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sábado, 1 de diciembre de 2012

EL EDIFICIO DE IGLESIA: HEREDANDO EL COMPLEJO DEL EDIFICIO


(Como en el caso anterior, las numerosas notas a pie de página han sido eliminadas en esta versión del capítulo 3 del libro Cristianismo Pagano, pero hemos puesto entre corchetes los números de estas en el lugar donde aparecen en el original, para que el lector sepa que ahí se hace referencia a un autor o a una obra.)

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En el proceso de reemplazar las antiguas religiones, el cristianismo se convirtió en una religión. -Alexander Schmemann

Que los cristianos en la era apostólica hayan construido casas de culto especiales es impensable… Así como el Salvador del mundo nació en un establo y ascendió al cielo desde una montaña, sus apóstoles y sus sucesores hasta el tercer siglo predicaron en las calles, los mercados, en montañas, en barcos, sepulcros, cuevas y desiertos, y en las casas de sus convertidos. Pero, ¿cuántos miles de iglesias y capillas costosas han sido construidas desde entonces y todavía son construidas constantemente en todas partes del mundo para honrar el Redentor crucificado, que en los días de su humillación no tuvo un lugar propio donde apoyar su cabeza? –Philip Schaff

El cristiano contemporáneo está enamorado del ladrillo y el cemento. El complejo del edificio está tan arraigado en nuestro pensamiento que si un grupo de creyentes empieza a reunirse, sus primeros pensamientos están dirigidos a conseguir un edificio. Porque ¿cómo puede pretender un grupo de cristianos ser una iglesia legítimamente sin un edificio? (Esta es la forma de pensar.)

El edificio de la “iglesia” están tan relacionado con la idea de iglesia que, inconscientemente, los equiparamos. Escuche simplemente el vocabulario del cristiano promedio de hoy:

- “¡Vaya, cariño! ¿Viste esa hermosa iglesia que acabamos de pasar?” .

- “¡Caramba! Esa es la iglesia más grande que he visto jamás! Me pregunto cuánto pagarán por la electricidad para que funcione”.

- “Nuestra iglesia es demasiado pequeña. Me está dando claustrofobia. Necesitamos ampliar el balcón”.

- “La iglesia está helada hoy; me estoy congelando aquí”.

- “Hemos ido a la iglesia todos los domingos el año pasado salvo cuando se le cayó el microondas sobre el dedo del pie de la tía Yolanda”.

¿Y la terminología del pastor típico?

- “¿No es maravilloso estar en la casa de Dios hoy?”.

- “Debemos mostrar reverencia cuando entramos en el santuario del Señor”.

¿Y la madre que le dice a su hija feliz (por lo bajo): “Quítate esa sonrisa de la cara. Estás en la iglesia ahora. Hay que portarse bien en la casa de Dios”.

Francamente, ninguno de estos pensamientos tiene nada que ver con el cristianismo del Nuevo Testamento. Más bien reflejan el pensamiento de otras religiones; principalmente el judaísmo y el paganismo. [1]

Templos, sacerdotes y sacrificios

El antiguo judaísmo estaba centrado en tres elementos: el templo, el sacerdocio y el sacrificio. Cuando vino Jesús, puso fin a cada uno de ellos, cumpliéndolos en sí mismo. Él es el Templo [2] que encarna una casa nueva y viviente hecha de piedras vivas, “sin manos”. [3] Él es el Sacerdote [4] que ha establecido un nuevo sacerdocio. [5] Y Él es el Sacrificio perfecto y acabado. [6]

Como consecuencia, tanto el templo como el sacerdocio y el sacrificio del judaísmo cesaron con la venida de Jesucristo. [7] Cristo es el cumplimiento y la realidad de todo ello. [8] En el paganismo grecorromano, [9] estos tres elementos también estaban presentes: los paganos tenían sus templos, [10] sus sacerdotes y sus sacrificios. [11]

Sólo los cristianos se deshicieron de todos estos elementos. [12] Bien puede decirse que el cristianismo fue la primera religión que haya surgido jamás no basada en un templo. En las mentes de los primitivos cristianos, era el pueblo que constituía un espacio sagrado, y no la arquitectura. Los primeros cristianos entendían que ellos mismos, corporativamente, eran el templo de Dios y la casa de Dios. [13]

Es llamativo que en ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos los términos “iglesia” (ekklesia), “templo” o “casa de Dios” usados para referirse a un edificio. Al oído del cristiano del primer siglo, denominar ekklesia (iglesia) a un edificio sería como llamar rascacielos a una mujer. [14]

El primer uso registrado de la palabra ekklesia (iglesia) para referirse a un lugar de reunión cristiano fue en el año 190 d.C., por Clemente de Alejandría (150-215). [15] Clemente fue la primera persona en utilizar la frase “ir a la iglesia”, un pensamiento extraño para los creyentes del primer siglo. [16] (Uno no puede ir a algo que uno es. A lo largo del Nuevo Testamento, ekklesia siempre se refiere a una asamblea de personas, no un lugar.) [17]

Aun así, la referencia de Clemente a “ir a la iglesia” no es una referencia a asistir a un edificio especial para el culto. Más bien se refiere a un hogar privado que los cristianos del segundo siglo usaban para sus reuniones. [18] Los cristianos no erigieron edificios especiales para el culto hasta la era de Constantino, en el siglo cuarto [19]. Tampoco tuvieron una casta sacerdotal especial apartada para servir a Dios. En cambio, cada creyente reconocía que él o ella era un sacerdote para Dios.

Los primeros cristianos también se deshicieron de los sacrificios. Porque entendían que el Sacrificio verdadero y final (Cristo) había venido. Los únicos sacrificios que ofrecían eran sacrificios espirituales de alabanza y acción de gracias. [20]

Cuando el catolicismo romano evolucionó entre el cuarto y el sexto siglo, absorbió las prácticas religiosas del paganismo y el judaísmo. Creó un sistema sacerdotal profesional. Erigió edificios sagrados. [21] Y convirtió a la Cena del Señor en un sacrificio misterioso.

Siguiendo el camino de los paganos, el catolicismo adoptó la práctica de quemar incienso y tener vírgenes vestales (sagradas). [22] Afortunadamente los protestantes desecharon el uso de la Cena del Señor como sacrificio, la quema de incienso y las vírgenes vestales. Pero retuvieron la casta sacerdotal (el clero) así como el edificio sagrado.

De iglesias caseras a catedrales sagradas

Los primeros cristianos creían que Jesús es la presencia misma de Dios. Creían que el Cuerpo de Cristo, la Iglesia, constituye un templo.

Cuando el Señor Jesús estuvo en la tierra, hizo algunas declaraciones radicalmente negativas en cuanto al templo judío [23]. La principal fue que sería destruido. [24]

Si bien Jesús apuntaba al templo que existía en el sentido arquitectónico, en realidad hablaba de su Cuerpo. Jesús dijo que, después que el templo fuera destruido, Él lo levantaría en tres días. Significativamente, se refería al verdadero templo –la iglesia– que Él levantó en sí mismo al tercer día.

Desde que Cristo resucitó, nosotros los cristianos hemos pasado a ser el templo de Dios. [25] Por esta razón el Nuevo Testamento siempre reserva la palabra “iglesia” (ekklesia) para el pueblo de Dios. Nunca emplea esta palabra para referirse a un edificio de ningún tipo.

