hondo en nuestro ser hay un deseo interior de conocer y descubrir la verdad. Por esta razón hay un retorno a la religión, un hambre de cristianismo genuino, un clamor del corazón por la verdad que nos sostendrá en los tiempos más difíciles de nuestra vida.

Así que la pregunta es, ¿cómo puede la persona común evaluar las demandas y contrademandas de estas organizaciones religiosas? Hay tantas teorías y doctrinas conflictivas. Aquí hay un principio eterno: “No vayas a una iglesia a buscar la verdad, debes ir a la Biblia para descubrir la verdad; la verdad te hará libre y te guiará a aquellos hermanos que guardan todo el consejo de Dios”.

En 1 Timoteo 3:15 Pablo nos da una de las definiciones más claras de la iglesia en toda la Biblia: “la iglesia del Dios viviente”, él dice, es “columna y baluarte de la verdad”. La iglesia no es simplemente una institución social donde la gente se reúne para sentirse bien. No es una organización humana edificada en la tradición del hombre. La verdadera iglesia es custodia de, protectora de, preservadora de, proclamadora de la Verdad de Dios. La verdad tiene que ser 100% verdad, o no es verdad. El diablo tiene ventajas sobre Dios porque puede usar parte de la verdad y parte del error para engañar. Dios usa solamente la verdad. ¿Qué es verdad? El Señor Jesús es la verdad (Juan 14:6); su Palabra es la verdad (Juan 17:17); el Espíritu Santo es la verdad (Juan 15:26; Juan 16:13); su Ley es la verdad (Salmos 119:142). Nuestro dilema se resume de esta manera: “Hay sólo una pregunta que debemos hacer, y es, ¿cuál es la verdadera iglesia?… Resolviendo esta pregunta inmediatamente se resolverá cada pregunta de controversia religiosa que alguna vez fuera agitada”.

¿Dónde comenzar en la búsqueda de la verdad? Con tantas denominaciones, tantos reclamos de verdad, tal vez te has preguntado, “¿Por qué Dios no hace fácil el verificar tanta información y claramente identificar Su iglesia en los últimos días?” En realidad la Palabra de Dios da claras definiciones y guías que se remontan hasta la iglesia de Cristo en los días de los apóstoles. Veamos brevemente:


La iglesia no es un edificio

Para la mayoría de las personas la palabra iglesia evoca la imagen de edificios antiguos, con bóvedas gigantescas y crucifijos, o tal vez majestuosas catedrales medievales en el corazón de Europa. Cuando piensan en iglesia, piensan en un lugar de adoración, donde se celebran servicios religiosos. Pero, ¿a qué se refiere la Biblia cuando habla acerca de la iglesia?

El Nuevo Testamento habla acerca de la iglesia, se refiere a una reunión de personas. En la Biblia, la palabra iglesia es una traducción de la voz griega ekklesia, que significa “los llamados”. Nunca se refiere al edificio ni al lugar de reunión, sino que siempre se refiere a las personas, aquellos que Dios ha “llamado” de la sociedad del mundo para que lo sirvan. La iglesia de la Biblia no es un edificio de piedra, frío, sino un grupo de personas especialmente escogidas por Dios.

En las Escrituras, iglesia se puede referir a un grupo de creyentes que está en un lugar específico, como una ciudad o región, o a la totalidad del cuerpo de creyentes que Dios
ha llamado.

Así que un edificio sin verdaderos cristianos no puede llamarse una iglesia en el sentido bíblico. La iglesia del Nuevo Testamento es un grupo de personas llamadas por Dios a salir de esta sociedad, aun si se reúnen en un salón alquilado, en una casa, o en una colina cubierta de hierba. Por ejemplo, el apóstol Pablo saludó a la iglesia —la congregación de personas— que se reunía en la casa de Priscila y Aquila en Roma (Romanos 16:3-5).

Cuando el Señor dijo: “…edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18), estaba diciendo que la iglesia —Su pueblo escogido— nunca iba a extinguirse. Permanecería vivo, como un cuerpo cálido y afectuoso de creyentes que luchan por servir a Dios, hacer Su obra y apoyarse mutuamente. En la actualidad, con tantos grupos, denominaciones y organizaciones que compiten y están en conflicto entre sí, ¿cómo podemos reconocer la iglesia –el cuerpo de creyentes - que el Señor Jesucristo ha edificado?

