(Como en
el caso anterior, las numerosas notas a pie de página han sido eliminadas en
esta versión del capítulo 3 del libro Cristianismo
Pagano, pero hemos puesto entre corchetes los números de estas en el lugar
donde aparecen en el original, para que el lector sepa que ahí se hace
referencia a un autor o a una obra.)
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En el proceso de reemplazar las antiguas
religiones, el cristianismo se convirtió en una religión.
-Alexander Schmemann
Que los cristianos en la era apostólica
hayan construido casas de culto especiales es impensable… Así como el Salvador
del mundo nació en un establo y ascendió al cielo desde una montaña, sus
apóstoles y sus sucesores hasta el tercer siglo predicaron en las calles, los
mercados, en montañas, en barcos, sepulcros, cuevas y desiertos, y en las casas
de sus convertidos. Pero, ¿cuántos miles de iglesias y capillas costosas han
sido construidas desde entonces y todavía son construidas constantemente en
todas partes del mundo para honrar el Redentor crucificado, que en los días de
su humillación no tuvo un lugar propio donde apoyar su cabeza? –Philip Schaff
El
cristiano contemporáneo está enamorado del ladrillo y el cemento. El complejo
del edificio
está tan arraigado en nuestro pensamiento que si un grupo de creyentes empieza
a reunirse, sus primeros pensamientos están dirigidos a conseguir un edificio.
Porque ¿cómo puede pretender un grupo de cristianos ser una iglesia
legítimamente sin un edificio? (Esta es la forma de pensar.)
El
edificio de la “iglesia” están tan relacionado con la idea de iglesia que, inconscientemente,
los equiparamos. Escuche simplemente el vocabulario del cristiano promedio
de hoy:
- “¡Vaya, cariño! ¿Viste esa hermosa iglesia
que acabamos de pasar?” .
- “¡Caramba! Esa es la iglesia más grande
que he visto jamás! Me pregunto cuánto pagarán por la electricidad para que
funcione”.
- “Nuestra iglesia es demasiado pequeña. Me
está dando claustrofobia. Necesitamos ampliar el balcón”.
- “La iglesia está helada hoy; me estoy
congelando aquí”.
- “Hemos ido a la iglesia todos los
domingos el año pasado salvo cuando se le cayó el microondas sobre el dedo del pie de la tía
Yolanda”.
¿Y la
terminología del pastor típico?
- “¿No es maravilloso estar en la casa de
Dios hoy?”.
- “Debemos mostrar reverencia cuando
entramos en el santuario del Señor”.
¿Y la
madre que le dice a su hija feliz (por lo bajo): “Quítate esa sonrisa de la cara. Estás en la iglesia ahora. Hay que portarse
bien en la casa de Dios”.
Francamente,
ninguno de estos pensamientos tiene nada que ver con el cristianismo del Nuevo
Testamento. Más bien reflejan el pensamiento de otras religiones;
principalmente el judaísmo y el paganismo. [1]
Templos, sacerdotes y sacrificios
El
antiguo judaísmo estaba centrado en tres elementos: el templo, el sacerdocio y
el sacrificio.
Cuando vino Jesús, puso fin a cada uno de ellos, cumpliéndolos en sí mismo. Él es
el Templo [2] que encarna una casa nueva y viviente hecha de piedras vivas,
“sin manos”. [3] Él es el Sacerdote [4] que ha establecido un nuevo sacerdocio.
[5] Y Él es el Sacrificio perfecto y acabado. [6]
Como
consecuencia, tanto el templo como el sacerdocio y el sacrificio del judaísmo cesaron
con la venida de Jesucristo. [7] Cristo es el cumplimiento y la realidad de
todo ello. [8] En el paganismo grecorromano, [9] estos tres elementos también
estaban presentes: los paganos tenían sus templos, [10] sus sacerdotes y sus
sacrificios. [11]
Sólo los
cristianos se deshicieron de todos estos elementos. [12] Bien puede decirse que
el cristianismo fue la primera religión que haya surgido jamás no basada en un
templo. En las mentes de los primitivos cristianos, era el pueblo que
constituía un espacio sagrado, y no la arquitectura. Los primeros cristianos
entendían que ellos mismos, corporativamente, eran el templo de Dios y la casa
de Dios. [13]
Es
llamativo que en ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos los términos “iglesia”
(ekklesia), “templo” o “casa de Dios” usados para referirse a un edificio. Al
oído del cristiano del primer siglo, denominar ekklesia (iglesia) a un edificio sería como llamar rascacielos a
una mujer. [14]
El
primer uso registrado de la palabra ekklesia
(iglesia) para referirse a un lugar de reunión cristiano fue en el año 190
d.C., por Clemente de Alejandría (150-215). [15] Clemente fue la primera
persona en utilizar la frase “ir a la iglesia”, un pensamiento extraño para los
creyentes del primer siglo. [16] (Uno no puede ir a algo que uno es. A lo largo
del Nuevo Testamento, ekklesia
siempre se refiere a una asamblea de personas, no un lugar.) [17]
Aun así,
la referencia de Clemente a “ir a la iglesia” no es una referencia a asistir a
un edificio
especial para el culto. Más bien se refiere a un hogar privado que los
cristianos del segundo siglo usaban para sus reuniones. [18] Los cristianos no
erigieron edificios especiales para el culto hasta la era de Constantino, en el
siglo cuarto [19]. Tampoco tuvieron una casta sacerdotal especial apartada para
servir a Dios. En cambio, cada creyente reconocía que él o ella era un
sacerdote para Dios.
Los
primeros cristianos también se deshicieron de los sacrificios. Porque entendían
que el
Sacrificio verdadero y final (Cristo) había venido. Los únicos sacrificios que
ofrecían eran
sacrificios espirituales de alabanza y acción de gracias. [20]
Cuando
el catolicismo romano evolucionó entre el cuarto y el sexto siglo, absorbió las prácticas
religiosas del paganismo y el judaísmo. Creó un sistema sacerdotal profesional.
Erigió edificios sagrados. [21] Y convirtió a la Cena del Señor en un
sacrificio misterioso.
Siguiendo
el camino de los paganos, el catolicismo adoptó la práctica de quemar incienso
y tener vírgenes vestales (sagradas). [22] Afortunadamente los protestantes desecharon
el uso de la Cena del Señor como sacrificio, la quema de incienso y las
vírgenes vestales. Pero retuvieron la casta sacerdotal (el clero) así como el
edificio sagrado.
De iglesias caseras a catedrales sagradas
Los
primeros cristianos creían que Jesús es la presencia misma de Dios. Creían que
el Cuerpo
de Cristo, la Iglesia, constituye un templo.
Cuando
el Señor Jesús estuvo en la tierra, hizo algunas declaraciones radicalmente negativas
en cuanto al templo judío [23]. La principal fue que sería destruido. [24]
Si bien
Jesús apuntaba al templo que existía en el sentido arquitectónico, en realidad hablaba
de su Cuerpo. Jesús dijo que, después que el templo fuera destruido, Él lo levantaría
en tres días. Significativamente, se refería al verdadero templo –la iglesia–
que Él levantó en sí mismo al tercer día.
Desde
que Cristo resucitó, nosotros los cristianos hemos pasado a ser el templo de Dios.
[25] Por esta razón el Nuevo Testamento siempre reserva la palabra “iglesia” (ekklesia) para el pueblo de Dios. Nunca
emplea esta palabra para referirse a un edificio de ningún tipo.