El acto de Jesús de limpiar el templo significaba que el “culto del templo” del judaísmo estaba siendo reemplazado por Él mismo [26]. Con su llegada, el Padre ya no sería adorado en un monte o en un templo. En cambio, sería adorado en espíritu y en verdad. [27]

Cuando nació el cristianismo, era la única religión en la tierra que no tenía objetos sagrados, personas sagradas ni espacios sagrados. [28] Aunque estaban rodeados por sinagogas judías y templos paganos, los primeros cristianos eran las únicas personas religiosas en la tierra que no erigían templos sagrados para su culto. [29] La fe cristiana nació en hogares, en patios, junto a caminos y en salas de estar. [30]

Durante los primeros tres siglos, los cristianos no tuvieron ningún edificio especial. [31] Como dijo un erudito: “El cristianismo que conquistó el Imperio Romano fue esencialmente un movimiento centrado en los hogares”. [32] Algunos han sostenido que esto fue por la fuerza. Pero no es cierto. [33] Fue una elección consciente de parte de ellos. [34]

Al crecer el tamaño de las congregaciones, empezaron a remodelar sus casas para acomodar mayor cantidad de personas. [35] Uno de los descubrimientos más destacados de la arqueología es la casa de Dura Europos, en lo que hoy es Siria. Este es el lugar de reunión cristiano más antiguo identificable. [36] Era simplemente un hogar privado remodelado como lugar de reunión cristiano alrededor del año 232 d.C.37

La casa de Dura Europos era, esencialmente, una casa donde se había quitado la pared entre dos dormitorios para crear una sala de estar grande. [38] Con esta modificación, la casa pudo alojar unas setenta personas. [39]

Las casas remodeladas, como la de Dura Europos, no pueden clasificarse correctamente como “edificios de iglesia”. Eran simplemente casas remozadas para acomodar congregaciones más grandes. [40] Además, estas casas nunca fueron llamadas “templos”, el término que usaban tanto paganos como judíos para sus lugares sagrados. Los cristianos no comenzaron a llamar a sus edificios “templos” hasta el siglo XV. [41]

La creación de espacios y objetos sagrados

A fines del siglo segundo y en el tercero hubo un cambio. Los cristianos empezaron a adoptar la costumbre pagana de venerar a los muertos. [42] Su foco era la memoria de los mártires. [43] Así empezaron las oraciones por los santos (que luego se convirtieron en oración a ellos). [44]

Los cristianos tomaron de los paganos la práctica de realizar comidas en honor de los muertos. [45] Tanto el funeral cristiano como la endecha fúnebre salieron directamente del paganismo del tercer siglo. [46]

Los cristianos del tercer siglo tenían dos lugares para sus reuniones: sus hogares privados y el cementerio. [47] Se reunían en el cementerio porque querían estar cerca de sus hermanos fallecidos. [48] Creían que compartir una comida en el cementerio de un mártir era hacer memoria de él y adorar en su compañía. [49]

Dado que los cuerpos de los “santos” mártires estaban allí, los lugares de entierro cristiano comenzaron a verse como “espacios sagrados”. [50] Entonces los cristianos comenzaron a construir pequeños monumentos sobre estos espacios, especialmente sobre las tumbas de los santos famosos. [51] Construir un santuario sobre un lugar de entierro y llamarlo “sagrado” era también una práctica pagana. [52]

En Roma, los cristianos empezaron a decorar las catacumbas (lugares de entierro subterráneos) [53] con símbolos cristianos. Así, el arte comenzó a asociarse con los espacios sagrados. Clemente de Alejandría (150-215 d.C.) fue uno de los primeros cristianos en apoyar el uso de artes visuales en la adoración. [54]

(Entre paréntesis, la cruz como una referencia artística a la muerte de Cristo no puede encontrarse antes del tiempo de Constantino. [55] El crucifijo, una representación artística del Salvador colgando de la cruz, hizo su primera aparición en el quinto siglo. [56] La costumbre de hacer la “señal de la cruz” con las manos se retrotrae al segundo siglo.) [57]

Alrededor del segundo siglo, los cristianos empezaron a venerar los huesos de los santos, considerándolos sagrados. Con el tiempo, esto llevó a la colección de reliquias. [58] La veneración de los muertos fue la mayor fuerza formadora de comunidades en el Imperio Romano. [59] Ahora los cristianos la estaban incorporando a su propia fe. [60]

A fines del segundo siglo hubo un cambio en la forma de ver la Cena del Señor. Pasó de ser una comida completa a una ceremonia estilizada llamada “Santa Comunión”. [61]

Para el cuarto siglo, esta tendencia se volvió ridícula. La copa y el pan eran considerados como cosas que producían una sensación de sobrecogimiento, temor y misterio. A tal punto que las iglesias en el Oriente ponían un dosel sobre la mesa de altar, [62] donde se colocaban el pan y la copa. [63] (En el siglo XVI, se le agregaron barandillas a la mesa de altar. [64] Las barandillas indicaban que la mesa de altar era un objeto santo que sólo podía ser manipulado por personas santas; es decir, el clero.) [65]

Así que, para el tercer siglo, los cristianos no solamente tenían espacios sagrados. Tenían objetos sagrados también. (Pronto desarrollarían un sacerdocio sagrado.) En todo esto, los cristianos del segundo y tercer siglo comenzaron a asimilar la mentalidad mágica que caracterizaba el pensamiento de los paganos. [66] Todos estos factores abonaron el terreno cristiano para el hombre que sería responsable de crear los edificios de iglesia.

Constantino: el padre del edificio de iglesia

La historia de Constantino (285-337 d.C.) es una página oscura en el cristianismo. Los edificios de iglesia comenzaron con él. [67] La historia es asombrosa.

Cuando apareció en escena Constantino, el ambiente estaba listo para que los cristianos escaparan de su condición de despreciados y minoría. La tentación de ser aceptados fue simplemente demasiado fuerte para resistir, y la bola de nieve constantiniana comenzó a rodar.

En 312 d.C., Constantino se convirtió en César del Imperio Occidental. [68] En 324 se convirtió en Emperador de todo el Imperio Romano. Poco después, empezó a encargar la construcción de edificios de iglesia para promover la popularidad y aceptación del cristianismo. Si los cristianos tuvieran sus propios edificios sagrados -como los judíos y los paganos- su fe sería considerada legítima.

Es importante entender la mentalidad de Constantino, porque fue la matriz que dio a luz el edificio de iglesia. El pensamiento de Constantino estaba dominado por la superstición y la magia pagana. Aun después de convertirse en Emperador, permitió que las antiguas instituciones paganas permanecieran como estaban. [69]

Después de su conversión al cristianismo, Constantino nunca abandonó el culto al sol. Mantuvo el sol en sus monedas. [70] Y erigió una estatua del dios sol que llevaba su propia imagen en el Foro de Constantinopla (su nueva capital). [71] También construyó una estatua de la diosa madre Cibeles. (Si bien la presentó en una postura de oración cristiana.). [72]

(Los historiadores siguen debatiendo si Constantino fue o no un cristiano genuino. El hecho de que habría hecho ejecutar a su hijo mayor, su sobrino y su cuñado no ayuda a fortalecer el caso a favor de su conversión. [73] Pero no vamos a investigar esta línea demasiado profundamente aquí.)

