¿Qué es el yoga? Para muchos en
Occidente, el yoga es simplemente un sistema de ejercicios físicos, una forma
de fortalecer el cuerpo, aumentar la flexibilidad, y aun sanar o impedir varias
enfermedades del cuerpo. Pero si investigamos la historia y la filosofía del
yoga, descubrimos que “mucho más que un sistema de ejercicios físicos para la
salud, el yoga es… una antigua senda hacia el crecimiento espiritual”. Es una
senda venerada en gran parte de la literatura sagrada de India. [1] Por lo
tanto, si realmente queremos tener una mejor comprensión del yoga, debemos
excavar bajo la superficie y analizar las raíces históricas del tema.
Pero antes de comenzar a excavar
debemos comprender primero lo que significa en realidad el término “yoga”.
“Según la tradición, ‘yoga’ significa ‘unión’, la unión… del ‘jiva’ (el yo transitorio) finito con el
‘Brahmán’ (yo eterno) infinito”. [2]
El término “Brahmán” suele usarse
para el concepto hindú de “Dios”, o Realidad Última. Es una sustancia
impersonal y divina que “permea, envuelve y subyace todo”. [3] Con esto en
mente, veamos brevemente tres textos clave que nos ayudarán a describir el
origen y el desarrollo del yoga dentro de India.
Aparentemente uno puede rastrear
tanto la práctica como la meta del yoga hasta los Upanishads mismos, que fueron escritos probablemente entre 1000 y
500 a.C. [4] Un Upanishad nos dice:
“Une la luz dentro de ti con la luz de Brahmán”. [5] Claramente, entonces, la
meta del yoga (la unión con Brahmán) es al menos tan antigua como los Upanishads.
Además, la palabra “yoga” suele
aparecer en el Bhagavad Gita, un
texto hindú clásico, posiblemente escrito en el siglo V a.C. [6] En el capítulo
6, Krishna dice: “Así llega el gozo supremo al yogui… que es uno con Brahmán,
con Dios”. [7]
Finalmente, alrededor del año 150
d.C., el yogui Patanjali sistematizó el yoga en ocho “miembros” en sus Yoga Sutras. Estos ocho miembros son
como una escalera que supuestamente lleva al yogui de la ignorancia a la
iluminación. En orden, estos ocho miembros son: yama (autocontrol), niyama
(ritos religiosos), asana (posturas),
pranayama (ejercicios de
respiración), pratyahara (control de
los sentidos), dharana (concentración),
dhyana (contemplación profunda) y samadhi (iluminación).[8]
Es
interesante señalar que las posturas y los ejercicios de respiración, a menudo
considerados la totalidad del yoga en Occidente, son los pasos tres y cuatro a
lo largo del camino “real” hacia la unión con Brahmán.
Vemos que el yoga es una antigua
disciplina espiritual profundamente arraigada en la religión del hinduismo.
Ante esto, debemos preguntarnos sinceramente si es realmente prudente que un
cristiano esté involucrado en la práctica del yoga.
A continuación, seguiremos nuestra
discusión revisando algunas de las importantes diferencias doctrinales entre el
yoga y el cristianismo.
El
yoga y el cristianismo: ¿Cuáles son las diferencias?
Muchas personas hoy (incluyendo
algunos cristianos) están dedicándose al yoga. Más adelante consideraremos si
la filosofía del yoga puede ser separada realmente de la práctica del yoga,
pero primero debemos establecer que hay diferencias doctrinales cruciales entre
el yoga y el cristianismo. Consideremos brevemente algunas de estas
diferencias.
Primero, el yoga y el cristianismo
tienen conceptos muy diferentes de Dios. Como hemos dicho antes, la meta del
yoga es experimentar la unión con “Dios”. Pero, ¿qué quieren decir los yoguis
cuando hablan de “Dios” o de Brahmán? Precisamente, ¿a qué se nos alienta a
“unirnos”? La mayoría de los yoguis conciben a “Dios” como una sustancia
impersonal y espiritual, que se extiende a toda la realidad. Esta doctrina se
denomina panteísmo, el punto de vista de que todo es “Dios” difiere
marcadamente con el teísmo del cristianismo bíblico. En la Biblia, Dios se
revela como el Creador personal del universo. Dios es el Creador; el universo, Su
creación. La Biblia mantiene una cuidadosa distinción entre ambos. [9]
Una segunda diferencia entre el yoga
y el cristianismo tiene que ver con sus visiones del hombre. Dado que la
filosofía yoga enseña que todo es “Dios”, se deduce necesariamente que el
hombre también es “Dios”. El cristianismo, sin embargo, hace una clara
distinción entre Dios y el hombre. Dios es el Creador; el hombre, una de Sus
criaturas. Por supuesto que el hombre es único porque, a diferencia de los
animales, fue creado a la imagen de Dios. [10] No obstante, el cristianismo
difiere claramente del yoga en su insistencia absoluta en que Dios y el hombre
son distintos.