El acto
de Jesús de limpiar el templo significaba que el “culto del templo” del
judaísmo estaba
siendo reemplazado por Él mismo [26]. Con su llegada, el Padre ya no sería
adorado en un monte o en un templo. En cambio, sería adorado en espíritu y en
verdad. [27]
Cuando
nació el cristianismo, era la única religión en la tierra que no tenía objetos sagrados,
personas sagradas ni espacios sagrados. [28] Aunque estaban rodeados por
sinagogas judías y templos paganos, los primeros cristianos eran las únicas
personas religiosas en la tierra que no erigían templos sagrados para su culto.
[29] La fe cristiana nació en hogares, en patios, junto a caminos y en salas de
estar. [30]
Durante
los primeros tres siglos, los cristianos no tuvieron ningún edificio especial.
[31] Como dijo un erudito: “El
cristianismo que conquistó el Imperio Romano fue esencialmente un movimiento
centrado en los hogares”. [32] Algunos han sostenido que esto fue por la
fuerza. Pero no es cierto. [33] Fue una elección consciente de parte de ellos.
[34]
Al
crecer el tamaño de las congregaciones, empezaron a remodelar sus casas para acomodar
mayor cantidad de personas. [35] Uno de los descubrimientos más destacados de
la arqueología es la casa de Dura Europos, en lo que hoy es Siria. Este es el
lugar de reunión cristiano más antiguo identificable. [36] Era simplemente un
hogar privado remodelado como lugar de reunión cristiano alrededor del año 232
d.C.37
La casa
de Dura Europos era, esencialmente,
una casa donde se había quitado la pared entre
dos dormitorios para crear una sala de estar grande. [38] Con esta
modificación, la casa pudo alojar unas setenta personas. [39]
Las
casas remodeladas, como la de Dura
Europos, no pueden clasificarse correctamente como “edificios de iglesia”.
Eran simplemente casas remozadas para acomodar congregaciones más grandes. [40]
Además, estas casas nunca fueron llamadas “templos”, el término que usaban
tanto paganos como judíos para sus lugares sagrados. Los cristianos no
comenzaron a llamar a sus edificios “templos” hasta el siglo XV. [41]
La creación de espacios y objetos sagrados
A fines
del siglo segundo y en el tercero hubo un cambio. Los cristianos empezaron a adoptar
la costumbre pagana de venerar a los muertos. [42] Su foco era la memoria de
los mártires. [43] Así empezaron las oraciones por los santos (que luego se
convirtieron en oración a ellos). [44]
Los
cristianos tomaron de los paganos la práctica de realizar comidas en honor de
los muertos.
[45] Tanto el funeral cristiano como la endecha fúnebre salieron directamente
del paganismo del tercer siglo. [46]
Los
cristianos del tercer siglo tenían dos lugares para sus reuniones: sus hogares privados
y el cementerio. [47] Se reunían en el cementerio porque querían estar cerca de
sus hermanos fallecidos. [48] Creían que compartir una comida en el cementerio
de un mártir era hacer memoria de él y adorar en su compañía. [49]
Dado que
los cuerpos de los “santos” mártires estaban allí, los lugares de entierro cristiano
comenzaron a verse como “espacios sagrados”. [50] Entonces los cristianos comenzaron
a construir pequeños monumentos sobre estos espacios, especialmente sobre las
tumbas de los santos famosos. [51] Construir un santuario sobre un lugar de
entierro y llamarlo “sagrado” era también una práctica pagana. [52]
En Roma,
los cristianos empezaron a decorar las catacumbas (lugares de entierro subterráneos)
[53] con símbolos cristianos. Así, el arte comenzó a asociarse con los espacios
sagrados. Clemente de Alejandría (150-215 d.C.) fue uno de los primeros
cristianos en apoyar el uso de artes visuales en la adoración. [54]
(Entre
paréntesis, la cruz como una referencia artística a la muerte de Cristo no
puede encontrarse
antes del tiempo de Constantino. [55] El crucifijo, una representación
artística del Salvador colgando de la cruz, hizo su primera aparición en el
quinto siglo. [56] La costumbre de hacer la “señal de la cruz” con las manos se
retrotrae al segundo siglo.) [57]
Alrededor
del segundo siglo, los cristianos empezaron a venerar los huesos de los santos,
considerándolos sagrados. Con el tiempo, esto llevó a la colección de
reliquias. [58] La veneración de los muertos fue la mayor fuerza formadora de
comunidades en el Imperio Romano. [59] Ahora los cristianos la estaban
incorporando a su propia fe. [60]
A fines
del segundo siglo hubo un cambio en la forma de ver la Cena del Señor. Pasó de ser
una comida completa a una ceremonia estilizada llamada “Santa Comunión”. [61]
Para el
cuarto siglo, esta tendencia se volvió ridícula. La copa y el pan eran considerados
como cosas que producían una sensación de sobrecogimiento, temor y misterio. A
tal punto que las iglesias en el Oriente ponían un dosel sobre la mesa de
altar, [62] donde se colocaban el pan y la copa. [63] (En el siglo XVI, se le
agregaron barandillas a la mesa de altar. [64] Las barandillas indicaban que la
mesa de altar era un objeto santo que sólo podía ser manipulado por personas
santas; es decir, el clero.) [65]
Así que,
para el tercer siglo, los cristianos no solamente tenían espacios sagrados. Tenían
objetos sagrados también. (Pronto desarrollarían un sacerdocio sagrado.) En
todo esto, los cristianos del segundo y tercer siglo comenzaron a asimilar la
mentalidad mágica que caracterizaba el pensamiento de los paganos. [66] Todos
estos factores abonaron el terreno cristiano para el hombre que sería
responsable de crear los edificios de iglesia.
Constantino: el padre del edificio de
iglesia
La historia
de Constantino (285-337 d.C.) es una página oscura en el cristianismo. Los edificios
de iglesia comenzaron con él. [67] La historia es asombrosa.
Cuando
apareció en escena Constantino, el ambiente estaba listo para que los cristianos
escaparan de su condición de despreciados y minoría. La tentación de ser
aceptados fue simplemente demasiado fuerte para resistir, y la bola de nieve
constantiniana comenzó a rodar.
En 312
d.C., Constantino se convirtió en César del Imperio Occidental. [68] En 324 se convirtió
en Emperador de todo el Imperio Romano. Poco después, empezó a encargar la construcción
de edificios de iglesia para promover la popularidad y aceptación del cristianismo.
Si los cristianos tuvieran sus propios edificios sagrados -como los judíos y
los paganos- su fe sería considerada legítima.
Es
importante entender la mentalidad de Constantino, porque fue la matriz que dio
a luz el edificio de iglesia. El pensamiento de Constantino estaba dominado por
la superstición y la magia pagana. Aun después de convertirse en Emperador,
permitió que las antiguas instituciones paganas permanecieran como estaban. [69]
Después
de su conversión al cristianismo, Constantino nunca abandonó el culto al sol. Mantuvo
el sol en sus monedas. [70] Y erigió una estatua del dios sol que llevaba su
propia imagen en el Foro de Constantinopla (su nueva capital). [71] También
construyó una estatua de la diosa madre Cibeles. (Si bien la presentó en una
postura de oración cristiana.). [72]
(Los
historiadores siguen debatiendo si Constantino fue o no un cristiano genuino.
El hecho de
que habría hecho ejecutar a su hijo mayor, su sobrino y su cuñado no ayuda a fortalecer
el caso a favor de su conversión. [73] Pero no vamos a investigar esta línea demasiado
profundamente aquí.)