En 321 d.C., Constantino decretó que el domingo sería un día de descanso, un feriado legal. [74] Aparentemente, la intención de Constantino al hacerlo era honrar al dios Mitras, el Sol Invicto. [75] (Él describía al domingo como “el día del sol”. [76]) Para demostrar aún más su afinidad con la adoración del sol, las excavaciones de San Pedro en Roma descubrieron un mosaico de Cristo como el Sol Invicto. [77]

Casi hasta el día de su muerte Constantino “siguió funcionando como el sumo sacerdote del paganismo”. [78] De hecho, retuvo el título pagano Pontifex Maximus, que significa jefe de los sacerdotes paganos. [79] (En el siglo XV, este mismo título pasó a ser el título honorífico del Papa católico) [80]

Constantino usó rituales y decoraciones paganos así como cristianos al dedicar su nueva capital, Constantinopla. [81] Y utilizó fórmulas mágicas paganas para proteger las cosechas y sanar enfermedades. [82]

Además, toda la evidencia histórica indica que Constantino era un egomaníaco. Cuando construyó la nueva “Iglesia de los Apóstoles”, erigió monumentos a los doce apóstoles. Los doce monumentos rodeaban un único sepulcro que yacía en el centro. Esa tumba estaba reservada para Constantino mismo, lo cual lo convertía en el decimotercer y principal apóstol. [83] De esta forma Constantino no solamente continuó la práctica pagana de honrar a los muertos, [84] sino que él también buscó ser incluido entre los muertos importantes. [85]

Constantino también reforzó el concepto pagano del carácter sagrado de objetos y lugares. [86] En gran parte gracias a su influencia, el tráfico de reliquias se hizo habitual en la iglesia. [87] Para el cuarto siglo la obsesión con las reliquias se volvió tan grave que algunos líderes cristianos se pronunciaron en su contra diciendo: “Una práctica pagana introducida en las iglesias bajo el manto de la religión… la obra de idólatras”. [88]

Constantino es reconocido también por traer a la fe cristiana el concepto de “sitio sagrado”, que estaba basado en el modelo del santuario pagano. [89] Debido a la aureola de “carácter sagrado” que los cristianos del cuarto siglo atribuyeron a Palestina, llegó a ser conocida como “la Tierra Santa” para el sexto siglo. [90]

Aun más asombroso es que, después de la muerte de Constantino, fue declarado “divino”. (Esta era la costumbre para todos los emperadores paganos que murieron antes que él.) [91] Fue el Senado el que lo declaró un dios pagano al morir. [92] Y nadie les impidió hacerlo.

Al llegar a este punto deberíamos decir algo sobre la madre de Constantino, Helena. Esta mujer era muy conocida por su obsesión por las reliquias. En 326, Helena hizo un peregrinaje a Tierra Santa. [93] En 327, en Jerusalén, encontró supuestamente la cruz y los clavos usados para crucificar a Jesús. [94] Se dice que Constantino promovió la idea de que los pedazos de madera de la cruz de Cristo tenían poderes espirituales. [95] Sin duda había una mente mágico-pagana obrando en el Emperador Constantino. He aquí el padre del edificio de iglesia.

El programa de construcción de Constantino

Después del viaje de Helena a Jerusalén, en 327, Constantino comenzó a erigir los primeros edificios de iglesias por todo el Imperio Romano. [96] Al hacerlo, siguió el camino de los paganos que construían templos para honrar a Dios. [97]

Es interesante que dio a sus iglesias nombres de santos, igual que los paganos, que daban a sus templos los nombres de sus dioses. Constantino construyó sus primeros edificios de iglesia sobre los cementerios donde los cristianos celebraban comidas por los santos muertos. [98] Es decir, los construyó sobre los cuerpos de santos muertos. [99] ¿Por qué? Porque durante al menos un siglo antes los lugares de entierro de los santos eran considerados “espacios sagrados”. [100]

Muchos de los edificios más grandes fueron construidos sobre las tumbas de los mártires. [101] Esta práctica estaba basada en la idea de que los mártires tenían el mismo poder que antes habían atribuido a los dioses del paganismo. [102] Aunque era una práctica pagana, los cristianos adoptaron este punto de vista en su totalidad.

Los más famosos “espacios sagrados” cristianos fueron: San Pedro, sobre el monte Vaticano (construida sobre la presunta tumba de Pedro), [103] San Pablo Extramuros (construida sobre la presunta tumba de Pablo), [104] la deslumbrante y asombrosa iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén (construida sobre la presunta tumba de Cristo) [105] y la iglesia de la Natividad, en Belén (construida sobre la cueva donde supuestamente nació Jesús). [106] Constantino construyó nueve iglesias en Roma y muchas más en Jerusalén, Belén y Constantinopla. [107]

He aquí las raíces del edificio de iglesia “sagrado”, querido cristiano. Es completamente pagano. Fue inventado por un ex pagano que todavía tenía una mente pagana. Y fue construido sobre la idea pagana de que los muertos crean un espacio sagrado. Por favor recuerde esto la próxima vez que usted escuche hablar de un edificio de iglesia como la casa “santa” y “sagrada” de Dios.

Explorando los primeros edificios de iglesias

Como el edificio era considerado sagrado, los asistentes debían pasar por un rito de purificación antes de entrar. Así que, en el siglo cuatro, se construyeron fuentes en el atrio para que los cristianos pudieran lavarse antes de ingresar al edificio. [108]

Los edificios de iglesia de Constantino eran construcciones espaciosas y magníficas que se decía eran “dignos de un Emperador”. Eran tan espléndidos que sus contemporáneos paganos señalaban que “estos enormes edificios imitaban la estructura de los templos paganos”. [109] Esto no debería ser ninguna sorpresa. Constantino decoraba profusamente los nuevos edificios de iglesia con arte pagano.  [110]

Los edificios de iglesia construidos bajo Constantino seguían el modelo exacto de la basílica. [111] La basílica era el edificio gubernamental común. [112] Y estaba diseñada siguiendo el estilo de los templos paganos griegos. [113]

Las basílicas cumplían la misma función que los auditorios de colegios secundarios actuales. Eran ideales para tener sentadas multitudes pasivas y dóciles que observan una función. Esta fue una de las razones por la que Constantino escogió el modelo de la basílica. [114]

También la privilegió por su fascinación con la adoración del sol. Las basílicas eran diseñadas de forma tal que el sol cayera sobre el orador cuando enfrentaba la congregación. [115] Al igual que los templos de los griegos y romanos, las basílicas cristianas fueron construidas con una fachada (frente) que miraba hacia el este. [116]

Exploremos la basílica cristiana por dentro. Era una réplica exacta de la basílica romana usada para los magistrados y oficiales romanos. Las basílicas cristianas tenían una plataforma elevada donde ministraba el clero, a la que se solía acceder mediante varios escalones. [117] También había una baranda o pantalla que separaba al clero de los laicos. [118]

En el centro del edificio estaba el altar. Podía ser una mesa (mesa de altar) o un cofre
cubierto por una tapa. [119] El altar era considerado el lugar más sagrado del edificio por dos razones. Primeramente, solía contener las reliquias de los mártires. [120] (Después del quinto siglo, la presencia de una reliquia en el altar de la iglesia era esencial para legitimar una iglesia.) [121] En segundo lugar, la Eucaristía (el pan y la copa) estaba sobre el altar.