Finalmente, consideremos brevemente
cómo el yoga y el cristianismo conciben de forma diferente el problema
fundamental del hombre, así como su solución.
El yoga concibe el problema del
hombre principalmente en términos de ignorancia; el hombre simplemente no sabe
que él es “Dios”. La solución es la iluminación, una experiencia de unión con
“Dios”. Esta solución (que es la meta del yoga) sólo puede ser alcanzada a
través de un gran afán y esfuerzo personal. El cristianismo, sin embargo,
considera que el principal problema del hombre es el pecado, el no conformarse
al carácter y las normas de un Dios moralmente perfecto. El hombre, por lo
tanto, está alienado de Dios y necesita reconciliación con Él. La solución es
Jesucristo, “el Cordero de Dios que quita el pecado del hombre”. [11] A través
de la muerte del Señor Jesús en la cruz, Dios reconcilió al mundo con Él. [12]
Ahora llama a los hombres a recibir libremente todos los beneficios de Su
salvación a través de la fe en Cristo. A diferencia del yoga, el cristianismo
considera a la salvación como un regalo de Dios. Sólo puede ser recibido; nunca
puede ganarse.
Claramente, el cristianismo y el
yoga son puntos de vista mutuamente excluyentes. Pero, ¿son iguales todos los
tipos de yoga? ¿Acaso no hay al menos uno que se ocupe exclusivamente de la
salud física y el ejercicio? A continuación consideraremos más detenidamente el
hatha yoga, el tipo de yoga que suele considerarse puramente físico en su
naturaleza.
¿Qué
es el hatha yoga?
Hasta aquí hemos aprendido que el
yoga es una antigua disciplina espiritual arraigada en un sistema de creencias
que es completamente incompatible con el cristianismo. Pero, ¿se cumple esto en
cualquier tipo de yoga? ¿Acaso el hatha
yoga no se ocupa simplemente del desarrollo físico y la buena salud?
El hatha yoga se ocupa principalmente de dos cosas: los asana (posturas físicas) y los pranayama (ejercicios de respiración).
Pero es importante darnos cuenta de que tanto el asana como el pranayama
juegan un papel importante en el raja
yoga (o “yoga real”) de Patanjali.
En los tradicionales ocho “miembros” del sistema de Patanjali, asana y pranayama son los miembros tres y
cuatro. ¿Cuál es, entonces, la relación entre el hatha yoga y el raja yoga?
Un ex practicante de yoga, Dave
Fletcho, dice que las posturas de yoga “evolucionaron como una parte integral
del raja… yoga”. [13] Él señala que el autor del famoso manual Hatha Yoga
Pradipika “presenta al hatha… pura y exclusivamente para el logro del raja
yoga”.[14] También cita a un estudioso del yoga francés que dice: “el único
propósito del… hatha yoga es suprimir los obstáculos físicos en el… camino real
del raja yoga, y el hatha yoga es llamado, en consecuencia, ‘la escalera hacia
el raja yoga’”.[15] Fetcho está de acuerdo, y señala que las posturas físicas
están “diseñadas específicamente para manipular la conciencia…hacia la
experiencia consumada del raja yoga, el samadhi:
una unión indiferenciada con la esencia primitiva de la conciencia”.[16] Estas
afirmaciones deberían dejar bastante en claro que el hatha yoga, o yoga físico,
ha sido considerado históricamente como simplemente una forma de ayudar al
yogui a lograr la iluminación, el miembro final del raja yoga.