En 321
d.C., Constantino decretó que el domingo sería un día de descanso, un feriado legal. [74]
Aparentemente, la intención de Constantino al hacerlo era honrar al dios
Mitras, el Sol Invicto. [75] (Él describía al domingo como “el día del sol”. [76])
Para demostrar aún más su afinidad con la adoración del sol, las excavaciones
de San Pedro en Roma descubrieron un mosaico de Cristo como el Sol Invicto. [77]
Casi
hasta el día de su muerte Constantino “siguió funcionando como el sumo
sacerdote del paganismo”. [78] De hecho, retuvo el título pagano Pontifex
Maximus, que significa jefe de los sacerdotes paganos. [79] (En el siglo XV,
este mismo título pasó a ser el título honorífico del Papa católico) [80]
Constantino
usó rituales y decoraciones paganos así como cristianos al dedicar su nueva capital,
Constantinopla. [81] Y utilizó fórmulas mágicas paganas para proteger las
cosechas y sanar enfermedades. [82]
Además,
toda la evidencia histórica indica que Constantino era un egomaníaco. Cuando construyó
la nueva “Iglesia de los Apóstoles”, erigió monumentos a los doce apóstoles.
Los doce monumentos rodeaban un único sepulcro que yacía en el centro. Esa
tumba estaba reservada para Constantino mismo, lo cual lo convertía en el
decimotercer y principal apóstol. [83] De esta forma Constantino no solamente
continuó la práctica pagana de honrar a los muertos, [84] sino que él también
buscó ser incluido entre los muertos importantes. [85]
Constantino
también reforzó el concepto pagano del carácter sagrado de objetos y lugares. [86]
En gran parte gracias a su influencia, el tráfico de reliquias se hizo habitual
en la iglesia. [87] Para el cuarto siglo la obsesión con las reliquias se
volvió tan grave que algunos líderes cristianos se pronunciaron en su contra
diciendo: “Una práctica pagana introducida en las iglesias bajo el manto de la
religión… la obra de idólatras”. [88]
Constantino
es reconocido también por traer a la fe cristiana el concepto de “sitio sagrado”,
que estaba basado en el modelo del santuario pagano. [89] Debido a la aureola
de “carácter sagrado” que los cristianos del cuarto siglo atribuyeron a
Palestina, llegó a ser conocida como “la Tierra Santa” para el sexto siglo. [90]
Aun más
asombroso es que, después de la muerte de Constantino, fue declarado “divino”.
(Esta era la costumbre para todos los emperadores paganos que murieron antes que
él.) [91] Fue el Senado el que lo declaró un dios pagano al morir. [92] Y nadie
les impidió hacerlo.
Al
llegar a este punto deberíamos decir algo sobre la madre de Constantino,
Helena. Esta mujer era muy conocida por su obsesión por las reliquias. En 326,
Helena hizo un peregrinaje
a Tierra Santa. [93] En 327, en Jerusalén, encontró supuestamente la cruz y los
clavos usados para crucificar a Jesús. [94] Se dice que Constantino promovió la
idea de que los pedazos de madera de la cruz de Cristo tenían poderes
espirituales. [95] Sin duda había una mente mágico-pagana obrando en el
Emperador Constantino. He aquí el padre del edificio de iglesia.
El programa de construcción de Constantino
Después
del viaje de Helena a Jerusalén, en 327, Constantino comenzó a erigir los primeros
edificios de iglesias por todo el Imperio Romano. [96] Al hacerlo, siguió el
camino de los paganos que construían templos para honrar a Dios. [97]
Es
interesante que dio a sus iglesias nombres de santos, igual que los paganos,
que daban a sus templos los nombres de sus dioses. Constantino construyó sus
primeros edificios de iglesia sobre los cementerios donde los cristianos
celebraban comidas por los santos muertos. [98] Es decir, los construyó sobre
los cuerpos de santos muertos. [99] ¿Por qué? Porque durante al menos un siglo
antes los lugares de entierro de los santos eran considerados “espacios
sagrados”. [100]
Muchos
de los edificios más grandes fueron construidos sobre las tumbas de los mártires.
[101] Esta práctica estaba basada en la idea de que los mártires tenían el
mismo poder que antes habían atribuido a los dioses del paganismo. [102] Aunque
era una práctica pagana, los cristianos adoptaron este punto de vista en su
totalidad.
Los más
famosos “espacios sagrados” cristianos fueron: San Pedro, sobre el monte Vaticano
(construida sobre la presunta tumba de Pedro), [103] San Pablo Extramuros (construida
sobre la presunta tumba de Pablo), [104] la deslumbrante y asombrosa iglesia
del Santo Sepulcro, en Jerusalén (construida sobre la presunta tumba de Cristo)
[105] y la iglesia de la Natividad, en Belén (construida sobre la cueva donde
supuestamente nació Jesús). [106] Constantino construyó nueve iglesias en Roma
y muchas más en Jerusalén, Belén y Constantinopla. [107]
He aquí
las raíces del edificio de iglesia “sagrado”, querido cristiano. Es
completamente pagano.
Fue inventado por un ex pagano que todavía tenía una mente pagana. Y fue construido
sobre la idea pagana de que los muertos crean un espacio sagrado. Por favor recuerde
esto la próxima vez que usted escuche hablar de un edificio de iglesia como la casa
“santa” y “sagrada” de Dios.
Explorando los primeros edificios de
iglesias
Como el
edificio era considerado sagrado, los asistentes debían pasar por un rito de purificación
antes de entrar. Así que, en el siglo cuatro, se construyeron fuentes en el
atrio para que los cristianos pudieran lavarse antes de ingresar al edificio. [108]
Los edificios
de iglesia de Constantino eran construcciones espaciosas y magníficas que se decía
eran “dignos de un Emperador”. Eran tan espléndidos que sus contemporáneos paganos
señalaban que “estos enormes edificios imitaban la estructura de los templos paganos”.
[109] Esto no debería ser ninguna sorpresa. Constantino decoraba profusamente
los nuevos edificios de iglesia con arte pagano. [110]
Los
edificios de iglesia construidos bajo Constantino seguían el modelo exacto de
la basílica. [111] La basílica era el edificio gubernamental común. [112] Y
estaba diseñada siguiendo el estilo de los templos paganos griegos. [113]
Las
basílicas cumplían la misma función que los auditorios de colegios secundarios actuales.
Eran ideales para tener sentadas multitudes pasivas y dóciles que observan una función.
Esta fue una de las razones por la que Constantino escogió el modelo de la basílica.
[114]
También
la privilegió por su fascinación con la adoración del sol. Las basílicas eran diseñadas
de forma tal que el sol cayera sobre el orador cuando enfrentaba la congregación.
[115] Al igual que los templos de los griegos y romanos, las basílicas
cristianas fueron construidas con una fachada (frente) que miraba hacia el
este. [116]
Exploremos
la basílica cristiana por dentro. Era una réplica exacta de la basílica romana usada
para los magistrados y oficiales romanos. Las basílicas cristianas tenían una plataforma
elevada donde ministraba el clero, a la que se solía acceder mediante varios escalones.
[117] También había una baranda o pantalla que separaba al clero de los laicos.
[118]
En el
centro del edificio estaba el altar. Podía ser una mesa (mesa de altar) o un
cofre
cubierto
por una tapa. [119] El altar era considerado el lugar más sagrado del edificio
por dos razones. Primeramente, solía contener las reliquias de los mártires. [120]
(Después del quinto siglo, la presencia de una reliquia en el altar de la
iglesia era esencial para legitimar una iglesia.) [121] En segundo lugar, la
Eucaristía (el pan y la copa) estaba sobre el altar.