La Eucaristía, considerada ahora como un sacrificio sagrado, era ofrecida sobre el altar. [122] Como eran considerados “hombres santos”, sólo al clero se le permitía recibir la Eucaristía dentro de la barandilla del altar. [123]

Frente al altar estaba la silla del obispo, denominada cathedra. [124] El término ex cátedra proviene de esta silla, y quiere decir ‘desde el trono’. [125] La silla del obispo, o “trono”, como se la denominaba, era el asiento más grande y elaborado del edificio. Reemplazaba el asiento del juez en la basílica romana. [126] Estaba rodeada por dos filas de sillas reservadas para los ancianos. [127]

El sermón era predicado desde la silla del obispo. [128] El poder y la autoridad descansaban en la silla, que estaba cubierta con una tela de lino blanca. Los ancianos y diáconos se sentaban a ambos lados de ella, en un semicírculo. [129] La distinción jerárquica inserta en la arquitectura de la basílica era inconfundible.

Es interesante que la mayoría de los edificios de iglesia modernos tienen sillas especiales para el pastor y su personal situadas sobre la plataforma detrás del púlpito. (Como el trono del obispo, la silla del pastor suele ser las mayor.) Todas estas cosas son, claramente, vestigios de la basílica pagana.

Además de todo esto, Constantino no realizó una destrucción masiva de los templos paganos. Tampoco los clausuró. [130] En algunos lugares, los templos paganos existentes fueron vaciados de sus ídolos y convertidos en edificios cristianos. [131] Los cristianos usaron materiales quitados de los templos paganos y construyeron nuevos edificios de iglesia sobre los sitios de los templos paganos. [132]

Las principales influencias sobre el culto

El edificio de iglesia produjo cambios significativos en el culto cristiano. Dado que el Emperador era el “laico” número uno de la iglesia, una simple ceremonia no era suficiente. Para honrarlo, la pompa y el ritual de la corte imperial fueron adoptados en la liturgia cristiana. [133]

Era costumbre llevar lámparas delante de los emperadores romanos cada vez que aparecían en público. Las lámparas eran acompañadas por un cuenco con fuego lleno de especias aromáticas. [134] Siguiendo esta costumbre, Constantino introdujo las velas y la quema de incienso como parte del culto de la iglesia, que eran traídas cuando ingresaba el clero en el salón. [135]

Bajo el reinado de Constantino, los clérigos, que inicialmente habían usado ropa común, comenzaron a vestirse con atuendos especiales. ¿Qué era esta ropa especial? Era la vestimenta de los oficiales romanos. Además, se introdujeron varios gestos de respeto hacia el clero comparables con los gestos usados para honrar a los oficiales romanos. [136]

También se adoptó la costumbre romana de iniciar un culto con música procesional. Con este propósito, se desarrollaron coros que fueron incorporados a la iglesia cristiana. [137] El culto se volvió más profesional, teatral y ceremonial.

Todas estas características fueron adoptadas de la cultura grecorromana e introducidas directamente en la iglesia cristiana. [138] El cristianismo del siglo cuarto estaba siendo modelado profundamente por el paganismo griego y el imperialismo romano. [139] El resultado de todo esto fue una pérdida inmediata de la intimidad y la participación abierta. El clero profesional realizaba los actos del culto mientras que los laicos observaban como espectadores. [140]

Como reconoció un erudito católico, con la venida de Constantino “varias costumbres de la antigua cultura romana se introdujeron en la liturgia cristiana… aun las ceremonias involucradas en el antiguo culto al Emperador como deidad se infiltraron en el culto de la iglesia, sólo en su forma secularizada”. [141]

Constantino trajo paz para todos los cristianos. [142] Bajo su reino, la fe cristiana se había vuelto legítima. De hecho, había alcanzado una condición superior al judaísmo y al paganismo. [143]

Por estas razones, los cristianos vieron la ascensión de Constantino a Emperador como un acto de Dios. Aquí estaba el instrumento de Dios que había venido a su rescate. El cristianismo y la cultura romana ahora se habían fusionado. [144]

El edificio cristiano demuestra que la iglesia, queriéndolo o no, había entrado en una estrecha alianza con la cultura pagana. [145] Según Will Durant, “quedaron islas paganas en medios del mar cristiano que se extendía”. [146] Esto fue un cambio trágico de la primitiva sencillez que la iglesia de Jesucristo conoció inicialmente.

Los cristianos del primer siglo se veían enfrentados al mundo y evitaban todo contacto con el paganismo. Todo esto cambió durante el cuarto siglo, cuando la iglesia surgió como una institución pública en el mundo y comenzó a “absorber y cristianizar ideas y prácticas religiosas paganas”. [147] Como dijo un historiador, “los edificios de iglesia ocuparon el lugar de los templos; las subvenciones a las iglesias reemplazaron las tierras y fondos de los templos”. [148] Bajo Constantino, todas las propiedades de la iglesia quedaron exentas de impuestos. [149]

Por consiguiente, el edificio de iglesia es la triste historia de un cristianismo que adoptó la cultura pagana. Una adopción que transformó radicalmente el rostro de nuestra fe. [150] Claramente, los edificios de iglesia de la era constantiniana y postconstantiniana se convirtieron básicamente en santuarios sagrados. [151] Los cristianos abrazaron el concepto del templo. Incorporaron la idea pagana de que existe un lugar especial donde Dios mora de una manera especial. Y ese lugar está hecho “con manos”. [152]

Al igual que las demás costumbres paganas que fueron absorbidas en la fe cristiana (la liturgia, el sermón, las vestiduras clericales, la estructura de liderazgo jerárquica, etc.), los cristianos del tercer y cuarto siglo atribuyeron incorrectamente el origen del edificio de iglesia al Antiguo Testamento. [153] Pero este era un pensamiento erróneo.

El edificio de iglesia fue adoptado directamente de la cultura pagana, como hemos visto. “El ritual dignificado y sacramental había entrado en los cultos de la iglesia mediante los misterios [los cultos paganos] y se justificaban, como tantas otras cosas, haciendo referencia al Antiguo Testamento”. [154]

Usar el Antiguo Testamento como una justificación del edificio de iglesia no es solamente incorrecto, sino un argumento que se destruye a sí mismo. La antigua economía mosaica de sacerdotes sagrados, edificios sagrados, rituales sagrados y objetos sagrados ha sido destruido para siempre por la cruz de Cristo. Además, ha sido reemplazada por un organismo no jerárquico, no ritualista y no litúrgico llamado ekklesia (iglesia). [155]

La evolución de la arquitectura de la iglesia

Después de la era de Constantino, los edificios de iglesia pasaron por varias etapas diferentes. (Son demasiado complejas para detallarlas aquí.) En palabras de un erudito: “Los cambios en la arquitectura eclesiástica son más el resultado de mutaciones que de una línea de evolución continua”. [156] Estas mutaciones no hicieron mucho para cambiar las características arquitecturales dominantes que fomentaron un clero monopolizador y una congregación inerte. [157]

Examinemos rápidamente la evolución de la arquitectura eclesiástica:

  • Después de Constantino, la arquitectura cristiana pasó de la fase de la basílica a la fase bizantina. [158] Las iglesias bizantinas tenían amplias cúpulas centrales e íconos y mosaicos decorativos. [159]

  • La arquitectura bizantina fue seguida por la románica. [160] Los edificios románicos se caracterizaban por una elevación de tres plantas, columnas gigantescas que sostenían arcos redondos y un interior colorido. [161] Este diseño de edificio surgió poco después de que Carlomagno se convirtiera en Emperador del Santo Imperio Romano el día de Navidad de 800 d.C.