Esto se confirma adicionalmente al
considerar el iyengar yoga, tal vez
la forma más popular de hatha yoga en EE.UU. El sitio Web para el Instituto de
Iyengar Yoga de San Francisco dice: “BKS Iyengar estudia y enseña el yoga tal
como se desarrolla en los yoga sutras de Patanjaili [sic] y el Hatha Yoga
Pradipika, entre otros textos clásicos. Por lo tanto, los asana, o posturas,
son enseñados como uno de los ocho miembros… del yoga definidos por Patanjali”.[17]
De hecho, el fin último del iyengar hatha yoga es precisamente el mismo del
raja yoga de Patanjali.[18] Ambos buscan experimentar la unión con “Dios”,
Brahmán, o conciencia universal.
Si todo esto es así, parece cada vez
más evidente que el hatha yoga podría terminar por involucrar a sus
participantes en algo que es mucho más que el ejercicio físico. Si bien tal vez
no sea obvio inicialmente, la meta final del hatha es la misma que toda otra
forma de yoga: la unión del yo con una conciencia impersonal y universal.
Debemos recordar que la Biblia nunca exhorta a los cristianos a buscar una
experiencia así. Por el contrario, nos advierte acerca de los peligros
potenciales de hacerlo. Ahora consideraremos si la práctica del yoga podría ser
en realidad peligrosa, y por qué.
¿Puede
ser perjudicial el yoga?
A pesar de sus pregonados beneficios
para la salud, hay numerosas advertencias en la literatura de yoga acreditada
que previene que el yoga puede ser perjudicial físicamente, mentalmente y
espiritualmente, si no se lo practica correctamente.
Por ejemplo, Swami Prabhavananda
advierte acerca de los peligrosos efectos físicos que pueden resultar de los
ejercicios de respiración del yoga: “A menos que se hagan correctamente, hay
una buena posibilidad de dañar el cerebro. Y las personas que practican este
tipo de respiración sin una supervisión adecuada pueden sufrir una enfermedad
que ninguna ciencia o médico conocidos pueden curar”. [19]
Además, muchos yoguis advierten que
la práctica del yoga puede poner en peligro la cordura de una persona. Al
describir el despertar del “kundalini”
(el poder de la serpiente enroscada), Gopi Krishna registra su propia
experiencia de la siguiente forma: “Fue variable durante muchos años, dolorosa,
obsesiva... He pasado por casi todas las etapas de... tipos de mente:
mediúmica, psicótica y otros; durante un tiempo estuve alternando entre la
cordura y la locura”.[20]
Sin embargo, finalmente, desde una
perspectiva cristiana parecería que el yoga también podría ser perjudicial
espiritualmente. Para entender por qué, volvamos a la experiencia del “kundalini”. El erudito de yoga Hans
Riecker dice: “El kundalini es el
fundamento de todas las prácticas del yoga”. [21] Pero, ¿qué es exactamente el kundalini, y por qué es tan fundamental
para la práctica del yoga?
Swami Vivekananda resume la
experiencia del kundalini de la
siguiente forma:
“Cuando se lo despierta a través de
la práctica de disciplinas espirituales, sube por la columna vertebral, pasa a
través de los distintos centros y llega finalmente al cerebro, en cuyo momento
el yogui experimenta el samadhi, o
la absorción total en la Deidad”.[22]
Y el investigador John White lleva
la importancia de esta experiencia aún más lejos al decir: “Si bien la palabra
kundalini proviene de la tradición del yoga, casi todas las principales
religiones, caminos espirituales y auténticas tradiciones ocultistas del mundo
consideran que algo similar a la experiencia de kundalini tiene importancia en
la “divinización” de una persona. La palabra en sí tal vez no aparezca... pero
el concepto está allí... como una clave para logra la condición divina”.[23]
Al leer descripciones de este tipo
sobre el kundalini, o el poder de la serpiente enroscada, un cristiano casi
puede oír el siseo de “la serpiente antigua… [la cual engaña al mundo entero”. [24]
En Edén, aduló a nuestros primeros padres diciéndoles: “Seréis como Dios”. [25]
Y, si bien el cristianismo y el yoga tienen conceptos muy diferentes de Dios,
¿no es esto, en esencia, lo que promete el yoga?