La
Eucaristía, considerada ahora como un sacrificio sagrado, era ofrecida sobre el
altar. [122] Como eran considerados “hombres santos”, sólo al clero se le
permitía recibir la Eucaristía dentro de la barandilla del altar. [123]
Frente al
altar estaba la silla del obispo, denominada cathedra. [124] El término ex
cátedra proviene de esta silla, y quiere decir ‘desde el trono’. [125] La silla
del obispo, o “trono”, como se la denominaba, era el asiento más grande y
elaborado del edificio. Reemplazaba el asiento del juez en la basílica romana.
[126] Estaba rodeada por dos filas de sillas reservadas para los ancianos. [127]
El
sermón era predicado desde la silla del obispo. [128] El poder y la autoridad
descansaban en la silla, que estaba cubierta con una tela de lino blanca. Los
ancianos y diáconos se sentaban a ambos lados de ella, en un semicírculo. [129]
La distinción jerárquica inserta en la arquitectura de la basílica era
inconfundible.
Es
interesante que la mayoría de los edificios de iglesia modernos tienen sillas especiales
para el pastor y su personal situadas sobre la plataforma detrás del púlpito. (Como el
trono del obispo, la silla del pastor suele ser las mayor.) Todas estas cosas
son, claramente, vestigios de la basílica pagana.
Además
de todo esto, Constantino no realizó una destrucción masiva de los templos paganos.
Tampoco los clausuró. [130] En algunos lugares, los templos paganos existentes fueron
vaciados de sus ídolos y convertidos en edificios cristianos. [131] Los cristianos
usaron materiales quitados de los templos paganos y construyeron nuevos
edificios de iglesia sobre los sitios de los templos paganos. [132]
Las principales influencias sobre el culto
El
edificio de iglesia produjo cambios significativos en el culto cristiano. Dado
que el Emperador era el “laico” número uno de la iglesia, una simple ceremonia
no era suficiente. Para honrarlo, la pompa y el ritual de la corte imperial
fueron adoptados en la liturgia cristiana. [133]
Era
costumbre llevar lámparas delante de los emperadores romanos cada vez que aparecían
en público. Las lámparas eran acompañadas por un cuenco con fuego lleno de especias
aromáticas. [134] Siguiendo esta costumbre, Constantino introdujo las velas y
la quema de incienso como parte del culto de la iglesia, que eran traídas
cuando ingresaba el clero en el salón. [135]
Bajo el
reinado de Constantino, los clérigos, que inicialmente habían usado ropa común,
comenzaron a vestirse con atuendos especiales. ¿Qué era esta ropa especial? Era
la vestimenta de los oficiales romanos. Además, se introdujeron varios gestos
de respeto hacia el clero comparables con los gestos usados para honrar a los
oficiales romanos. [136]
También
se adoptó la costumbre romana de iniciar un culto con música procesional. Con
este propósito, se desarrollaron coros que fueron incorporados a la iglesia
cristiana. [137] El culto se volvió más profesional, teatral y ceremonial.
Todas
estas características fueron adoptadas de la cultura grecorromana e
introducidas directamente en la iglesia cristiana. [138] El cristianismo del
siglo cuarto estaba siendo modelado profundamente por el paganismo griego y el
imperialismo romano. [139] El resultado de todo esto fue una pérdida inmediata
de la intimidad y la participación abierta. El clero profesional realizaba los
actos del culto mientras que los laicos observaban como espectadores. [140]
Como
reconoció un erudito católico, con la venida de Constantino “varias costumbres de la antigua cultura
romana se introdujeron en la liturgia cristiana… aun las ceremonias involucradas
en el antiguo culto al Emperador como deidad se infiltraron en el culto de la iglesia,
sólo en su forma secularizada”. [141]
Constantino
trajo paz para todos los cristianos. [142] Bajo su reino, la fe cristiana se había
vuelto legítima. De hecho, había alcanzado una condición superior al judaísmo y
al paganismo. [143]
Por
estas razones, los cristianos vieron la ascensión de Constantino a Emperador
como un acto
de Dios. Aquí estaba el instrumento de Dios que había venido a su rescate. El cristianismo
y la cultura romana ahora se habían fusionado. [144]
El
edificio cristiano demuestra que la iglesia, queriéndolo o no, había entrado en
una estrecha
alianza con la cultura pagana. [145] Según Will Durant, “quedaron islas paganas en medios del mar cristiano que se extendía”.
[146] Esto fue un cambio trágico de la primitiva sencillez que la iglesia de
Jesucristo conoció inicialmente.
Los
cristianos del primer siglo se veían enfrentados al mundo y evitaban todo
contacto con el
paganismo. Todo esto cambió durante el cuarto siglo, cuando la iglesia surgió
como una institución pública en el mundo y comenzó a “absorber y cristianizar ideas y prácticas religiosas paganas”. [147]
Como dijo un historiador, “los edificios
de iglesia ocuparon el lugar de los templos; las subvenciones a las iglesias
reemplazaron las tierras y fondos de los templos”. [148] Bajo Constantino,
todas las propiedades de la iglesia quedaron exentas de impuestos. [149]
Por
consiguiente, el edificio de iglesia es la triste historia de un cristianismo
que adoptó la
cultura pagana. Una adopción que transformó radicalmente el rostro de nuestra
fe. [150] Claramente, los edificios de iglesia de la era constantiniana y
postconstantiniana se convirtieron básicamente en santuarios sagrados. [151]
Los cristianos abrazaron el concepto del templo. Incorporaron la idea pagana de
que existe un lugar especial donde Dios mora de una manera especial. Y ese
lugar está hecho “con manos”. [152]
Al igual
que las demás costumbres paganas que fueron absorbidas en la fe cristiana (la liturgia,
el sermón, las vestiduras clericales, la estructura de liderazgo jerárquica,
etc.), los cristianos del tercer y cuarto siglo atribuyeron incorrectamente el
origen del edificio de iglesia al Antiguo Testamento. [153] Pero este era un
pensamiento erróneo.
El
edificio de iglesia fue adoptado directamente de la cultura pagana, como hemos visto.
“El ritual dignificado y sacramental
había entrado en los cultos de la iglesia mediante los misterios [los cultos
paganos] y se justificaban, como tantas otras cosas, haciendo referencia al Antiguo Testamento”. [154]
Usar el
Antiguo Testamento como una justificación del edificio de iglesia no es solamente
incorrecto, sino un argumento que se destruye a sí mismo. La antigua economía mosaica
de sacerdotes sagrados, edificios sagrados, rituales sagrados y objetos
sagrados ha sido destruido para siempre por la cruz de Cristo. Además, ha sido
reemplazada por un organismo no jerárquico, no ritualista y no litúrgico llamado
ekklesia (iglesia). [155]
La evolución de la arquitectura de la
iglesia
Después
de la era de Constantino, los edificios de iglesia pasaron por varias etapas diferentes.
(Son demasiado complejas para detallarlas aquí.) En palabras de un erudito: “Los
cambios en la arquitectura eclesiástica son más el resultado de mutaciones que
de una línea de evolución continua”. [156] Estas mutaciones no hicieron mucho
para cambiar las características arquitecturales dominantes que fomentaron un
clero monopolizador y una congregación inerte. [157]
Examinemos
rápidamente la evolución de la arquitectura eclesiástica:
- Después de Constantino, la
arquitectura cristiana pasó de la fase de la basílica a la fase bizantina.
[158] Las iglesias bizantinas tenían amplias cúpulas centrales e íconos y mosaicos
decorativos. [159]
- La arquitectura bizantina fue seguida
por la románica. [160] Los edificios románicos se caracterizaban por una
elevación de tres plantas, columnas gigantescas que sostenían arcos
redondos y un interior colorido. [161] Este diseño de edificio surgió poco
después de que Carlomagno se convirtiera en Emperador del Santo Imperio
Romano el día de Navidad de 800 d.C.