La verdadera iglesia

Las personas equivocadamente piensan que existe una organización terrenal que es la verdadera y única “iglesia”. Pero la iglesia verdadera no es una organización, ni tampoco una serie de edificios sino el cuerpo de verdaderos creyentes los cuales sólo son conocidos por Dios. La iglesia verdadera consiste de aquellos que son regenerados; esto es, de aquellos que son cristianos verdaderos. Sin embargo, existen iglesias que son cristianas e iglesias que no son cristianas.

¿Cómo saber si una iglesia es o no cristiana? La respuesta es simple una vez que entendemos qué hace a un grupo de personas cristiano o no: todo depende de lo que creen y practican.

En primer lugar una iglesia verdadera, un grupo de cristianos genuinos, cree en la Biblia. Mientras que los apóstoles vivían, la iglesia se mantuvo firme y veraz. Pero se hicieron compromisos y se introdujeron prácticas y enseñanzas paganas. Cuando los fieles cristianos protestaron contra la corrupción, fueron amargamente perseguidos por los oficiales de la iglesia. Durante la Edad Oscura millones de creyentes dieron sus vidas antes de comprometer su fe. El reinado de intolerancia duró por cientos de años. Pero la verdad de Dios logró triunfar una vez más. La Biblia, por mucho tiempo encadenada en las paredes y en los púlpitos de los monasterios, fue traducida a la lengua común. Creyentes comunes descubrieron lo que las Escrituras enseñaban. Reformadores valerosos descubrieron más y más verdades de la Palabra de Dios. La verdadera iglesia hace de la Biblia su única regla de fe y práctica (Salmo 119:105; Juan 5:39; 2 Timoteo 3:16).

En segundo lugar una iglesia verdadera cree que Cristo Jesús es tanto Dios como hombre (Juan 1:1, 14; 8:24; Colosenses 2:9; 1 Juan 4:1-4) y que nació de la virgen  María (la naturaleza de la encarnación); que se levantó de la muerte físicamente (Juan 2:19-21; 1 Corintios 15:14); y que la salvación es por gracia a través de la fe (Romanos 5:1; Efesios 2:8-9; Gálatas 3:1-2; 5:1-4). El evangelio es la muerte, sepultura y resurrección de Jesús (1 Corintios 15:1-4; Gálatas 1:8-9). Hay un sólo Dios (Éxodo 20:3; Isaías 43:10; 44:6, 8) que existe como una Trinidad de personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (ver Trinidad).

Por lo tanto un grupo de genuinos cristianos realza a Cristo: Múltiples millones en nuestro mundo siguen los credos de judaísmo, hinduismo, budismo, islamismo, la Nueva Era, y sectas supuestamente “cristianas” que omiten enseñar la plena deidad de nuestro Señor Jesucristo. Manteniéndonos alejados de esos credos, podemos reducir considerablemente nuestra búsqueda, al recordar Hechos 4:12, que nos dice que Él es nuestro único Salvador, nuestro único medio de salvación.

En tercer lugar los verdaderos cristianos guardan los mandamientos del Señor Jesucristo. Él ha dicho: “Si me amáis, guardad mis mandamientos (Juan 14:15)” y “No todo el que me dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Pare que está en los cielos” (Mateo 7:21) La Biblia habla de un “remanente” como la última iglesia de Dios en los últimos días. ¿Cómo podemos identificar al remanente? ¿Qué lo separa de los demás? Se dan dos claves importantes, dos características para identificar este grupo. Apocalipsis 12:17 dice: “Entonces el dragón (Satanás) se llenó de ira contra la mujer (la iglesia); y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios…” Aquí está la descripción de Dios de Su verdadera iglesia, de Sus verdaderos hijos. A primera vista se podría pensar que casi cualquier iglesia cumple con esta descripción. ¿Pero, realmente “guardan los mandamientos de Dios” todas las denominaciones? ¿O será que algunas le sirven de labios solamente y dicen guardar los mandamientos, mientras en realidad los ignoran?