  • Después del período románico vino la era gótica del siglo XII. La arquitectura gótica dio origen a impresionantes catedrales góticas con sus bóvedas de crucería, arcos ojivales y contrafuertes. [162] El término “catedral” se deriva de cathedra. Es el edificio que alberga la cathedra, la silla del obispo. [163] Es la iglesia que contiene el “trono” del obispo. [164]

El vidrio de color fue introducido en las iglesias en el siglo VI, con Gregorio de Tours (538-593). [165] El vidrio fue colocado en las ventanas angostas de algunas iglesias románicas. Suger (1081-1151), abad de Saint Denis, llevó el vidrio coloreado a otro nivel. Decoró el vidrio con cuadros sagrados. [166] Por lo tanto, fue el primero en utilizar vitrales en edificios de iglesia, colocándolos en sus catedrales góticas. [167]

Los grandes paneles de vidrio de color pasaron a llenar las paredes de las iglesias góticas, emitiendo una luz brillante y coloreada. [168] También se usaron colores profundos y oscuros para crear el efecto de la Nueva Jerusalén. Los vitrales del siglo XII y XIII han sido difíciles de superar en su belleza y calidad. Con sus colores deslumbrantes, creaban un sentido de majestad y esplendor en el alma. Inducían sentimientos asociados con la adoración de un Dios poderoso e intimidante. [169]

Como en el caso de las basílicas de Constantino, la raíz de la catedral gótica es completamente pagana. Los arquitectos góticos se apoyaban mucho en las enseñanzas del filósofo pagano griego Platón. Platón enseñaba que el sonido, el color y la luz poseen significados místicos elevados. Pueden inducir estados de ánimo y ayudar a llevar a una persona más cerca del “Bien Eterno”. [170] Los diseñadores góticos tomaron las enseñanzas de Platón y las transformaron en ladrillos y piedras. Crearon una iluminación sobrecogedora para evocar un sentido de esplendor y adoración abrumadores. [171]

El color es uno de los más poderosos factores emocionales que existen. Por lo tanto, los vitrales góticos fueron utilizadas hábilmente para crear un sentido de misterio y trascendencia. Inspirándose en las grandiosas estatuas y torres del antiguo Egipto, la arquitectura gótica buscó recapturar el sentido de lo sublime a través de sus alturas exageradas. [172]

Se ha dicho de la estructura gótica que “el edificio entero parece estar encadenado a la tierra en un vuelo fijo... Se levanta como una exhalación del suelo... Ninguna arquitectura espiritualiza, refina y lleva hacia al cielo la sustancia que maneja tanto como ésta”. [173] Era el símbolo último del cielo uniéndose a la tierra. [174] Así que, con su hábil uso de la luz, el color y la altura excesiva, la catedral gótica fomentaba un sentido de misterio, trascendencia y sobrecogimiento. [175] Todas estas características fueron adoptadas de Platón y se hicieron pasar por cristianas. [176]

Las basílicas y los edificios de iglesia románicos y góticos son un intento humano de duplicar lo que es celestial y espiritual. [177] De una manera muy real, el edificio de iglesia, a través de la historia, refleja la necesidad errónea del hombre de percibir lo divino con sus manos y ojos humanos. Revela el hecho de que, para el cuarto siglo, la comunidad cristiana había perdido contacto con aquellas realidades celestiales que no se pueden percibir con los sentidos sino que solamente puede ser registradas por el espíritu humano. [178]

Aun peor, el mensaje principal de la arquitectura gótica es: “Dios es trascendente e inalcanzable, así que sobrecógete por su majestad”. Pero este mensaje desafía el mensaje del evangelio que dice que Dios es muy accesible. A tal punto que ha fijado su residencia dentro de nosotros.

El edificio de iglesia protestante

En el siglo XVI, los reformadores heredaron la tradición que mencionamos con relación a los edificios. En poco tiempo, miles de catedrales medievales se convirtieron en propiedad de ellos. [179]

La mayoría de los reformadores eran ex sacerdotes. Por lo tanto, habían sido condicionados involuntariamente por los esquemas mentales del catolicismo medieval. [180] Así que, si bien los reformadores hicieron alguna remodelación de los edificios recién adquiridos, hicieron muy pocos cambios funcionales en la arquitectura. [181]

Aun cuando los reformadores quisieran hacer cambios radicales en la práctica de la iglesia, las masas no estaban listas para estos cambios. [182] Martín Lutero tenía muy en claro que la iglesia no era un edificio ni una institución. [183] Pero le habría resultado imposible dar por tierra con más de un milenio de confusión en este tema. [184]

El cambio arquitectural principal que realizaron los reformadores reflejaba su teología. Convirtieron al púlpito en el centro dominante del edificio en vez de la mesa de altar. [185] La verdad fundamental de la Reforma era la idea de que la gente no podría conocer a Dios ni crecer espiritualmente a menos que escucharan predicaciones. Por lo tanto, cuando los reformadores heredaron los edificios de iglesia existentes, los adaptaron para este objetivo. [186]


La aguja

(Un chapitel o aguja es un elemento arquitectónico que se sitúa en la parte superior de una torre, campanario o iglesia a modo de remate. No debe confundirse con capitel. Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Chapitel)

Desde que los habitantes de Babel construyeron una torre “cuya cúspide llegue al cielo”, las civilizaciones han seguido su ejemplo, construyendo estructuras que culminan en puntas. [187] Los babilonios y egipcios construyeron obeliscos y pirámides que reflejaban su creencia de que avanzaban hacia la inmortalidad. [188] Cuando llegaron la filosofía y cultura griegas, la dirección de la arquitectura cambió de estar dirigida hacia arriba, en dirección vertical, a estar dirigida hacia abajo, en forma horizontal. Todo esto sugería la creencia griega en la democracia, la igualdad humana y en dioses arraigados a la tierra. [189]

Sin embargo, con el surgimiento de la Iglesia Católica Romana, volvió a aparecer la práctica de producir techos con puntas para coronar los edificios. Hacia fines del período bizantino, los papas católicos se inspiraron en los obeliscos del antiguo Egipto. [190] A medida que la arquitectura ingresaba en el período románico, comenzaron a aparecer puntas en las superficies y esquinas de cada catedral construida en el Imperio Romano. Esta tendencia alcanzó su culminación durante la era de la arquitectura gótica con la construcción de la catedral de Saint Denis por el abad Suger.

A diferencia de la arquitectura griega, la línea característica de la arquitectura gótica era vertical, sugiriendo un esfuerzo hacia arriba. A esta altura, empezaron a aparecer en toda Italia torres cerca de las entradas de los edificios de iglesia. Las torres tenían campanas para llamar a la gente al culto. [191] Estas torres representaban el contacto entre el cielo y la tierra. [192]

Con el pasar de los años, los arquitectos góticos (enamorados de la verticalidad) buscaron agregar una aguja alta a cada torre. [193] Las agujas (también llamadas chapiteles) [194] eran un símbolo de la aspiración del hombre de unirse a su Creador. [195] Durante los siglos que siguieron, las torres se volvieron más altas y más delgadas. Finalmente llegaron a ser un punto focal visual de la arquitectura. También redujeron su número, del vestíbulo (o narthex) con torres dobles a la aguja individual tan característica de las iglesias de Normandía y Gran Bretaña.