- Después del período románico vino la
era gótica del siglo XII. La arquitectura gótica dio origen a
impresionantes catedrales góticas con sus bóvedas de crucería, arcos ojivales
y contrafuertes. [162] El término “catedral” se deriva de cathedra. Es el
edificio que alberga la cathedra, la silla del obispo. [163] Es la iglesia
que contiene el “trono” del obispo. [164]
El
vidrio de color fue introducido en las iglesias en el siglo VI, con Gregorio de
Tours (538-593). [165] El vidrio fue colocado en las ventanas angostas de
algunas iglesias románicas. Suger (1081-1151), abad de Saint Denis, llevó el vidrio
coloreado a otro nivel. Decoró el vidrio con cuadros sagrados. [166] Por lo
tanto, fue el primero en utilizar vitrales en edificios de iglesia,
colocándolos en sus catedrales góticas. [167]
Los
grandes paneles de vidrio de color pasaron a llenar las paredes de las iglesias
góticas, emitiendo una luz brillante y coloreada. [168] También se usaron
colores profundos y oscuros para crear el efecto de la Nueva Jerusalén. Los
vitrales del siglo XII y XIII han sido difíciles de superar en su belleza y
calidad. Con sus colores deslumbrantes, creaban un sentido de majestad y
esplendor en el alma. Inducían sentimientos asociados con la adoración de un
Dios poderoso e intimidante. [169]
Como en
el caso de las basílicas de Constantino, la raíz de la catedral gótica es completamente
pagana. Los arquitectos góticos se apoyaban mucho en las enseñanzas del filósofo
pagano griego Platón. Platón enseñaba que el sonido, el color y la luz poseen significados
místicos elevados. Pueden inducir estados de ánimo y ayudar a llevar a una persona
más cerca del “Bien Eterno”. [170] Los diseñadores góticos tomaron las
enseñanzas de Platón y las transformaron en ladrillos y piedras. Crearon una
iluminación sobrecogedora para evocar un sentido de esplendor y adoración
abrumadores. [171]
El color
es uno de los más poderosos factores emocionales que existen. Por lo tanto, los
vitrales góticos fueron utilizadas hábilmente para crear un sentido de misterio
y trascendencia. Inspirándose en las grandiosas estatuas y torres del antiguo
Egipto, la arquitectura gótica buscó recapturar el sentido de lo sublime a
través de sus alturas exageradas. [172]
Se ha
dicho de la estructura gótica que “el
edificio entero parece estar encadenado a la tierra en un vuelo fijo... Se levanta como
una exhalación del suelo... Ninguna arquitectura espiritualiza, refina y lleva
hacia al cielo la sustancia que maneja tanto como ésta”. [173] Era el símbolo último del cielo uniéndose a la tierra. [174]
Así que, con su hábil uso de la luz, el color y la altura excesiva, la catedral
gótica fomentaba un sentido de misterio, trascendencia y sobrecogimiento. [175]
Todas estas características fueron adoptadas de Platón y se hicieron pasar por
cristianas. [176]
Las
basílicas y los edificios de iglesia románicos y góticos son un intento humano
de duplicar lo que es celestial y espiritual. [177] De una manera muy real, el
edificio de iglesia, a través de la historia, refleja la necesidad errónea del
hombre de percibir lo divino con sus manos y ojos humanos. Revela el hecho de que,
para el cuarto siglo, la comunidad cristiana había perdido contacto con
aquellas realidades celestiales que no se pueden percibir con los sentidos sino
que solamente puede ser registradas por el espíritu humano. [178]
Aun
peor, el mensaje principal de la arquitectura gótica es: “Dios es trascendente
e inalcanzable, así que sobrecógete por su majestad”. Pero este mensaje desafía
el mensaje del evangelio que dice que Dios es muy accesible. A tal punto que ha
fijado su residencia dentro de nosotros.
El edificio de iglesia protestante
En el
siglo XVI, los reformadores heredaron la tradición que mencionamos con relación a los
edificios. En poco tiempo, miles de catedrales medievales se convirtieron en propiedad
de ellos. [179]
La
mayoría de los reformadores eran ex sacerdotes. Por lo tanto, habían sido condicionados
involuntariamente por los esquemas mentales del catolicismo medieval. [180] Así
que, si bien los reformadores hicieron alguna remodelación de los edificios
recién adquiridos, hicieron muy pocos cambios funcionales en la arquitectura. [181]
Aun
cuando los reformadores quisieran hacer cambios radicales en la práctica de la iglesia,
las masas no estaban listas para estos cambios. [182] Martín Lutero tenía muy
en claro que la iglesia no era un edificio ni una institución. [183] Pero le
habría resultado imposible dar por tierra con más de un milenio de confusión en
este tema. [184]
El
cambio arquitectural principal que realizaron los reformadores reflejaba su
teología. Convirtieron
al púlpito en el centro dominante del edificio en vez de la mesa de altar. [185]
La verdad fundamental de la Reforma era la idea de que la gente no podría
conocer a Dios ni crecer espiritualmente a menos que escucharan predicaciones.
Por lo tanto, cuando los reformadores heredaron los edificios de iglesia
existentes, los adaptaron para este objetivo. [186]
La aguja
(Un
chapitel o aguja es un elemento arquitectónico que se sitúa en la parte
superior de una torre, campanario o iglesia a modo de remate. No debe
confundirse con capitel. Ver http://es.wikipedia.org/wiki/Chapitel)
Desde
que los habitantes de Babel construyeron una torre “cuya cúspide llegue al
cielo”, las civilizaciones han seguido su ejemplo, construyendo estructuras que
culminan en puntas. [187] Los babilonios y egipcios construyeron obeliscos y
pirámides que reflejaban su creencia de que avanzaban hacia la inmortalidad. [188]
Cuando llegaron la filosofía y cultura griegas, la dirección de la arquitectura
cambió de estar dirigida hacia arriba, en dirección vertical, a estar dirigida
hacia abajo, en forma horizontal. Todo esto sugería la creencia griega en la
democracia, la igualdad humana y en dioses arraigados a la tierra. [189]
Sin
embargo, con el surgimiento de la Iglesia Católica Romana, volvió a aparecer la
práctica de producir techos con puntas para coronar los edificios. Hacia fines
del período bizantino, los papas católicos se inspiraron en los obeliscos del
antiguo Egipto. [190] A medida que la arquitectura ingresaba en el período
románico, comenzaron a aparecer puntas en las superficies y esquinas de cada
catedral construida en el Imperio Romano. Esta tendencia alcanzó su culminación
durante la era de la arquitectura gótica con la construcción de la catedral de
Saint Denis por el abad Suger.
A
diferencia de la arquitectura griega, la línea característica de la
arquitectura gótica era vertical, sugiriendo un esfuerzo hacia arriba. A esta
altura, empezaron a aparecer en toda Italia torres cerca de las entradas de los
edificios de iglesia. Las torres tenían campanas para llamar a la gente al
culto. [191] Estas torres representaban el contacto entre el cielo y la tierra.
[192]
Con el
pasar de los años, los arquitectos góticos (enamorados de la verticalidad) buscaron
agregar una aguja alta a cada torre. [193] Las agujas (también llamadas chapiteles) [194] eran un
símbolo de la aspiración del hombre de unirse a su Creador. [195] Durante los
siglos que siguieron, las torres se volvieron más altas y más delgadas.
Finalmente llegaron a ser un punto focal visual de la arquitectura. También
redujeron su número, del vestíbulo (o narthex)
con torres dobles a la aguja individual tan característica de las iglesias de Normandía
y Gran Bretaña.