Swami Ajaya dijo una vez: “La
principal enseñanza del yoga es que la verdadera naturaleza del hombre es
divina”. [26] Obviamente, esta no es la visión cristiana del hombre. Pero, si
la meta de yoga es que uno realice su divinidad esencial a través de la unión
con “Dios”, entonces ¿no debería el cristiano considerar la práctica que
conduce a esta realización como algo que potencialmente es dañino espiritualmente?
¿Puede
separarse la filosofía y la práctica?
Hemos visto que el yoga es una
antigua disciplina espiritual cuyas doctrinas centrales son completamente incompatibles
con las del cristianismo. Aun el hatha yoga, que suele considerarse
que se ocupa exclusivamente del desarrollo físico, se entiende mejor como un
mero medio para ayudar al yogui a alcanzar la meta de samadhi, o unión con
“Dios”. Además, hemos visto que todo yoga, incluyendo el hatha, tiene el
potencial para ser dañino físicamente, mentalmente y espiritualmente.
A la luz de esta evidencia, podría
parecer que la pregunta: “¿Puede separarse la filosofía del yoga de la práctica
del yoga?” ya ha sido contestada en sentido negativo. Y este es, por cierto, el
punto de vista de muchos estudiosos del yoga. Dave Fletcho, que perteneció a la
Sociedad de Yoga Ananda Marga, ha escrito: “El yoga físico, según sus
definiciones clásicas, es inherentemente y funcionalmente incapaz de ser
separado de la metafísica religiosa oriental”.[27] Es más, las autoridades en
yoga Feuerstein y Miller, al hablar sobre las posturas del yoga (asana) y los ejercicios de respiración (pranayama), indican que este tipo de
prácticas son algo más que sólo otra forma de ejercicio; por cierto, son
“ejercicios psicosomáticos”. [28] ¿Significa esto que separar la teoría de la
práctica es simplemente imposible en el yoga?
Al recorrer cuidadosamente un texto
introductorio sobre el hatha yoga, [29] uno ve que se ilustran muchas posturas.
Varias de estas podrán ser similares, si no son idénticas, a ejercicios y
estiramientos que uno ya está haciendo. Por cierto, si uno participa en un
programa de estiramientos regular, esto es muy probable. Esto plantea una
importante pregunta. Supongamos que estas posturas de yoga del nivel inicial se
hacen en un contexto completamente desprovisto de la filosofía del yoga. En un
caso como éste, ¿no nos obliga la sinceridad a reconocer al menos la
posibilidad de separar la teoría de la práctica?
Estamos de acuerdo con los estudiosos
que hemos citado en este breve artículo, quienes saben muchísimo más del tema
que nosotros, en que esta distinción NO es válida. Si bien alguna
persona cándida pudiera replicar que ve
que esta distinción es legítima (aunque sólo sea al inicio de este tipo de
prácticas, y sólo con relación a las posturas), los ejercicios de respiración,
por varias razones, siguen siendo problemáticos. [30] Esta distinción plantea aun
otra pregunta: ¿Cuántas personas comienzan un programa de ejercicios con la
intención de nunca avanzar más allá del nivel más básico? Y, dado que por la
naturaleza misma de la práctica del yoga, esta distinción sólo podría ser
válida en las primerísimas etapas, ¿por qué querría un cristiano iniciar jamás
este proceso?
Si alguien quiere iniciar un
programa de ejercicios con beneficios físicos similares al yoga, pero sin el
equipaje espiritual negativo, debería considerar el aerobismo de bajo impacto,
el ballet acuático, el estiramiento, la caminata o el escalamiento. [31] Estos
programas pueden ser igualmente beneficiosos para el cuerpo, sin poner en peligro
al alma potencialmente. Los cristianos harían bien en nunca comenzar la
práctica del yoga, y en aplicar siempre en sus vidas las palabras del Señor que
nos dicen: “sed, pues, sabios como serpientes, y sencillos como palomas” (Mateo
10:16).
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Notas
[1] Essence and Purpose of Yoga: The Initiatory Pathways to the
Transcendent (Massachusetts: Element Books, Inc., 1996), contraportada.
[2] The Watchman Expositor (Vol. 18, No. 2, 2001): 5.
[3] Ibid.
[4] Ibid., 6.
[5] Ibid., citado en Swami Prabhavananda and Frederick Manchester, The
Upanishads: Breath of the Eternal (New York: New American Library, 1957),
120ff.
[6] Bhagavad Gita, trad. Juan Mascaro (New York: Penguin Books, 1962),
contraportada.