En el año 1666 sucedió algo que cambió el curso de la arquitectura de las torres. Un incendió arrasó la ciudad de Londres dañando la mayoría de sus 97 edificios de iglesia. [196] Entonces se le encomendó a Sir Christopher Wren (1632-1723) rediseñar todas las iglesias de Londres. Utilizando sus propias innovaciones estilísticas para modificar las agujas góticas de Francia y Alemania, Wren creó la aguja moderna. [197]

En resumen, la aguja moderna es una invención medieval que encuentra sus raíces en las agujas y torres góticas. [198] Fue mejorada y popularizada por el programa de construcción de Sir Christopher Wren en Londres después del Gran Incendio de 1666. De ahí en adelante, la aguja se convirtió en una característica dominante de la arquitectura anglosajona.

Cuando surgieron los puritanos, hicieron sus edificios de iglesia mucho más sencillos que sus predecesores católicos y anglicanos. Pero mantuvieron la aguja y la trajeron al nuevo mundo de las Américas. [199] Por lo tanto, la mayoría de las iglesias estadounidenses lucen una aguja, una estructura arraigada en la arquitectura y filosofía primitivas de los babilonios y egipcios.

El mensaje de la aguja contradice el mensaje del Nuevo Testamento. Los cristianos no necesitan buscar a Dios en el cielo. Él está aquí. Con la llegada de Emmanuel, Dios está con nosotros. [200] Y, con su resurrección, tenemos un Señor que mora en nosotros. La aguja atenta contra estas realidades.

El púlpito

Los primeros sermones fueron dados desde la silla del obispo, o cathedra, que estaba ubicada detrás del altar. [201] Más adelante, el ambón, [202] un pupitre elevado al lado del antealtar desde donde se leían las lecciones bíblicas, se convirtió en el lugar desde donde se daban los sermones. [203] El ambón fue tomado de la sinagoga judía. [204] Sin embargo, tiene raíces anteriores en los pupitres y plataformas de lectura de la antigüedad grecorromana. Juan Crisóstomo (347-407) se destacó por hacer del ambón un lugar para la predicación. [205]

Ya en el año 250 d.C., el ambón fue reemplazado por el púlpito. Cipriano (200-258) habla de instalar al líder de la iglesia en el cargo público sobre el pulpitum. [206] Nuestra palabra “púlpito” se deriva de la palabra latina pulpitum, que significa ‘escenario’. [207] El pulpitum, o púlpito, estaba colocado en el lugar más elevado de la congregación. [208]

Con el tiempo, la frase “ascender a la plataforma” (ad pulpitum venire) se convirtió en parte del vocabulario religioso del clero. [209] Para el año 252, Cipriano alude a la plataforma elevada que segregaba al clero de los laicos como “el congestum sagrado y venerado del clero”. [210]

Para fines de la Edad Media, el púlpito se volvió habitual en las parroquias. [211] Con la Reforma, se convirtió en el mueble central del edificio de iglesia. [212] El púlpito simbolizaba el reemplazo de la centralidad de la acción ritualista (la misa) por la instrucción verbal clerical (el sermón). [213]

En las iglesias luteranas, el púlpito fue movido frente al altar. [214] En las iglesias reformadas, el púlpito dominó hasta que el altar desapareció y fue reemplazado por la “mesa de comunión”. [215] Hoy es impensable tener un culto en una iglesia protestante sin la presencia del “pupitre sagrado”

El púlpito es la decoración central de la iglesia protestante. Al punto que un pastor muy conocido que habló durante una conferencia patrocinada por la Asociación Evangelística Billy Graham afirmó: “Si la iglesia está viva, es porque el púlpito está vivo; si la iglesia está muerta, es porque el púlpito está muerto” . [216]

El púlpito es perjudicial porque eleva al clero a una posición de prominencia. Fiel a su significado, coloca al predicador en el centro del “escenario”, separándolo y poniéndolo muy arriba del pueblo de Dios.

El banco y el balcón

Ahora veamos el banco, el gran inhibidor de la comunión cara a cara. El banco, el gran símbolo del letargo y la pasividad en la iglesia moderna. [217] El banco, que ha convertido a la adoración corporativa en un deporte para espectadores.

La palabra para “banco” en inglés (pew) se deriva de la palabra latina podium. Significa un asiento elevado sobre el nivel del piso, o “balcón”. [218] Los bancos eran desconocidos en los edificios de iglesia durante los primeros mil años de historia cristiana. En las primeras basílicas, la congregación permanecía de pie durante todo el culto. [219] (Este es el caso hoy entre muchos ortodoxos orientales.) [220]

Para el siglo XIII, se fueron introduciendo gradualmente bancos sin respaldos en los edificios de parroquia ingleses. [221] Estos bancos estaban hechos de piedra y estaban colocados contra las paredes. Luego fueron trasladados al cuerpo de la iglesia (el sector llamado nave). [222] Al inicio, los bancos se ordenaban en un semicírculo alrededor del púlpito. Más tarde fueron fijados al piso. [223]

El banco moderno fue introducido en el siglo XIV. [224] Pero no llegó a ser algo común hasta el siglo XV. [225] En ese momento, los bancos de madera reemplazaron los asientos de piedra. [226] Ya para el siglo XVIII los bancos tipo cajón se volvieron populares. [227]

Los bancos tipo cajón tienen una historia cómica. Venían con almohadones, alfombras y otros accesorios y eran vendidos a familias y considerados como propiedad privada. [228] Los dueños buscaban hacerlos lo más cómodos posible.

Algunos los decoraban con cortinas, almohadones, sillones acolchados, hogares y compartimentos especiales para los perros! No era infrecuente que los dueños mantuvieran sus bancos bajo llave. [229] Después de muchas críticas de parte del clero, estos bancos ornamentados fueron reemplazados por asientos abiertos. [230]

Dado que muchas veces los bancos tipo cajón tenían los costados altos, los púlpitos necesitaban ser elevados para que todos pudieran verlos. Así surgió el púlpito en forma de copa durante los tiempos coloniales. [231] Este púlpito hizo que el pastor fuera “excelso y sublime”, como en la visión de Isaías del templo. Los bancos de familia del siglo XVIII fueron reemplazados por bancos comunes, para que toda la gente mirara hacia la recién construida plataforma elevada donde el pastor dirigía el culto. [232]

Entonces, ¿qué es el banco? Es un “balcón” que se ha bajado, un asiento aislado desde donde observar funciones en un escenario (el púlpito). Inmoviliza la congregación de los santos y los convierte en espectadores mudos. Entorpece la comunión y la interacción cara a cara.

Las galerías (o balcones de iglesia) fueron inventadas por los alemanes en el siglo XVI. [233] Fueron popularizadas por los puritanos en el siglo XVIII. [234] Desde entonces, los balcones han pasado a ser la marca distintiva del edificio de iglesia protestante. [235] Su propósito es acercar a la congregación al púlpito. [236] De nuevo, escuchar al predicador siempre ha sido la principal preocupación en el diseño de la iglesia protestante. [237]

La arquitectura de iglesia moderna

Durante los últimos doscientos años, los dos modelos arquitectónicos predominantes utilizados por las iglesias protestantes son la forma de antealtar dividido (usada en las iglesias litúrgicas) y la forma de escenario de concierto (usada en las iglesias evangélicas). [238] El antealtar es el sector donde el clero (y, a veces, el coro) conducen el culto. [239] En la iglesia tipo antealtar aún existe una baranda o mampara que separa al clero de los laicos.