En el
año 1666 sucedió algo que cambió el curso de la arquitectura de las torres. Un incendió
arrasó la ciudad de Londres dañando la mayoría de sus 97 edificios de iglesia.
[196] Entonces se le encomendó a Sir Christopher Wren (1632-1723) rediseñar
todas las iglesias de Londres. Utilizando sus propias innovaciones estilísticas
para modificar las agujas góticas de Francia y Alemania, Wren creó la aguja
moderna. [197]
En
resumen, la aguja moderna es una invención medieval que encuentra sus raíces en las
agujas y torres góticas. [198] Fue mejorada y popularizada por el programa de
construcción de Sir Christopher Wren en Londres después del Gran Incendio de
1666. De ahí en adelante, la aguja se convirtió en una característica dominante
de la arquitectura anglosajona.
Cuando
surgieron los puritanos, hicieron sus edificios de iglesia mucho más sencillos que
sus predecesores católicos y anglicanos. Pero mantuvieron la aguja y la
trajeron al nuevo
mundo de las Américas. [199] Por lo tanto, la mayoría de las iglesias
estadounidenses lucen una aguja, una estructura arraigada en la arquitectura y
filosofía primitivas de los babilonios y egipcios.
El
mensaje de la aguja contradice el mensaje del Nuevo Testamento. Los cristianos
no necesitan
buscar a Dios en el cielo. Él está aquí. Con la llegada de Emmanuel, Dios está con
nosotros. [200] Y, con su resurrección, tenemos un Señor que mora en nosotros.
La aguja atenta contra estas realidades.
El púlpito
Los
primeros sermones fueron dados desde la silla del obispo, o cathedra, que estaba ubicada
detrás del altar. [201] Más adelante, el ambón, [202] un pupitre elevado al
lado del antealtar desde donde se leían las lecciones bíblicas, se convirtió en
el lugar desde donde se daban los sermones. [203] El ambón fue tomado de la
sinagoga judía. [204] Sin embargo, tiene raíces anteriores en los pupitres y
plataformas de lectura de la antigüedad grecorromana. Juan Crisóstomo (347-407)
se destacó por hacer del ambón un lugar para la predicación. [205]
Ya en el
año 250 d.C., el ambón fue reemplazado por el púlpito. Cipriano (200-258) habla
de instalar al líder de la iglesia en el cargo público sobre el pulpitum. [206] Nuestra palabra
“púlpito” se deriva de la palabra latina pulpitum,
que significa ‘escenario’. [207] El pulpitum,
o púlpito, estaba colocado en el lugar más elevado de la congregación. [208]
Con el
tiempo, la frase “ascender a la plataforma” (ad pulpitum venire) se convirtió en parte
del vocabulario religioso del clero. [209] Para el año 252, Cipriano alude a la
plataforma elevada que segregaba al clero de los laicos como “el congestum sagrado y venerado del clero”.
[210]
Para
fines de la Edad Media, el púlpito se volvió habitual en las parroquias. [211]
Con la Reforma, se convirtió en el mueble central del edificio de iglesia. [212]
El púlpito simbolizaba el reemplazo de la centralidad de la acción ritualista
(la misa) por la instrucción verbal clerical (el sermón). [213]
En las
iglesias luteranas, el púlpito fue movido frente al altar. [214] En las
iglesias reformadas, el púlpito dominó hasta que el altar desapareció y fue
reemplazado por la “mesa de
comunión”. [215] Hoy es impensable tener un culto en una iglesia protestante
sin la presencia del “pupitre sagrado”
El
púlpito es la decoración central de la iglesia protestante. Al punto que un
pastor muy conocido que habló durante una conferencia patrocinada por la
Asociación Evangelística Billy Graham afirmó: “Si la iglesia está viva, es porque el púlpito está vivo; si la iglesia
está muerta, es porque el púlpito está muerto” . [216]
El
púlpito es perjudicial porque eleva al clero a una posición de prominencia.
Fiel a su significado,
coloca al predicador en el centro del “escenario”, separándolo y poniéndolo muy
arriba del pueblo de Dios.
El banco y el balcón
Ahora
veamos el banco, el gran inhibidor de la comunión cara a cara. El banco, el
gran símbolo
del letargo y la pasividad en la iglesia moderna. [217] El banco, que ha
convertido a la adoración corporativa en un deporte para espectadores.
La
palabra para “banco” en inglés (pew) se deriva de la palabra latina podium. Significa un asiento elevado
sobre el nivel del piso, o “balcón”. [218] Los bancos eran desconocidos en los
edificios de iglesia durante los primeros mil años de historia cristiana. En
las primeras basílicas, la congregación permanecía de pie durante todo el
culto. [219] (Este es el caso hoy entre muchos ortodoxos orientales.) [220]
Para el
siglo XIII, se fueron introduciendo gradualmente bancos sin respaldos en los edificios
de parroquia ingleses. [221] Estos bancos estaban hechos de piedra y estaban colocados
contra las paredes. Luego fueron trasladados al cuerpo de la iglesia (el sector
llamado nave). [222] Al inicio, los bancos se ordenaban en un semicírculo
alrededor del púlpito. Más tarde fueron fijados al piso. [223]
El banco
moderno fue introducido en el siglo XIV. [224] Pero no llegó a ser algo común hasta
el siglo XV. [225] En ese momento, los bancos de madera reemplazaron los
asientos de piedra. [226] Ya para el siglo XVIII los bancos tipo cajón se
volvieron populares. [227]
Los
bancos tipo cajón tienen una historia cómica. Venían con almohadones, alfombras
y otros accesorios y eran vendidos a familias y considerados como propiedad
privada. [228] Los dueños buscaban hacerlos lo más cómodos posible.
Algunos
los decoraban con cortinas, almohadones, sillones acolchados, hogares y compartimentos
especiales para los perros! No era infrecuente que los dueños mantuvieran sus
bancos bajo llave. [229] Después de muchas críticas de parte del clero, estos
bancos ornamentados fueron reemplazados por asientos abiertos. [230]
Dado que
muchas veces los bancos tipo cajón tenían los costados altos, los púlpitos necesitaban
ser elevados para que todos pudieran verlos. Así surgió el púlpito en forma de copa
durante los tiempos coloniales. [231] Este púlpito hizo que el pastor fuera
“excelso y sublime”, como en la visión de Isaías del templo. Los bancos de
familia del siglo XVIII fueron reemplazados por bancos comunes, para que toda
la gente mirara hacia la recién construida plataforma elevada donde el pastor
dirigía el culto. [232]
Entonces,
¿qué es el banco? Es un “balcón” que se ha bajado, un asiento aislado desde donde
observar funciones en un escenario (el púlpito). Inmoviliza la congregación de
los santos y los convierte en espectadores mudos. Entorpece la comunión y la
interacción cara a cara.
Las
galerías (o balcones de iglesia) fueron inventadas por los alemanes en el siglo
XVI. [233] Fueron popularizadas por los puritanos en el siglo XVIII. [234]
Desde entonces, los balcones han pasado a ser la marca distintiva del edificio
de iglesia protestante. [235] Su propósito es acercar a la congregación al
púlpito. [236] De nuevo, escuchar al predicador siempre ha sido la principal
preocupación en el diseño de la iglesia protestante. [237]
La arquitectura de iglesia moderna
Durante
los últimos doscientos años, los dos modelos arquitectónicos predominantes utilizados
por las iglesias protestantes son la forma de antealtar dividido (usada en las iglesias
litúrgicas) y la forma de escenario de concierto (usada en las iglesias evangélicas).