En cuarto lugar la iglesia verdadera, los verdaderos cristianos, tienen el espíritu de profecía. La otra característica que Apocalipsis 12:17 dice que tiene la iglesia de Dios es el “testimonio de Jesucristo”. ¿Qué es eso exactamente? Apocalipsis 19:10 nos dice: “El testimonio de Jesucristo es el espíritu de profecía”. La verdadera iglesia de Dios tiene el don del Espíritu, incluyendo el espíritu de profecía. El don de profecía es una de las marcas inequívocas de la verdadera iglesia de Dios. En 1 Corintios 1:6, 7 Pablo describe a la iglesia de Dios así: “Así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado a vosotros, de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”.

Los verdaderos creyentes viven esperando ansiosamente Su regreso: Dios tiene un mensaje urgente para hoy, un mensaje que allana el camino para la segunda venida de Cristo. La verdadera iglesia de Dios pulsa con la expectativa de ese advenimiento. Cree y predica con poder que el Señor Jesús viene pronto. Ese evento largamente esperado es la “bienaventurada esperanza” de la iglesia (Tito 2:13) y la única esperanza para este viejo y corrompido mundo.

Las verdades esenciales para la salvación esbozadas arriba no agotan las creencias que los verdaderos cristianos deben creer, guardar y practicar. Hay muchas otras doctrinas bíblicas que no afectan el destino eterno del alma humana, pero no por eso son menos importantes para el cristiano diligente; pues con ellas construimos con el oro, la plata y las piedras preciosas que constituyen los únicos materiales que resistirán la prueba de fuego ante el tribunal de Cristo, “para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo” (2 Corintios 5: 10).

“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego” (1 Corintios 3: 9 - 15).   

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Apéndice

OTROS DE LOS NOMBRES PARA LA IGLESIA CRISTIANA

La palabra “iglesia” es sólo una de las varias palabras que se usan en la Biblia para describir al pueblo de Dios. Otros términos usados son: “linaje escogido real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios” (1 Pedro 2:9). Si para referirse al pueblo de Dios nos limitamos al uso de un solo término, estaremos abriendo la puerta al error en nuestro entendimiento de las Escrituras.

Para referirse a individuos, por otro lado, la Biblia también utiliza una serie de términos diferentes a los ya mencionados, tales como: cristianos (1 Pedro 4:16), creyentes (Hechos 5:14), discípulos (Hechos 6:12), miembros de su cuerpo (Efesios 5:30), seguidores de Dios (Efesios 5:1), santos (Filipenses 1:1), herederos de Dios (Gálatas 4:7), nacidos de Dios (1 Juan 4:7) aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (Filipenses 4:3) .

A continuación, otra serie de términos que la Biblia utiliza para referirse a los verdaderos cristianos.

·     La hija de Sion: Juan 12:15: "No temas hija de Sion; He aquí tu Rey viene; Montado sobre un pollino de asna."

·       La iglesia de los Gentiles: Romanos 16:4: "que expusieron su vida por mí; a los cuales no sólo yo doy gracias, sino también todas las iglesias de los gentiles."

·        La iglesia de Dios: 1ª Corintios 1:2: "a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro."

·      Labranza de Dios: 1ª Corintios 3:9: "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios."

·    Edificio de Dios: 1ª Corintios 3:9: "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios."

·       Templo de Dios: 1ª Corintios 3:16: "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?"

·     Carta de Cristo: 2ª Corintios 3:3: "siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón."

·      El cuerpo de Cristo: Efesios 1:22-23: "y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo."

·    Miembros de la familia de Dios: Efesios 2:19: "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios."

·     La ciudad del Dios Vivo: Hebreos 12:22: "sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,"

·      Monte de Sión: Hebreos 12:22: "sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles."

·   La congregación de los primogénitos: Hebreos 12:23: "a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos."

·   Pueblo de Dios: 1ª Pedro 2:10: "vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia."

·  La grey de Dios: 1ª Pedro 5:2: "Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto."

·  La esposa del Cordero: Apocalipsis 19:7: "Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado."
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