El edificio de iglesia estilo concierto fue influenciado profundamente por el avivamentismo del siglo XIX. [240] Es, en esencia, un auditorio. El edificio estilo concierto está estructurado para enfatizar la función teatral del predicador y el coro. [241] Su estructura sugiere implícitamente que el coro (o equipo de adoración) actúa para la congregación para estimular su adoración o entretenerla. [242] También pone excesiva atención en el predicador, sea que esté parado o sentado.

En el edificio tipo concierto, generalmente hay una pequeña mesa de comunión sobre el piso debajo del púlpito. Esta mesa suele estar decorada con candeleros de bronce, una cruz y flores. [243] Las dos velas sobre la mesa de comunión se han convertido en señal de ortodoxia en la mayoría de las iglesias protestantes hoy. [244] Como ocurre con muchas partes del culto de la iglesia, la presencia de las velas fue tomada de la corte ceremonial del Imperio Romano. [245]

Sin embargo, a pesar de estas variaciones, toda la arquitectura protestante produce los mismos efectos estériles que estaban presentes en las basílicas de Constantino. Siguen manteniendo la división antibíblica entre el clero y los laicos, y alienta a la congregación a asumir un papel de espectador. [246] La disposición y la ambientación del edificio condiciona a la congregación para la pasividad. [247] La plataforma del púlpito funciona como un escenario, y la congregación ocupa el teatro. [248] En resumen, la arquitectura cristiana ha quedado paralizada desde que nació en el cuarto siglo.

Una exégesis del edificio

A esta altura, usted tal vez esté pensando para sus adentros: “¿Y por qué tanta alharaca? ¿A quién le importa si los cristianos del primer siglo no tenían edificios? O si los edificios de iglesia fueron construidos basados en creencias y prácticas paganas. O si los católicos medievales basaron su arquitectura en una filosofía pagana. ¿Qué tiene que ver esto con nosotros hoy?”

En Reconsiderando el odre explico que el ámbito social de la reunión de iglesia expresa e influencia el carácter de la iglesia. [249] Si uno supone que el lugar donde se reúne la iglesia es simplemente una cuestión de conveniencia, está trágicamente equivocado. Está pasando por alto una realidad básica de la humanidad. Todo edificio evoca una respuesta en nosotros. Por su exterior o por su interior, nos muestra explícitamente lo que es la iglesia y cómo funciona.

En palabras de Henri Lefebvre, “el espacio nunca está vacío; siempre encierra un significado”. [250] Este principio se encarna en el lema arquitectónico “la forma sigue a la función”. La forma del edificio refleja su función específica. [251]

El entorno social del lugar de reunión de una iglesia es un buen indicio de la comprensión de esa iglesia del propósito de Dios para su Cuerpo. El lugar de una iglesia nos enseña cómo reunirnos. Nos enseña lo que es importante y lo que no lo es. Y nos enseña lo que es aceptable decirnos unos a otros y lo que no es aceptable.

Aprendemos estas lecciones del entorno en el cual nos reunimos, sea un edificio de iglesia o un hogar privado. Estas lecciones no son, de ninguna forma, “neutrales”. Entre en cualquier edificio de iglesia y haga una exégesis de la arquitectura. Pregúntese qué es lo más alto y lo más bajo. Pregúntese qué es el frente y que es la parte de atrás. Pregúntese de qué formas podría ser posible “ajustar” lo que ocurre imprevistamente. Pregúntese cuán fácil o cuán difícil sería para un miembro de la iglesia hablar desde donde está sentado para que todos puedan verlo y oírlo.

Si usted mira el entorno del edificio de iglesia y se hace estas preguntas (y otras similares), entenderá por qué la iglesia moderna tiene el carácter que tiene. Si hace este mismo conjunto de preguntas acerca de una sala de estar, obtendrá un conjunto muy distinto de respuestas. Entenderá por qué ser una iglesia en un entorno hogareño (como ocurría con los primeros cristianos) tiene el carácter que tiene.

El lugar social de la iglesia es un actor crítico en la vida de la iglesia. No puede ser asumido simplemente como “una verdad accidental de la historia”. [252] Los lugares sociales pueden enseñar a personas buenas y piadosas malas lecciones y ahogar su vida conjunta. Llamar la atención a la importancia del lugar social de la iglesia (casa o edificio de iglesia) nos ayuda a entender el poder tremendo de nuestro entorno social.

Hilando más fino, el edificio de iglesia está basado en la anochecida idea de que la adoración es algo cualitativamente distinto de la vida cotidiana. Por supuesto, la gente varía en el grado de profundidad de esta disyunción. Algunos grupos han hecho un gran esfuerzo para enfatizarlo, insistiendo en que la adoración sólo puede ocurrir en espacios específicos diseñados para hacerlo sentir de forma diferente de lo que se siente en la vida cotidiana.

La disyunción entre la adoración y la vida cotidiana caracteriza al cristianismo occidental. La adoración es vista como algo separado del tejido total de la vida, envasado para el consumo grupal. Siglos de arquitectura gótica han sido una mala enseñanza en cuanto a lo que es la adoración realmente. Pocas personas pueden entrar en una catedral poderosa sin experimentar el poder del espacio.

La luz es indirecta y tenue. Los techos, exageradamente altos. Los colores son sencillos y ricos. El sonido viaja de una forma específica. Todas estas cosas trabajan en conjunto para darnos un sentido de sobrecogimiento y asombro. Están diseñadas para manipular los sentidos y crear una “atmósfera de adoración”. [253]

Algunas tradiciones agregan fragancias a la mezcla. Pero el efecto es siempre el mismo: Nuestros sentidos interactúan con nuestro espacio para llevarnos a un estado particular del alma. Un estado de sobrecogimiento, misterio y trascendencia que equivale a un escape de la vida normal. [254]

Nosotros, los protestantes, hemos eliminado algunos de estos elementos y los hemos reemplazado por un uso específico de la música para lograr el mismo fin. En consecuencia, en círculos protestantes, los “buenos” líderes de adoración son los que pueden usar la música para evocar lo que otras tradiciones logran evocar con el espacio. Lo que evocan es un sentido de adoración “del alma”. [255] Pero esto está desconectado de la vida diaria, aparte del hecho de que tampoco es real. Jonathan Edwards señaló, correctamente, que las emociones son efímeras y no pueden ser utilizadas para medir la relación que uno tiene con Dios. [256]

Esta desconexión entre lo secular y lo espiritual está realzada por el hecho de que el típico edificio de iglesia exige que uno “siga un proceso”, subiendo escaleras o atravesando el vestíbulo. La razón de esto es que uno está pasando de la vida cotidiana a otra vida. Por lo tanto, se requiere una transición. Todo esto no pasa la prueba del lunes. No importa cuán bueno haya sido el domingo, la mañana del lunes igual vendrá a probar nuestra adoración. [257]

Observe un coro vistiéndose antes del comienzo del culto. Se sonríen, se ríen y hasta hacen bromas. Pero, una vez que comienza el culto, se convierten en personas diferentes. No los encontrará sonriendo o riendo. Esta falsa separación entre lo secular y lo sagrado, esta “mística de los vitrales” de iglesia del domingo a la mañana se opone abiertamente a la verdad y la realidad.

Además, el edificio de iglesia no es un lugar amistoso. Es frío, incómodo e impersonal. [258] No está diseñado para la intimidad ni la fraternidad. En la mayoría de los edificios de iglesia, los asientos consisten en bancos de madera fijados al piso. Los bancos o sillas están ordenados en filas, todos mirando hacia al púlpito. El púlpito está sobre una plataforma elevada donde se sienta el clero (vestigios de la basílica romana).

De nuevo, la arquitectura del edificio de iglesia protestante apunta todas sus flechas en dirección de la persona que da el sermón. El edificio se presta al dominio del púlpito. Y también pone límites al funcionamiento de la congregación. [259]

Esta disposición hace que sea prácticamente imposible que un adorador vea la cara de otro adorador. En cambio, crea una forma de adoración de “sentarse y remojarse” que convierte a los cristianos funcionales en “meras máquinas dispensadoras de ofrendas”. Dicho de otra manera, la arquitectura misma impide la comunión, excepto entre Dios y su pueblo a través del pastor. Y, a pesar de estos hechos, nosotros los cristianos seguimos creyendo que el edificio es sagrado.

Es cierto que algunos de ustedes pueden oponerse severamente a la idea de que el edificio de iglesia es sagrado. Pero, para la mayoría de ustedes, sus acciones los traicionan. Escúchense hablar acerca del edificio de iglesia. Todavía lo llaman “la iglesia” y, a veces, se refieren a él como “la casa de Dios”. El consenso general entre los cristianos de todas las denominaciones es que “una iglesia es, en esencia, un lugar apartado para la adoración”. [260] Esto ha sido así durante los últimos mil setecientos años. Constantino sigue vivo y coleando en la mente de la mayoría de los cristianos hoy.

Los exorbitantes gastos fijos

La mayoría de los cristianos ven, erróneamente, al edificio de iglesia como una parte necesaria del culto. Por lo tanto, la cuestión financiera del edificio y el mantenimiento no es un tema.

El edificio de iglesia exige una enorme cantidad de dinero. Sólo en Estados Unidos, las propiedades de las iglesias institucionales hoy superan los 230.000 millones de dólares. [261] Las deudas, los servicios y el mantenimiento del edificio de iglesia consumen alrededor de 18% de los 11.000 millones de dólares que se diezman para las iglesias anualmente. [262] El punto: los cristianos hoy están gastando una cantidad astronómica de dinero en edificios innecesarios.

No hay ninguna buena razón para poseer un edificio de iglesia. De hecho, todas las razones tradicionales propuestas en cuanto a la “necesidad” de un edificio se desploman ante un escrutinio cuidadoso. [263] Nos olvidamos demasiado fácilmente que los primeros cristianos trastornaron el mundo sin edificios. [264] Crecieron rápidamente durante trescientos años sin la ayuda (o el obstáculo) de los edificios de iglesia.

En el mundo de los negocios, los gastos fijos son fatales. Los gastos fijos son los que se agregan al trabajo “real” que una empresa hace para sus clientes. Los gastos fijos pagan el edificio, los lápices y el personal de contabilidad. Son fatales porque sacan a una empresa del mercado por el precio, sin contribuir al valor “real” que los trabajadores entregan a sus clientes.

Quienes escogen reunirse en casas en vez de edificios de iglesia han eliminado dos cuentas de gastos fijos muy sustanciosas: salarios de pastores y edificios de iglesia. Contraste esto con los gastos fijos de una iglesia casera. En vez de que los “gastos fijos” del personal pago y el edificio succionen 50 a 85% de las donaciones monetarias de la iglesia casera, sus gastos fijos representan un pequeño porcentaje de su presupuesto. Una iglesia casera puede utilizar más del 95% de su dinero compartido para brindar servicios reales como ministerio, misión y alcanzar al mundo. [265]

Los edificios de iglesia (así como los pastores asalariados) representan gastos continuos muy grandes. Estos destructores de presupuestos sacan su tajada de las donaciones monetarias de la iglesia, no solamente hoy, sino el próximo mes, el próximo año, etc. Si elimina estas dos cuentas de su mundo financiero, la iglesia logrará reducir sus gastos fijos a unos pocos cientos de dólares al año. El resto de las finanzas compartidas de la iglesia pueden ser usadas para la misión de la iglesia (otro tema por completo).

¿Podemos oponernos a esta tradición?

El edificio de iglesia es un obstáculo, no una ayuda. Atenta contra el corazón mismo de la fe cristiana, una fe que nació en salas de estar. Cada domingo a la mañana, usted se sienta en un edificio que tiene orígenes paganos y está basado en la filosofía pagana.

No existe un ápice de apoyo bíblico para el edificio de iglesia. Sin embargo, usted, querido cristiano, sigue pagando buen dinero para santificar sus ladrillos y piedras. Al hacerlo, ha apoyado un entorno artificial donde es arrullado hacia la pasividad y se le impide ser natural o tener verdadera comunión. [266]

No tenemos ninguna conciencia de lo que hemos perdido como cristianos al crear el edificio de iglesia. Nos hemos convertido en víctimas de nuestro pasado. La tradición nos ha derribado.

Hemos sido adoptados por Constantino que nos dio el prestigioso estatus de ser dueños de un edificio. Hemos sido cegados por los romanos y griegos, que nos impusieron a la fuerza sus basílicas estructuradas jerárquicamente. Hemos sido engañados por los godos, que nos impusieron su arquitectura platónica. Hemos sido secuestrados por los egipcios y babilonios, que nos dieron nuestras agujas sagradas. Hemos sido estafados por los atenienses, que nos impusieron sus columnas dóricas. [267]

De alguna manera hemos sido enseñados a sentirnos más santos cuando estamos en “la casa de Dios”. Hemos heredado una dependencia patológica de un edificio para llevar a cabo nuestra adoración a Dios. Pero la realidad es que no hay nada más anquilosado, artificial, impersonal o estirado que el frío edificio de iglesia. En ese edificio, usted no es más que una estadística, un nombre en una ficha para ser archivado en la oficina de la secretaria del pastor. No tiene nada de cálido o personal.

En el fondo, el edificio de iglesia nos ha enseñado, incorrectamente, lo que es y lo que hace la iglesia. El edificio es una negación arquitectónica del sacerdocio de todos los creyentes. Es una contradicción de la naturaleza misma de la ekklesia: una comunidad contracultural. El edificio de iglesia impide nuestra comprensión y experiencia de que la iglesia es el Cuerpo de Cristo en funcionamiento, que vive y respira bajo su dirección directa.

La aparición del edificio de iglesia no es más que la reaparición del judaísmo y el paganismo con un nuevo disfraz. Las distinciones jerárquicas implícitas presentes en su arquitectura serían rechazadas por la mayoría de los protestantes si fueran expresadas en palabras. Pero las hemos aceptado inconscientemente durante siglos. ¿Por qué? Por el poder enceguecedor de la tradición.

Ya es hora de que los cristianos nos despertemos al hecho de que no estamos actuando bíblica o espiritualmente cuando aceptamos y apoyamos los edificios de iglesia. John Newton dijo, correctamente: “Que el que adora bajo una aguja no condene al que adora junto a una chimenea”. Me gustaría agregar una pregunta a esta cita: ¿Qué autoridad bíblica o histórica tiene un cristiano para reunirse bajo un chapitel en primer lugar?

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