[238] El antealtar es el sector donde el clero (y, a veces, el coro) conducen
el culto. [239] En la iglesia tipo antealtar aún existe una baranda o mampara
que separa al clero de los laicos.
El
edificio de iglesia estilo concierto fue influenciado profundamente por el avivamentismo
del siglo XIX. [240] Es, en esencia, un auditorio. El edificio estilo concierto
está estructurado para enfatizar la función teatral del predicador y el coro. [241]
Su estructura sugiere implícitamente que el coro (o equipo de adoración) actúa
para la congregación para estimular su adoración o entretenerla. [242] También
pone excesiva atención en el predicador, sea que esté parado o sentado.
En el
edificio tipo concierto, generalmente hay una pequeña mesa de comunión sobre el
piso debajo del púlpito. Esta mesa suele estar decorada con candeleros de
bronce, una cruz y flores. [243] Las dos velas sobre la mesa de comunión se han
convertido en señal de ortodoxia en la mayoría de las iglesias protestantes
hoy. [244] Como ocurre con muchas partes del culto de la iglesia, la presencia
de las velas fue tomada de la corte ceremonial del Imperio Romano. [245]
Sin
embargo, a pesar de estas variaciones, toda la arquitectura protestante produce
los mismos efectos estériles que estaban presentes en las basílicas de
Constantino. Siguen manteniendo la división antibíblica entre el clero y los
laicos, y alienta a la congregación a asumir un papel de espectador. [246] La
disposición y la ambientación del edificio condiciona a la congregación para la
pasividad. [247] La plataforma del púlpito funciona como un escenario, y la
congregación ocupa el teatro. [248] En resumen, la arquitectura cristiana ha quedado
paralizada desde que nació en el cuarto siglo.
Una exégesis del edificio
A esta
altura, usted tal vez esté pensando para sus adentros: “¿Y por qué tanta alharaca? ¿A quién le importa si los cristianos del
primer siglo no tenían edificios? O si los edificios de iglesia fueron construidos
basados en creencias y prácticas paganas. O si los católicos medievales basaron
su arquitectura en una filosofía pagana. ¿Qué tiene que ver esto con nosotros
hoy?”
En Reconsiderando el odre explico que el
ámbito social de la reunión de iglesia expresa e influencia el carácter de la
iglesia. [249] Si uno supone que el lugar donde se reúne la iglesia es
simplemente una cuestión de conveniencia, está trágicamente equivocado. Está
pasando por alto una realidad básica de la humanidad. Todo edificio evoca una
respuesta en nosotros. Por su exterior o por su interior, nos muestra
explícitamente lo que es la iglesia y cómo funciona.
En
palabras de Henri Lefebvre, “el espacio
nunca está vacío; siempre encierra un significado”. [250] Este principio se
encarna en el lema arquitectónico “la forma sigue a la función”. La forma del
edificio refleja su función específica. [251]
El
entorno social del lugar de reunión de una iglesia es un buen indicio de la comprensión
de esa iglesia del propósito de Dios para su Cuerpo. El lugar de una iglesia nos
enseña cómo reunirnos. Nos enseña lo que es importante y lo que no lo es. Y nos
enseña lo que es aceptable decirnos unos a otros y lo que no es aceptable.
Aprendemos
estas lecciones del entorno en el cual nos reunimos, sea un edificio de iglesia
o un hogar privado. Estas lecciones no son, de ninguna forma, “neutrales”.
Entre en cualquier edificio de iglesia y haga una exégesis de la arquitectura.
Pregúntese qué es lo más alto y lo más bajo. Pregúntese qué es el frente y que
es la parte de atrás. Pregúntese de qué formas podría ser posible “ajustar” lo
que ocurre imprevistamente. Pregúntese cuán fácil o cuán difícil sería para un
miembro de la iglesia hablar desde donde está sentado para que todos puedan
verlo y oírlo.
Si usted
mira el entorno del edificio de iglesia y se hace estas preguntas (y otras similares),
entenderá por qué la iglesia moderna tiene el carácter que tiene. Si hace este mismo
conjunto de preguntas acerca de una sala de estar, obtendrá un conjunto muy distinto
de respuestas. Entenderá por qué ser una iglesia en un entorno hogareño (como ocurría
con los primeros cristianos) tiene el carácter que tiene.
El lugar
social de la iglesia es un actor crítico en la vida de la iglesia. No puede ser
asumido simplemente como “una verdad accidental de la historia”. [252] Los
lugares sociales pueden enseñar a personas buenas y piadosas malas lecciones y
ahogar su vida conjunta. Llamar la atención a la importancia del lugar social
de la iglesia (casa o edificio de iglesia) nos ayuda a entender el poder
tremendo de nuestro entorno social.
Hilando
más fino, el edificio de iglesia está basado en la anochecida idea de que la adoración
es algo cualitativamente distinto de la vida cotidiana. Por supuesto, la gente
varía en el grado de profundidad de esta disyunción. Algunos grupos han hecho
un gran esfuerzo para enfatizarlo, insistiendo en que la adoración sólo puede
ocurrir en espacios específicos diseñados para hacerlo sentir de forma
diferente de lo que se siente en la vida cotidiana.
La
disyunción entre la adoración y la vida cotidiana caracteriza al cristianismo occidental.
La adoración es vista como algo separado del tejido total de la vida, envasado para
el consumo grupal. Siglos de arquitectura gótica han sido una mala enseñanza en
cuanto a lo que es la adoración realmente. Pocas personas pueden entrar en una
catedral poderosa sin experimentar el poder del espacio.
La luz
es indirecta y tenue. Los techos, exageradamente altos. Los colores son
sencillos y ricos.
El sonido viaja de una forma específica. Todas estas cosas trabajan en conjunto
para darnos un sentido de sobrecogimiento y asombro. Están diseñadas para
manipular los sentidos y crear una “atmósfera de adoración”. [253]
Algunas
tradiciones agregan fragancias a la mezcla. Pero el efecto es siempre el mismo:
Nuestros sentidos interactúan con nuestro espacio para llevarnos a un estado
particular del alma. Un estado de sobrecogimiento, misterio y trascendencia que
equivale a un escape de la vida normal. [254]
Nosotros,
los protestantes, hemos eliminado algunos de estos elementos y los hemos reemplazado
por un uso específico de la música para lograr el mismo fin. En consecuencia, en
círculos protestantes, los “buenos” líderes de adoración son los que pueden
usar la música para evocar lo que otras tradiciones logran evocar con el
espacio. Lo que evocan es un sentido de adoración “del alma”. [255] Pero esto
está desconectado de la vida diaria, aparte del hecho de que tampoco es real.
Jonathan Edwards señaló, correctamente, que las emociones son efímeras y no
pueden ser utilizadas para medir la relación que uno tiene con Dios. [256]
Esta
desconexión entre lo secular y lo espiritual está realzada por el hecho de que
el típico
edificio de iglesia exige que uno “siga un proceso”, subiendo escaleras o
atravesando el vestíbulo. La razón de esto es que uno está pasando de la vida
cotidiana a otra vida. Por lo tanto, se requiere una transición. Todo esto no
pasa la prueba del lunes. No importa cuán bueno haya sido el domingo, la mañana
del lunes igual vendrá a probar nuestra adoración. [257]
Observe
un coro vistiéndose antes del comienzo del culto. Se sonríen, se ríen y hasta hacen
bromas. Pero, una vez que comienza el culto, se convierten en personas
diferentes. No los encontrará sonriendo o riendo. Esta falsa separación entre
lo secular y lo sagrado, esta “mística de los vitrales” de iglesia del domingo
a la mañana se opone abiertamente a la verdad y la realidad.
Además,
el edificio de iglesia no es un lugar amistoso. Es frío, incómodo e impersonal.
[258] No está diseñado para la intimidad ni la fraternidad. En la mayoría de
los edificios de iglesia, los asientos consisten en bancos de madera fijados al
piso. Los bancos o sillas están ordenados en filas, todos mirando hacia al
púlpito. El púlpito está sobre una plataforma elevada donde se sienta el clero
(vestigios de la basílica romana).
De
nuevo, la arquitectura del edificio de iglesia protestante apunta todas sus
flechas en dirección
de la persona que da el sermón. El edificio se presta al dominio del púlpito. Y también
pone límites al funcionamiento de la congregación. [259]
Esta
disposición hace que sea prácticamente imposible que un adorador vea la cara de otro
adorador. En cambio, crea una forma de adoración de “sentarse y remojarse” que convierte
a los cristianos funcionales en “meras máquinas dispensadoras de ofrendas”.
Dicho de otra manera, la arquitectura misma impide la comunión, excepto entre
Dios y su pueblo a través del pastor. Y, a pesar de estos hechos, nosotros los
cristianos seguimos creyendo que el edificio es sagrado.
Es
cierto que algunos de ustedes pueden oponerse severamente a la idea de que el edificio
de iglesia es sagrado. Pero, para la mayoría de ustedes, sus acciones los
traicionan. Escúchense hablar acerca del edificio de iglesia. Todavía lo llaman
“la iglesia” y, a veces, se refieren a él como “la casa de Dios”. El consenso
general entre los cristianos de todas las denominaciones es que “una iglesia
es, en esencia, un lugar apartado para la adoración”. [260] Esto ha sido así
durante los últimos mil setecientos años. Constantino sigue vivo y coleando en
la mente de la mayoría de los cristianos hoy.
Los exorbitantes gastos fijos
La
mayoría de los cristianos ven, erróneamente, al edificio de iglesia como una
parte necesaria
del culto. Por lo tanto, la cuestión financiera del edificio y el mantenimiento
no es un tema.
El
edificio de iglesia exige una enorme cantidad de dinero. Sólo en Estados
Unidos, las propiedades
de las iglesias institucionales hoy superan los 230.000 millones de dólares. [261]
Las deudas, los servicios y el mantenimiento del edificio de iglesia consumen
alrededor de 18% de los 11.000 millones de dólares que se diezman para las
iglesias anualmente. [262] El punto: los cristianos hoy están gastando una
cantidad astronómica de dinero en edificios innecesarios.
No hay
ninguna buena razón para poseer un edificio de iglesia. De hecho, todas las razones
tradicionales propuestas en cuanto a la “necesidad” de un edificio se desploman
ante un escrutinio cuidadoso. [263] Nos olvidamos demasiado fácilmente que los
primeros cristianos trastornaron el mundo sin edificios. [264] Crecieron
rápidamente durante trescientos años sin la ayuda (o el obstáculo) de los
edificios de iglesia.
En el
mundo de los negocios, los gastos fijos son fatales. Los gastos fijos son los
que se agregan al trabajo “real” que una empresa hace para sus clientes. Los
gastos fijos pagan el edificio, los lápices y el personal de contabilidad. Son
fatales porque sacan a una empresa del mercado por el precio, sin contribuir al
valor “real” que los trabajadores entregan a sus clientes.
Quienes
escogen reunirse en casas en vez de edificios de iglesia han eliminado dos cuentas
de gastos fijos muy sustanciosas: salarios de pastores y edificios de iglesia. Contraste
esto con los gastos fijos de una iglesia casera. En vez de que los “gastos
fijos” del personal pago y el edificio succionen 50 a 85% de las donaciones
monetarias de la iglesia casera, sus gastos fijos representan un pequeño
porcentaje de su presupuesto. Una iglesia casera puede utilizar más del 95% de
su dinero compartido para brindar servicios reales como ministerio, misión y
alcanzar al mundo. [265]
Los
edificios de iglesia (así como los pastores asalariados) representan gastos
continuos muy grandes. Estos destructores
de presupuestos sacan su tajada de las donaciones monetarias de la iglesia, no
solamente hoy, sino el próximo mes, el próximo año, etc. Si elimina estas dos
cuentas de su mundo financiero, la iglesia logrará reducir sus gastos fijos a
unos pocos cientos de dólares al año. El resto de las finanzas compartidas de
la iglesia pueden ser usadas para la misión de la iglesia (otro tema por
completo).
¿Podemos oponernos a esta tradición?
El
edificio de iglesia es un obstáculo, no una ayuda. Atenta contra el corazón
mismo de la fe
cristiana, una fe que nació en salas de estar. Cada domingo a la mañana, usted
se sienta en un edificio que tiene orígenes paganos y está basado en la
filosofía pagana.
No
existe un ápice de apoyo bíblico para el edificio de iglesia. Sin embargo,
usted, querido cristiano, sigue pagando buen dinero para santificar sus
ladrillos y piedras. Al hacerlo,
ha apoyado un entorno artificial donde es arrullado hacia la pasividad y se le impide
ser natural o tener verdadera comunión. [266]
No
tenemos ninguna conciencia de lo que hemos perdido como cristianos al crear el edificio
de iglesia. Nos hemos convertido en víctimas de nuestro pasado. La tradición
nos ha derribado.
Hemos
sido adoptados por Constantino que nos dio el prestigioso estatus de ser dueños
de un edificio. Hemos sido cegados por los romanos y griegos, que nos
impusieron a la fuerza sus basílicas estructuradas jerárquicamente. Hemos sido
engañados por los godos, que nos impusieron su arquitectura platónica. Hemos
sido secuestrados por los egipcios y babilonios, que nos dieron nuestras agujas
sagradas. Hemos sido estafados por los atenienses, que nos impusieron sus
columnas dóricas. [267]
De
alguna manera hemos sido enseñados a sentirnos más santos cuando estamos en “la
casa de Dios”. Hemos heredado una dependencia patológica de un edificio para
llevar a cabo nuestra adoración a Dios. Pero la realidad es que no hay nada más
anquilosado, artificial, impersonal o estirado que el frío edificio de iglesia.
En ese edificio, usted no es más que una estadística, un nombre en una ficha
para ser archivado en la oficina de la secretaria del pastor. No tiene nada de
cálido o personal.
En el
fondo, el edificio de iglesia nos ha enseñado, incorrectamente, lo que es y lo
que hace la
iglesia. El edificio es una negación arquitectónica del sacerdocio de todos los creyentes.
Es una contradicción de la naturaleza misma de la ekklesia: una comunidad contracultural.
El edificio de iglesia impide nuestra comprensión y experiencia de que la iglesia
es el Cuerpo de Cristo en funcionamiento, que vive y respira bajo su dirección directa.
La
aparición del edificio de iglesia no es más que la reaparición del judaísmo y
el paganismo con un nuevo disfraz. Las distinciones jerárquicas implícitas
presentes en su arquitectura serían rechazadas por la mayoría de los
protestantes si fueran expresadas en palabras. Pero las hemos aceptado inconscientemente
durante siglos. ¿Por qué? Por el poder enceguecedor de la tradición.
Ya es
hora de que los cristianos nos despertemos al hecho de que no estamos actuando bíblica
o espiritualmente cuando aceptamos y apoyamos los edificios de iglesia. John Newton
dijo, correctamente: “Que el que adora
bajo una aguja no condene al que adora junto a una chimenea”. Me gustaría
agregar una pregunta a esta cita: ¿Qué autoridad bíblica o histórica tiene un
cristiano para reunirse bajo un chapitel en primer lugar?
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