[7] Ibid., 71.
[8] John Ankerberg and John Weldon, Encyclopedia of New Age Beliefs
(Eugene, Oregon: Harvest House Publishers, 1996), 601.
[9] Ver Romanos
1:18-25.
[10] Ver Génesis 1:26.
[11] Juan 1:29.
[12] Ver 2 Corintios 5:19.
[13] Dave Fetcho, "Yoga," (Berkeley, CA: Spiritual
Counterfeits Project, 1978), citado en Ankerberg and Weldon, Encyclopedia of
New Age Beliefs, 602.
[14] Ibid., 603.
[15] Ibid.
[16] Ibid., 602.
[17] Ver "Source and Context:
Patanjali and Ashtanga Yoga" en http://www.iyisf.org. Esta cita fue tomada
del sitio el 1 de marzo de 2002.
[18] Ibid.
[19] Swami Prabhavananda, Yoga and Mysticism (Hollywood, CA: Vedanta
Press, 1972), 18, citado en Ankerberg and Weldon, Encyclopedia of New Age
Beliefs, 604.
[20] Gopi Krishna, The Awakening of Kundalini (New York: E.P. Dutton,
1975), 124, citado en Ankerberg and Weldon, Encyclopedia of New Age Beliefs,
608.
[21] Hans Ulrich Rieker, The Yoga of Light: Hatha Yoga Pradipika (New
York: Seabury Press, 1971), 101, citado en Ankerberg and Weldon, Encyclopedia
of New Age Beliefs, 606.
[22] Swami Vivekananda, Raja Yoga (New York: Ramakrishna-Vivekananda
Center, 1970), 16, citado en Scott, "Exercise or Religious Practice? Yoga:
What the Teacher Never Taught You in That Hatha Yoga Class," 5.
[23] John White, ed., Kundalini Evolution and Enlightenment (Garden
City, NY: Anchor, 1979), 17, citado en Ankerberg and Weldon, Encyclopedia of
New Age Beliefs, 606.
[24] Ver Apocalipsis 12:9.
[25] Ver Génesis 3:5.
[26] Swami Rama, Lectures on Yoga: Practical Lessons on Yoga (Glenview,
IL: Himalayan International Institute of Yoga, Science and Philosophy, 1976,
rev.), vi, citado en Ankerberg and Weldon, Encyclopedia of New Age Beliefs,
596.
[27] Dave Fetcho, "Yoga," 2, citado en Ankerberg and Weldon,
Encyclopedia of New Age Beliefs, 600.
[28] George Feuerstein and Jeanine Miller, Yoga and Beyond: Essays in
Indian Philosophy (New York: Schocken, 1972), 27-28, citado en Ankerberg and
Weldon, Encyclopedia of New Age Beliefs, 600.
[29] Por ejemplo, Richard Hittleman, Introduction to Yoga (New York:
Bantam Books, 1969)
[30] Por ejemplo, los ejercicios
respiratorios pueden ser físicamente peligrosos. Sri Chinmoy escribió:
“Practicar pranayama sin una guía verdadera es muy peligroso. Conozco tres
personas que han muerto como resultado de hacerlo...” Ver Great Masters and the Cosmic Gods (Jamaica, NY: Agni Press, 1977),
8, citado en Ankerberg and Weldon, Encyclopedia of New Age Beliefs, 604. Sin
embargo, además, desde una perspectiva cristiana este tipo de ejercicios pueden
ser mentalmente y espiritualmente peligrosos (al menos potencialmente) porque
pueden inducir estados alterados de conciencia que pueden hacer que uno esté
más vulnerable al engaño demoníaco. Por cierto, el psicólogo Ernest L. Rossi ha
escrito con relación al pranayama: “La manipulación manual del ciclo nasal
durante la meditación (dhyana) es la técnica más meticulosamente documentada
para alterar la conciencia”. Ver Benjamin B.
Wolman and Montague Ullman, eds., Handbook of States of Consciousness (New
York: Van Nostrand Reinhold, 1986), 113, citado en Ankerberg and Weldon,
Encyclopedia of New Age Beliefs, 595.
[31] Por supuesto que este tipo de programas
necesitan ser adaptados a las necesidades y metas de la persona. Siempre es
bueno hablar con su médico antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios.